46 | Ilusiones rotas
J U E V E S
Luna POV
Cepillé una última vez mi cabello para soltar un suspiro sin poder apartar la mirada del espejo. Analizaba cada detalle de mi rostro intentando buscar algo diferente en él, algo que hubiera cambiado desde la última vez que lo vi ayer, pero nada, seguía siendo la misma Luna de siempre, sólo que ahora, tenía dieciséis años.
¿Quién había dicho que los cumpleaños eran tan importantes? Eran sólo un día más en el año, ¿por qué las personas se empeñaban en decir que estos días eran especiales cuando no lo eran?
Rodé los ojos para levantarme de mi tocador y dirigirme a mi armario en busca del saco de mi uniforme del Blake, otro motivo para aborrecer este día, tener que ir seis horas al colegio con gente a la cual no toleraba siquiera ver.
Sin embargo, me detuve en seco al pasar junto a mi cama pues mi mirada no tardó en caer sobre aquel objeto que brillaba entre las desordenadas sábanas blancas.
Fruncí el ceño y me incliné para tomar el objeto entre mis manos percatándome de inmediato que se trataba del inconfundible Rolex plateado de Mariano.
Aparté la mirada del reloj para enfocarla en mi cama recordando lo sucedido la noche anterior con él que causó que lo olvidara en mi habitación e involuntariamente, un cosquilleo se hizo sentir en mi estómago.
No podía creer la cantidad de veces que había estado con Mariano desde que había llegado a la mansión hace tres semanas, y mucho menos podía hacerlo al recordar todo lo que había sufrido cuando sucedió por primera vez, en un día como hoy hace exactamente tres años, justo en el lugar del cual no podía apartar mi mirada.
Cerré los ojos dejándome llevar por los recuerdos de aquella tarde en la cual perdí todo aquel rastro de inocencia que aun llevaba en mí y me convertí en la Luna que era ahora y que había sido en estos años, y todo por culpa de él.
~F L A S H B A C K~
Tragué saliva terminando de colocarme mi remera para enfocar mi mirada en el suelo sintiendo el cuerpo de Mariano llegar hasta mi lado y darme una ligera caricia en la espalda que provocó que sintiera mi piel erizarse.
—¿Qué pasa, Luna?— Cuestionó bajando su mano por mi espalda.
—Nada— Musité para negar sin poder mirarlo a los ojos.
—A mí no me podés mentir, peque— Suspiró —¿No te gustó tu regalo de cumpleaños?
Cerré los ojos intentando no derramar una lágrima ante él, lo que menos quería en este mundo es que Mariano me viera llorar, no después de lo que había pasado entre nosotros.
—No, no es eso— Solté para negar rápidamente —Es decir, sí, sí me gustó, pero...
—Y entonces— Interrumpió apresurado —¿Qué ocurre? ¿Te dolió? ¿Hice algo que...
—No, Mariano.
Dije para ponerme de pie y por primera vez, volverlo a mirar a sus profundos ojos azules que me observaban consternado.
—No es nada de eso, es sólo que, nunca pensé que mi primera vez sería así... O que sería con vos... O que sería tan pronto.
Hablé para cruzar de brazos sintiéndome avergonzada de confesarle mis infantiles pensamientos que tanto me agobiaban.
—¿Tan pronto?— Río —Hoy cumplís trece años, Luna, no sos más una nena, ahora sos toda una mujer y que mejor manera de empezar esta nueva etapa de tu vida que disfrutando tal como lo hacemos los grandes.
—Sí, sé que no soy más una nena, pero... —Bajé la mirada sintiéndome apenada nuevamente —Vos sabés que apenas di mi primer beso con Benicio hace unas semanas... No me sentía lista para esto.
—Nunca nadie está listo para tener su primera vez, peque— Sonrió para ponerse de pie de mi cama y quedar frente mío —Y que mejor manera de hacerlo que con alguien que tiene mucha experiencia como yo y que encima de todo, te quiere muchísimo.
—Pero...
—Si seguís diciendo pero, voy a pensar que no te gustó y me voy a sentir terrible— Dijo antes de que pudiera empezar mi frase —Yo pensaba que vos gustabas de mí y que haciendo esto cumpliría todos tus deseos.
—Es que nunca lo deseé— Repliqué tímida —Yo soñaba con un beso tuyo, sí, pero nada más.
—Y tuviste más que eso, ¿por qué no estás feliz?— Preguntó cruzando de brazos.
—Porque pensé que cuando pasara sería algo especial y mágico y... No lo fue.
—¿En verdad crees en todas esas pavadas de los libros y las películas sobre hacer el amor?
Soltó burlón Mariano provocando que sintiera mis ojos cristalizarse por más que batallara por que no lo hicieran.
—Vamos, Luna, creí que eras más inteligente que eso— Rió burlón —No existe eso de hacer el amor, ni las mariposas en el estómago, ni la magia, ni nada... El sexo está para disfrutarlo y nada más.
—Pues yo no lo disfruté— Intervine sintiendo mi corazón acelerarse.
—Eso es porque vivías en una burbuja esperando que fuera tal y cómo en una película, pero, sorpresa... Este es el mundo real y en este el amor es una mentira, lo único que todos quieren es placer.
—Yo no quiero sólo eso, me gustas para algo más que sólo sexo, Mariano.
—Luna, Luna, Luna— Sonrió burlón para acariciar mi mejilla —¿Por qué no confías en mí que yo sé lo que te estoy diciendo?... El peor error que podés cometer es enamorarte de alguien, porque cuando obtenga lo que quiere de vos, te tirara como a un perro... A menos que vos lo hagas antes.
Mencionó para navegar sus dedos hasta mis labios y rozar estos logrando dejarme pensativa.
—Si te digo todo esto porque no quiero que vos sufras por amor— Siguió —Haceme caso, olvídate de todas esas pavadas de los sentimientos y el amor y mejor aprovecha que sos hermosa y podés tener a los chicos que vos quieras para disfrutarlos las veces que vos quieras y cuando te canses de ellos, simplemente los desechas.
—No disfruté esto— Musité frunciendo el ceño.
—Es porque es la primera vez, pero verás que poco a poco te gustará mucho más hasta que te des cuenta que no hay nada mejor en este mundo que los placeres de la vida... Y yo prometo ayudarte con eso.
Sonrió para acortar distancia y adueñarse con fuerza de mis labios causando que sintiera mi estómago revolverse.
Había imaginado muchas veces sentir los labios de Mariano sobre los míos, pero ahora, sentía mi cuerpo congelarse ante el contacto, tal como lo sentí antes de que accediera a estar con él.
¿Cómo podía ser verdad que lo único que a todos les importaba era el sexo? Para mí había sido una experiencia muy dolorosa, pero quizá tenía razón Mariano, sólo era cuestión de que me acostumbrara a él para poder comenzar a disfrutarlo como él lo hacía, al final de cuentas, no había sido algo tan malo y tarde o temprano iba a tener que suceder, y sucedió temprano.
~F I N D E L F L A S H B A C K~
Abrí los ojos sintiendo una lágrima correr por mejilla. No había notado en que momentos mis ojos se habían cristalizado al sumergirme en aquel recuerdo que ahora me hacía sentir tan impotente.
Era sólo una nena, no sabía nada de nada y dejé que Mariano me manipulara para hacerme creer que estaba bien lo que me había hecho.
A veces pensaba que hubiera sucedido si aquello nunca hubiera ocurrido, si no hubiera creído en sus palabras que tanto daño me habían hecho, ¿sería todo más fácil ahora? ¿Mi vida sería otra? La respuesta era...
La puerta me habitación sonó repentinamente provocando diera un salto y sin dudarlo, guardé el reloj de Mariano en mi bolsillo de uniforme temiendo que quien sea que fuera en la puerta iniciara con un largo interrogatorio.
—Permiso...
La voz de mi abuelo se hizo presente al momento en que la puerta se abrió mientras limpiaba aquella lágrima que aun se encontraba en mi rostro.
Que los cumplas feliz
Que los cumplas feliz
Que los cumplas, Lunita
Que los cumplas, feliz
Cantó mi abuelo en compañía de mis padres quienes entraron a mi habitación con enormes sonrisas en sus rostros y un pequeño cupcake de frutilla en sus manos.
—¡Feliz cumpleaños, mi amor!— Soltó mi abuelo para aproximarse y sostenerme en un fuerte abrazo.
—Gracias, abuelo— Respondí haciendo mi mayor esfuerzo por sonreír.
—Feliz cumpleaños, mi vida— Siguió mi madre para imitar la acción de mi abuelo y mi padre no se quedó atrás.
—Ya es toda una mujercita mi nietita— Rió mi abuelo para acariciar mi cabello.
—No, suegro, Luna siempre será mi chiquita— Sonrió mi papá logrando que mi abuelo le devolviera una mueca.
—Nuestra chiquita, Bernie— Intervino mi madre rodeando a mi papá por la cintura.
—¿Qué están haciendo aquí?— Cuestioné en seco cortando con su entusiasmo.
—Estuvimos esperándote para comer el desayuno especial que te preparó Mónica, pero ya que vos no bajaste, decidimos subir nosotros— Contestó mi papá sin dejar de sonreír.
—No tenía apetito— Solté para finalmente dirigirme a mi armario y tomar mi saco.
—Supusimos eso, pero no queríamos dejar de felicitarte antes de que te fueras al Blake— Continuó mi madre.
—Saben que no me gusta nada de esto— Repliqué para tomar ahora mochila.
—Pero si hoy es un día tan especial, mi amor— Intervino mi abuelo —Son tus dulces dieciséis.
—Es sólo año más, abuelo, no hay nada que celebrar.
—Yo sé que no te gusta celebrarlo, Luna, pero al menos podés fingir que te alegra un poco cumplir años.
Pidió mi madre por lo que no tardé en esbozar una falsa sonrisa en mi rostro para rápidamente regresar a mi serio rostro de antes logrando que mis padres suspiraran.
—Se me hace tarde para el Blake— Exclamé para intentar abandonar la habitación.
—¡Un momento!— Detuvo mi padre al instante —Acordate que esta noche tendremos tu cena especial de cumpleaños y podés invitar a los amigos que vos quieras.
—¿Cuáles?— Cuestioné sin una pizca de amabilidad.
—No hace falta la mala onda, Luna— Aclaró mi madre —Estoy segura que a Nina, Matteo o Emilia les hará mucha ilusión venir.
Rodé los ojos ante los mencionados por mi madre, si algo no podía tolerar es que hayan organizado aquella cena por mi cumpleaños cuando ellos sabían perfectamente que odiaba celebrar mi cumpleaños.
—Me voy.
Escupí para dar la vuelta y salir definitivamente de mi habitación dejando a mis padres y a mi abuelo dentro.
¿Cuándo sería el día en que ellos entendieran que celebrar mi cumpleaños era lo último que quería?
Jamás me había gustado hacerlo, no desde que aquella intrusa había llegado a mi casa y había hecho que mis tíos y mis padres se encargaran de tirar la casa por la ventana con tal de celebrar todos y cada uno de sus cumpleaños, dejando los míos completamente de lado.
Matteo POV
A veces deseaba poder regresar el tiempo atrás y cambiar una pequeña cosa que había desencadenado con todos mis problemas. En este caso, esa cosa era haber arruinado las cosas entre Luna y yo.
A pesar de que ya me estaba comenzando a dar por vencido con ella, hoy no podía evitar odiarme por haber dudado de ella, pues hoy era su cumpleaños y en el tiempo que estuvimos juntos, planeamos el perfecto día juntos, planes que por supuesto se habían ido a la basura hace mucho tiempo.
Por suerte Gastón se encargó de distraerme este día y alejarme de la pista y todo aquello que me recordara a ella, aun cuando fuera algo imposible, y ahora nos encontrábamos caminando hacia mi casa por la plaza cerca del Roller.
—Había olvidado que tan buen jugador eras— Exclamó Gastón masajeando su hombro.
—Ya te pedí perdón mil veces— Bufé —No medí mi fuerza y el balón hizo lo suyo.
—Al menos da gracias que no fue en el rostro porque ahí sí no vivías para contarlo, Balsano— Exclamó burlón.
—Sos un llorón, Perida.
Dije para intentar despeinar su cabello, pero retrocedió estilo ninja evitando que lo hiciera y ambos no tardamos en soltar fuertes risas, en definitiva, Gastón era capaz de hacerme reír hasta en el peor de los días.
Sin embargo, nuestras risas se vieron rápidamente silenciadas por el sonido de aquella conocida voz para ambos, que gritaba furiosa y no tardamos en girar encontrando a lo lejos a la dueña de aquella voz, siendo nada más y nada menos que Emilia.
—¡Dame una buena razón para no matarte en este instante!
Me fue inevitable no fruncir el ceño al observarla dirigirse a aquel chico que se encontraba a espaldas, no obstante, no fue lo que más me desconcertó de aquella imagen, pues a un lado de Emilia se encontraba nada más y nada menos que Michel.
—¿Es esa Emi...
Cuestionó Gastón pero antes de que pudiera terminar con su frase, coloqué mi mano sobre su boca para evitar que siguiera hablando y lo arrastré hasta un árbol que se encontraba cerca de nosotros dónde pudiera seguir escuchando aquella intrigante conversación sin ser vistos.
—¿Qué carajos te pasa?
Exclamó Gastón susurrando por inercia y no tardé en silenciarlo para regresar mi mirada a aquel trío.
—No me pidas que me calme, Michel— Exclamó Emilia alterada —Accedimos esperar hasta el gran show de mañana para subir el video y ni siquiera los cuatro días le han sido suficientes para hablar con su princesita.
—Entiende que no es fácil, Emilia— Bufó el desconocido en aquella voz que me resultaba bastante familiar —Lo he intentado, pero no se ha dado la oportunidad.
—No le vas a confesar tu amor, Benicio, le vas a decir la verdad— Escupió sarcástica Emilia cruzando de brazos —¿O acaso querés que se entere como todos los demás?
—¿Benicio y Emilia?— Soltó Gastón confundido antes que yo pudiera hacerlo.
No entendía que es lo que estaba ocurriendo, ¿desde cuando entre ellos eran otra vez amigos? Lo fueron cuando Luna era su amiga, pero sin ella... ¿Qué es lo que estaban tramando? ¿De qué video hablaban?
—¡No! ¡Por supuesto que no quiero!— Alzó la voz Benicio.
—¡Entonces haz algo!— Gritó Emilia —Porque no nos vas a convencer otra vez de aplazar el plan... Michel y yo subiremos el video mañana, así lo quieras o no, y haremos que toda la verdad salga a la luz.
—Y en ti está que sólo salga lastimada una de las dos, ¿Ámbar o Luna?... ¿O ambas?— Soltó Michel sonriente.
Benicio bufó para alejarse dejando a ambos completamente solos, oportunidad perfecta para que Gastón y yo nos alejemos lo mayor posible de ahí.
—¿Qué fue todo eso?— Exclamó Gastón desconcertado —¿Desde cuando esos tres son amigos?
—No lo sé— Negué —Pero sea lo que sea... Tienen un plan.
—¿De qué será ese video del que estaban hablando?— Cuestionó Gastón confundido.
—No tengo idea, Gastón, pero es algo malo para Luna o para Ámbar.
—O para las dos— Completó cruzando de brazos.
—Hay que hacer algo— Musité apresurado
—¿Algo cómo qué? No tenemos idea que están tramando y nunca lo averiguáremos. Planean publicar ese dichoso video mañana durante el showcase y la competencia.
—Pero no podemos quedarnos de brazos cruzados, Gastón— Hablé llevando mis manos a mi cabeza —Vos sabés perfectamente que Emilia es capaz de cualquier cosa y más sí es en contra de Luna...
—Y no dudo ni tantito que Benicio sea capaz de volver a lastimar a Ámbar— Suspiró Gastón —Pero, ¿qué podemos hacer?
—Advertirles a ambas... Para que se cuiden de esos tres.
—Eso no será suficiente para detenerlos, Matteo.
—Entonces debemos averiguar de que es ese dichoso video y detenerlos.
—¿Pero cómo haremos eso?
—Algo se nos tiene que ocurrir, pero tenemos poco tiempo.
Suspiré y Gastón no tardó en asentir. No tenía absoluta idea de que estaban tramando esos tres, pero nada bueno podía salir de algo que hicieran juntos.
Los tres habían comprobado ser igual de perversos y despreciables que sabía que sea lo que fuera que estaban tramando, terminaría lastimando a alguna de ellas dos, o como Gastón había dicho, a ambas, y eso no lo iba a permitir, como que me llamaba Matteo Balsano.
Ámbar POV
Ya era suficientemente malo tener que seguir cargando con aquel secreto que amenazaba día y noche con salir, como para que me viera obligada a pasar una noche entera en compañía de toda mi familia para celebrar el cumpleaños número dieciséis de Luna.
Tener que sentarme en una mesa con mi tío que en realidad era mi padre, mi prima que era mi media hermana, mis padres que eran mis tíos y ni siquiera eso, y mi abuelo que ahora ya no tenía más parentesco conmigo; y fingir que todo seguía siendo tal cual había sido toda mi vida era abrumador. Por algo había evitado a toda costa a mi familia esta semana, pero hoy, no hubo manera de hacerlo y ahora me veía obligada a pasar las próximas horas mirándolos reír y disfrutar de la misma manera que lo habían hecho todos estos años, bajo una pila de mentiras y secretos.
Y si yo la estaba pasando mal, no me imagino como debía sentirse Luna en este momento. Ella toda la vida había odiado las fiestas de cumpleaños y tal como todos los años, mis tíos y especialmente mi tí... Bernie, insistía e insistía en celebrarla por tratarse de su única hija, lo cual ahora resultaba irónico.
Sin embargo, año con año yo estaba ahí para rescatarla de este día tan nefasto para ella, no obstante, este año yo necesitaba a alguien que me rescatara del infierno en el que estaba viviendo y del nadie podía saber nada.
—Es un brazalete muy hermoso, Michel.
Exclamó mi tía Lily observando el regalo que Michel le había hecho a Luna y que ella sostenía en sus manos con una sonrisa más que fingida.
—Gracias, tía— Sonrió Michel a Lily —Eric lo escogió.
Soltó para tomar del brazo a su amigo y acompañante a la cena, Eric, a quien por cierto apenas y había saludado un par de veces, pero que resultaba ser un gran amigo de Michel.
—Aunque yo también tengo un regalo para ti— Mencionó Eric para entregarle a Luna una bolsa celeste.
—No te hubieras molestado, Eric— Suspiró Luna al tomarla.
—No es molestia— Sonrió Eric mientras Luna abría esta —Recuerdo cuando mencionaste lo mucho que te gustó esta remera y...
—¿Lo recordaste?— Cuestionó Luna revelando una remera azul que podría jurar fue diseñada para ella.
—Yo recuerdo todo lo que hablamos, Luna— Rió Eric logrando que por primera vez Luna sonría sincera.
—Me alegra ver que tenés grandes amigos como ellos, mi amor.
Intervino Bernie sonriente, quien se encontraba sentado frente a Luna en compañía de mi tía Lily y a un lado de mis padres.
Escuchar su voz fue suficiente para sentir mi estómago revolverse y sin importarme nada, me levanté de mi asiento para salir del living rumbo a la cocina.
Al llegar a esta no pude evitar soltar un bufido de frustración recuperando el aliento con una profunda bocanada. ¿Cómo se supone que podría seguir guardando el secreto si apenas y podía soportar compartir el mismo aire que esa persona?
—Al parecer no sólo la festejada está teniendo un mal día.
La voz de Delfi provocó que girara para observarla llegar a mi lado dejando su bebida sobre la losa de la cocina y levantando ambas cejas.
—¿Qué tenés?— Inquirió Delfi.
—No es nada— Me apresuré a responder —Sólo estoy cansada, los entrenamientos con Benicio me tienen agotada.
—¿Estás segura que no tiene nada que ver con lo que está pasando en la otra habitación?
Fruncí el ceño al instante, era imposible que Delfi supiera o siquiera pudiera sospechar lo que estaba ocurriéndome, pero entonces, ¿de qué estaba hablando?
—Es el primer año que no celebras junto a Luna...
Siguió Delfi causando que bajara la mirada. No voy a negar que aquel pensamiento pasó por mi mente en más de una ocasión durante el día.
Hasta hace un par de meses, Luna y yo compartíamos todo juntas, a pesar de que no era todo sincero, nos teníamos la una a la otra, incluyendo los cumpleaños como estos.
Hasta hace un par de meses la idea de que ella y yo compartiéramos padre podría sonar maravillosa, pero ahora, todo era diferente.
Tanto había sucedido entre ambas que encima de todo, imaginar que éramos hermanas me hacía pensar que lo mejor era seguir guardando el secreto tal como mi mamá Sylvana había dicho.
—Me gustaría poder animarla un poco, pero no sé más cómo hacerlo— Suspiré encogiéndome de hombros.
—Cuando vos me decías que Luna odiaba sus cumpleaños no pensé que fuera tan literal— Comentó Delfi —¿Por qué odia tanto este día?
—No lo sé— Negué —Desde que tengo memoria lo ha hecho, pero desde hace un par de años que el odio por su cumpleaños aumentó.
—Creo que no tener con quien compartirlo es el problema— Musitó —Es decir, este año vine porque Simón me invitó y tu abuelo, Michel y su amigo están de casualidad en la cuidad, pero si no fuera así sólo serían sus padres, tus padres, Nina y vos.
—Ella se ha buscado que sea así, Delfi— Rodé los ojos —Todo sería mucho más fácil si Luna no fuera como es.
—¿Todo? ¿Todo qué, Ámbar?
Cuestionó Delfi confundida ante mi comentario del cual ahora me arrepentía por completo.
—Acá están.
Intervino Simón salvándome de contestar aquella pregunta para la cual no tenía respuesta, pero tan sólo me bastó girar para percatarme que no venía sólo, sino en compañía de obviamente la persona a la que menos quería ver, Bernie.
—Sólo estábamos charlando, mi amor— Sonrió Delfi al instante.
—Luna está por abrir el regalo de Alfredo y quiere que todos estén presentes— Habló Bernie causando que rodara los ojos.
—Entonces vamos.
Contestó Delfi para llegar hasta Simón y tomarlo de la mano saliendo ambos de la cocina. Mi mirada y la de Bernie se encontraron por escasos segundos y sin querer que eso se alargara, me dispuse a salir de esta rápidamente.
No obstante, una vez más, la suerte no estaba de mi lado y al estar a punto de abandonar esta, la voz de Bernie me obligó a detenerme.
—¿Por qué tengo la sensación de que has estado evitándome, Ámbar?
Cerré los ojos para soltar un bufido y girar encontrándome velozmente con sus ojos verdes sobre los míos.
—N-No... No lo he estado haciendo.
—¿Entonces por qué ya ni siquiera sos capaz de estar en la misma habitación que yo?— Cuestionó acortando distancia lo cual provocó que me tensara al instante —¿Hice algo? ¿Dije algo?
—No es nada— Escupí para retroceder —He estado ocupada, es todo.
—Discúlpame que sea muy pesado con el tema, Ámbar, pero...— Suspiró para encogerse de hombros —No puedo soportar la idea de no poderte mimar como lo hacía antes... Vos sos todo para mí y yo te amo con todo el corazón...
Negué para tomar más distancia de él ante sus palabras, ¿cómo podía ser este el hombre que mi madre me describió? ¿Cómo podía ser el mismo monstruo que alguna vez me quiso hacer daño? ¿Este que decía "amarme con todo el corazón "?
—Por eso quiero saber si hice o dije algo que no te pareció y te juro...
—No me jures nada— Interrumpí sin poder mirarlo a los ojos —Sólo déjame en paz... Es lo único que te pido.
Dije en seco para salir de la cocina sin mirar atrás. Una vez más, otra vez que había hablado de más, pero no podía controlarme frente a él, no podía ni quería hacerlo. Quería gritarle en su cara todo lo que sentía y todo el dolor que ahora llevaba en mí.
—¡Mi solecito! ¡Al fin llegas!— Exclamó emocionado mi abuelo al observarme llegar al living.
—¿Dónde te habías metido, Ámbar?— Interrogó mi madre cruzando de brazos.
—Estaba...
—Estábamos charlando— Intervino Bernie uniéndose a la imagen —Disculpen la demora.
—No te preocupes, cuñado— Sonrió mi padre —Luna estaba por abrir su último regalo.
—Y el más especial— Mencionó mi abuelo —Perfecto para mi nietita adorada.
Dijo acariciando la mano de Luna quien le regaló una sonrisa forzada y suspirando se levantó de su asiento para abrir la caja que se encontraba sobre la mesa del living abriendo los ojos como platos una vez que lo hizo.
—¿Qué es amiga?— Cuestionó Nina levantando ambas cejas.
—No lo puedo creer— Musitó Luna sin salir del trance en el que se encontraba.
—¿Qué es, mi amor?— Replicó mi tía Lily expectante.
Luna miró a mi abuelo quien asintió sonriente y dibujando en su rostro una sonrisa, tomó de aquella caja un par de patines amarillos con magenta en sus manos.
—Están increíbles, abuelo— Soltó Simón de repente.
—Son muy hermosos— Dijo en un susurro Luna.
—Los vi en una pequeña tienda en Cancún y supe al instante que eran perfectos para vos, mi vida— Contó mi abuelo.
—¿Para mí?
—¡Por supuesto!— Rió mi abuelo —Son muy parecidos a los primeros patines que vos tuviste.
—¿Aun los recuerdas?— Frunció el ceño Luna.
—¡Pero cómo olvidarlos, mi amor! Vos y yo los diseñamos juntos cuando viajamos a Iguazú sólo vos y yo.
Luna sonrió para dejar los patines sobre la caja e inclinarse uniéndose en un profundo abrazo con mi abuelo.
Aun recuerdo aquel viaje que hicieron ellos dos solos hace muchos años, uno del que Luna no paró de hablar por meses y que sabía había sido muy especial para ella.
—Me encantan, abuelo, son perfectos— Dijo Luna al separarse de aquel abrazo.
—Y vos sos perfecta así de alegre cómo estás ahora, mi amor.
La sonrisa de Luna creció ante el comentario de mi abuelo, era lindo verla disfrutar aunque sea algo de esta noche, al menos una de los dos lo había logrado.
—¿Qué les parece si vamos a...
El sonido de la puerta abrirse provocó que todos giremos sabiendo que se trataba de Mariano, pues era el único que faltaba en esta noche.
Luna sonrió para ponerse de pie, siendo seguido por más de uno, pero se detuvo en seco al momento en que Mariano apareció en la imagen, pues no lo hizo solo, sino en compañía de una mujer castaña que sostenía de manos.
—Mariano, que bueno que llegas, te estábamos esperando— Exclamó mi madre sonriente.
—¿Y a quién tenemos aquí?— Sonrió mi padre dirigiéndose a la mujer misteriosa.
—Ella es Andrea— Sonrió Mariano —Es mi sorpresa para todos ustedes.
—¿Sorpresa?— Alzó ambas cejas mi abuelo —¿Es tu... Novia?— Tanto Mariano como la mujer rieron.
—Más que eso Alfred— Suspiró —Andrea es mi prometida... Nos vamos a casar en un par de meses.
Nos fue inevitable no abrir los ojos como platos a más de uno al escuchar aquello salir de la boca de Mariano, especialmente a Luna que no tardó en tomar distancia de ambos.
—¿Prometida?— Musitó Luna desconcertada.
—¿Por qué no nos habías dicho nada, Mariano?— Soltó Simón rascando su nuca.
—Simón tiene razón, Mariano, ni siquiera teníamos idea que tenías novia...
—No, no la teníamos— Escupió Luna apresurada.
—Es que quería que la conocieran personalmente al darles la noticia... Son como mi familia y su aprobación es muy importante para mí.
La habitación permaneció en completo silencio por escasos segundos mientras intentábamos procesar lo que había ocurrido en los últimos minutos.
—Mariano me ha hablado muchísimo de vosotros en los dos años que llevamos juntos y se nota que son muy importantes para él— Intervino Andrea rompiendo con aquel silencio.
—Y él lo es para nosotros— Mencionó Bernie —Es como nuestro hijo.
—Y ahora vos también lo serás— Habló mi padre.
—Esta familia te recibe con los brazos bien abiertos, querida— Soltó mi abuelo para levantarse de su asiento y quedar frente a frente a ellos.
—Gracias... No sabeís lo mucho que significa para mí— Respondió Andrea.
—Eso quiere decir que esta noche tenemos doble celebración— Agregó mi madre.
—Por supuesto— Exclamó Andrea —Mariano me mencionó que hoy es tu cumpleaños, Luna... Felicidades— Sonrió—Se nota que sois muy unidos, porque no para de hablarme de ti y de lo mucho que te quiere.
Andrea intentó abrazar a Luna pero esta retrocedió bruscamente logrando confundirnos a todos, mas sin embargo, mi tía Lily no tardó en reaccionar llegando hasta su lado y colocando sus manos sobre sus hombros.
—Será mejor que pasemos a la mesa... Queremos saber todo de ustedes, cómo se conocieron, cómo fue la propuesta, todo.
—Claro que sí.
Dijo Mariano para volver a reír mientras todos nos encaminamos al comedor, pero mi mirada no tardó en caer en Luna quien parecía estar al borde de las lágrimas.
¿Por qué la había puesto tan mal conocer a Andrea? Hasta hace unos segundos parecía feliz, realmente feliz y de repente, todo cambió, ¿qué había sucedido? O más bien, ¿qué estaba sucediendo?
Luna POV
Tan sólo me bastó dar el portazo en mi habitación para desvanecerme en el suelo y comenzar a derramar todas las lágrimas que con mucho esfuerzo había logrado contener durante el resto de la cena desde que apareció Mariano con esa mujer.
Rodeé mis brazos alrededor de mis piernas y oculté mi rostro entre estas llorando como no lo había hecho en tanto tiempo.
¿Cómo fui tan estúpida para caer a sus pies? ¿Cómo fui tan estúpida para entregarme día tras día a él? ¿Cómo fui tan estúpida para volver a sentir cosas por él? ¿Cómo es que fui tan estúpida para... Enamorarme de Mariano?
Las lágrimas corrían sin control por mis mejillas, ¿cómo pude enamorarme de él? Porque sí, me había enamorado de él, ni siquiera al ser esa nena inocente de la que se aprovechó hace años había sentido lo que ahora sentía por él.
Mariano me había hecho sentir única, especial, importante. Me había hecho creer que yo había sido lo mejor de su vida cuando todas eran mentiras suyas, mentiras para poder acostarse conmigo una y otra vez como yo se lo había permitido.
Y mientras todo eso pasaba, él estaba comprometido, él tenía una mujer esperándolo en Madrid, aquella misma mujer con la cual había compartido la cena de esta noche.
No sólo le bastó engañarme y aprovecharse de mí, sino que fue demasiado cínico como para presentarla en un día como hoy, que a pesar de detestarlo, era mi día.
Y justo segundos después de haber disfrutado algo de esta noche tras abrir el regalo de mi abuelo, tan sólo segundos después, toda esa alegría se fue a la basura, ¿es que acaso el mundo me odiaba tanto? ¿En verdad había hecho yo tanto daño?
Sin embargo, mi desconsolado llanto se vio interrumpido de repente por el sonido de una llamada en mi teléfono y tan sólo me bastó leer el nombre de Matteo para arrojar el teléfono al otro lado de la habitación sin miedo a que este se rompiera.
Era la quinta vez que me llamaba en el día, y a diferencia de las otras cuatro que sólo me causaron ira, esta llamada era como una nueva apuñalada a mi corazón.
No podía creer que había alejado a Matteo y todo por Mariano, al estar con él, Matteo se volvió insignificante para mí, cosa que ahora no lo era. Si las cosas hubieran sido diferentes, si no hubiera caído en el juego de Mariano, hubiera perdonado a Matteo al instante.
Pero el hubiera sólo existía, no tenía a Matteo y ahora no tenía a Mariano y todo por mis estupideces, ¿quién me mandó a creer en él? ¿Quién me dijo que todo sería diferente esta vez?
Sin darme cuenta, Mariano me había lavado el cerebro y se había aprovechado de mí una vez más, tal cómo lo hizo hace tres años, demostrándome que no había cambiado, que seguía siendo la misma nena tonta de siempre.
Tenía razón, siempre tuvo razón, los sentimientos eran una basura, porque mi error fue comenzar a sentir algo por él, o más bien, mi error fue caer en su juego.
Las lágrimas parecían no querer parar, lloraba como si se tratara de una nena pequeña, mi cuerpo dolía por completo, me sentía rota, totalmente rota, lastimada, destruída, sola, realmente sola, ¿cual era el punto de seguir viviendo, si lo único que hacía era sufrir? No podía seguir así, no podía.
»»»»»»»»»
¡Hola a todos! ❤️ Estamos de vuelta con esto...
¿Qué les pareció el capítulo? ¿Les gustó? ¿Luna y su pasado? ¿Matteo detendrá el plan o descubrirá la verdad? ¿Ámbar revelará su secreto? ¿Qué tal la sorpresa de Mariano? ¡Comenten linduras!
Y... No podía no darles las gracias pues ganamos en los Mano a Mano Awards de ValuyVanny99 ❤️ y además llegamos a los 3k de votos... En verdad, linduras, muchas gracias y muy pronto se los recompensaré... Lo pometo.
Voten ⭐️ si les gustó y Comenten 💬 cuál fue su parte favorita.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top