IV - 𝐷𝑜 ♪
Por fin la lluvia estaba cesando y aunque el frío aún estaba presente, disfruté como nunca de mi estancia aquella tarde, mas eso me desconcertó.
Ella no estaba tocando su instrumento, sino que estaba recostada y sumamente relajada en el prado. Sin darme cuenta me encontré a su lado.
—A veces —pronunció extendiendo sus brazos—, lo natural es lo mejor.
Recorrí con mi vista nuestro entorno. Observé los árboles y en cómo se mecían debido al viento. Miré los arbustos mal podados que destacaban en una esquina —sonreí—. Presté atención al prado, especialmente donde ella se hallaba. Prontamente no fui capaz de concentrarme, pues mi mirada se posó en sus ojos, aquellos que me hicieron perder la noción del tiempo. Esperanza.
Me regaló una sonrisa y escuché una vez más su sonido.
Y poco a poco, sí, lentamente aquella placita se transformó de un lugar de sombras a uno lleno de luces.
Ella era verde,
me renovó.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top