55 | Charlas


D O M I N G O

Ámbar POV

Dos días. Eso es lo que había transcurrido, y en dos días, mi vida verdaderamente había dado un giro de 180 grados. Nueva casa, nueva familia, nuevos sentimientos, nuevo todo.

Estaba consciente que nada volvería a ser igual luego de que se revelara toda la verdad, pero tampoco me imaginé que el mundo comenzaría a verse de otra manera, de una manera que aun me asustaba.

Todo se sentía tan extraño para mí y sinceramente no estaba segura si algún día podría llegar a acostumbrarme a esta nueva vida, a esta nueva Ámbar que aunque estaba feliz de haber descubierto, seguía resultando desconocida para mí.

Es por eso que decidí aferrarme a lo que nunca cambiaría: el Roller y mis amigos, ellos ahora eran lo único que tenía que me llevaba a los viejos tiempos en los que todo era más sencillo, irónicamente más sencillo.

—Aun no puedo creer nada de lo que me estás contando, amiga.

Soltó Jazmín en un hilo de voz provocando que involuntariamente agachara la mirada, yo tampoco podía creer que luego de tantos meses de guardarles secretos a mis mejores amigas, por fin había decidido decirles toda la verdad.

—Lamento no haberles dicho nada antes— Exclamé aun con la mirada baja provocando que la mano de Delfi termine sobre la mía.

—No tenés porque pedirnos perdón, Ámbar, nosotras entendemos perfecto, ¿o no, Jazmín?

—Obvio, amiga.

Replicó apresurada Jazmín tomando mi otra mano causando que levantara la mirada para encontrarme con sus reconfortantes sonrisas que me hicieron cuestionarme si todo hubiera sido más fácil si les hubiera dicho la verdad desde el inicio, al menos no habría afrontado todo yo sola.

—Aun así me siento mal por haberles estado escondiendo tantos secretos, a ustedes, a mi familia, a Simón...— Hablé apretando la mirada al mencionar su nombre —Yo no soy así.

—Simón jamás podría culparte por lo que hiciste, y sí, al principio le costó entenderlo pero luego de hablar con él sabe porque hiciste lo que hiciste— Respondió Delfi sonriente.

—Y nunca podré agradecerte por eso, Delfi, te juro que luego de ver su rostro destrozado ese día pensé que nunca volvería a ser el mismo— Sonreí —En verdad sos lo mejor para él.

—Yo lo amo, Ámbar. Lo amo de la misma manera que te amo a vos y lo más importante para mí es que las dos personas que más me importan en este mundo estén bien.

Mi mirada y la Delfi se iluminaron ante sus palabras, ella era mi mejor amiga desde que tenía memoria y nunca me había quedado duda de que ella era una de las mejores personas que tenía en mi vida, una que no me molestaría compartir con Simón por el resto de las nuestras.

—¿Y yo qué?— Intervino Jazmín indignada provocando que ambas riéramos.

—Vos sos la tercer persona que más me importa en este mundo, celosita.

Exclamó Delfi divertida para soltar mi mano y sostener a Jazmín en un abrazo que le devolvió la sonrisa a su rostro y dibujó una más grande en el mío.

—¡Tengo una idea!— Soltó Jazmín entusiasmada —Esta noche vamos las tres al cine, hace tanto que no hacemos algo juntas. Estrenaron una nueva película que muero por ver y podemos comprar todos los pochoclos salados que vos quieras, Ámbar, y todos los caramelos que vos quieras, Delfi, y, no acepto un no como respuesta.

Delfi y yo intercambiamos miradas inseguras —Supongo que entonces no tenemos opción— Rió Delfi.

—Hecho, Jazmín.

—¡Sí!— Celebró mi pelirroja amiga a lo que no tardamos en unirnos.

—Jaz...

Aquella voz masculina provocó que nuestras risas se callaran y Jazmín enfocara su mirada en él.

—Rami— Soltó dibujando una instantánea sonrisa en su rostro —¿Qué hacés aquí?

—Vine por ti... Tal como quedamos anoche.

—¡Tenés razón! ¡Tenés razón! ¡Lo siento!

Exclamó velozmente Jazmín tomando sus cosas para ponerse de pie y quedar junto a Ramiro quien no tardó en unir su mirada con la mía y regalarme una pequeña sonrisa que me obligó a ponerme de pie para quedar frente a ellos.

—¿Tienen una cita?— Inquirió Delfi pícara.

—Rami me invitó a una comida familiar. Voy a conocer a sus padres— Respondió Jazmín.

—Vaya— Musité —Eso hace que me sienta peor por no haber tenido oportunidad de felicitarlos hasta ahora.

—Gracias, pero la competencia fue hace mucho reina Smith— Bromeó Ramiro a lo que rodé los ojos.

—Sabés que no me refiero a eso, aunque también, felicidades por ser los nuevos reyes de la pista— Sonreí —Me alegro mucho por los dos, se ve que lo suyo es en serio y es real.

La sonrisa de Ramiro se transformó mientras que su mano se entrelazó con la de Jazmín. Sí, hace un par de días, Ramiro y Jazmín habían oficializado su relación, y al parecer, iba más en serio que ninguna otra.

—Lo es— Contestó Jazmín.

—No te atrevas a lastimar a mi amiga, Ramiro, porque la vas a pasar muy mal— Dije firme a lo que él sin importarle rió.

—Nunca lo haré. Yo a Jaz la amo en serio— Suspiró sonriente.

—Lo sé.

—¿Vos cómo estás?— Inquirió tomándome por sorpresa.

—Bien— Respondí luego de una larga pausa.

—Bien— Sonrió —Me alegro. ¿Vamos, Jaz?

Jazmín asintió y dedicándome unas últimas miradas, ambos se dispusieron a caminar fuera del Roller dejándonos a Delfi y a mí solas.

—¡No, no, no, no!

La voz de Delfi fue ahora la que interrumpió con el momento haciéndome girar para encontrarla de pie tomando sus cosas a la misma velocidad que Jazmín lo había hecho segundos atrás.

—¿Qué ocurre?— Cuestioné confundida.

—El programa empieza en una hora y le prometí a Simón que estaría ahí con él y es tardísimo. ¿Te importa?— Reí para negar.

—Para nada, es más, yo debería también irme a casa, mis padres y mi abuelo no quieren perderse la primer entrevista oficial de Simón.

—Nos vemos en la noche entonces.

—Deséale suerte a Simón de mi parte.

—Lo haré.

Soltó Delfi sonriente para correr a toda velocidad fuera del Roller dejándome ahora completamente sola.

Sinceramente, yo también había olvidado la hora, y en tan sólo una, mi hermano tendría su gran entrevista junto a Roller Band en dónde presentarían su nuevo y segundo sencillo, algo que por nada del mundo pensaba perderme, por lo que, pensé que era hora de irme y por ese motivo, fui yo ahora quien tomó sus cosas encaminándome hacia la salida del Roller.

—¿Tenés un minuto?

No pude evitar detenerme en seco ante esa inconfundible voz y girar encontrándome frente a frente con él. Nunca podría equivocarme, era Matteo.

—Claro— Respondí insegura —Estaba por irme a casa, pero...

—Te acompaño— Se ofreció apresurado.

—N-No vivo más en la misma casa, Matteo.

—Quiero hacerlo. Te acompaño hasta donde sea necesario.

Suspiré para asentir dibujando una mueca en mi rostro y sin perder un segundo, ambos salimos del Roller hacia el que ahora era el nuevo camino a mi nuevo hogar.

—¿Tiene qué ver con el qué hayas desaparecido estos días?— Soltó repentinamente Matteo tomándome por sorpresa.

—¿Cómo?— Fruncí el ceño.

—El que ya no vivas más en la mansión.

Suspiré —Sí. Sí, tiene que... Estos últimos días han sido muy intensos, Matteo.

—¿Y está todo bien?

—Ahora lo está— Asentí sonriendo a lo que él imitó mi acción.

—Ya sabés que me podés contar cualquier cosa, Ámbar, cualquiera, yo... Yo quiero que sepas que quiero recuperar la confianza que algún día tuviste en mí y...

—Descubrí que mi tío Bernie es en realidad mi padre.

Solté sin pensarlo dos veces callando a Matteo y provocando que se detenga en seco para mirarme atónito. En verdad no lo pensé, simplemente lo dije, pero no quería seguir guardando el secreto, no quería seguir guardando ningún otro secreto.

Suspiré dispuesta a sacarlo todo, tarde o temprano, Matteo y todo el mundo sabrían la verdad, y prefería que él lo hiciera de mi boca y no de la de alguien más.

—El día de mi fiesta de cumpleaños conocí a mi madre, mi madre biológica. Ella me dijo porqué me dio en adopción y que todos estos años intentó acercarse a mí una y otra vez. Yo accedí a que fuera parte de mi vida y hace poco más de un mes, me confesó que Bernie Benson era mi verdadero padre y que él intentó hacernos daño a las dos con tal de que ni mis padres, ni mi tía Lily supieran de mi existencia. Mi madre queriendo protegerme me dio en adopción a mis padres y Sharon supo todo este tiempo quien era yo y guardó el secreto para que yo pudiera estar a salvo. Ahora todo se acabó, hace unos días toda mi familia descubrió la verdad y las cosas cambiaron por completo.

Escupí sin detenerme en un sólo momento y causando que la mirada de Matteo se pierda en mis ojos sin que pudiera decir una sola palabra. Lo que me tomó meses asimilar lo estaba forzando a hacerlo en segundos.

—Eh... N-No... No sé que... Como...

—No espero que me digas nada. Sé que no hay palabras correctas para cuando tu ex novia te dice que su tío es en realidad su padre y su familia está hecha de mentiras— Matteo soltó una ligera risa que sin importarme nada, me hizo sonreír.

—Pero siento que debería decirte algo... ¿Cómo estás realmente?

Suspiré —Sigue siendo todo confuso y aun tengo en mí esa sensación de que todo lo que viví algún día no fue real, pero, he tenido suficiente tiempo para acostumbrarme a la idea de que todo lo que me fue ocultado o le fue ocultado a mi familia fue para protegernos. Al final de cuentas, no soy yo quien se llevó la peor parte de todo.

—¿Lo decís por tu tía Lily?

Asentí —Por mi padre, por Simón, pero especialmente por mi tía Lily y por Luna. Me siento horrible por haberles causado tanto daño.

—Vos no tenés la culpa de nada, Ámbar.

—Lo sé, y sé que Luna me lo dijo pero yo no puedo evitar sentirme terriblemente culpable porque me pongo en su lugar y me imagino lo mal que la deben estar pasando, especialmente luego de haberse enterado de los otros secretos de Luna.

—¿De Luna?

Apreté mis ojos para desviar mi mirada de la de Matteo, como dije antes, no pensaba lo que decía, simplemente lo decía y ahora había confesado lo único que me había prometido guardar para mí.

—Olvida que dije eso, Matteo.

—No puedo hacerlo— Negó —¿Pasó algo con Luna? ¿Algo más?

—No me corresponde a mí decírtelo y no sé si Luna quiera hacerlo.

—Entonces sí pasó algo.

—Matteo, lo que pase con Luna es asunto de Luna y si te interesa entonces tendrás que hablar vos con ella— Exclamé dura.

—Lo lamento, tenés razón, no es la mejor idea hablar de Luna con vos— Llevó su mano a su nuca en un acto de nerviosismo.

—No es eso, es...— Suspiré —Lo qué pasó entre Luna, vos y yo quedó en el pasado para mí, Matteo, y quiero que se quede ahí para siempre.

—¿Y entonces?— Tragué saliva con dificultad para unir mi mirada con la suya.

—Hay cosas de Luna que no sabés y que yo jamás me atrevería a decirte a menos que ella quisiera. Al final de cuentas es mi hermana y nunca la traicionaría.

—Lo es...

—Si aun te queda en tu corazón algo de afecto por Luna... Habla con ella, Matteo. Yo sé que le hará bien saber que hay personas en este mundo que se preocupan por ella. Porque vos lo seguís haciendo, ¿no?

Matteo me miró inseguro por un par de segundos hasta que tomó el valor suficiente para asentir, tal como deseaba que lo hiciera.

—¿Aun querés qué te acompañe?— Inquirió a lo que reí.

—Hoy más que nunca lo quiero.

Sonreí para continuar caminando junto a Matteo. Algo que nunca volvería a ser igual, lo sabía, pero quizá no quería que fuera igual, quería que fuera diferente a como fue la primera vez, quería pasar tiempo con Matteo y dejar que sea el destino esta vez el que decidiera si nuestros sentimientos algún día podrían renacer. O no lo harían nunca más.

Simón POV

—¡Cinco minutos!

Gritó uno de los técnicos a una de las cámaras ocasionando que mi corazón latiera con mayor velocidad y abriera los ojos que hasta ahora había mantenido cerrados para hallarme con la estilista que por los últimos quince minutos había estado "trabajando con mi rostro".

—Tranquilo, mi amor...

La dulce de voz de Delfi provocó que girara para cambiar mi mirada del reflejo en el espejo hasta encontrarme con sus chinitos ojos marrones que me observaban con una enorme sonrisa.

—Siento que mi corazón quiere salirse de mi pecho.

—Eso es bueno— Rió para ponerse de pie —Eso significa que esto es lo que querés. El día que no lata con esta misma intensidad entonces ya nada tiene sentido. Pero tenés que intentar controlarte.

—En verdad no sé que haría sin vos— Negué mientras la estilista se alejaba de nosotros.

—¡Tres!— Interrumpió la voz sólo haciendo que mis nervios crecieran.

—Lamento haber llegado tarde— Se apresuró a decir Delfi.

—Eso ya no importa— Respondí velozmente —Lo importante es que estás aquí— Dije para tomarla de ambas manos.

—Siempre, mi amor, siempre voy a estar.

—Te amo— Susurré a lo que ella respondió soltando una tierna risita.

—Yo te amo más.

Contestó en el mismo susurro para unir rápidamente sus labios con los míos en un beso que hizo que por una milésima de segundo olvidara que me encontraba en el set del programa que música que había observado desde que tenía memoria y que los artistas que tanto admiraba, habían pisado a lo largo de tantos años.

—Simón, es hora.

La voz de Bruno hizo que ambos nos separáramos y asintiera para unir una última vez mi mirada con la de Delfi quien me asintió sonriente dándome la confianza y la calma suficiente que necesitaba para poder salir al aire.

—Vos podés. Es tu hora de brillar.

Reí para mandarle un beso a la distancia y siendo prácticamente arrastrado por Bruno, llegué hasta el punto de entrada encontrándome a Pedro y Nico siendo también arrastrados por Blas y Eliana desde dónde se hallaban con sus novias Yam y Nina quienes al igual que Delfi, habían asistido para apoyarnos en uno de los momentos más emocionantes de nuestras vidas.

—¡Acción!— Gritó el técnico ocasionando que las cámaras se encendieran y con ellos, el momento comenzara.

—¿Están listos?— Inquirió Blas a lo que los tres asentimos silenciosos incapaces de poder hablar de la adrenalina.

—Es un momento único. No lo arruinen— Dijo firme Eliana a lo que los tres volvimos a asentir temerosos —Éxito, entonces.

Sonrió de repente para alejarse en compañía de Bruno y Blas dejándonos completamente solos y ocasionando que nuestros nervios aumentaran.

—Es ahora, chicos, lo que siempre soñamos— Musitó Nico.

—Vamos a romperla, ¿sí?— Continuó Pedro.

—Vamos Roller Band.

Finalicé para colocar mis brazos sobre sus hombros y unirnos en un rápido abrazo que se vio finalizado por la voz del causante de todo esto: Daniel Toscano.

—... Ellos son Pedro Arias, Nicolás Navarro y Simón Smith, integrantes de la banda del momento: ¡La Roller Band!

Nico y Pedro sin dudarlo ingresaron al set y cerrando los ojos para soltar un profundo suspiro, imité su acción dando inicio a nuestra primera entrevista oficial.

Los tres saludamos a Daniel bajo el sonido de los aplausos del público presente para tomar asiento en el sillón que nos aguardaba.

—Bienvenidos chicos— Soltó Daniel entusiasmado —¿Cómo están? ¿Cómo se encuentran?

—Increíbles, súper emocionados de estar aquí y súper agradecidos de que nos hayas invitado— Respondió sin dudarlo Nico.

—Los tres hemos visto el programa desde que tenemos memoria que estar aquí es verdaderamente un sueño hecho realidad— Completé obteniendo aplausos ante mi respuesta que sólo lograron que mi sonrisa creciera.

—No dudo que todo esto que están viviendo pareciera ser un sueño y quiero que me cuenten, ¿cómo surge la Roller Band?

—La Roller Band comenzó como un juego de nenes— Intervino Pedro —Los tres hemos sido mejores amigos desde siempre y la música siempre fue algo que nos unió, y así, jugando fue que nació la Roller Band.

—¿Y el nombre? ¿A quién se le ocurrió? ¿Quién lo propuso?

Reí —Yo creo que fue algo de los tres también. Además de la música, los tres patinamos en un lugar que se llama el Jam&Roller, ahí fue justamente dónde comenzamos a componer y a crear nuestras primeras melodías, que sentimos que no hay nada mejor que pudiera definirnos que ese lugar.

—Así que cantan juntos, componen juntos, patinan juntos... ¿Hay algo que no hagan juntos?— Cuestionó Daniel divertido.

—Nosotros dejamos de ser amigos hace bastante tiempo y nos volvimos hermanos, hermanos inseparables— Respondió Nico.

—Obviamente como todos los hermanos, tenemos nuestros desacuerdos y nuestras peleas pero, siempre hallamos el camino de vuelta al otro— Asentí dedicándoles miradas a ambos.

—Y yo creo que ese es el secreto en su éxito, la química que ustedes tienen traspasa todo y se refleja en su música...

—Lo hace. Cuando creas con gente tan importante para vos las cosas fluyen y los sentimientos se hacen más fuertes, y creo que la gente ha podido sentirlo— Comentó Pedro.

—No lo dudo, de otro modo no tendrían el éxito que tienen ahora y habrían logrado posicionar su sencillo "Alzo mi bandera" en los primeros lugares.

—Eso se lo debemos a nuestros fans— Intervino Nico —Sin ellos nada de esto sería posible y estamos eternamente agradecidos con ellos, por darnos una oportunidad y por confiar en nosotros.

—Y es por eso motivo que hoy vienen con una enorme sorpresa para ellos... ¿No?— Sonrió Daniel a lo que los tres asentimos.

—Dos sorpresas en realidad— Agregó Pedro —La primera es que... En exactamente tres semanas estrenaremos nuestro primer álbum titulado Modo Amar.

La audiencia no pudo evitar estallar en aplausos y eufóricos gritos que hicieron que mi corazón y los de los chicos se contrajeran. Otro sueño a punto de volverse realidad.

—¡Eso es asombroso, chicos!— Festejó Daniel junto al público.

—Y la segunda sorpresa es que hoy venimos a presentarles nuestro nuevo tema que formara parte del álbum, Tiempo de Amor— Soltó Nico volviendo a obtener gritos y aplausos del público.

—Ese es un gran título para una canción, ¿estará inspirada en alguien?— Inquirió pícaro Daniel causando que los tres riéramos.

—Lo está. Es una canción que escribimos hace un tiempo para las chicas más maravillosas del mundo que se robaron nuestros corazones— Respondí sonriendo enormemente.

—¿Eso quiere decir que sus corazones ya tienen dueñas?— Alzó ambas cejas Daniel.

—Las tienen. Ellas son nuestra inspiración y uno de los regalos más lindos que nos dio la vida.

Seguí para desviar mi mirada hasta encontrarla con la de Delfi quien se encontraba junto a Yam y Nina quienes observaban embobadas a mis mejores amigos, y sin dudarlo, le guiñé un ojo que provocó que sonrojara sus hermosas mejillas lo cual sólo hizo que mi sonrisa creciera.

—Entonces creo que ellas disfrutarán mucho escucharlos al igual que todo el público presente y la audiencia que nos está viendo desde sus hogares. Chicos, el escenario es suyo.

Soltó Daniel por lo que los tres nos colocamos de pie para dirigirnos al pequeño escenario en donde nuestros instrumentos esperaban por nosotros.

Nos colocamos estos velozmente y dedicándonos una última mirada, nos dispusimos a cantar, a hacer lo que más amábamos en este mundo.

🎶Al verte algo está mal
Me gustas y no, no
No entiendo si siempre fuiste tan distante, tan arrogante

Te acercas y me cuesta hablar
Me miras y no, no
Y pienso si es verdad lo que siento
Solo un momento

¿Esto es amor o es una señal para escaparle al miedo?
No puedo evitar mi estupidez
Este no soy yo, oh, no

No digas nada
Solo tómate un tiempo
Un tiempo de amor

Ya no preguntes más
Y cierra los ojos
Sentir es mejor
Quizás sea el momento de tomar un tiempo
Un tiempo de amor🎶

Seguimos cantando bajo los gritos, aplausos y bailes del público.

Quizá hace un par de días mi vida estaba de cabeza, pero eso había llegado a su fin, los secretos que por tanto tiempo habían mantenido a mi familia alejada, hoy por fin quedaban en el pasado.

Mi familia se recuperaría y volvería a ser la misma amorosa que yo recordaba, mi vida volvería a ser la misma, o sería mucho mejor, definitivamente lo sería ahora que me hallaba cumpliendo mi sueño, el sueño de mi vida.

Luna POV

Suspiré para continuar cepillando mi cabello sosteniendo mi mirada con la del reflejo en el espejo de la que ahora era mi nueva habitación, mi nueva habitación de mi nuevo hogar.

Luego de lo ocurrido días atrás, más específicamente luego de mis padres y todos supieran el secreto de Mariano había accedido a vivir con mi mamá.

No podía ni imaginar lo destrozada que debía sentirse. O quizá sí podía porque de alguna u otra manera yo había estado en su lugar y además, no sólo ella se había enterado que su marido la había engañado por dieciocho años, sino que yo me había enterado que mi padre había engañado a mi madre por todos esos años y que encima de todo, tenía una hermana.

Además, no podía seguir viviendo en la mansión, la mansión en la cual me fue arrebatada mi inocencia, me fueron destrozados mis días de infancia, me convertí en el monstruo en el que había sido hasta ahora.

Pero todo había llegado a su fin.

El karma había hecho lo suyo y vaya que no había escatimado conmigo, pero al menos me había servido para que detuviera todo y me diera cuenta que no quería ser más la persona que había sido los últimos años, quería cambiar, necesitaba cambiar.

El sonido de unos golpes en mi puerta provocaron que saliera de mis pensamientos para enfocar mi mirada en la puerta encontrándome con mi madre abriendo esta lentamente.

—¿Te ibas a dormir, mi amor?— Cuestionó abriendo los ojos como platos.

—Sí, estoy cansada y...

—Alguien vino a verte— Exclamó interrumpiendo mi respuesta y provocando que frunciera el ceño.

—¿A mí?— Ella asintió —¿Nina?— Negó —¿Quién?

—Creo que es mejor que lo veas por vos misma.

Soltó dibujando una ligera sonrisa en su rostro que sólo logró confundirme más. ¿Quién podría visitarme a mí? ¿A la chica más odiada de todo Buenos Aires?

No obstante, no tuve más remedio que dejar el cepillo y encaminarme hacia el living del apartamento de mi madre provocando que me detuviera en seco al apenas mis ojos unirse con los suyos. Era imposible.

—Hola, Luna.

Mi ceño instantáneamente se frunció una vez más sin poder creerlo. No estaba alucinando, en verdad era Matteo quien se hallaba parado en mi living.

—¿Matteo?— Musité —¿C-Cómo... Cómo sabías que estaba viviendo aquí?

—Yo mejor los dejo solos para que puedan charlar tranquilos. Charlar, ¿sí?

Asentí sintiendo mis mejillas arder de la vergüenza. No era fácil mirar a tus padres después de haberles confesado una sospecha de embarazo. Era obvio que la confianza jamás iba a volver.

—¿Cómo estás?— Inquirió Matteo al no haber más rastro de mi madre.

—No respondiste mi pregunta— Solté ignorando la suya —¿Cómo sabías que vivía aquí?

Matteo tragó saliva con dificultad —Ámbar me dijo.

Asentí para soltar un bufido y encaminarme hacia el sillón del living para tomar asiento sobre él. Sabía que era mucho pedir que él hubiera venido por su propia voluntad. Al final de cuentas, yo le había causado tanto daño que no merecía ni la más mínima de su preocupación.

—Claro, debí imaginarme que ella te obligó a venir.

—Ella no me obligó a nada— Negó para apresuradamente tomar asiento a mi lado —Si estoy aquí es porque quiero estarlo.

—Porque supongo que querés una explicación luego de haberte enterado de lo que ella te contó.

—Estoy acá justamente porque quiero que vos me cuentes que fue lo qué pasó. Ella no me dijo nada... Dijo que no se atrevería a traicionar a su hermana— Bufé rodando los ojos.

—Entonces sí te dijo algo.

—Luna, ¿cómo estás?— Repitió firme.

—¿En verdad te interesa?— Escupí —Matteo, ¿por qué estás aquí?

—Luna no puedo hacer como si lo nuestro nunca hubiera pasado. Intenté enterrarlo, olvidarme de ello, pero muy en el fondo sabía que nunca podría hacerlo. Vos eras y sos muy importante para mí.

—Basta, Matteo...— Supliqué desviando mi mirada de la suya.

—¿Por qué querés qué pare?— Cuestionó demandante.

—Porque no quiero seguir sufriendo, no quiero que me digas mentiras.

—No son mentiras, Luna.

—¿No son mentiras? ¿Vos seguís preocupándote por mí luego de haberte enterado que fui yo quién armó todo un estúpido plan para separarte de tu novia que era su prima pero en verdad es su hermana?

—¿Por qué te cuesta tanto creerlo?

—Porque nadie se preocupa por mí, nadie nunca se preocupó y ciertamente nadie nunca se preocupará.

—Yo lo hago.

—¡Basta!

Alcé la voz y antes de que pudiera reaccionar, Matteo se aproximó hacía mí para sostenerme en un fuerte abrazo que me tomó por tanta sorpresa que me dejó estática.

Lo pude sentir. Una vez más pude hacerlo. Pude sentir sus latidos sobre los míos, pude sentirlos como los sentí hace tanto tiempo cuando mi corazón latía por él, latía de la misma manera que estaba latiendo ahora.

—¿Por qué hiciste eso?— Pregunté negando al momento en que tomó distancia de mí.

—Porque se ve que lo necesitabas.

Sin poder evitarlo, mis ojos se cristalizaron —Matteo, hasta hace unos días pensé que estaba embarazada.

Escupí causando que Matteo palideciera al instante, era inevitable que lo hiciera, que cualquiera lo hiciera al escucharlo salir de mi boca, pero más alguien cómo él que sabía lo que aquello podía significarse.

—¿De...

—No, no de vos ni de los otros tres chicos con los que estuve después de que termináramos— Suspiré armándome de valor para decir lo siguiente —Pensé que estaba embarazada de Mariano.

—¿M-Mariano?— Musitó en un hilo de voz —¿Mariano, Mariano?

—Mariano. El mismo Mariano que conociste en la mansión. El mismo que me viste odiar con cada parte de mi ser. El mismo con el que tuve relaciones una y otra y otra vez. El mismo que se aprovechó de mi inocencia de trece años y me quitó la virginidad. El mismo que me dijo que en la vida lo único que verdaderamente importaba era el sexo. El mismo que me convenció de creer en eso y me convirtió en la basura de persona que he sido, en la Luna que todo el mundo odia, la mierda de la que te enamoraste y te hizo tanto daño.

Matteo suspiró procesando mis palabras en completo silencio, no esperaba que dijera nada, nada podía decirse después de lo que yo había dicho, nada que valiera la pena. O al menos eso pensaba.

—No. No, yo no me enamoré de esa Luna.

—Matteo...

—No, Luna. El día de la fiesta de Ámbar vos no querías nada conmigo y fui yo quien te convenció, quien te besó y... Todo el tiempo que estuvimos juntos vos te preocupaste por mí, vos te enamoraste en serio de mí...

—¿Cómo estás tan seguro de eso?

—Porque lo pude ver en tus ojos. Lo puedo ver ahora. Mírame a los ojos y decime que es mentira...

—Matteo...

—Mírame, Luna.

Demandó tomándome de ambas manos y causando que levantara mi mirada para unirla con su brillantes y profundos ojos marrones que hicieron que mis latidos una vez más perdieran su ritmo.

—Matteo, vos has sido la única persona de la que me he enamorado en la vida.

Dije en un susurro provocando que deje ir mis manos y relamiendo mis labios junto a un suspiro asentí para seguir mirándolo fijamente.

—Con vos recuperé la ilusión que algún día tuve en el amor y que Mariano me arrebató. Por eso exploté cuando él regresó. No sólo me recordó el daño que me había causado sino que me hizo recordar que yo no estoy hecha para el amor. No sé como amar y no sirvo para ser amada.

—Yo me enamoré de vos y sé que vos te enamoraste de mí.

—Eso fue antes de que supieras acerca de mi plan. ¿Algún día podrás olvidarlo?— Cuestioné sintiendo mis ojos cristalizarse.

Matteo negó junto a un suspiro —No creo que pueda olvidarlo.

—Así como tampoco he podido olvidar el día en que me llamaste zorra— Matteo abrió la boca y sin dudarlo seguí —Lo dijiste y está bien, eso era y eso fui todo el tiempo que no estuve con vos.

—Lamento tanto haberte hablado de esa manera, Luna— Se disculpó Matteo cabizbajo.

—Y yo lamento haberte hecho sufrir con mi plan, haberte separado de Ámbar, yo sé que verdaderamente la querías, la amabas quizá, y yo lo arruiné todo, pero quiero que sepas que yo nunca tuve intenciones de lastimarte a vos. Vos fuiste especial y diferente para mí desde el primer momento y por eso no quiero seguir lastimándote.

—No creo que podrías llegar a lastimarme más, Luna.

—Te sorprenderías. Matteo, lo mejor será que vos y yo nos distanciemos para siempre.

—¿Lo decís en serio? ¿Es eso lo que vos querés?

—¿Qué importa lo que yo quiera? Haber sido egoísta me trajo hasta aquí y yo no quiero seguir siéndolo, yo no quiero seguir lastimando a nadie más y lo mejor para eso es alejarme de todos.

—Importa lo que vos quieras, vos importas Luna, vos le importas a tu familia, a Nina, a Ámbar... A mí.

—¿Por qué sos tan bueno conmigo? ¿Por qué no me odias como todos lo hacen?— Cuestioné en un hilo de voz

—Porque por primera vez sé que vos no tenés la culpa de ser como sos, vos sos sólo una víctima de todo y yo mejor que nadie sé lo que se siente sentirse solo. Lo que me hiciste a mí y a Ámbar sigue aquí y no sé si pueda irse, pero en la vida hay que aprender a perdonar y olvidar. Vos me perdonaste y aun así pudiste hallar en tu corazón amor por mí... ¿Por qué no podría perdonarte yo?

Sin poder evitarlo, en mi rostro se dibujó una ligera sonrisa ante las palabras de Matteo, una sincera, una que jamás pensé que podría volver a tener para él.

Quizá ahora todo estaba por cambiar, quizá el karma había tenido suficiente conmigo y se había apiadado de mí, sino no encontraba otra explicación para que Matteo, a pesar de saber absolutamente toda la verdad, pudiera seguir creyendo en mí, estando a mi lado de una manera en que ni siquiera las personas que llegué a considerar mis amigos y a quienes les había hecho el mismo o mucho menos daño que a Matteo, lo estaban.

No merecía a Matteo, de eso estaba segura. Pero no lo podía dejar ir, aun y con todo, él seguía ahí para mí y eso era lo único que me importaba, que me hacía recuperar la esperanza que hace tanto tiempo había perdido. No estaba sola. Quizá no estaba sola en este mundo.

L U N E S

Matteo POV

Caminar sólo por los pasillos del Blake se había vuelto mi nuevo hábito luego de que mis dos mejores amigos habían conseguido novia y yo había terminado soltero.

Pero no podía quejarme, y mucho menos en momentos como estos en los que aquella incomparable cabellera rubia se cruzaba en mi vista y me obligaba, sin dudarlo, a aproximarme hacia ella.

—Es bueno tenerte de vuelta.

Exclamé sonriente al llegar a su lado provocando que se detuviera y girara para imitar mi sonrisa y dedicarme una tierna mirada.

—Tampoco es que falté un mes entero— Bromeó mientras caminé hacia ella.

—No, pero tu ausencia en serio se siente en estos pasillos, Ámbar— Solté una silenciosa risa —¿Cómo estás?— Cuestioné en un tono bajo.

—Mejor, Matteo, gracias por preocuparte por mí.

—No me tenés que agradecer.

Repliqué apresurado y sin decir nada ambos, continuamos nuestro camino hasta el aula del Blake. ¿Cuándo había sido la última vez que habíamos hecho aquello? ¿Caminar juntos por los pasillos del Blake? Ciertamente hace más tiempo del que podría imaginar.

—Anoche visité a Luna— Solté sin pensarlo obteniendo una mirada sorprendida de su parte.

—¿Lo hiciste?— Inquirió levantando ambas cejas.

—¿Pensaste qué no lo haría?

—Pensé que te sería más difícil olvidar lo sucedido con Luna.

—No lo he olvidado y no sé si pueda hacerlo pronto, pero tenías razón, Luna necesita saber que hay personas en este mundo que no la odian como vos y yo.

—Yo sé que le dije cosas horribles en su momento a Luna, Matteo, pero...— Suspiró bajando la mirada —La realidad es que nunca terminé de creerme una sola de mis palabras. Luna siempre fue como mi hermana y me dolió mucho que me hubiera engañado toda la vida.

—Y ahora es tu hermana— Intervine a lo que ella soltó una risita asintiendo.

—Y ahora sé que ella no tiene la culpa de haber cometido los errores que cometió. Fue una víctima como vos y como yo.

—Eso no quita que haya cometido errores por cuenta propia— Agregué y ella volvió a asentir.

—Todos cometemos errores, es eso lo que nos vuelve humanos, lo importante es aprender a perdonar y olvidar— No pude evitar soltar una risa que causó que me observara confundida.

—¿De qué te reís?

—Es que... Justamente yo le dije lo mismo a Luna. En la vida hay que aprender a perdonar y olvidar.

Ámbar sonrió —Es que es así. Si no lo hubiera hecho no estuviera ahora hablando con vos y estuviera disfrutándolo tanto.

Habló Ámbar causando que mi sonrisa creciera y ambos intercambiáramos miradas sinceras. Yo también lo disfrutaba, disfrutaba charlar con ella como en los viejos tiempos, o mejor aun, ahora que habíamos superado todo juntos.

Ámbar soltó una pequeña risa para girar y continuar caminando, mas sin embargo, no pudo avanzar ni un paso porque un cuerpo masculino que venía en dirección contraria a la nuestra chocó con ella causando que ambos se detuvieran en seco y retrocedieran los pasos suficientes para poder recuperar el equilibrio.

Sin dudarlo, me aproximé hacia Ámbar para evitar que cayera y al notar que había sido un simple tropiezo, las vistas de ambos terminaron sobre el chico con el cual había chocado causando que nuestros rostros se transformaran por completo.

—¿Benicio?

Musitó Ámbar atónita en un hilo de voz parpadeando un par de veces tratando de comprobar que era él y no un producto de su imaginación como yo también lo pensaba.

—Hola, Ámbar.

Respondió él en un susurro para dedicarle una sonrisa de lado a la rubia y desviar su mirada de ella encontrándose con mis desconcertados ojos que lo escaneaban de pies a cabeza.

¿Qué hacía él aquí? ¿De vuelta en el Blake? Luego de lo ocurrido el día de la competencia, Benicio había dejado la ciudad y en mi pequeña esperanza había deseado que para siempre, pero tal parece que no era así. Él estaba ahí, frente mío, frente a ella. Había vuelto y no sabía lo que aquello podría significar.

»»»»»»»»»

¡Hola a todos! ❤️ He vuelto linduras, he vuelto de las mejores vacaciones de mi vida y quiero agradecerles por su infinita paciencia y por seguir aquí.

Hoy no vengo a prometerles nada porque cada vez que lo hago la vida hace todo lo posible porque no la cumpla, así que sólo dejaré que todo fluya y espero que hayan disfrutado el capítulo.

¿Qué les pareció? ¿Les gustó? ¿Ámbar y Matteo? ¿Luna y Matteo? ¿Benicio volvió? ¿Alguien siente algo por alguien? ¡Comenten linduras!

Y antes de irme les vengo a compartir que publiqué una nueva historia acerca de la serie por la que me uní a Wattpad. 'El mundo sin Riley' y 'Girl Meets Goodbye Riley' se encuentran en mi perfil y serán actualizadas pronto. Espero que le den todo el amor del mundo, linduras ❤️

5 ❤️

Voten ⭐️ si les gustó y Comenten 💬 cuál fue su parte favorita.

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