8 | ¿Verdad o mentira?


J U E V E S

Matteo POV

Mi rostro no había cambiado en lo absoluto, no podía controlar la confusión que estaba sintiendo ya que por un lado quería creer que nada de lo que me habían dicho era verdad y por el otro, todo parecería tan cierto. Al principio cuando Luna me dijo eso pensé que todo era parte de una mentira para lograr separarme de Ámbar, es decir, le había dicho a la chica que me había confesado que sentía algo por mí que estaba confundido con su prima. Hasta yo haría lo que fuera por separarnos, pero ahora que su novio me repetía lo mismo me hacía creer que podía ser verdad, y lo peor es que no me quedaban recursos, no es como que pudiera acercarme a Jazmín, amiga de Ámbar, a preguntarle sobre ella.

Caminé al Roller dispuesto a patinar, quizá la pista podría ayudarme a aclarar mis ideas cuando al llegar me topé con Gastón cómodamente hablando con un chico que estaba casi seguro era del Blake, al final de cuentas era mi primera semana y no había convivido con nadie más que no fuera mi amigo o las chicas. Intenté pasar desapercibido ya que quería evitarme un interrogatorio por mi estado, pero tal pareciera que cada vez que queremos ser invisibles tenemos un reflector sobre nosotros, pues a pesar de estar a considerables metros, Gastón notó mi presencia.

–¡Matteo!– Gritó haciendo que me detuviera y girara para observarlo –¡Vení!– Suspiré y caminé hacía él.

–Gastón, no te había visto– Fingí una sonrisa para mirar al otro chico.

–Mira, él es Ramiro... Ramiro, él es Matteo, un amigo de Italia– Me presentó al chico de rulos quien me regaló una sonrisa.

–Mucha onda tienes tú con los italianos amigo– Bromeó a lo que solté una risa más que falsa, sé a que italiano se refería –Pues mucho gusto, soy Ramiro, el cantante y bailarín estrella del Roller... Y futuro rey de la pista– Arqueé las cejas al escuchar lo último.

–¿Rey de la pista? Creí que ese puesto ya estaba ocupado– Crucé de brazos mirándolos confundido.

–Por ahora, pero muy pronto ocuparé el lugar que debió ser mío– Soltó en un tono arrogante.

–Él habla de las próximas competencias, Matteo. La pareja ganadora recibe el título de reyes de la pista– Ese dato sí que era nuevo para mí –Ahora sólo tengo una pequeña duda amigo... ¿Cómo pretendes ser el próximo rey si no tenés una reina?

–Estoy trabajando en eso. Por lo pronto voy bastante bien. La pelirroja tiene asegurada la calificación del público por el canal, sólo queda practicar y practicar– Gastón rió, jamás me había sentido tan perdido en una conversación.

–¿Estás seguro que sólo eso te interesa de Jazmín?... ¿O no será que te pasa algo más con ella?– Alzó una ceja... Un minuto, una pelirroja Jazmín, esto significaba que estaban hablando de la amiga de Ámbar, ahora me empezaba a interesar la conversación.

–¡¿Qué?! ¿Estás loco? No, ahora no tengo tiempo para preocuparme por chicas, lo único que me interesa es ganar la competencia... Así que si me disculpan, tengo mucho por hacer, empezando por convencer a cierta chica...– Sonrió antes de irse dejándome a solas con Gastón y aunque tratara de escabullirme, sería imposible. Interrogatorio, ahí vamos.

–¿Qué tenés?– Preguntó apenas no había rastro del tal Ramiro.

–¿Cómo?– Cuestioné fingiendo desconcierto, pero al parecer me vendrían bien las clases de teatro, ya que no fui nada convincente.

–Quizá no seamos los mejores amigos pero es evidente que algo tenés... Así que sentate y contame qué es– Bufé tomando asiento.

–Es por algo que vi...

–Pues tiene que haber sido peor que un fantasma para que estés así– Bromeó sin obtener risas de mi parte.

–Peor– Frunció el ceño –Lo vi a Benicio... Con otra chica.

–¡¿Qué?! ¿Me estás cargando? ¿Es un chiste verdad?

–¿Te parece que voy a hacer un chiste con eso?

–Pe-Pero... ¿Con quién? ¿Dónde? ¿Qué estaban haciendo exactamente?– Preguntaba con la misma cara de sorpresa que antes.

–No lo sé Gastón, probablemente una inspección de traquea– Solté sarcásticamente –Y no sé quién era la chica... Camila se llamaba, no sé, no es importante ahora. Te estoy contando que lo vi a Benicio con otra chica.

–Perdón, es que... No sé... No quiero pensarlo. Benicio es mi amigo, pero antes que él Ámbar era mi amiga.

Abrí los ojos interesado, no sabía que Ámbar y Gastón eran amigos, pero claro, ahora me cerraba todo, él me había dicho que en mi clase estaban sus mejores amigas. Entonces se refería a ellas, por eso era amiga de Benicio. Al fin algo bueno pasaba hoy, tenía a alguien de quien obtener toda la información que necesitbaa.

–¿Ámbar es tu amiga?– Cambié completamente el tema.

–Mi mejor amiga. Nos conocemos desde el jardín. Pero Matteo, no es importante eso, me estás diciendo que su novio la esta engañando... Mi amigo.

–Espera, espera... Entonces si vos la conocés me podés ayudar.

–¿Podés dejar de hablar de lo qué no es importante?– Cuestionó alterado.

–No, no, es que tiene que ver con eso– Frunció el ceño –Necesito que me digas sobre Ámbar...

–No entiendo a qué te referís...

–Cuando le dije a Luna lo que sentía por ella, me dijo que...

–¡Espera, espera!– Interrumpió incrédulo –¿Le dijiste a Luna lo que te pasaba con ella?

–Sí, pero también le dije lo que me pasaba con Ámbar.

–¡Gran error!– Interrumpió una vez más.

–¡¿Podés dejarme terminar?!– Demandé con algo de furia logrando que callara –Luego de decirle que me pasaba algo con ambas, ella me dijo que no tenía porque creerle a Ámbar, que ella sólo estaba jugando conmigo. Y después Benicio me dijo lo mismo... ¡Benicio!, amigo si ambos dijeron lo mismo debe ser por algo, o no creo que su prima y su novio digan mentiras sobre ella. Vos sos mi única salvación... ¿Es eso cierto? ¿Acaso Ámbar me está engañando?

–¿Luna te dijo eso?– Preguntó y asentí –Me hubiera gustado advertirte antes amigo... Pero no me diste oportunidad.

–¿Advertirme de qué?– Bufó jugando con su cabello mientras que la confusión crecía en mí.

–De Luna. Mira Matteo, yo no soy quien para decirte con quien estar ni nada pero... Si me preguntas, te diría que te cuidaras de Luna.

–¿Cuidarme de Luna?– ¿Por qué demonios me tendría que cuidar de Luna? ¿De qué? Luna era la persona más directa que conocía.

–Sí amigo. Luna es impredecible, pero lo que sí sabemos todos es que le gusta que... Gusten de ella– soltó no tan convencido –Y no me gustaría que jugaran con vos. Pero ella es así, es conocida por estar con todos los chicos del Blake. Primero los seduce, los conquista, los ilusiona... Y cuando obtiene lo que quiere, los deja tirados– Hablaba con tanta firmeza que me hacía pensar que él había sido uno de ellos.

–¿Acaso vos...– Asintió avergonzado.

–Sí... Y es algo de lo que no me siento nada orgulloso... A pesar de todas las advertencias caí en su juego... Por suerte no pasó nada... Al menos no nada que ella quiso– Negaba repetidamente con confusión.

–No, no... Luna no es así, ¿okay? Ella me confesó que le gustaba, que sentía cosas por mí, que estaba dispuesta a hacer hasta lo imposible por estar conmigo... ¿Decís que sólo me está engañando? ¿Qué para ella soy un juguete?

–Matteo no te estoy diciendo nada de eso... Sólo te estoy pidiendo que te cuides, que no creas ciegamente todo lo que te dice... No sé, lo mío con Luna pasó hace mucho, quizá ella ya cambió, tal vez lo que siente por vos es verdadero... Pero la fama no se la quita nadie– Miraba a mi amigo sin entender ya nada más.

–¿Y entonces me decís que todo lo de Ámbar es inventado?

–¿Te es más fácil creer que Ámbar es así a que Luna te esté engañando?

–No. Pero no sé que pensar. Yo digo lo que veo y hasta ahora Ámbar parece sincera, pero Luna también.

–Dudo mucho que Ámbar te esté mintiendo, ella quizá tenga carácter y puede ser muchas cosas, pero sincera si es... Y a menos que la persona que yo conozco no exista más, ella no te está mintiendo– Un corto silencio se formó, tiempo suficiente para que me quedara pensativo con respecto a todo lo que tenía en mi cabeza –Y volviendo al primer tema... Opino que tenés que decirle lo que viste a Ámbar.

–¿Por qué yo? ¡Deciselo vos!... Ella es tu amiga.

–No, yo no puedo hacer eso... Benicio es mi amigo, no puedo llegar con Ámbar y decirle algo que yo ni siquiera vi.

–¿Significa que no me crees?– Musité sin energía.

–No, por supuesto que te creo Matteo, sé que sos capaz de hacer lo que sea, pero tampoco inventarías algo así. Sólo que Ámbar es una chica muy hermosa y creeme que no serías el primero en acercarte a ella con rumores sobre Benicio– Nuevamente escuché la frase, pero ahora en boca de mi amigo.

–¿Y si no han sido sólo rumores?

El caos que tenía en mi cabeza había superado todo hasta ahora, ya no sabía si creer en Luna, en Ámbar, en Benicio o siquiera Gastón. Yo estaba seguro de algo, Benicio engañaba a Ámbar y tenía que hacérselo saber cuanto antes, aunque eso me costara mi amistad con ella, prefería que no siguiera siendo traicionada. No lo merecía.

Y en cuanto a Luna y Ámbar, cada día estaba más seguro que la única manera de saber la verdad era estando con una, el problema es que no sabía con cual, ¿Ámbar me engañaba? O ¿Luna lo hacía? ¿O estaba siendo el juguete de ambas?

Luna POV

Que día más pesado el de hoy. Ni siquiera había terminado la primera semana de clases y ya presentía que este año escolar no sería nada fácil, mucho menos con todo esto que me estaba pasando. Y para terminar de arruinarlo, tenía que llegar a la mansión a soportar más Ámbar, con mi abuelo de visita, la casa se volvía un palacio para ella.

A veces me preguntaba lo mismo, ¿qué hubiera sido de mi vida si Ámbar jamás hubiera sido adoptada? ¿Yo fui la consentida aunque sea esos dos años libres de ella? Porque desde que tenía memoria y especialmente durante nuestra infancia, mis tíos se encargaban de llenarla de regalos y mimos, tal como si la estuvieran recompensando por algo, tal cómo lo hacía mi abuelo y Simón, al ser el único varón de esta casa, tenía el amor de todos, entonces, ¿dónde quedaba yo? Aunque sea tenía el amor de mis padres, pero ese, no era suficiente para mí, no a comparación del de ella.

Caminé arrastrando los pies decidida a llegar hasta mi habitación. Lo que más anhelaba era un largo baño e incluso una siesta, pero claro que tenía que encontrarme con él al apenas abrir la puerta y aunque era mi oportunidad de pasar tiempo con él sin "solecitos" interrumpiéndonos, la relación con mi abuelo estaba demasiado dañada, al menos para mí.

–¡Luna! Que bueno que llegas del colegio... Pero pareciera que en esta casa viven fantasmas– Bromeó al verme entrar –¿Cómo te fue en el Blake?

–Bien abuelo, me fue bien... Como siempre– Mentí sin moverme de mi lugar, no tenía ánimos de un interrogatorio.

–Me alegra escucharlo corazón... Pero contame más– Suspiré sin saber si acercarme o quedarme ahí.

–En realidad no hay mucho para contar, fue lo mismo de todos los días: clases, tareas y más tareas... Y hablando de eso, tengo mucha tarea, así que mejor...– Intenté seguir mi camino pero era misión imposible.

–Te entiendo, me alegra saber que ponés todo tu esfuerzo en el Blake. Y antes que te vayas, ¿sabés cuando llega Ámbar?– Hasta parecía un milagro que en toda la conversación no hubiera mencionado su nombre –Porque quedamos que me llevaría al Roller a verla patinar, pero simplemente no aparece.

–Tal vez se fue con sus amigas de shopping o está con Benicio abuelo, ahora si...

–Pero yo no entiendo porque no me aviso, hasta estaba pensando en llamarla– Ah pero las ganas que tenía de charlar eran enormes, cuando lo único que yo quería era irme –Pero bueno, debe de haber una explicación a todo esto... Ahora, ¿a vos no te gustaría que hiciéramos algo los dos juntos Luna?– Fruncí el ceño y por primera vez caminé hacia él unos pasos.

–¿Algo cómo qué?

–No sé, ¿qué te parece si vamos los dos al Roller? Así podría verte patinar amor, tiene tanto tiempo que no te veo subida sobre los patines, o podríamos ir a la plaza, a comer un helado, lo que vos quieras, mi amor– Una pequeña sonrisa nació en mi rostro, momentos como este los había esperado tanto tiempo.

–Me encan...– Comencé mi frase son esa misma mueca en el rostro.

Pareciera que el mundo en serio estuviera en mi contra. Nada le costó al universo darme esta oportunidad de hacer algo con mi abuelo sin tenerla a ella, nada le costó darme un momento con el que había soñado por tanto tiempo, pues enseguida, el teléfono de mi abuelo comenzó a sonar, no sólo interrumpiendo mi frase, sino logrando hacer sonreír a mi abuelo al leer de quien se trataba.

–¡Ámbar!– Su nombre cada vez se volvía más enfermizo para mí –Mi solecito, me alegra que al fin llames, estaba preocupado por vos.

–Lo sé, lo sé abuelo... Te pido mil disculpas, me atrasé ayudando a Delfi con un trabajo, pero ya estoy yendo para allá, apenas llegue vamos al Roller como habíamos acordado– Habló desde la otra línea haciendo que mi sonrisa se borrara por completo.

–Por supuesto mi cielo, yo acá te espero, te mando un beso mi vida– Continúo mi abuelo para que rodara los ojos.

Te quiero abuelo... En unos minutos estoy– Cortó el llamado dejando en mi abuelo la misma enorme sonrisa.

–Mucho mejor Luna, podemos ir los tres al Roller y así las veo patinar a mis dos nietitas... ¿qué opinas?

–Eh... En realidad... Recién me acuerdo que tengo mucha tarea abuelo, además estoy un poco cansada, prefiero quedarme a descansar. Pero vayan ustedes.

–¿Pero por qué Luna? Hace un segundo parecieras emocionada por el plan... ¿Te pasa algo mi amor?– Lo obvio, ¿qué más me podía pasar?

–No me pasa nada abuelo, ya te dije lo que es– Mencioné sin dirigirle la mirada.

–No sólo estoy hablando de hoy Luna, hablo de todos los días... Quiero saber que tenés conmigo, porque cada vez que intento acercarme, te alejas mi amor... ¿Qué te pasa?– Lo miré a los ojos confundida.

–¿De verdad no lo sabés?– Musité logrando que ahora él estuviera desconcertado –No puedo soportarlo, ¿okay? No puedo soportar que Ámbar sea la preferida.

–Pero mi amor, ya les he dicho hasta el cansancio que yo no tengo preferidas– Rodé los ojos ante su hipocresía –Yo las amo a las dos por igual, ambas son mis nietitas, ¿cuándo van a entender eso?

–No puedo hacerlo abuelo, no puedo hacerlo cuando es evidente que la preferís a ella. Las videollamadas, los mensajes, los regalos, los apodos, todo es para ella– Exclamé intentando contener un poco de mi furia pero era inevitable.

–Me parece que estás siendo muy injusta Luna, si pasa eso con Ámbar es porque ella siempre está dispuesta a estar conmigo, ella es la que me llama y cada que yo intento acercarme a vos, pasa esto... Te alejas. Te apartas.

–Lo hago porque nunca te importó pasar tiempo conmigo, sólo con ella...

–Con las dos Luna, ya te dije que yo las quiero a las dos por igual.

–Deja de mentirme abuelo, no soy una nena, es evidente que la preferís a ella... Sólo quisiera saber por qué, ¿Por qué a ella que ni siquiera lleva tu sangre? ¿Por qué no yo?

–Está bien. Reconozco que quizá siempre he tenido más apego con ella, pero no significa que la quiera más Luna, yo las amo a las dos por igual... Cuando Ámbar llegó a esta casa no quería despegarse ni un segundo de mí, le emocionaba la idea de tener un abuelo, mientras que vos preferías a tus padres y yo lo entiendo, vos eras una bebé apenas.

–Pero eso fue cuando la adoptaron, ¿por qué después? ¿Por qué todos la tratan como si fuera de cristal? Yo soy la bebé de esta casa y pareciera que todos tienen la obligación de protegerla, de pagarle por algo, es como si la estuvieran recompensando por algo.

–Tenés que entender, Luna, que la vida de Ámbar no ha sido fácil, no merece sufrir más. Ella llegó a esta casa para ser feliz y olvidar su pasado. Por eso todos queremos lo mejor para ella, para que no sufra más como lo hizo de bebé.

–¿Sufrir?– Fruncí el ceño –¿Sufrir de qué abuelo? Ámbar fue adoptada de un hogar dónde fue abandonada de bebé, ¿qué tanto sufrimiento pudo haber pasado?

–Eh... Yo... Yo hablo de...– Los nervios de mi abuelo crecieron en un segundo dándome a entender que algo sabía que yo ignoraba.

–Abuelo, ¿vos sabés algo de Ámbar que nosotros no?

–No. No hay nada que saber de Ámbar. Ella fue adoptada por tu tía cuando tenía tres años y nada más– Evitó todo contacto visual.

–¿Y entonces de qué sufrimiento hablabas?

–De... Del... Del que debe pasar cualquier nene que termine en un hogar. No debe ser fácil para ella no saber nada de su pasado.

Seguía sin creer una palabra de la boca de mi abuelo, él tenía la capacidad de mentir sin ser descubierto, pero si esta vez había logrado descubrir que estaba mintiendo era porque sea lo que sea que ocultaba de Ámbar, era algo muy importante. ¿De qué sufrimiento hablaba? ¿Será ese el motivo por el que todos la consienten? ¿Por algo qué pasó en su infancia? Y si el único motivo por el que yo había sido infeliz todo este tiempo era porque querían evitarle un sufrimiento a una desconocida. No sabía si aquello me aliviaba al saber que no era por algo que yo había hecho, o me enfurecía por saber que todo esto era para lo que era ella, una desconocida.

V I E R N E S

Ámbar POV

El último día de la primera semana de clases. No podía ni siquiera imaginar que no había pasado ni una semana luego de todo lo ocurrido: problemas con Benicio, con Luna, mi abuelo de visita, Matteo, todo parecía ser un caos, o mejor dicho era un caos, hasta hace unos días mi vida estaba en completo orden, pero ahora, la llegada de ese italiano había dado vuelta a mi mundo entero.

Y parecía que por más que quisiera no podía librarme de él, al parecer el profesor pensó que una buena idea de primer proyecto era asignarnos por parejas una fragmento de una obra conocida y debíamos presentarla para la siguiente clase, ¿y adivinen quién fue mi pareja? Por supuesto que Matteo, ¿y la obra? Mejor todavía: Romeo y Julieta, ¿por qué de todas las obras tuvo que tocarnos esa? Obra del destino.

Me encontraba con Matteo en una de las aulas del Blake dispuestos a ensayar los textos, no pensaba hacer esto en otro lado que no fuera el Blake, no quería causar confusión en nadie, Matteo era solo un compañero de colegio y nada más.

¡Oh Romeo, Romeo! ¿Por qué eres tú Romeo? Niega a tu padre y rehusa tu nombre; o, si no quieres, júrame tan sólo que me amas, y dejaré yo de ser una Capuleto– Leí el texto que correspondía a la escena.

Ni uno ni otro, hermosa doncella, si los dos te desagradan– Continúo él con gran seguridad.

–Ese no es el que sigue Matteo, otra vez... Apenas estamos cuando Romeo no muestra su rostro ante Julieta.

–Perdón, te juro que esta vez ya lo diré bien.

–Eso decís cada vez Matteo. En serio si no te interesa esto mejor...

–No, no es que no me interese Ámbar, es sólo que... Que estoy cansado. Llevábamos estudiando la letra por mucho tiempo...

–Y no sería así si te esforzaras Matteo– Hablé bufando.

–No, lo que necesitamos es un descanso, ¿no te parece?– Propuso dejando su guion a un lado.

–No. Yo tengo planes con Benicio así que sí querés terminar con esta escena, tenemos que seguir.

–Cinco minutos Ámbar, no se va a morir Benicio si no te ve– Exclamó mostrando los dedos de su mano –Creeme que lo sé– Habló a lo bajo pero alcance a escucharlo.

–Está bien... Cinco minutos y nada más– Ahora yo dejé mi guion.

–Gracias– Suspiró acomodándose en el asiento –Y no sé, contame algo.

–¿Algo cómo que?– Fruncí el ceño.

–No sé, sobre Benicio... ¿Cuánto tiempo llevan juntos?

–Mira Matteo, prefiero no hablar de Benicio con vos. No después de lo qué pasó...

–¿Y de qué querés que hablemos? Además, ya te pedí perdón por eso. Esta es mi manera de demostrarte que no quiero tener más problemas con él, ¿no te parece?– Cruzó de brazos logrando que rodara los ojos.

–Dos años. Lo conocí cuando entró al Blake hace cuatro pero en ese entonces no pasó nada. Fue hasta hace tres años cuando comenzamos a charlar más y no sé, una cosa llevó a la otra y acá estamos– Sonreí al recordar lo loco que había sido todo con Benicio hasta ahora.

–¿Dos años?– Preguntó incrédulo –Y... No sé, ¿Discuten mucho?

–Eso es algo entre nosotros Matteo, ¿okay?

–Estoy haciendo tema de conversación, no tenés porque ponerte a la defensiva. Además, solo pregunto lo que veo y es evidente que Benicio es muy celoso.

–Pues sí, es algo celoso, pero nada más...

–¿Y vos sos celosa?

–¿Pero qué interrogatorio es este?– Alcé ambas cejas.

–Sólo quiero conocerte. Es todo.

–No, yo no soy celosa. Yo le doy mi confianza a Benicio porque sé que no la va a traicionar. Él me quiere y me respeta– Veía en su rostro el esfuerzo por contener la risa.

–Sí claro...– Soltó sarcástico.

–¿Cómo?– Pregunté confundida.

–No, que se ve, digo...– Fruncí el ceño, la actitud de Matteo se me hacía bastante rara –Y no sé... Él parece tener muchas chicas detrás de él, ¿no crees?

–Sí, pero él no le da bola a ninguna. Él siempre me repite que no tiene ojos para nadie más que para mí– Soltó una risa burlona –Y yo creo todo lo que él me dice porque me ama.

–¿Y a vos?

–¿Qué si tenés muchos chicos detrás de vos?

–Los mismos patéticos de siempre que creen que dejare a Benicio por ellos. Inventan las excusas más nefastas para tratar de separarnos, para difamarlo, pero no entienden que yo no dejaré a Benicio nunca porque yo lo amo y el ama a mí...

–Si tan sólo supieras...– Volvió a susurrar ganándose mi furia por completo.

–¡Si me querés decir algo decilo Matteo! ¿De acuerdo?– Alcé la voz furiosa.

–¿Sabes qué? ¡Sí! Sí tengo algo para decirte... Porque no pude dormir toda la noche pensando la manera de decirte esto sin que pienses que soy un mentiroso, porque sé que cuando te diga lo que tengo para decirte no querrás creerme, porque estás aferrada que Benicio te ama cuando no es así– Escupió alterado.

–¡¿De qué estás hablando?!

–¡Hablo de que Benicio te esta viendo la cara! ¡Benicio te esta engañando con otra chica!– Mi rostro se volvió completamente serio –Los vi besándose ayer y lo peor de todo es que él te trató de difamar a vos. Me dijo cosas horribles de vos y yo no puedo permitir que se burlen de vos de esa manera Ámbar, ¡no lo voy a permitir! Abrí los ojos Ámbar. Benicio es una basura y te engaña en tu rostro... ¡Eso es lo que tengo para decir!

Miraba a Matteo confundida. Cuando le dije que más de un chico trataba de difamarlo a Benicio me refería a esto. Esto que volvió a pasar una vez más. Ya no sabía que hacer, no sabía si creerle o no, ¿Matteo me mentía? ¿O me decía la verdad?

»»»»»»»»»

¡Hola a todos! ❤️ ¡Lunes de Ella o Yo! Como amo los lunes por eso.

¿Qué les pareció el capítulo? Algo largo para mí, ¿Qué opinan de Gastón y Luna? ¿Qué sabrá Alfredo? ¿Matteo creera en Ámbar o en Luna? Y más importante todavía, ¿Ámbar creerá en Matteo?

Capítulo dedicado a valeescobedo21 luego de hacerme sufrir tanto 😂❤️¡Dedico el próximo capítulo a la lindura que comente más!

Capítulos todos los Lunes.

Voten ⭐️ si les gustó y Comenten 💬 cuál fue su parte favorita.

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