Ya habían pasado dos días desde que Atem había regresado de California.
Estaba pensativo sentado en el sofá individual de su sala mientras escuchaba únicamente el "tic tac" del reloj en la pared.
El ambiente era confuso para él pero sobre todo para aquellos que estaban a su al rededor en el resto de sofás.
Había optado por no decir nada hasta que todos los citados llegasen. Únicamente faltaban la nueva pareja de padres.

— Atem ¿estás bien?— cuestionó Tea quien había notado demasiado ido al tricolor

— Si— respondió en breve— bueno, no sé. Por favor espera un poco más.

— Atem, nos preocupas. Nos citaste hoy aquí en tu sala para decirnos algo y el ambiente es muy misterioso. ¿Seguro estás bien?— agregó Tristán

— Los cité hoy porque hay algo que debo decirles y hacer en nombre de mi esposo. — se puso de pie al escuchar cómo su hija lloraba en el piso de arriba. Se había despertado de su siesta — Les contaré más detalles cuando Joey y Kaiba lleguen, por favor sean pacientes.

El tricolor se dirigió al segundo piso sin notar que era perseguido por su cuñado castaño.

— Abriste la caja ¿Cierto?

— Entonces lo sabes — lo miró mientras levantaba a su pequeña de la cuna para cambiarla. La recostó sobre el cambiador de pañales y Jaden observó que junto a él había un par de libros que reconoció. Se limitó a sonreír melancólico y se recargó en el marco de la puerta

— Hay muchas cosas en las que ayudé a mi hermano. Sin embargo, escribir esas cartas no fue una de ellas. No sabia para quienes eran hasta que los ví a todos hoy.

— No están todos...

— Lo sé, faltan Joey y...

— No. Hablo de una persona quizá desconocida. Hay una carta que tiene una X como remitente— terminó de cambiar a su hija y la cargó para avanzar hacia Jaden— ¿Sabes quién podría ser?

— ¿X?... No lo sé. ¿Ya leíste su cuaderno?

— Aún no lo termino. Pero hojee la mayoría y no encontré indicios de X

— Supongo entonces que la respuesta debe estar en alguna de las cartas. Y seguramente será la tuya.

— Atem, Joey y Seto ya llegaron — ambos miraron a Yusei quien había aparecido de la nada.

— Gracias— le entregó a Risa a sus cuñados y les pidió lo esperaran abajo. Iría en seguida.

•••

— Dios, es realmente muy tierno — dijo Tea al ver una fotografía de Josh en el celular de Joey— ¿cuántos años tiene?

— Seis— respondió el orgulloso nuevo padre

— Los felicito chicos. Realmente estoy muy feliz por ambos — las palabras de Tristán se sintieron como un abrazo al corazón para Joey, quien junto a Kaiba no dudaron en agradecer el comentario.

— Lamento que tuvieran que esperar — miraron a Atem quien entraba a la sala donde ya todos estaban sentados y felicitaban a los nuevos padres.

— Eso deberíamos decirlo nosotros — dijo Kaiba— de verdad lamentamos...

— No se preocupen. Entiendo que fue un poco complicado lo que les pedí a todos de un día para otro. Tuvieron que dejar pendiente su trabajo, a sus hijos... Pero agradezco que todos estén aquí.

— Yugi era amigo y familia, fue y será importante para todos. Si hay algo que quiso que supiéramos, sin duda estaríamos aquí— dijo Mana, quien hasta ese momento no habia dicho mucho.

El tricolor agradeció a todos nuevamente y entonces le dirigió una rápida mirada a su pequeña quien había vuelto a dormir y había sido colocada por Jaden en su portabebé que estaba junto a su sillón.

Atem tomó asiento junto a la caja que sostenía en manos y la colocó en la mesa de centro.
Todos miraban atentos y expectantes de lo que el tricolor tenía que comunicar.

— Jaden— habló — ¿Podrías explicarnos qué es esta caja?— Jaden, quien no había dejado de mirar la caja desde que Atem la había dejado en la mesa, tomó un profundo suspiro y relató.

— Hace unos meses atrás, cuando Yugi se enteró de su posible destino... Decidió que quería dejar todo listo para su posible partida. La cuál de hecho, consideraba como asegurada— sus ojos se aguaron pero continuó— Yugi quiso preparar esta caja donde metería ropa, pañales, leche, juguetes, libros, entre muchas otras cosas que quisiera heredarle a su hija y que ayudarían a Atem con el asunto de la paternidad individual— miró a su cuñado a manera de consuelo y éste le agradeció con una ligera sonrisa— Yugi me pidió que no le dijera nada a Atem sobre esta caja sino hasta un mes después de su partida. El motivo no me lo dijo pero, decidí respetar su elección.

— Yugi... Siempre pensando en todo — rió Tea. Aunque el ambiente se había tornado algo melancólico, los presentes tenían una ligera sonrisa al recordar a su buen amigo.

— Él siempre tuvo ese instinto maternal. Lo envidio por eso.

— Atem, le contarás a tu hija sobre esto ¿cierto?

— Por supuesto que sí, Mana. Mi hija tendrá siempre presente a su padre Yugi. Pero por ahora, quiero que ustedes lo hagan.

— Sabes que siempre tendremos presente a ese tricolor ojos de amatista.

— Y agradezco eso Tea. Pero ahora les diré el porqué de todo ésto. La verdad es que los cité aquí hoy para hacerles una entrega.— del cajón del mueble que estaba a su lado, sacó unos sobres y una libreta— Esto estaba dentro de la caja. Entre todas otras cosas, Yugi me dejó una libreta con consejos e instrucciones. Una de ellas decía que debía entregar éstas cartas a sus remitentes. No dice la forma de hacerlo, así que yo decidí que sería de esta manera.

— Idiota...— susurró Tea mientras intentaba suprimir el nudo en la garganta que se le había formado.

— En nombre de mi esposo... Les entrego esto.— dijo una vez le había entregado su sobre colorido a quienes correspondía— ustedes deciden su leerlo ahora o en la intimidad de sus casas. Pero el objetivo de ésto... Era amortiguar el golpe entre todos ¿no les parece?

— Al diablo la intimidad. Yugi hubiera querido que leyeramos esto en grupo. Después de todo... ¿No es así como siempre estábamos?— las palabras de Joey hicieron que algunos derramaran un par de lágrimas mientras otros solo sentían un nudo en la garganta.

Uno a uno y a su ritmo comenzaron a leer mentalmente aquellas hojas en las que Yugi había plasmado palabras sinceras, llenas de ternura y esperanza. Una confesión amistosa  acompañada de palabras de amor personalizadas para cada uno de sus amigos.
Las lágrimas no se hicieron esperar...

— Hermanito, gracias por guardarme el secreto. Lamento no poder decirte todas estas cosas en persona. Sé que hicimos muchos planes juntos cuando éramos más jóvenes. Te prometí que siempre estaría para cuidarte incluso de nuestros padres. Quedé como un mentiroso pero, espero que entiendas que había un ser más vulnerable ahora al que debía proteger. Jaden, has crecido mucho y te has vuelto muy fuerte. Usa ese valor, para cuidar a mi hija por mí....

— Yusei, gracias por estar para mí hermano en todo. Y gracias por no delatarme con Atem cuando te enteraste de mis planes. Eres definitivamente el mejor hombre que mi hermano pudo elegir como compañero de vida.
Cuida muy bien a mi hermano. Y de paso, por favor cuida de mi morenito....

— Joey, te felicito. Estoy seguro que para cuando estés leyendo esto ya eres papá. Tu deseo al fin se cumplió.
Sé que él o ella es un encanto. Cuida muy bien a esa criaturita. Serás un gran padre, amigo....

— Kaiba, en hora buena. Disfruta de esa paternidad deseada. Pero por favor, no te olvides de mi esposo.
Sé que ahora estarás ocupado cambiando pañales pero, no te olvides de echarle un ojo de vez en cuando....

— Mana, dulzura. Gracias por siempre cuidar de Atem. Sé que tú y él tienen un vínculo de amistad especial ya que crecieron juntos y se consideran hermanos. Y es por eso que soy seguro que no lo abandonarás. Él necesita mucho apoyo emocional. Sé que perderme a mí lo afectó mucho, pero necesito que sea fuerte para que pueda cuidar de nuestra hija. Así que por favor Mana, te suplico que cuando Atem se esté derrumbando, le des ánimos para que se levante. Hazlo por él...

— Tristán, no tengo más que palabras de agradecimiento por ayudarme con todo. Aquella deuda que decías tener conmigo finalmente fue saldada. Eres de mis mejores confidentes y en quien más confío para mantener a mi hija y a la de mi hermano con salud. Espero que mi sobrina pueda vivir una vida sin complicaciones. Te encargo a mis tesoros más preciados.
Muchas gracias amigo, deseo que vivas feliz y que al fin, hayas pasado página con aquel rubio que tenemos como amigo...

— Tea... Mi hermana de otra madre... Perdóname por irme sin despedirme. Perdóname por no decirte nada... Pero es que no podía hacerlo. No me atreví a decirte que podría morir. Tú siempre me protegiste, ahora yo quería hacer eso contigo. No sé si fue lo mejor porque creo que el dolor fue peor pero... De alguna forma lo hice. ¿Recuerdas esa última salida al muelle? Ese día te dije algo ¿Lo recuerdas?...

— Maldito idiota tricolor ojiamatista puercoespín...— susurró la castaña con una leve sonrisa— te despediste ese día de mí y no me di cuenta...

— Yo sé que sí. Y ya deja de llorar. Porque sí, estoy seguro que estás derramando lágrimas. Idiota.
Gracias por ser tan buena amiga Tea. Fuiste ciertamente mi mejor amiga, mi hermana, y es por eso, que quiero que seas como la segunda madre de mi pequeña. Sé que ya tienes 3 hijos preciosos, pero por favor, solo te pido que cuando se trate de problemas femeninos, seas tú quien pueda orientar a mi pequeña cuando Atem no sepa qué hacer.
Te quiero mucho hermanita, cuídate y nos vemos pronto... Bueno, espero que no tan pronto en realidad...

— Tea ¿estás bien?

— Estoy bien, Mana. Solo se me metió un puercoespín al ojo...—rió seguida de Mana y ambas se abrazaron.

— Mi morenito, ya pasó un més o quizá un poco más desde que ya no estoy a tu lado. Lo has hecho excelente desde entonces. Estoy orgulloso de tí amor mío. Sé que nuestra hija crecerá con el mejor ejemplo de nosotros dos, un padre trabajador, cariñoso y orgulloso de ella. Quisiera poder estar contigo haciendo al segundo hijo pero, tendrás que conformarte con haberme hecho solo una. Aunque dejame decirte que en los intentos de concebir estuviste fantástico~

—  Por dios, Yugi. Ni en momentos así dejas de hacerme sonrojar— pensó.

— Atem,  quiero que sepas que siempre puedes pedir ayuda cuando ya no puedas más, sé que lo sabes, pero quiero recordarte que tenemos muy buenos amigos que son como familia. Apoyate en ellos, estoy seguro que no te negarán nunca una mano. Hablale a Risa de mi, de cuanto la amé y la desee desde que supimos que estaba creciendo dentro de mi. 

Sé que harás un muy buen trabajo como padre, pero por si acaso, te dejé unos libros sobre paternidad primerisa dentro de la caja, además de una libreta con sonsejos e instrucciones de algunas cosas que debes saber. También dejé algunos objetos, sabes que siempre me gustó la organización, así que cada objeto tiene una etiqueta con un número, en la libreta están enumerados y dice para qué son. No podré estar presente para los cumpleaños de nuestra hija, por lo que dejé algunos regalos de cumpleaños para ciertos años especiales. Sé que harás todo para que ella los reciba y sepa, que los preparé con mucho cariño para ella.

Te amo Atem. El haberme casado contigo fue de las mejores cosas que me pasaron en la vida, y tú sabes como fue mi vida, asi que te agradezco el que hayas aparecido en ella. Cuida a nuestra pequeñita, cuida de tí. Y Atem, sigue con tu vida. No te cierres a nada, hazlo por mí. Si encuentras de nuevo el amor, no te alejes de él. Sea hombre o mujer, sólo te pido que te asegures que trate bien a nuestra hija. Y cuando llegue el momento, quiero que le des aquella carta blanca. No sé su nombre, por eso solo puse X como remitente.

Querido Atem, realmente espero que seas feliz otra vez...

El moreno estaba llorando mientras leía cada palabra. Todos tenían ese sentimiento de melancolía pero, cada carta contenía felicidad en ella. Había fotografias impresas en cada sobre, más de 2 hojas por persona en las que recordaban momentos felices junto al tricolor. Pedía disculpas y daba las gracias por diferentes motivos. No pasó mucho para cuando comenzaron a reir compartiendo las fotografías que cada uno tenía en su sobre. Compartían la experiencia, el momento, el recuerdo. Reían y lloraban a la vez. Fue un momento tan especial para todos pero sin duda lo fue más para Atem que finalmente, había dejado de sentirse solo.

Continuará...