48 | Adiós, máscaras


V I E R N E S

Luna POV

El silencio que reinaba en el Roller comenzaba a volverse abrumador, la sensación de las miradas sobre mí cada vez se hacía más grande logrando que sintiera mi corazón palpitar con rapidez deseando con todas mis fuerzas que se detuviera y que mi vida terminara para no tener que enfrentar lo que estaba por desatarse.

Sin embargo, eso no sucedería y sabiendo que no había manera de evitarlo, giré lentamente depositando mi mirada sobre aquel grupo que me observaba fijamente con expresiones totalmente diferentes entre sí.

La sonrisa burlona en el rostro de Emilia era inigualable, era obvio que disfrutaba de verme sufrir lo mucho que la hice sufrir a ella, mientras que Michel me observaba serio intentando ocultar lo que parecían ser unos ojos llenos de lástima, tal como se observaba el rostro de Eric, quien se encontraba unos pasos tras de él.

No obstante, esas miradas eran las que menos me importaban, pues a tan sólo unos pasos al costado de ellos se encontraban Ámbar y Matteo, en compañía de Benicio.

El rostro de Matteo era indescifrable, no tenía expresión alguna, sólo me observaba fijamente, era imposible saber lo que pasaba por su mente en ese momento. A diferencia de Ámbar, que me miraba con los ojos cristalizados a punto de estallar en un mar de lágrimas.

—Vos...— Musitó Ámbar captando la atención de todos —¿Vos hiciste que...

—Claro que lo hizo, princesita— Intervino Emilia dura —Y no sólo hizo eso, sino que hizo mucho más con tal de verte sufrir.

—Emilia— Demandó entre dientes Michel.

—Todo fue culpa de ella... Desde tu primera discusión con Matteo— Siguió Emilia sin importarle nada.

—Emilia, basta— Amenazó ahora Benicio.

—Siento tanto lo de los patines, reconozco que fue mi culpa, pero nunca se me hubiera ocurrido algo así a mí— Prosiguió cruzando de brazos —No te soporto, pero no te odio como ella... Mira que hacerle algo así a tu propia prima, es tan...

Ámbar dejó correr las primeras lágrimas para patinar a toda velocidad fuera de la pista, logrando que Emilia riera burlona y regrese su mirada a mí.

—¡¿Cómo fuiste capaz de hacer esto?!— Gritó furioso Benicio.

—Yo te advertí que haría esto contigo o sin ti, Benicio— Escupió Emilia —No es mi culpa que seas tan cobarde para confesarle a tu rubiecita que tú también fuiste parte de toda esta mierda.

Benicio fulminó con la mirada a Emilia y sin decir más nada, salió de la pista hecho una masa de furia detrás de Ámbar. Entonces él también era parte de todo esto.

—Benicio, Michel, Emilia y...— Balbuceó Matteo causando que deposite mi mirada sobre él —Vos...

Soltó para negar y de un segundo a otro, sus ojos se llenaron de lágrimas, logrando que los míos sean también invadidos por estas.

—Siempre fue verdad.

Dijo Matteo con la voz entrecortada permitiendo a mi primera lágrima deslizarse por mi mejilla.

Quería hablar, decir algo, pedirle perdón, darle una explicación o lo que fuera, pero no podía hacerlo, tenía un nudo en la garganta que me impedía decir una sola palabra y gracias a eso, Matteo volvió a negar para salir del Roller tal como lo había hecho Ámbar hace un momento.

—¡Amigo! ¡Para!

Gritó Gastón siguiendo a Matteo a toda velocidad, mientras yo agaché la mirada dejando que el llanto me invadiera.

—¿Acaso estás llorando?— Soltó Emilia sarcástica para reír.

—¿No tuviste suficiente con lo que hiciste cómo para seguir burlándote ahora?— Intervino Nina amenazante colocando sus manos sobre mis hombros.

—No, porque esto no se comparaba con lo mucho que ella nos hizo sufrir a todos nosotros— Contestó Emilia.

—Luna nunca te obligó a nada, vos fuiste quien aceptó ayudarla sabiendo cuales serían las consecuencias— Replicó Nina apresurada.

—Ahí tienes razón... Pero era hora de que pagaras por todo el daño que causaste— Dijo dirigiéndose a mí.

Alcé la mirada logrando calmar momentáneamente mis lágrimas al unir miradas con Emilia, sin embargo, al hacer eso no pude evitar unirla con la de Michel que permanecía en total silencio.

—De todos lo podría haber esperado menos de vos— Musité limpiando una lágrima.

—Cumplí con un favor que te debía— Respondió —Tú me orillaste a hacer esto con tus amenazas, Luna.

—Y prepárate— Interrumpió Emilia —Porque esto es sólo el comienzo...

Sonrió para apuntar hacia el público que hasta ahora había permanecido en total silencio observando todo lo ocurrido desde que el video fue reproducido en la pantalla del Roller minutos atrás.

Tan sólo me bastó girar para sentir mi corazón detenerse al encontrar a aquellas personas observándome totalmente anonadadas.

El público pareció desvanecerse, pues mis ojos sólo fueron capaces de captar a mis tíos, mi abuelo y mis padres sentados en las gradas.

Había olvidado por completo que todos habían asistido a apoyar a Simón y a Ámbar, y ahora, los cinco habían presenciado el momento exacto en el que confesé mi plan en ese estúpido video.

Sus miradas me penetraban tan profundo que nuevas lágrimas deslizaron por mis mejillas y sin importarme más nada, corrí fuera del Roller.

Corrí sin mirar atrás, sin escuchar una palabra, queriendo correr y no parar nunca, queriendo desaparecer.

Emilia tenía razón, este infierno sólo había empezado para mí. Ámbar nunca me perdonaría, mis tíos nunca lo harían, mi abuelo menos y mis padres... Era mi fin, no había una sola manera de evitar pagar por todo lo que había hecho, no la había.

Simón POV

No encontraba las palabras exactas para definir la emoción que sentía luego de haber bajado de aquel escenario en el que, junto a Nico y Pedro, relanzamos oficialmente a la Roller Band como parte de MSC Records.

Debo admitir que por un momento llegué a olvidar que el showcase estaba siendo transmitido a todo el mundo, pues la adrenalina y la conexión que tenía con los chicos en ese momento me hizo disfrutarlo como si se tratara de la última vez.

No obstante, si algo en verdad había olvidado de todo este mundo, era lo divertido que resultaban las entrevistas, las cámaras y los periodistas, como con los que habíamos estado hablando la última hora desde que bajamos del escenario.

Periodistas que Bruno se había encargado de conseguir con tal de impresionar a Eliana y a Blas, pero especialmente a la primera, haciendo de nuestro lanzamiento algo que sería tendencia mundial.

—... En verdad se nota la química entre todos ustedes...

Agregó el periodista de nombre Daniel con una sonrisa en el rostro logrando que con los chicos intercambiemos miradas para regresarlas a la cámara que se encontraba grabando la última entrevista del día.

—Y cuéntennos, chicos... ¿Qué podemos esperar de la Roller Band en el futuro?

—Mucha música— Respondí al instante —Con los chicos estamos cien por ciento enfocados en que nuestra música llegue a oídos de todos.

—Y es por eso que estamos trabajando arduamente en nuevos temas— Siguió Pedro sonriente.

—Temas que muy pronto podrán escuchar, así qué, estén muy atentos a nuestras redes sociales que se vienen grandes cosas— Sonrió Nico dirigiéndose a la cámara.

—Asombroso— Intervino Daniel —Y para todos aquellos que aun no tienen el privilegio de conocerlos, pueden recordarnos sus nombres y cómo podemos encontrarlos.

—Por supuesto— Contestó Pedro —Yo soy Pedro.

—Nico— Sonrió para saludar a la cámara.

—Y yo soy Simón, y nosotros somos la Roller Band... Así pueden encontrarnos en nuestras redes sociales.

—¡Maravilloso!— Exclamó Daniel —Fue un placer, chicos, les deseo todo el éxito del mundo y que lleguen muy lejos.

Sonrió Daniel para dirigirse a la cámara, logrando así que el camarógrafo corte con la toma y los tres soltemos un largo suspiro. A pesar de ser divertido, dar tantas entrevistas puede llegar a ser algo agotador.

—¡Espléndido!

Soltó aquella inconfundible voz logrando que los tres sonriamos al instante sabiendo los problemas que traería que no lo hiciéramos, encontrándonos así con Eliana llegando a nuestro lado.

—Ustedes tienen talento innato para estar frente a la cámara... ¿O no, Blas?

—Claro que sí— Respondió —No cualquiera hace una hora de entrevistas y sigue con la misma energía de siempre.

—Concuerdo con ustedes— Intervino Daniel captando nuestra atención —Los chicos no solo tienen carisma sobre el escenario, sino que también debajo de este, tanto que me encantaría poder entrevistarlos en el programa algún día...

Propuso Daniel logrando que los chicos y yo abramos los ojos como platos, ya que Daniel no era cualquier periodista, era el periodista, el conductor del programa de música más importante de todo el país, PlayZone.

—Es una grandiosa oferta, Daniel— Mencionó Bruno sonriente —Cuando tú digas.

—¡Fantástico!— Exclamó Daniel —Por ahora tenemos las próximas entrevistas ocupadas, pero podríamos hacer unos arreglos y tenerlos la semana próxima, ¿qué dicen?

—Increíble— Intervino Eliana —Bruno se encargará de arreglar los detalles...

—Por supuesto— Sonrió Daniel —Y bueno, yo debo retirarme ahora... Fue un placer, chicos y nos vemos pronto.

Los tres sonreímos despidiéndonos de Daniel, quien se alejó en compañía de su equipo, logrando dejarnos a los seis solos.

—¡¿Una entrevista en PlayZone?!— Exclamó Pedro emocionado una vez que no hubo rastro de Daniel.

—¿Podría haber algo mejor?— Soltó Nico llevando sus manos a su cabeza.

—Yo les dije que MSC abría todas las puertas del mundo, chicos— Mencionó Eliana cruzado de brazos.

—Esto es un sueño hecho realidad— Suspiré rodeando con los brazos a los chicos.

—Lo es, y quería felicitarlos una última vez por la magnífica presentación... Los números no mienten... La Roller Band es tendencia.

Los tres sonreímos para dedicarnos miradas. Era increíble saber que lo habíamos logrado, en verdad lo habíamos hecho.

—Y ahora tenemos que irnos, tenemos un vuelo que tomar a Barcelona y asuntos importantes que arreglar... Felicitaciones y esta noche festejen a lo grande.

Dijo Eliana guiñándonos un ojo para alejarse siendo seguido por Blas y Bruno, quienes nos dedicaron unas últimas sonrisas.

—Por primera vez, estoy de acuerdo con la loca— Intervino Nico —Esta noche hay que celebrar que la Roller Band volvió al juego.

—¡Claro que sí!— Festejó Pedro para reír—Y conozco el lugar perfecto para hacerlo, chicos.

—Genial— Rió Nico —Apenas termine la competencia nos vamos.

—La competencia...— Musité abriendo los ojos como platos —Ámbar...

—¿Ah?

—Me tengo que ir...

Dije en un hilo de voz para encaminarme hacia la pista a toda velocidad con la esperanza de que aun no sea demasiado tarde para ver a mi hermana patinar con el idiota de Benicio. Gracias a las entrevistas, había perdido por completo la noción del tiempo.

Sin embargo, al dirigirme a esta me vi obligado a detenerme en seco, pues justamente en dirección opuesta a la mía se encontraban caminando apresuradas, Delfi y Nina, ambas con miradas llenas de angustia.

—Mi amor...

Hablé causando que ambas se detuvieran y captando la atención de Delfi, lo cual provocó que los nervios la invadieran al instante e intercambiara una mirada preocupada con Nina.

—¿Qué ocurre?— Cuestioné sin obtener respuesta de su parte.

—¡Nina!— La voz de Nico se hizo presente mientras llegaba a mi lado en compañía de Pedro —Que bueno que vienen juntas, porque tenemos...— Soltó tornando su rostro confundido —¿Por qué esas caras?

—¿Pasó algo, chicas?— Las chicas volvieron a observarse sin decir una sola palabra.

—¿Delfi?

—Simón— Musitó Delfi tragando saliva con dificultad —No quiero arruinar un día tan importante como hoy para vos, pero tenés que ir a tu casa urgente.

—¿Cómo? ¿Por qué? ¿Qué pasa, Delfi?

Interrogué sintiendo mi respiración agitarse, ¿qué podía estar sucediendo que tuviera a Delfi así de angustiada? Ella por su parte volvió a intercambiar miradas con Nina, quien la tomó de la mano soltando un profundo suspiro.

—Simón, Emilia y Michel grabaron un video de Luna donde confiesa que ella creó un plan para separar a Ámbar y Matteo... Y-Y que ella fue quien ideó ajustar la rueda del patín de Ámbar provocando todo ese accidente... Y ahora todo el Roller vio ese video...

—...Incluida tu familia, Simón— Agregó Delfi bajando la mirada.

—¿Luna hizo...

—Nadie sabe dónde está Ámbar, ni Luna, Simón...

Tan sólo me bastó escuchar esas palabras salir de la boca de Delfi para correr a toda velocidad fuera del Roller.

Mi cabeza aun no terminaba de procesar lo que Nina había dicho, ¿Luna hizo todo un plan para separar a mi hermana de Matteo? ¿Luna fue capaz de ajustar la rueda de su patín? ¿Luna fue quien la mandó al hospital? Todo este tiempo, ¿fue Luna?

Luna POV

No sabía exactamente cuanto tiempo había transcurrido desde que mi mundo se había desmoronado. De lo único que estaba segura era que no importaba cuantas horas más pasaran, tarde o temprano debía volver a casa, si es que aun podía llamarle de esa manera a la mansión, y enfrentarme a mi familia.

No había nada que pudiera hacer para evitarlo. Ni una sola mentira que pudiera inventar para salvarme, nada. El video había sido muy claro, yo misma me había inculpado de todo, desde el principio, yo misma había cavado mi propia tumba.

Así que tan sólo me bastó recuperar las fuerzas para soportar el peor regaño de toda mi vida, para regresar a la mansión y enfrentarme a lo inevitable.

Pensaba al menos que tendría unos segundos para respirar en paz, sin embargo, ni siquiera fue necesario terminar de abrir la puerta de la mansión para encontrarme con los gritos que indicaban que era peor de lo que había imaginado.

—...¡Yo lo vi! ¡Vos lo viste! ¡Todos nosotros lo vimos, Lily! ¡Y no voy a calmarme hasta que sufra las consecuencias por lo que hizo!— Gritó mi tía con la voz entrecortada.

—¡Sharon! ¡Liliana! ¡Basta las dos!— Fue ahora mi abuelo quien alzó la voz.

—Créeme que nosotros tampoco podemos creer lo que Luna hizo, Sharon, y nos aseguraremos que reciba el castigo que merece— Afirmó mi padre logrando que soltara un suspiro.

—Pues no veo que estén haciendo nada al respecto, porque Luna sigue sin aparecer y a ustedes parece no importarles en lo absoluto— Replicó mi tía.

—No es nuestra hija la única que está desaparecida— Fue ahora la voz de mi madre la que intervino.

—Pero no es nuestra hija la que pudo causarle un daño cerebral permanente a su prima.

Escupió mi tía logrando que sintiera mi corazón contraerse. Tenía razón de decir y gritar todo lo que quisiera. Al final de cuentas, todo era verdad, yo hice todo eso, yo pude haberle causado aquello a mi prima, a pesar de no ser en lo absoluto lo que quería.

—¡Vamos a calmarnos todos!— Exclamó mi abuelo elevando la voz.

—Sharon, tiene razón, Alfredo, esta vez Luna fue muy lejos y...

Le fue imposible a mi tío terminar su frase, pues resignada a ello, cerré la puerta de la mansión provocando un fuerte ruido que llamó la atención de todos los presentes.

—¡Ahí estás!— Gritó mi tía aproximándose hacia mí —¡¿Pensabas que podías escapar para siempre?!

—¡Sharon, basta!— Exclamó mi abuelo.

—¡¿Qué pasó por tu cabeza?! ¡¿Cómo fuiste capaz de hacer todo lo que hiciste?!

—¡Sharon!— Pidió mi papá apresurado.

—¡Respóndeme! ¡¿Qué demonios te pasa?!

—¡No voy a permitir que le sigas gritando de esa manera a mi hija!

Intervino mi madre interponiéndose en el medio de ambas, logrando que por primera vez sintiera lo acelerado que se encontraba mi corazón ante los gritos de mi tía.

—¡Por eso está como está! ¡Porque siempre la sobre protegiste! ¡Porque toda la vida la consentiste, Lily!

—¡Eso no es verdad!— Replicó mi madre —Nosotros nunca consentimos a Luna en nada. No como vos y todos nosotros lo hicimos con la princesita de Ámbar.

—¡No te voy a permitir que hables de ese modo de mi hija!— Amenazó mi tía.

—¡Es la verdad, Sharon!... Vos, André, papá, Bernie e incluso yo, todos consentimos a Ámbar toda su vida y nunca la reprendimos por nada de lo que hizo... En cambio con Luna todo fue diferente.

—No compares los errores de Ámbar con los de Luna, Lily— Intervino mi tío —Luna mandó al hospital a Ámbar, ¿acaso lo has olvidado?

—Luna se equivocó, André— Habló mi padre —Y pagará por eso, pero no vamos a permitir que la insulten ni mucho menos que la maltraten.

—Sea como sea, ustedes son responsables de todo esto, ustedes fueron quienes la criaron de esta manera— Siguió mi tía llena de ira.

—No voy a permitir que sigas cuestionando mi forma de educar a Luna— Alzó la voz mi madre.

—¿Y cómo querés que no lo haga?— Cruzó de brazos mi tía —Primero todo el tema de los chicos, luego le deseó la muerte a Ámbar y ahora ajustó la rueda de sus patines, ¿por qué? ¿Por venganza?... No sólo le bastó mandarla al hospital, sino que incluso disfrutó verla sufrir... Tu hija tiene serios problemas y todo es tu culpa, porque nunca fuiste una buena madre.

Tan sólo le bastó escupir aquellas palabras a mi tía para que mi madre la abofeteara sobresaltando a todos, y provocando que abriera los ojos como platos.

—¡Cierra la boca!— Gritó mi madre —Te prohibo que sigas insultándome en mi propia casa y si no te gusta... Ahí está la puerta.

—¡Liliana!

Mi tía negó con la respiración agitada aun sosteniendo su mejilla y dedicándome una última mirada fulminante, caminó escaleras arriba siendo seguida por mi tío, quienes no dijeron una sola palabra más.

—Esto fue demasiado, Liliana— Exclamó hecho una masa de furia mi abuelo.

—No, no lo fue papá— Negó para girar y quedar frente a frente mío —Sharon tiene razón... Luna tiene serios problemas.

Me fue inevitable no sentir mis ojos cristalizarse ante la mirada llena de desprecio que tenía mi madre sobre mí.

—Ni siquiera me voy a molestar en preguntar porqué hiciste lo que hiciste, porque nada puede cambiar el hecho de que pudiste herir gravemente a Ámbar— Habló mi madre hacía mí.

—No voy a decir nada, mis palabras nunca han importado aquí— Musité dejando las primeras lágrimas correr por mis mejillas.

—Deja de hacerte la víctima, porque aquí la única culpable sos vos— Intervino ahora mi padre llegando hasta mi lado.

—No me estoy haciendo la víctima esta vez, solamente estoy diciendo la verdad— Repliqué levantando la mirada —Tenés toda la razón, nunca me han consentido a mí, nunca he importado yo aquí... Todo es Ámbar, Ámbar, Ámbar... Hasta vos lo admitís, yo siempre he estado en segundo lugar y por si no lo sabías, me duele y toda la vida me ha dolido el que ella reciba toda la atención y todo el amor que debió ser sólo mío, porque ella no es parte de esta familia...

—Eso no justifica lo que hiciste— Sostuvo mi madre.

—Lo hace para mí, porque estoy harta de que ella siempre se salga con la suya y se quede con todo lo mío... Yo no quise lastimarla con los patines, pero no voy a negar que lo disfruté, porque la vi sufrir lo mismo que me han hecho sufrir todos ustedes toda mi vida.

—Te escucho y no te reconozco— Musitó mi madre llenando sus ojos de lágrimas.

—Nunca me has conocido... Mamá, pero esta soy yo y esto fue en lo que ustedes me convirtieron... Castíguenme todo lo que quieran por lo que hice, pero eso no me hará arrepentirme de nada de lo que hice en el pasado.

—Ya veremos si será así— Amenazó mi padre —Por ahora anda a tu habitación... Nos has decepcionado para siempre como hija.

Tragué saliva con dificultad ante las frías miradas de mis padres y sin poder soportar un segundo más frente a ellos, me alejé dispuesta a ir a mi habitación.

Se había acabado todo, no más mentiras, no más papeles de mosquita muerta, no más personajes. Era hora de que mis padres y todo el mundo supieran la persona en la que su indiferencia y su desprecio me había convertido: en la fría, sin corazón y rota Luna, la que por tanto tiempo había llevado escondida.

Ámbar POV

¿Por qué cuando uno más deseaba estar solo, el universo parecía querer todo lo contrario para vos?

Sino, no me explicaba como a pesar de las suplicas e insistencias, Benicio aun continuaba siguiéndome, tal como había hecho desde el minuto en que abandoné el Roller luego de haber visto aquel video que me había terminado de romper en mil pedazos.

Aquel video en donde Luna confesaba todo, confesaba ser ella quien había ideado ajustar la rueda de mi patín que me mantuvo una semana entera en ese maldito hospital, ser ella la responsable de todo lo que había pasado entre Matteo y yo, ser ella la culpable de todo.

Si eso no me daba derecho a querer alejarme de todos y de todo aunque sea por minuto, no sabía que lo hacía.

—Ámbar, Ámbar por favor...— Rogó Benicio por enésima vez.

—¡¿Podés dejar de seguirme de una vez, Benicio?!— Pedí sin siquiera mirar atrás.

—No lo voy a hacer— Respondió logrando que acelerara mi paso.

—¡Por favor, Benicio! ¡Déjame sola!— Supliqué dejando correr más lágrimas.

—¡No lo voy a hacer, Ámbar!

—¡Benicio, por favor!

—¡No, Ámbar!

—¡Déjame, por favor!

—¡No!

—¡Basta! ¡Déjame en paz! ¡Déjame sola! ¡Quiero estar sola!

Exploté dejándome caer sobre la orilla del frío pavimento y permitiendo a todas mis lágrimas salir sin control alguno. No podía entenderlo, no me cabía en la cabeza, no entendía cómo...

—Ámbar...

Musitó Benicio sentándose lentamente a mi lado y una fuerza interior me obligó a lanzarme entre sus brazos y llorar todo lo que hasta ahora había hecho mi mayor esfuerzo por contener.

—No lo entiendo, no lo entiendo, Benicio— Balbuceé sintiendo sus brazos rodear mi cuerpo —No entiendo cómo pudo hacerme esto...

—Sé que es muy doloroso todo, Ámbar, pero yo...

—Ella y yo fuimos inseparables toda la vida, Benicio, y tuvimos nuestras diferencias pero nunca pensé que ella pudiera ser capaz de lastimarme de la manera en que lo hizo...

—Ámbar...

—¿Cómo pudo hacerlo? ¿Por qué?... Yo jamás le hice nada, yo siempre la protegí, la cuidé, estuve para ella... Siempre.

—Lo estuviste, Ámbar.

—¿Y entonces por qué me hizo esto?— Sollocé aferrándome a aquel abrazo en el que me sostenía —¿Por qué?

—A veces el amor y los celos nos hacen hacer cosas de las que luego nos arrepentimos— Musitó provocando que me separara de él.

—Pues no parecía arrepentirse de nada... Vos viste lo mismo que yo en ese video.

—Lo hice... Y tenés todo el derecho del mundo de estar furiosa con ella y con...

—Con Matteo— Dije en un hilo de voz causando que Benicio frunciera el ceño —Luna hizo todo lo que hizo para separarme de Matteo... Pero fue él quien me dijo e hizo todas esas cosas horribles, sin que Luna lo obligara— Solté agachando la mirada.

—No, no es verdad...

—Lo es, Benicio y ese video no sólo comprueba que Luna es un asco de persona, sino que Matteo nunca sintió nada de verdad por mí, porque de hacerlo no hubiera caído en el juego de Luna como lo hizo.

—Ámbar, estás confundida, Luna es la culpable de todo, tanto ella, como Emilia, Michel y...

—Él nunca me amó, Benicio, nunca lo hizo...— Sollocé sin detener las lágrimas.

—Claro que lo hizo, Ámbar, vos no tenés idea de todo lo que Luna hizo para...

—No, no lo hizo... Al menos no como vos lo hiciste...

Solté provocando que Benicio callara sus palabras dedicándome una mirada confundida y sin poder parar aquel impulso de mi corazón, lo hice.

Acorté distancia con Benicio uniendo sus labios con los míos, no podía seguir soportando el dolor de saber que Matteo nunca sintió una sola de sus palabras, que todo lo nuestro fue una mentira.

Y estar así con Benicio: frágil y rodeada por sus brazos, me transportó a los viejos tiempos cuando sus besos y caricias eran capaces de sanar hasta mi más profundo dolor.

Benicio se sobresaltó ante mi repentina acción, sin embargo, le bastó tan sólo unos segundos para corresponder aquel beso logrando calmar mi corazón por unos segundos.

No obstante, esos segundos fueron escasos, pues de un momento a otro, Benicio separó sus labios de los míos confundiéndome por completo.

Todo parecía estar perfecto, ¿por qué se separaba de esa manera de repente?

—Ámbar... Yo ayudé a Luna con su plan para separarte de Matteo.

Musitó Benicio logrando que sintiera mi corazón detenerse de repente, esto debía ser un chiste, una pesadilla, lo que sea, pero no podía ser verdad, Benicio tenía que estar mintiéndome, él no podía ser cómplice de Luna, no podía.

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¡Hola a todos! ❤️ Sí, es exactamente lo que creen que es, un nuevo capítulo de Ella o Yo.

Sé que se estarán preguntando porqué la enorme ausencia y como ustedes son la parte fundamental de todo esto, les invito a leer el siguiente apartado llamado "explicación", en donde cuento todo lo qué pasó en este mes que estuve desaparecida de Wattpad, linduras.

Mientras tanto, cuéntenme ustedes, ¿me extrañaron? ¿Qué les pareció el capítulo? ¿Les gustó? ¿Qué hará Simón? ¿Problemas familiares? ¿Benicio confesó la verdad a Ámbar? ¡Comenten linduras!

Voten ⭐️ si les gustó y Comenten 💬 cuál fue su parte favorita.

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