32 | Solos


M A R T E S

Ámbar POV

«—Recuerda que si te moves te dolerá mucho más, Ámbar.

—¡No quiero, mami! ¡No quiero!

—Ya escuchaste al doctor, mi amor... No te muevas y terminará rápido.

—¡No! ¡Me duele mucho! ¡Ya no quiero! ¡Ya no, por favor!...»

Mis lágrimas corrían a toda velocidad por mis mejillas mientras me aferraba con toda la fuerza que tenía a una almohada de mi cama, recordando aquellos momentos de mi infancia que había logrado enterrar por tantos años.

O al menos lo había hecho hasta el día de hoy, luego de que aquella muj... De que mi madre, me hiciera recordar aquellos eventos que me dejaron marcada para siempre y que me hacían sentir cada parte de mi cuerpo estremecerse del dolor.

Era sólo una nena de cinco años, no entendía nada, estaba muy asustada, sentía que yo era la culpable de lo que me estaba pasando sin entender el porqué, y no podía decir nada, a nadie, era nuestro secreto, ella me hizo prometerlo o de otro modo yo sería la responsable de destrozar a nuestra familia.

—¿Ámbar?

La voz de mi hermano me hizo salir de mis pensamientos junto con el sonido de los suaves golpes en la puerta, sin embargo, su voz sólo hizo que mis lágrimas empeoraran sin poder, ni querer, darle respuesta.

—Ámbar, sé que estás ahí... Necesito hablar con vos— Insistió en el tono más bajo posible.

—No tengo ganas de hablar, Simón... Andate, por favor— Pedí aclarando mi garganta recibiendo un silencio a cambio.

—Voy a entrar...

Dijo sin importarle nada para abrir la puerta de mi habitación y adentrarse a esta logrando que gire mi cuerpo impidiendo que él pueda observar mi rostro.

—Te dije que no tengo ganas de hablar.

—Lo siento, pero yo sí... Y no tenés porque hablar, sólo escuchar— Respondió sentándose a mi lado.

—Quiero estar sola...

—Lástima, hoy no será tu día de suerte...

Bufé para cerrar los ojos, justo hoy lo que más quería era estar sola, no quería dar explicaciones y sé que con Simón me veía obligada a hacerlo.

—Santi se enteró de lo que le hice a Matteo y disolvió el contrato de la banda... Vidia no nos representa más.

Abrí los ojos para fruncir el ceño, quería mirar a los ojos a Simón en ese momento pero mi cuerpo me lo impedía y supongo él esperaba que lo hiciera.

—Tenías razón... Me dejé llevar por mi ira y no pensé en las consecuencias de mis acciones, por mi culpa le quité a mis mejores amigos la oportunidad de nuestros sueños, por la que tanto trabajamos y la que tanto nos costó conseguir.

Dejé correr una lágrima ante el tono devastado de Simón, jamás pensé que esto pudiera afectarlo tanto y sabía cuanto debía estar sufriendo.

—Y ahora no tengo nada, por la banda yo dejé la universidad que papás siguen pagando pensando que yo sigo asistiendo a ella, cuando no lo hago— Aclaró su garganta luego de que su voz se cortara al final de su frase —Todos estos meses de trabajo con la banda se fueron a la basura por mi culpa. Lo peor de todo es que defraudé a tanta gente por culpa de mis arrebatos... A papás cuando se enteren de esto y muy probablemente a mis amigos... Y yo no quiero que una de esas personas seas vos...

Simón soltó un suspiro para crear un largo silencio, sé que debía decir algo, pero simplemente no podía, tenía un nudo en la garganta que me impedía hablar.

—Tenías razón otra vez, entiendo porque no quisiste decirme nada, querías evitar todo esto... Las cosas hubieran sido más simples si yo nunca me hubiera enterado... Te pido perdón y te prometo que de ahora en más no me meteré en tu vida, sólo soy tu hermano al final de cuentas.

Dejé unas lágrimas correr por mis mejillas, sabía que mi silencio estaba apuñalando a Simón pero por más esfuerzo que hiciera, las palabras no salían de mi boca.

—Bueno, eso era todo lo que te quería decir... Te dejo para que estés sola...

—No— Exclamé al sentirlo levantarse de mi cama —No te vayas, por favor...

—Si vos me lo pedís no me voy a ningún lado— Respondió volviendo a sentarse mientras yo soltaba un suspiro —¿Querés intentar decirme qué es lo que te pasa?

—No puedo, lo siento, pero no puedo...

—Como vos quieras, no te voy a obligar a decirme nada si vos no querés.

—Perdóname, te juro que quiero decírtelo pero no puedo— Sollocé dejando mis lágrimas correr.

—No me pidas perdón, bonita... Cuando estés lista me lo podés decir. Yo siempre voy a estar aquí para escucharte.

—Perdóname por arruinarte la vida— Solté sin importarme nada.

—¿Qué? ¿Por qué decís eso? Vos nunca me has arruinado la vida.

—Sí, sí lo hice y no sólo a vos... Luna tiene razón, yo nunca debí haber llegado a esta casa.

—¿Qué te pasa, Ámbar?... No hagas caso a una sola de las palabras de Luna, está demente... Tu llegada sólo nos trajo alegría a todos— Replicó Simón con el tono alterado.

—Tiene razón, todo lo que ha pasado nunca hubiera ocurrido si mis papás nunca me hubieran adoptado...

—Ámbar— Soltó Simón obligando a que me levantara para mirarlo frente a frente —¡No vuelvas a repetir eso nunca más!... Mis papás te rescataron de aquel hogar, de un pasado doloroso y te llenaron de amor porque vos te robaste nuestros corazones, así que no vuelvas a decir eso jamás.

Exploté en llanto ante el comentario de Simón, él era igual de inocente que yo lo había sido por todos estos años, no sólo me engañaron a mí sino que a él también, sus palabras no eran más que producto de una mentira, mi pasado y yo éramos sólo una mentira.

—Bonita... ¿Qué tenés?— Sollozó Simón angustiado.

—No lo sé... No lo sé, Simón... No sé quien soy, no sé nada sobre mi pasado... Me siento vacía— Lloré sin control alguno.

—Tranquila, bonita... Aquí estoy yo... No estás sola...

Alcé la mirada encontrándome por primera vez con los ojos cristalizados de Simón los cuales reflejaban dolor, sabía que sufría mucho al verme así, y es por eso que sin encontrar una manera de equilibrarme, me lancé a los brazos de Simón aferrándome a su cuerpo como si mi vida dependiera de ello.

—No me dejes sola, Simón, no me dejes por favor— Supliqué mientras él me apretaba fuertemente contra su cuerpo.

—No te voy a dejar, bonita... No te voy a soltar si vos no querés.

—No, no quiero estar sola... Me duele todo.

—No te preocupes, yo me voy a quedar aquí con vos, toda la noche, no me pienso ir a ningún lado— Exclamó acariciando mi cabello haciendo que mis lágrimas poco a poco se calmaran.

—Perdóname, Simón, por todo lo que te dije... Vos sos mi hermano, mi hermano mayor y te necesito...

—Aquí me tenés y no me tenés que pedir perdón por nada, pero cálmate por favor, me parte el corazón verte llorar así y no saber porqué...

—Ni yo lo sé, sólo sé que me arrebataron una parte de mí y me siento rota...

Simón se apartó suavemente de aquel abrazo al que hasta ahora habíamos permanecido unidos para limpiar las lágrimas que aún permanecían en mis mejillas.

—Sea lo que sea vos podés enfrentarlo, vos sos fuerte, sos mi hermana y sos una Smith, ¿okay?— Bajé la mirada sintiendo mi corazón estremecerse —¿Qué te parece si te canto para que te calmes? Así cómo lo hacía cuando éramos pequeños...

—Me encantaría eso...

Simón sonrió ligeramente para limpiar sus propias lágrimas y se recostó sobre mi cama permitiendo que yo lo haga a su lado para aferrarme a él en un fuerte abrazo y cerrar mis ojos intentando calmar mi llanto.

🎶Sé quién soy
Y estoy buscando algo
Donde voy
Siempre te encuentro, sigo soñando

Sé de ti
Y estás diciendo algo
Donde vas siempre te encuentro
Yo seguiré a tu lado

Luces que se encienden, crece mi pasión
Sueña que es posible
Sube ya el telón
Sube ya el telón

Vibras en mí, suelto mi voz
Música es, sola no estoy
Nacen y siento
Melodías que lo cuentan todo

Ven a cantar, seamos dos
Música en ti, libre este amor
Cambiando el mundo
Siempre música seremos todos...🎶

Simón continuó cantando sin soltarme en un sólo momento hasta que el cansancio de haber llorado todo el día me venció provocando que cerrara los ojos para entrar en un profundo sueño.

Estaba sola, no podía decirle nada a Simón de lo que estaba pasando conmigo porque tenía miedo de cómo reaccionaría, no tenía a nadie, yo sola tendría que enfrentarme a la realidad y a descubrir mi verdadero pasado... Sola.

M I É R C O L E S

Simón POV

Ni noté en que minuto me quedé dormido cantándole a mi hermana, pero esta mañana abrí los ojos apenas el primer rayo de sol salió y evitando despertarla luego de la difícil noche qué pasó, abandoné su habitación para ir a la mía.

Ya en esta, cualquier intento por dormir fue inútil, mi cabeza estaba más despierta que nunca pensando una manera de reparar todo lo que estaba ocurriendo con la banda.

Y no fue hasta que una brillante idea llegó a mi mente que opté por llamar a los chicos, no obstante, ellos no atendieron uno sólo de mis llamados o mensajes, era claro que estaban furiosos conmigo y no los culpaba, pero debía encontrarlos.

Y es por eso que fui al Roller en busca de ellos, seguramente ellos se encontrarían ahí junto a sus novias y necesitaba disculparme con ellos cuanto antes.

En efecto, al llegar al Roller encontré a Nico y Pedro en compañía de Nina y Yam, así como de Delfi. Verla ahí, riendo con ellos, me hizo sentir peor. Desde ayer había estado portándome seco con ella por más que odiara hacerlo.

—¡Me parece increíble!— Soltó Nico para acomodar su bajo dispuesto a tocar.

—¡Maravilloso!— Exclamó Yam sonriente.

—¿Listos?— Preguntó Nina a lo que todos asintieron.

Aquella frase me hizo entender que las chicas estaban por cantar en compañía de Nico y Pedro, y evitando arruinar el momento me detuve a considerable distancia del escenario.

🎶Hey! Hey!
N: Pongo blanco sobre negro
Terminó este juego de a dos

Hey! Hey!
Y: No me tienes, ni te tengo
Ya no deberás decir no

Hey! Hey!
D: Tú a lo tuyo y yo a lo mío
Comenzó una nueva función

Hey! Hey!
Y: Tu no quieres, yo no quiero
Yo no deberás mentir, no

Cada amanecer que pienso en ti
Entra la duda de saber si piensas en mí
Por la tarde, si te veo partir
Pienso y no me animo, no soy tu destino

En la noche trato de olvidar
Pero te recuerdo intento y no puedo
Cuando duermo te comienzo a soñar
Y no logro borrar tu mirada en todo el día

En la noche trato de olvidar
Pero te recuerdo intento y no puedo
Cuando duermo te comienzo a soñar
Y no logro borrar tu mirada en todo el día de mí🎶

Finalizaron los chicos para festejar siendo acompañados de aplausos por parte de todos los que se encontraban en la cafetería, incluido yo, mientras caminaba hasta el escenario.

—No cabe duda, ustedes podrían tener su propia banda— Dijo Pedro hacia las chicas.

—Pedro tiene razón, sus voces conectan increíbles juntas— Agregó Nico dejando el bajo en su base.

—Sonaron increíbles— Intervine sonriente causando que todas las sonrisas se esfumaran.

—¿Y vos qué hacés acá?— Preguntó Pedro sin una pizca de amabilidad.

—Vine a hablar con ustedes, con eso de que no contestan mis llamados o mensajes— Respondí tímido.

—Eso te debió dar una pista de que no queremos hablar con vos— Soltó Nico cruzando de brazos.

—Chicos, yo sé que están enojados conmigo y no los culpo, me merezco que me odien, pero estoy muy arrepentido y quiero reparar mi error... Estuve pensando y...

—No nos interesa lo que digas, nos arruinaste la oportunidad más grande de nuestras vidas— Interrumpió mi frase Nico para bajar del escenario.

—Estamos cansados de tener que pagar por tus platos rotos... Siempre nos metes en problemas, Simón, pero esto fue demasiado— Mencionó Pedro imitando la acción de Nico.

—Chicos, por favor... Escúchenme, yo quiero...

—Basta, nada de lo que digas pueda reparar el daño que hiciste... Aléjate de nosotros— Demandó Nico fulminandome con la mirada —Vamos chicas...

Fue lo último que dijo Nico para caminar lejos de mí seguido por Pedro, mientras que Nina y Yam no tardaron en mirarme decepcionadas y bajar del escenario para seguir a sus novios.

Solté un largo suspiro. No los culpaba, tenían todo el derecho de odiarme, insultarme si querían, pero al menos esperaba que me dieran una oportunidad de disculparme.

—No te preocupes, Simón... Ya se les va a pasar— Mencionó Delfi bajando del escenario hasta quedar frente mío.

—No, en sus ojos pude ver cuanto me odian, jamás los había visto así de furiosos conmigo, ni siquiera cuando choqué el auto del papá de Nico o arruiné el retrato de millones de la mamá de Pedro...

—Bueno, pero es entendible. Santi fue muy injusto con ustedes, debió darles otra oportunidad— Habló Delfi para tomarme de la mano.

—No, Santi tiene razón, solamente que odio saber que ellos están pagando las consecuencias de mis acciones...

—Era imposible que supieras que algo así podría pasar y estoy segura que de haberlo sabido jamás hubieras lastimado a Matteo...

—Delfi— Suspiré para bajar la mirada —No tengo muchas ganas de hablar, será mejor que me vaya.

—Pero...

—Lo siento...

Exclamé para soltar su mano y avanzar un par de pasos lejos de ella pero me detuve en seco. No, justamente mi actitud había arruinado todo y si quería reparar mi error debía empezar por cambiarla.

Y es por eso que soltando un suspiro, regresé hasta dónde Delfi se encontraba con la mirada triste para tomarla nuevamente de la mano.

—Perdón, vos no tenés la culpa de nada, sólo intentas animarme y yo te estoy tratando pésimo.

—No te culpo, sé que vos estás igual de triste por haber perdido tu oportunidad con Vidia.

—Pero eso no justifica que yo te he estado ignorando desde ayer, vos no mereces que me descargue con vos... Vos no mereces tener a alguien como yo.

—Simón... ¿Qué estás diciendo?— Soltó Delfi incrédula.

—La verdad, Delfi... Vos sos increíble y mereces a alguien mejor que yo.

—No, no es verdad, mi amor... El otro día te dije que me enamoré de todo vos y es verdad... Te demostré ese día que la única persona que quiero y necesito sos vos— Dijo para sonreír haciendo que suelte un suspiro.

—Fue el mejor día de mi vida, sin duda alguna— Mencioné para sonreír con mucho esfuerzo.

—El mío también y cada vez que penses que no sos suficiente para mí, recorda ese día que te demostré cuanto te amaba.

Mi sonrisa creció y sin dudarlo coloqué un beso en la frente de Delfi para rodearla por la cintura y apegarla a mi cuerpo. En momentos como este me daba cuenta que por más solo que me sintiera, Delfi siempre estaba para mí y yo ahora estaría ahí para ella de la misma manera. Por ella debía cambiar y no dejarme vencer. Encontraría una solución a todo.

Matteo POV

Hoy, luego de dos días de reposo absoluto por orden de la doctora, conseguí salir de mi casa sin mucha aprobación por parte de mis padres. Si fuera por mi madre permanecería en mi cama el resto del año.

Sin embargo, logré convencerlos y venir al Roller para pasar la tarde junto a Luna, o las pocas horas en que mi madre no insistiera para volver a casa.

—Matteo.

Giré al escuchar una voz llamándome y fue entonces cuando me percaté que aquella voz provenía de Támara quien me observaba sonriente.

—Me alegra mucho que hayas vuelto.

—El Roller se ha convertido en mi lugar favorito, no podía no venir.

—Y también me alegra que estés bien, dentro de lo que cabe, claro— Soltó tímida apartando su mirada por un segundo de mi rostro.

—El collarín sólo es orden de la doctora, estoy perfecto, Támara.

—Me alegro.

—Bueno, si es todo yo...— Dije intentando alejarme de su lado.

—No— Interrumpió provocando que me detenga —En realidad, quería hablar con vos.

—¿Sobre?— Fruncí el ceño confundido, ¿ella y yo debíamos hablar sobre algo?

—En el hospital conocí a tus padres. Ellos parecían muy interesados en encontrar al responsable... Les dije que con Gary revisaríamos las cámaras de seguridad, pero al hacerlo descubrimos que...

—Támara... No te preocupes, ya les dije la verdad a mis padres— Su rostro palideció al escuchar mi frase.

—¿La verdad?

—Sí, fue un chico con el cual perdí una apuesta de patinaje. No quise pagarle y envió a su amigo a hacerme esto en venganza— Repetí la mentira que había elaborado junto a Luna para mis padres.

—Ah, eh... Yo...

—Tranquila, no les diré que fue Simón...

—¿Simón?

—Medio Roller presenció la pelea, todos sabemos que fue Simón, pero no pienso delatarlo... Fue el precio que pagué por algo que hice y lo reconozco.

—Gracias Matteo... Esto no sólo metería en problemas a Simón, sino que a muchísima gente.

—Lo sé y no pienso decir nada jamás... Te lo prometo— Sonreí logrando que Támara imite mi acción —Voy a buscar a Luna...

Dije para alejarme de ella dispuesto a ir a los lockers donde seguro se encontraría Luna, pero al llegar a la entrada de estos, me detuve en seco evitando chocar con la persona que salía de estos quedando frente a frente con ella, con Ámbar.

—Perdón, no te vi— Musité desviando mi mirada de ella.

—No, no te preocupes.

Respondió en el mismo tono tímido creando un silencio que pareció ser eterno, era obvio que ninguno sabía que decir, apenas éramos capaces de mirarnos a los ojos.

—¿Estás bien?— Rompió con ese silencio con la mirada baja.

—Sí, no fue nada, estoy perfecto— Respondí haciendo mi mayor esfuerzo por sonreír.

—Que bueno, temí que algo grave te pasara.

—No, nada de que preocuparte— Y nuevamente creamos un largo silencio que parecía no tener fin.

—Siento mucho lo que Simón te hizo— Exclamó casi en un hilo de voz

—Me lo merecía, tuvo razón.

—Quizá... Pero no justifica que te haya lastimado de esa manera... Créeme que está muy arrepentido de lo que hizo.

—No es necesario, no le guardo rencor... Ni a vos.

Ámbar levantó la mirada luego de toda esa charla para observarme a los ojos, parecía estar analizando profundamente cada una de mis palabras.

—Me voy a la pista.

Fue lo último que escuché de ella antes que patinara a toda velocidad fuera de los lockers dejándome solo.

Era la verdad, yo no fui el primero en arruinar lo nuestro, fue ella junto a ese chico, antes que yo besara a Luna, ella se besó con Michel, él chico que me confesó estar dispuesto a quitármela, cosa que Ámbar nunca se enteró pues nunca me dejó decirle la verdad.

Yo no había sido el culpable de todo, ella y yo cometimos cientos de errores, yo ya había pagado por el mío y estaba listo para cambiar de página.

—¡Acá estás!— Soltó Luna alegre al entrar a los lockers.

—Te estaba buscando, petisa— Exclamé sonriente olvidándome de mis pensamientos.

—Me encantaría ir a tomar un licuado con vos, pero ahora debo ir a entrenar con Benicio... ¿Querés acompañarme?— Preguntó entrelazando nuestras manos.

—Paso. No quiero estar cerca de ese chico... Pero te esperaré en la cafetería y cuando termines podemos ir al cine o a tomar un helado... ¿Qué decís?

—Me parece perfecto, entonces al menos ayúdame a colocarme los patines— Dijo para intentar arrastrarme hacia su locker.

—Espera, espera— Intervine provocando que se detenga —¿No te olvidas de algo?

—¿De qué?— Frunció el ceño confundida.

—De esto...

Dije para apoderarme de sus labios robándole un beso que sólo causó que ella riera y con esa hermosa sonrisa fuimos hasta su locker para tomar sus patines.

Lo dicho, Luna era capaz de llenarme de alegría, su sola presencia me hizo olvidar a Ámbar por completo y ahora que estaba de vuelta en pie no perdería el tiempo y pasaría el mayor tiempo posible a su lado, como le dije a los chicos, no quería esperar.

Ámbar POV

«—No es necesario, no le guardo rencor... Ni a vos.»

¿Qué se supone que significaba aquella frase de Matteo? Ambos habíamos cometido muchos errores pero de los dos, él había sido el responsable de terminar lo nuestro, él estuvo con Emilia cuando le pedí que no lo hiciera, estuvieron a punto de besarse, luego se besó con Luna y pasó aquello. En todo caso, yo debía ser la que no le guardara algún rencor.

Y en efecto era así, no le guardaba una pizca de rencor, desde el inicio supe que entre él y Luna pasaba algo y sólo por vengarme intenté algo con Matteo, cuando en la realidad entre nosotros nunca debió ocurrir nada.

Pero Matteo ya no me interesaba, ahora tenía algo más poderoso en mi cabeza, mi pasado, y por eso me encontraba ahora patinando con la esperanza de hallar una respuesta a lo que debía hacer ahora que sabía la verdad.

—Veo que aún no perdes tu estilo, reina.

Exclamó Benicio patinando luego de haber realizado un giro Axel casi inconsciente obligando a detenerme.

—Sólo intento despejar mi mente— Respondí patinando hasta la orilla de la pista siendo seguida por él.

—Siempre hacés eso cuando estás mal...

—¿Qué querés Benicio?— Pregunté desviando mi mirada de él.

—Nada, simplemente saber cómo estás...

—Bien, no tenés porque preocuparte por mí.

—Lo sé, pero no puedo no hacerlo, te veo y me doy cuenta que algo tenés... Lo puedo ver en tus ojos.

—Sí, sí me pasa algo— Contesté para cruzar de brazos.

—Quizá te parezca la persona menos indicada para contarle sus cosas, pero vos y yo compartimos demasiado que si querés contarme que te pasa o...

—Tenés razón, sos la persona menos indicada.

—Ámbar, yo sé que no querés ni verme y lo entiendo, pero me preocupo por vos, lo hago en serio, y sé perfectamente que guardarse las cosas sólo es peor... No te pido que hables conmigo, pero al menos hacelo con tus amigas o con Simón, ¿sí?

Patiné lejos de Benicio ante su frase, parecía tan fácil contarle lo que me pasaba a mis amigas o a mi hermano, pero no podía, para ellos mi pasado era eso, pasado.

Ninguno nunca supo que yo tenía sueños de encontrar a mis verdaderos padres, mi verdadera historia, ninguno a excepción de Benicio, era una de las personas en las que más confiaba y él sabía cuanto deseaba encontrar mi verdad.

Solté un suspiro para detenerme, tenía razón, necesitaba hablarlo con alguien. Con Simón fue inútil, no pude decirle nada. Mis amigas mucho menos. La única persona con la que sentía que sería capaz de confesarle todo era odiosamente él, Benicio.

—No puedo hablar con nadie— Solté patinando de vuelta a su lado —Intenté, pero no puedo, si yo hablo todo se derrumba.

—Debe ser muy grave entonces.

—Ni yo lo sé, apenas estoy logrando entender todo y eso que no sé nada aún.

—¿Y sobre qué es?... Si me querés contar, por supuesto— Inquirió preocupado causando que suelte un suspiro.

—¿Recordas cuando te hablaba sobre encontrar mi pasado?

—¿Cómo lo voy a olvidar?— Sonrió ligeramente —Yo te decía que debías hacerlo si sentías que te faltaba una parte de vos y que yo te ayudaría en todo lo que pudiera.

—Hasta ahora yo me sentía bien, sentía que no debía buscar más allá, tenía todo lo que necesitaba... Pero ahora, siento que no soy más nadie, es como si me hubieran arrebatado todos mis recuerdos, estoy vacía, sin nada por dentro.

—¿Eso quiere decir que estas buscando tu pasado?

—Algo así... Lo peor de todo es que no sé absolutamente nada, sólo sé que toda mi vida fue construida alrededor de una mentira, una mentira con un fin que no conozco... Ámbar Smith es producto de una mentira.

—¿De qué mentira hablas?

—No puedo decírtelo, sigo sin saber que lo que ahora sé es verdad... Ya no sé en quién creer y en quién no— Dije provocando que mi vista se nublara a causa de las lágrimas.

—Debes creer en la persona que tu corazón te dice que creas.

—Mi corazón está muy confundido.

—Si estás dudando es porque tu corazón te dice que creas en eso que hasta ahora no sabías, de otro modo no dejarías que esto te afectara tanto.

Bajé la mirada dispuesta a calmar mis lágrimas, aunque odiara decirlo, Benicio tenía razón, si desconfiaba de mis padres y confiaba en aquella mujer era porque yo creía que lo que ella me decía era verdad.

—Ámbar, no sé que es eso que ahora sabés, pero quiero que sepas que si necesitas ayuda o querés hablar, yo estoy dispuesto a hacerlo...

—¿Por qué?— Benicio frunció el ceño ante mi pregunta —¿Por qué de repente te interesa lo que me pasa?

—Porque creo que has sufrido demasiado, y en parte ha sido por mi culpa...

—Lo que me está pasando no es tu culpa.

—Aunque no lo sea, soy culpable de muchas otras cosas, entre ellas haberte traicionado... Cuando yo llegué acá estaba destrozado y al conocerte, todo cambió, vos me ayudaste a sanar todas mis heridas y yo te pagué rompiéndote el corazón en mil pedazos.

—Es verdad... Vos te volviste otra persona desde que te conocí.

—Me ayudaste y ahora es mi turno de devolverte el favor, y si quiero hacerlo debo empezar por demostrarte que tan arrepentido estoy y que estoy dispuesto a reparar mis errores.

Hace tanto tiempo que no conectaba mi mirada con Benicio de esta manera, podía odiarlo todo lo que quisiera por haberme lastimado, pero jamás podría olvidarme de todo lo lindo que vivimos juntos.

Y creo que sumergirme en esos recuerdos me obligó a inclinarme para abrazarlo tomándolo por total sorpresa, sin embargo, en cuestión de segundos correspondió mi abrazo.

Sentir su cuerpo junto al mío luego de tanto tiempo hizo que mis sentimientos estallaran, sus brazos eran unos de los pocos en los cuales me sentía protegida y contenida, y esta vez no fue la excepción, mi interior no quería apartarse de ese abrazo jamás.

—¿Interrumpo?

Aquella voz logró que Benicio y yo nos separáramos para encontrarnos con ella, cruzada de brazos con la mirada fastidiada, con Luna.

»»»»»»»»»

¡Hola a todos! ❤️ Disculpen, no podía concentrarme ayer, pero martes también puede ser "Martes de Ella o Yo"

¿Qué les pareció? ¿Reconciliación de Ámbar y Simón? ¿Simón recuperará a la Roller Band? ¿Encuentro Mambar? ¿Benimbar? ¿Qué creen que suceda?

Capítulos todos los Lunes y Viernes.

Voten ⭐️ si les gustó y Comenten 💬 cuál fue su parte favorita.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top