34 | Oportunidades


J U E V E S

Ámbar POV

Pasmada, esa era la palabra que me definía en este momento, de esa manera me había dejado la confesión de Sylvana.

No podía hablar, no podía moverme, las lágrimas habían cesado y apenas sentía que era capaz de respirar, permanecía inmóvil, con la mirada fija hacia adelante.

Esto era demasiado para mí, hasta hace unos días jamás hubiera imaginado este momento y ahora estaba ahí, frente mío: mi verdad.

Suspiré profundamente para cerrar los ojos y tomar el valor suficiente para hablar, porque sabía que una vez que hiciera mi pregunta, nada sería igual.

—¿Por qué?— Balbuceé ganando la mirada de Sylvana.

—Ámbar, yo no...

—¿Por qué?— Repliqué exigente sin importarme el dolor en el rostro de Sylvana —¿Por qué me tenía que proteger de mi padre?

—Ámbar, créeme que es mejor que no lo sepas...

—Usted no sabe lo que es mejor para mí, de otro modo no me dejaría seguir viviendo en esta burbuja— Hablé dejando correr una primera lágrima luego de mucho tiempo.

—Yo sé que estás desesperada por saber más sobre vos y sobre tu pasado, pero hay que cosas que todavía no estás lista para saber— Suplicó Sylvana con dificultad.

—No creo que pueda haber nada peor que saber que tus padres, las personas en las que se supone que más confías en el mundo y que quieren lo mejor para vos, te hicieron vivir catorce años en una mentira— Sollocé haciendo mi mayor esfuerzo por no quebrar.

—Tus padres no son los malos del cuento, Ámbar. Ellos no tienen idea de muchísimas cosas. Sólo ocultaron lo que creyeron que era mejor para vos...

—No los defienda ahora. Nada justifica que me hayan engañado de la manera en que lo hicieron— Solté apretando mis ojos mientras dos lágrimas corrían por mis mejillas.

—Todo tiene una explicación Ámbar.

—Entonces explíqueme, si es que lo que me está diciendo es verdad— Rogué desesperada —¿Qué tan fuerte tuvo que ser lo que haya pasado con mi padre para abandonarme de esa manera?

—Está bien, te diré la verdad...

Musitó Sylvana cabizbaja limpiando unas últimas lágrimas mientras que las mías iban en aumento, mi corazón palpitaba a gran velocidad y sentía el aire hacerse cada vez más pesado, y eso que Sylvana no había emitido una sola palabra.

—Tu padre era un hombre mucho mayor que yo, lo conocí cuando yo era muy joven, tenía casi tu edad— Sylvana suspiró levantando la mirada —Y desde el primer momento me enamoré de él. Era tan apuesto y encantador... El hombre de mis sueños. Tiempo después empezamos a salir y luego de unos meses...

—¿Qué ocurrió?— Cuestioné debido al silencio que Sylvana tomó resistiendo las ganas de llorar.

—Me enteré que estaba embarazada de vos— Sollozó con una pequeña mueca —Era muy joven, apenas tenía dieciocho años y no tenía manera de mantenerte, mis padres me dieron la espalda porque no quise decirles quien era el padre, pero no podía hacerlo, no, yo no podía...

—¿Por qué? ¿Por qué era alguien mayor?

—Porque era un hombre casado.

Las palabras de Sylvana hicieron que mi mundo comenzara a dar vueltas, ella se veía tan buena, ella no podía ser capaz de hacer aquello, ¿meterse con un hombre casado?

—Usted dijo que quería protegerme de él— Solté de repente secando mis lágrimas —¿Por qué? ¿Qué fue lo que él hizo?— Sylvana soltó un suspiro liberando más lágrimas.

—Pensaba que él se haría responsable, como te dije, era un hombre maravilloso, pero estaba muy equivocada... Cuando se enteró que estaba esperando un hijo suyo perdió la cabeza— Lloró Sylvana limpiando velozmente sus lágrimas.

—¿Él te hizo algo?— Pregunté tímidamente ante el desconsuelo de Sylvana.

—Me dejó. No quiso hacerse cargo de vos... Pero eso no me importó, conseguí trabajo, un apartamento y vos llegaste a este mundo— Sonrió con dificultad entre lágrimas —Y todo parecía perfecto.

—¿Y entonces? No entiendo que tiene que ver...

—Cuando vos tenías tan sólo ocho meses te enfermaste de una neumonía muy grave y por pasar tantos días con vos en la clínica, perdí mi trabajo. Estaba por perder todo lo que con mucho esfuerzo había conseguido para nosotras y no tuve más remedio que...

—¿Regresar con él?— Cuestioné a lo que Sylvana asintió.

—Estaba muy desesperada, sólo quería dinero y nada más, pero cometí el peor error de mi vida y le dije que si no me ayudaba su mujer sabría toda la verdad, sin saber que estaba firmando mi propia sentencia de muerte, nuestra sentencia de muerte.

—¿Qué fue lo que hizo ese hombre?

—Hizo todo lo posible por deshacerse de las dos— Respondió Sylvana hecha un mar de lágrimas —Pasó más de dos años intentando borrarnos del mapa, él nos quería muertas a las dos con tal de que nunca se supiera su secreto.

No pude continuar mirando a Sylvana, su llanto sólo me hacía querer explotar a mí, por más que quisiera que todo fuera mentira no lo era, el dolor con el cual mascullaba cada una de sus palabras me decían que todo era verdad.

—Y por eso no tuve más remedio que apartarte de mi lado, te llevé a un lugar dónde sabía que él no podía hacerte daño y escapé lo más lejos que pude por muchos años.

Entonces todo era verdad, mi madre jamás quiso apartarme de su lado y si lo hizo fue porque me amaba y quería lo mejor para mí, en verdad quería protegerme del pasado.

—¿Qué clase de monstruo es capaz de hacer algo así?— Sollocé derramando más y más lágrimas.

—Yo tampoco podía creerlo, él era el hombre que yo amaba, que me prometió un futuro juntos.

—¿Entonces hizo todo esto con tal de protegerme?— Pregunté dirigiendo la mirada hacia mi madre.

—Yo haría lo que fuera con tal de que vos estés a salvo y sí, dejarte con tus padres fue la cosa más dolorosa de toda mi vida, pero no tuve otro remedio, yo sólo quería que vos tuvieras una vida alegre y sin dolor.

Poco a poco, flashasos de toda mi vida se hicieron presentes en mi mente: mis padres, mis tíos, mi abuelo, Simón, incluso Luna, todos aquellos momentos felices pudieron nunca existir de no ser por la decisión de mi madre.

Si tan solo ella no me hubiera dejado en la mansión con mis padres o si ese hombre nos hubiera hecho algo, yo no hubiera tenido la maravillosa vida que tuve.

Sin notarlo, exploté en lágrimas, pero esta vez era diferente, esta vez no sentía dolor, ni la más mínima pizca de él, extrañamente eran lágrimas de alegría y sin pensarlo en lo absoluto, me lancé a los brazos de mi madre abrazándola como si vida dependiera de ello.

—Toda mi vida pensé, desde muy pequeña, que mi madre nunca me quiso, que me odiaba, que yo fui un estorbo en su vida y ahora... Todo es diferente.

—Sé que abandonarte no fue la mejor...

—Fue lo mejor que pudo haber hecho— Interrumpí aferrándome a aquel abrazo —Y nunca podré agradecerle lo que hizo por mí, me salvó.

—Entonces... ¿No estás enfadada conmigo?— Cuestionó Sylvana sosteniéndome más fuerte.

—Nunca podría estarlo...

Respondí separándome de aquel abrazo con una enorme sonrisa bajo todas mis lágrimas que provocaron que mi madre sonriera emocionada.

—¿De verdad?

—Se lo juro, usted me dió la vida más maravillosa que pudiera haber tenido y ahora que sé la verdad, me siento mejor de lo que pudiera haber estado antes.

La sonrisa de Sylvana era incomparable y batallaba por hablar, pero las palabras no salían de su boca.

—¿Qué ocurre?

—Sé que quizá es muy pronto para pedírtelo, pero, no... No puedo seguir estando lejos de vos, Ámbar... Sos una chica increíble y me gustaría poder conocerte y... Me gustaría saber si me darías una oportunidad en tu vida...

Tragué saliva sin poder articular una palabra, sí, en efecto, era muy pronto, pero, la emoción de mi madre estremeció mi corazón y sin dudarlo, uní tímidamente mi mano con la suya tomándola por sorpresa.

—Me encantaría.

Sonreí haciendo que la sonrisa en el rostro de Sylvana crezca, en verdad, ni en mis más locos sueños hubiera imaginado jamás que algún día conocería a mi verdadera madre y mucho menos conocería mi verdadera historia, pero, ahora era una realidad.

El destino fue quien puso a Sylvana en mi camino y si lo hizo fue por algo y no podía dejar esta oportunidad pasar. Yo también la quería dentro de mi vida, conocerla a ella y a mi verdadera historia, y era exactamente lo que haría ahora. Sin más mentiras.

V I E R N E S

Simón POV

Una semana había pasado, una semana y sentía que estaba por volverme loco, jamás había pasado tanto tiempo peleado con mis amigos y sentía que mientras más pasaba el tiempo, más cerca estaba de perderlos.

Pero no me iba a dar por vencido, anoche encontré una solución a nuestro problema y necesitaba hablar con ellos, lograr que volvieran a confiar en mí, que me dieran una sola oportunidad más.

Y es exactamente lo que me encontraba haciendo ahora a medida que caminaba a la cafetería del Roller dónde sabía que ellos se encontraban.

Y en efecto fue así, una vez más los encontré sobre el escenario dispuestos a cantar, pero esta vez no en compañía de las chicas, sino de Gastón quien ahora se encontraba ocupando mi lugar.

🎶N: Nunca creí en historias del corazón
P: Estar enamorado
Para mí era sólo un juego
G: Como en caída libre
Ya no hay razón
N: No pueda controlar mis sentimientos
Todo es nuevo

G: We can talk about it
But I think I had enough
P: We can dream about It
But I think I wanna wake up


Me haces sentir
Que esto es el cielo
Y que en la tierra ya no hay como tú
Me tienes así
Rogándote please, oh baby
I need nobody but you


Me haces sentir
Que esto es el cielo
Y que en la tierra ya no hay como tú
Me tienes así
Rogándote please, oh baby
I need nobody but you🎶

Los chicos terminaron de cantar recibiendo aplausos por parte de todos los que se encontraban en la cafetería, excepto por mí.

Verlos sobre el escenario, cantando tan alegres con otro chico que no era yo me generó una sensación horrible en mi interior, tan solo pensar que ellos podían reemplazarme de esa manera hacia mi corazón estremecerse.

—¡Estuvieron increíbles!— Festejó Yam desde una mesa frente al escenario.

—¡Obvio! ¡Y todo gracias a Gas!— Exclamó Jim sonriente provocando que Gastón se sonrojara.

—Tampoco fue para tanto, fue sólo una canción— Respondió Gastón dejando el micrófono sobre su base.

—Las chicas tienen razón, sonamos increíble juntos y eso que fue sin ensayo— Habló Nico sonriente —Imagina como sonaríamos con el.

—Concuerdo con Nico, tu voz y las nuestras conectaron de maravilla— Mencionó Pedro levantándose de la batería.

—¿De verdad lo creen?

Intervine subiendo al escenario causando que todas las sonrisas se apaguen y las miradas terminen sobre mí.

—Creí que habíamos sido claros cuando dijimos que no queríamos hablar más con vos— Contestó Pedro evadiendo mi pregunta.

—Lo sé, pero yo de verdad necesito hablar con ustedes... A solas.

—Por mí no te preocupes, Simón... Jim y yo vamos a patinar— Soltó Gastón bajando del escenario hasta donde se encontraba la pelirroja.

—Yo los acompaño chicos— Dijo Yam para sonreír nerviosa.

Y sin esperar respuesta de Nico o Pedro, Gastón se marchó en compañía de las chicas dejándome a solas con mis amigos que más que eso ahora parecían mis ex amigos.

—Chicos, yo sé que no quieren ni verme y lo entiendo, pero por favor, yo quiero pedirles perdón y necesito que me escuchen, si después de lo que tengo para decirles no cambian de opinión les prometo que no los molestaré más— Supliqué a lo que ambos se miraron inseguros.

—Habla...

Suspiré para bajar la mirada, no podía negarlo, me dolía verlos despreciarme de aquel modo, nosotros habíamos compartido tanto y no estaba dispuesto a tirarlo por la borda de esta manera.

—Lamento de todo corazón lo que hice, yo sé que nuestro contrato con Vidia fue la mejor cosa que nos pasó en la vida y créanme que me odio a mí mismo por haberlo arruinado para todos.

—Trabajamos años para oportunidad como esta, Simón... Y vos nos arrebataste este sueño— Intervino Pedro con la mirada decepcionada.

—Lo sé, me siento de lo peor por eso y créanme que intenté convencer a Santi de no hacernos esto, pero él se negó.

—¿Y cómo no lo iba a hacer? ¿Sabés que grave fue lo que hiciste con Matteo?— Cuestionó Nico cruzando de brazos.

—Sí, lo sé y si pudiera regresar en el tiempo nunca lo hubiera hecho... Lo reconozco, soy impulsivo y mi actitud me hizo perder muchas cosas. No puedo permitirme perderlos a ustedes también.

—Pero no podés regresar en el tiempo, lo hecho, hecho está— Dijo Pedro para llevar sus manos a su cintura.

—Pero puedo cambiar, mejor dicho, voy a cambiar, se los prometo.

—Hemos escuchado eso tantas veces— Soltó Nico para rodar los ojos.

—Y todas esas veces lo he cumplido... Les prometí que dejaría de jugar a dos puntas y lo hice... Les prometí que dejaría de fumar y lo hice... Ahora les prometo que voy a cambiar mi actitud y lo voy a hacer, chicos, lo juro.

Nico y Pedro volvieron a intercambiar miradas inseguras, pero fue Nico quien cambió su cara larga por una pequeña sonrisa dudosa.

—Y aunque confiemos en vos, eso no cambia el hecho que nos arruinaste la oportunidad con Vidia— Habló provocando que asienta.

—Sí, pero quiero enmendar mi error y yo sé que es imposible hacerlo, pero al menos estuve buscando una solución a todo.

—¿Y cuál es esa solución?— Inquirió Pedro atento.

—Sé que no es lo mismo y que sólo es una posibilidad, pero MSC Records está buscando nuevos talentos para representar, lo único que tenemos que hacer es mandar un video de la banda.

—¿MSC Records?— Preguntó Nico abriendo los ojos como platos —¿Es joda?

—No lo es y pienso que tenemos muchas posibilidades, ya conseguimos un contrato con Vidia, estoy seguro que podremos hacer lo mismo con esta empresa.

Los rostros de mis amigos se iluminaron de vuelta y ambos no tardaron en sonreír dejando de lado sus rostros decepcionados de mí.

—Suena increíble— Intervino Pedro asombrado.

—Más que increíble, es una oportunidad única— Replicó Nico anonadado.

—¿Eso quiere decir que me darán otra oportunidad?

Cuestioné tímido temiendo que detrás de tanta emoción permaneciera el odio hacía mí, no obstante, parecía ser todo lo contrario, pues ambos continuaron sonriendo de la misma manera.

—Sí, una sola oportunidad más, Simón— Contestó Pedro provocando que sonriera.

—¿En serio?

—Muy en serio... La Roller Band vuelve a estar unida— Completó Nico animado.

—Les prometo que no les voy a fallar chicos y esta vez haré las cosas bien desde el inicio... Empezando por decirle toda la verdad a mis padres, no más mentiras ni secretos.

Los chicos me miraron sorprendidos pero era la verdad, si algo había pasado por mi cabeza es que mis acciones impulsivas traían consecuencias y este nuevo Simón no era así.

Debía decirles toda la verdad a mis padres, sólo así podría permanecer tranquilo que nada malo podría pasar, el único problema era como lo haría, ¿cómo le decís a tus padres que abandonaste la universidad para seguir con tu banda que te prohibieron? Necesitaba un milagro.

Ámbar POV

Aceptar la propuesta de Sylvana fue una de las mejores decisiones que pude haber tomado. Desde ayer que lo hice, una extraña sensación de alegría permanente me había invadido.

Y gracias a ella, el día de hoy había podido ser yo misma, algo que en estos últimos días no había sucedido.

Un claro ejemplo de eso era haber pasado la tarde entera en el Roller ya que en estos últimos días apenas y había sido capaz de abandonar mi habitación.

Pero ahora todo era diferente, me encontraba en la cafetería del Roller intentando hacer la tarea del Blake en compañía de mis amigas, sin embargo, yo era la única que tenía intenciones de hacerla, pues ellas se encontraban discutiendo de la misma manera desde que llegamos y todo por un video del Fab and Chic.

—¡No! ¡Jazmín! ¡Así no es!— Exclamó furiosa Delfi arrebatando la tablet de las manos de Jazmín.

—¡Claro que es así!— Soltó furiosa Jazmín para imitar la acción de Delfi —Llevo toda mi vida editando videos, Delfi, vos no me vas a decir cómo es.

—Pues entonces llevas toda tu vida editando videos mal— Replicó Delfi provocando que Jazmín abra los ojos como platos.

—Pues mi mala edición le encanta a nuestras fans— Refutó Jazmín alterada.

—¡Basta chicas! ¿Pueden parar un poco?

Solté ganándome la atención de ambas quienes, fulminandose una última vez con la mirada, dejaron la tablet sobre la mesa de la cafetería en la que nos encontrábamos.

—Gracias— Respondí para regresar mi mirada a mi libro.

—Fue Delfi— Musitó Jazmín de repente.

—¡No es verdad!— Contestó Delfi con el ceño fruncido.

—Claro que sí, si no hubieras...

Rodé los ojos, esta discusión apenas estaba comenzando y sabía que su final era muy lejano, por suerte para mí, un mensaje en el teléfono de Jazmín captó toda su atención y sin dudarlo, dejó lo que se encontraba haciendo para atenderlo.

—¡Es Ramiro!... Me está invitando a salir mañana.

—¿Y qué estás esperando, Jazmín? ¡Decile que sí!— Soltó ansiosa Delfi provocando que Jazmín la mirara preocupada —¿Qué pasa? ¿Por qué pones esa cara?

—Porque tengo miedo, chicas... Tengo el presentimiento que Ramiro quiere pedirme que sea su novia.

—¿Y cuál es el problema, Jaz? ¿No es eso lo que querés?— Exclamó obvia Delfi.

—Sí, no, no sé— Balbuceó mi pelirroja amiga soltando un bufido.

—No entiendo... ¿Por qué dudas?

—Porque no sé si estoy lista para dar el siguiente paso... ¿Cómo sabés que estás lista para dar el siguiente paso?— Cuestionó Jazmín con el ceño fruncido —Por ejemplo, vos con Simón, ¿cómo sabías que estabas lista para ser su novia? O, ¿cómo sabías que estabas lista para tener tu primera vez con él?

La sonrisa de Delfi se vio reemplazada por una mirada asesina sobre Jazmín mientras que la mía por un ceño fruncido que rápidamente se transformó en un rostro de desconcierto.

—¿Qué dijiste Jazmín?— Intervine logrando que Jazmín mire a Delfi consternada.

—Nada, no dijo nada— Se apresuró a responder Delfi sin siquiera observarme.

—¿Primera vez con... Con Simón?— Musité sintiendo mi corazón acelerarse —Delfi... Delfina, mírame a los ojos y decime la verdad... ¿Vos y mi hermano...

Ni siquiera fui capaz de terminar mi frase y Delfi, con dificultad, alzó la mirada uniéndola con la mía dibujando una pequeña sonrisa en su rostro y tímidamente asintió.

—Oh por Dios— Exclamé desparramándome sobre mi asiento —Oh por Dios, Delfi... ¿Por qué no me dijiste nada? ¿Por qué Jazmín lo sabía y yo no?

—Porque no quería que enloquecieras y te pusieras en tu papel de mojigata, y...

—No, no te voy a juzgar ni nada, pero...— Sonreí con dificultad intentando ignorar el hecho que se trataba de mi mejor amiga y mi hermano —Debiste haberme contado, Delfi... ¿Cuándo pasó?

—El día después de la pelea, cuando vos te fuiste de la habitación de Simón, él y yo charlamos y...

—Okay, suficiente— Negué suplicando que parara —¿Lo hicieron en mi propia casa? ¿A tres habitaciones de mí?— Exclamé llevando mis manos a mi cabeza en desesperación.

—Lo siento, pero, velo por el lado amable, vos no escuchaste nada— Mencionó Delfi con una pequeña sonrisa vergonzosa.

—No, no... Mi mejor amiga y mi hermano en mi propia casa— Suspiré intentando recobrar la compostura.

—Sabía que ibas a enloquecer, por eso no te dije nada...

—Discúlpame, perdón... Ya está, sólo quiero saber una cosa como tu mejor amiga, ignorando el hecho que es mi hermano— Suspiré borrando la imagen mental que había surgido en los últimos segundos —¿Te gustó?

—Me encantó, fue increíble— Sonrió mi amiga logrando que imitara su acción.

—Es todo lo que importa— Musité sonriente —Y que se cuiden... ¡Y! La próxima vez fuera de mi casa, ¿estamos?

Tanto Delfi como yo reímos, no había nada que yo pudiera hacer, era mi mejor amiga, era mi hermano, ellos se amaban y es todo lo que importaba.

—¿Entonces?... ¿Me ayudarán con mi problema o no?— Intervino Jazmín con el mismo rostro de antes.

—Es simple Jazmín, él te gusta, vos le gustas a él, es lo único que importa... Es imposible saber cuando estás lista para algo, sólo lo sabés... Y créeme, vos estás lista para dar el siguiente paso.

Jazmín sonrió para asentir y Delfi no tardó en fruncir el ceño sin apagar su sonrisa un sólo segundo para dirigir su mirada a mí.

—Hoy has estado muy sonriente amiga, ¿pasa algo?— Preguntó Delfi curiosa.

—¿Por qué tendría que pasar algo?— Cuestioné alzando ambas cejas.

—Porque últimamente has estado muy apagada y hoy es todo lo contrario.

Suspiré sin dejar de sonreír, era momento de compartir con mis amigas la verdad. Si había aceptado la propuesta de Sylvana, tarde o temprano esto tendría que pasar y no quería dejar que el tiempo pasara, al final de cuentas, confiaba en mis amigas demasiado.

—Tenés razón. Si pasa algo y justamente eso tiene que ver con la manera en que he estado actuando estos últimos días.

—Creí que estabas así por Luna y Matteo— Soltó Jazmín recibiendo una mirada fulminante de parte de Delfi.

—No Jazmín, ya les dije, ellos no me importan...

—¿Y entonces qué es amiga?— Interrogó Delfi con el ceño fruncido.

—Alguna vez les conté cuanto anhelaba algún día poder conocer a mis verdaderos padres y a mi verdadera historia— Ambas asintieron atentas —Pues lo hice... Conocí a mi madre biológica y a mi historia.

—Pero, ¿no era que era imposible saber sobre tu pasado?— Preguntó Jazmín confundida.

—Es complicado, chicas, pero algún día sabrán la verdad... Lo importante es que conocí a mi madre y que ahora ella formará parte de mi vida.

—Pero... ¿Estás segura que es tu madre, Ámbar?— Inquirió Delfi dudosa.

—No cabe duda que lo es. Incluso me mostró una foto mía justo antes que mis padres me adoptaran— Sonreí y luego de unas miradas dudosas, Jazmín sonrió.

—Suena increíble, amiga...

—Sí, Jazmín tiene razón... No sabés cuanto me alegro que tu sueño se haya vuelto realidad— Sonrió Delfi tomándome de la mano.

—Gracias amigas... Y, otra cosa... Nadie sabe sobre esto y me gustaría que así siga siendo. Ni siquiera Simón, Delfi...

—No te preocupes, no le diré nada, lo juro.

Sonreí para mirar a mis amigas detenidamente, no obstante, la sonrisa de las chicas se desvaneció al enfocar su mirada en alguien que se detuvo a nuestro lado.

—Hola Ámbar.

—¿Qué hacés acá? ¿No ves que estamos en el medio de algo importante?— Soltó Jazmín sin una pizca de amabilidad.

—Sí, Benicio... Pensé que te habíamos dejado claro que te alejes de Ámbar de una vez por todas— Mencionó Delfi para soltar mi mano y cruzar de brazos.

—Sólo quiero charlar con ella, es todo.

—Lástima por vos, ella no quiere...

—Está bien, chicas— Intervine ganándome las miradas confundidas de mis amigas —No tengo problema en hablar con Benicio.

—Pero Ámbar...

—No se preocupen, en serio.

Delfi y Jazmín se miraron entre ellas y de mala gana se levantaron para alejarse de nosotros mientras Benicio tomaba asiento frente mío.

—Había olvidado que intensas podían ser tus amigas— Bromeó provocando que soltara una pequeña risa.

—Se preocupan por mí, eso es todo— Sonreí logrando que imitara mi acción —¿Querías hablar conmigo?

—Sí, más bien, quería saber cómo estabas, después de lo que hablamos el otro día.

—Mejor, aunque odie admitirlo, tus palabras me hicieron muy bien y tenías razón, lo único que debía hacer era seguir a mi corazón... Así que gracias— La sonrisa de Benicio creció ante mis palabras —Y no quiero seguir quitándote tu tiempo, Luna debe estar esperándote para entrenar...

—No, Luna no es más mi pareja para la competencia— Abrí los ojos como platos ante su comentario, ¿era verdad lo que me decía?

—¿Cómo?

—Lo que escuchaste, me cansé de la actitud de Luna y decidí renunciar a la competencia con tal de no patinar más con ella.

—Pero la competencia es muy importante para vos.

—Lo es, pero prefiero estar fuera de esta antes que seguir soportando a Luna— Soltó Benicio logrando desconcertarme.

—Creí que Luna y vos eran amigos.

—Lo éramos, pero desde que llegó Matteo se volvió un monstruo y honestamente, no necesito a personas como ella en mi vida.

—Lo siento por vos. Entrenaste muy duro para esta competencia como para tirar todo a la basura por culpa de Luna.

—Sí, pero no quiero hablar más de ella... Competencias habrán muchas.

—Sí, además, no sos el único que se quedó fuera de la competencia— Benicio frunció el ceño ante mis palabras —No pienso patinar más con Matteo, no después de todo lo qué pasó.

—¿Eso quiere decir que vos tampoco tenés pareja?

Asentí encongiendome de hombros mientras que el rostro de Benicio se iluminó supongo a una idea que llegó a su mente.

—Se me acaba de ocurrir una idea increíble— Fruncí el ceño sin entender de que hablaba —Yo no tengo pareja para la competencia, vos tampoco tenés pareja... ¿Qué te parece si patinamos juntos?

—¿Perdón?

—S-Sólo si vos querés, obvio... Me imagino que ahora lo último que te interesaría hacer sería patinar y mucho menos conmigo— Balbuceó Benicio retractándose de su idea.

—No, en realidad, patinar es una de las cosas que más me gustaría hacer ahora, pero...

—Sí, lo sé, patinar conmigo no te interesa, y no te culpo, sé que es muy difícil volver a confiar en mí— Habló cabizbajo Benicio.

—Sí, la verdad es que sí, pero, no sé... Últimamente has cambiado mucho y cada vez que hablamos recuerdo todo lo que vivimos juntos— Suspiré encontrando las palabras exactas para continuar —Y me parece lindo. Una parte de mí quiere volver a confiar en vos y en tu arrepentimiento.

—Yo te juro que lo último que haría sería volver a lastimarte y si te propongo esto es porque sé lo importante que es para vos patinar y lo mucho que disfrutas competir.

—Me conocés perfecto— Sonreí provocando que el soltara una risa tierna.

—Tres años me hicieron hacerlo... Pero no te voy a presionar, pensalo y me decís, ¿sí?

Soltó Benicio para ponerse de pie y caminar unos pasos lejos de mí, no obstante, nunca me había sentido más segura de una decisión y evitando que se alejara más, lo detuve con mi voz.

—¡Espera!— Exclamé causando que girara para mirarme —Acepto.

El rostro confundido de Benicio rápidamente se volvió uno lleno de alegría. Sí, podía ser una locura, pero si algo había aprendido en estos últimos días era que el destino quería las cosas de esta manera, por algo hizo que Benicio renunciara a ser la pareja de Luna.

Además, tenía razón, adoraba competir y que mejor que hacerlo con Benicio, con él que fue mi verdadera pareja de patín. Los reyes de la pista patinarían una vez más juntos.

Luna POV

Los días para la competencia podían contarse con los dedos y eso significaba que debíamos ponernos las pilas con Matteo si teníamos intenciones de ganar la competencia.

No obstante, antes de poder comenzar a entrenar debíamos informarle a Támara, quien se encargaba de la competencia, sobre el cambio de planes, más bien, el cambio de parejas.

Y eso era exactamente lo que estábamos dispuestos a hacer ahora que divisábamos a Támara en la cafetería.

—Támara, que bueno que te vemos porque justo queríamos hablar con vos— Soltó Matteo captando su atención.

—Ahora no puedo chicos, estoy por...

—Es sólo un minuto, es importante— Respondí evitando que se alejara.

—Un minuto solamente— Exclamó para mirarnos atenta.

—Es sobre la competencia, Benicio no participará más y Matteo no quiere seguir patinando con Ámbar— Inicié logrando que Támara frunza el ceño.

—Y ya que ninguno de los dos tiene más pareja para la competencia, estábamos preguntándonos si Luna y yo podíamos ser pareja en la competencia.

—Tanto Matteo como yo pasamos a la siguiente ronda, así que no habría problema por eso, ¿verdad?

Matteo y yo sonreímos esperando que Támara también lo hiciera, pero en vez de eso continuó mirándonos confundida.

—¿Dicen de ahora ser ustedes pareja para la competencia?— Ambos asentimos con confianza —No lo sé, chicos.

—¿Por qué no, Támara?— Exclamé desconcertada —Benicio abandonó la competencia y Matteo no está dispuesto a patinar con Ámbar, mucho menos ella con él, no es justo que por culpa de ambos nosotros nos quedemos fuera de la competencia.

—Yo entiendo, Luna, pero no puedo tomar una decisión tan drástica sin consultar antes con Benicio y Ámbar.

—No hay nada que consultar con ellos— Exclamó Matteo con el ceño fruncido —No quieren participar de la competencia, eso es todo.

—A ver, chicos, yo sé que ustedes están ansiosos por participar, pero antes debo saber si Benicio y Ámbar no quieren seguir participando.

—Sí quiero.

La voz de Benicio se hizo presente provocando que Matteo y yo nos miremos confundidos para enfocar nuestras miradas en él al igual que Támara percatándonos que no venía solo, sino en compañía de Ámbar.

—¿Benicio?

—No quiero dejar la competencia, pero tampoco quiero seguir patinando con Luna— Respondió Benicio logrando que cruzara de brazos.

—¿Y entonces cuál es tu solución?— Inquirió Támara desconcertada.

—Ámbar. Ámbar y yo queremos ser pareja para la competencia.

No pude evitar abrir mis ojos como platos al escuchar aquello. No, no, esto tenía que ser un chiste, Benicio no pudo dejarme para patinar con ella.

—¿Ámbar?

—Sí, quiero patinar con Benicio en la competencia— Sonrió hacia Támara sin dirigirnos la mirada —Y no creo que haya problema. Tanto él como yo pasamos a la siguiente ronda.

—Okay, chicos... Me parece que este tipo de cambios no es lo correcto, la competencia es algo serio, no podemos andar haciendo y deshaciendo parejas.

—Lo sabemos, Támara, pero no me parece correcto que dos parejas nos quedemos afuera luego del enorme esfuerzo que hicimos para pasar a la siguiente ronda— Contestó Benicio cruzando de brazos.

—Benicio tiene razón— Continuó Ámbar —Nos merecemos continuar en la competencia, incluso el público votó por nosotros.

—En eso tienen razón— Suspiró Támara para sonreír —Creo que podemos hacer una excepción sólo por esta vez... Y las parejas ahora serán Ámbar y Benicio, y Luna y Matteo.

—Gracias Támara— Respondió Ámbar sonriente.

—No es nada, ahora concéntrense en entrenar muy duro que la próxima competencia será dentro de muy poco.

Sonrió Támara para caminar lejos de nosotros dejándonos frente a frente con Ámbar y Benicio quienes apenas no tuvieron rastro de ella borraron sus sonrisas mirándonos fijamente.

—¿Qué son esas caras, chicos?— Soltó Benicio burlón.

—¿Qué creen que están haciendo?— Repliqué sin una pizca de amabilidad.

—¿No es obvio?— Intervino Ámbar sarcástica —¿O qué creían? ¿Qué no íbamos a patinar sólo por ustedes?

—¿Por esto me dejaste?— Negué hacia Benicio quien sonrió.

—No, si te dejé fue porque no te soporto más— Escupió Benicio fulminándome con la mirada.

—¡Hey! No le hables a Luna así— Interrumpió Matteo cruzando de brazos.

—Yo con vos no tengo nada que hablar— Exclamó Benicio dejando en claro su furia hacia Matteo —Más bien con ninguno de los dos, ya les dije todo lo que les tengo para decir.

—Vamos Benicio, tenemos mucho que entrenar— Intervino Ámbar con una sonrisa burlona.

—Suerte... La van a necesitar.

Benicio nos dirigió unas últimas miradas y se alejó siguiendo a Ámbar hacia la pista.

Esto no podía ser verdad, si Ámbar había aceptado patinar con Benicio era porque volvía a confiar en él y si lo hacía no dudaba en que también creería todo lo que Benicio le dijera sobre el plan.

Pero eso no era todo, porque si ellos patinaban juntos tenían una gran chance de pasar a la siguiente ronda y cuando Emilia se enterara estaba segura que me mataría.

Mi plan, a pesar de haber salido a la perfección, ahora estaba a un paso de salir a la luz y todo por culpa de Benicio, pero no lo iba a permitir, algo se me iba a ocurrir para sacar a Ámbar y a Benicio de la competencia, como que me llamo Luna Benson.

       »»»»»»»»»

¡Hola a todos! ❤️ Martes de Ella o Yo, es lo que hay...

¿Qué les pareció? ¿La verdadera historia de Ámbar? ¿Sylvana y Ámbar? ¿La Roller Band se arregló? ¿Simón les dirá la verdad a sus padres? ¿Benimbar vs Lutteo? ¿Qué va a pasar ahí?

Capítulo dedicado a la bella de PasquarelliBello por haber creado la mejor historia sobre el pasado de Ámbar, estoy impresionada con tu imaginación y con la de todas ustedes linduras.

Capítulos todos los Lunes y Viernes.

Voten ⭐️ si les gustó y Comenten 💬 cuál fue su parte favorita.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top