Contradicciones
Escena eliminada de SMS, la historia de...
Nah, ni crean que les voy a spoilear. Después de la publicación del libro original pondré los nombres de ellos dos.
Ella lo conocía a la perfección. Él desconocía eso. La pantalla nunca fue un impedimento para que Ella pudiera desnudar su alma, sus miedos, sus incertidumbres.
Ella sabía bien cómo alargar una charla que ya tenía fecha de vencimiento. Sabía bien las palabras que lo incomodaban, las que liberaban aquel poeta que encerraba celosamente en lo más recóndito de su mente. Ella tenía la capacidad de hacerlo sonreír y hacerlo enojar en partes equitativas.
Él por su parte, se ocultaba lo más que podía. En vano. Ella ya lo conocía en demasía. Era todo un Capricornio laureado, desconfiado como Él solo, mostrando solo lo que Él quería dar a conocer. Tan hermético y misterioso que a los ojos de Ella era un libro abierto. Tan frío y tan cálido a la vez, haciendo honor al clima de la ciudad que los acogía. La cuidaba como a la flor más delicada, y la ignoraba como al rumor más infundado.
Ella y Él eran una contradicción, una charla de locos mientras los oficinistas van por café huyendo de sus jefes. Eran la izquierda y la derecha hablando de Pink Floyd y la bandita de moda pasajera. Eran el Superclásico del domingo, el agua y el aceite, la bella y la bestia. Eran todo y nada a la vez.
Una relación profunda y distante, tan lejos estando tan cerca. Él respetaba los límites a una distancia prudencial, a Ella le encantaba pisar la raya pero sin pasarse del límite. Porque Él sabía que todo estaba perdido, Ella también, pero prefería imaginar de cerca el cómo sería si alguno se pasara de la raya y escupiera su sentir.
Porque Ella lo quería y sabía que no lo podía tener, y lo cuidaba para la afortunada que lo tendría en su vida. Sin embargo, Él estaba enamorado hasta los huesos, quería todo con Ella, poco le importaban esas pequeñas diferencias que a Ella se le hacían enormes.
Y Ella lo sabía. Aun así lo quería, a pesar de su tosca manera de tratarla. Sabía que por Él hablaba la rabia de no tenerla. Y lo comprendía.
Y por eso se alejó. Porque sabía que su dolor se iría con los días, y al pasar del tiempo olvidaría que Él seguiría inmerso en la soledad por elección.
Él llegó tarde. Le tocará esperar otra vida para llegar primero a la de Ella.
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