23 | El plan B
L U N E S
Ámbar POV
Seguía sin poder creer que Michel había regresado, toda mi familia lo extrañaba muchísimo y por eso toda la cena fue una competencia por quién conseguía hablar con él.
Sin embargo tuve que atender un llamado de Delfi y tan sólo bastó con esos minutos para que Luna y Michel salieran al jardín a seguir charlando.
Dudé mucho si interrumpir o no, pero yo fui la primera en encontrarlo y hasta ahora apenas y había tenido oportunidad de hablar a solas con él. Es por eso que insegura decidí llegar hasta dónde ellos se encontraban riendo.
—Perdón, ¿interrumpo?— Pregunté dudosa callando con sus risas.
—No, no para nada— Soltó Michel sonriente.
—Será mejor que yo me vaya— Comentó Luna intentando alejarse, sin embargo, y por más que lo odiara, no quería que se fuera, ambas habíamos crecido junto a Michel y entendía que quería estar con él.
—No... Quedate— Hablé dudosa apenas y dirigiéndole la mirada—Charlemos los tres— Luna no tardó en fruncir el ceño ante mi propuesta por motivos obvios.
—No, yo ya charlé con él... Además, tengo tarea por hacer, pero charlen ustedes... ¿Hablamos mañana ito?
—Claro que sí ita... Suerte con la tarea.
Michel sonrió para depositar un beso en la mejilla de Luna recibiendo uno a cambio y antes de alejarse sus miradas se encontraron por largos segundos de una manera muy extraña.
—Pensé que tú igual tenías tarea boo— Habló Michel rompiendo con el silencio que se formó una vez que Luna se alejó.
—Tengo, pero prefiero hablar con vos antes que resolver ecuaciones— Ambos reímos para comenzar a dar pequeños pasos.
—Sé que te dije en la tarde que no te preguntaría nada, pero no puedo evitar notar la tensión que hay entre Luna y tú... ¿Me quieres contar qué pasó?— Exclamó logrando que le detenga para bajar la mirada.
—Luna no es la persona que yo creía que era... Me mintió y mucho, y hay heridas que difícilmente cerrarán.
—Pero es que hasta hace dos años ustedes eran como gemelas siamesas y ahora una se aleja cuando la otra llega.
—Ambas dijimos cosas horribles... Pero de verdad booboo, no quiero hablar de eso... Prefiero dejarlo atrás.
—Está bien, te entiendo, es difícil recordar cosas dolorosas constantemente... Más cuando las quieres dejar atrás— Mencionó sonriendo con dificultad.
—¿Lo dices por tu papá?— Michel asintió con dificultad.
—Perdí toda esperanza de que aceptara mi decisión de ser bailarín y por eso lo primero que hice cuando nos mudamos a Brasil fue tomar un avión hacia Miami, no quise causar más problemas entre mis padres... Al parecer tener un hijo bailarín no estaba entre los planes del gran Rey Gutiérrez. Espero que algún día logre aceptarme tal cual soy.
—Lo siento mucho Michel... Ahora entiendo porqué nuestros padres son muy amigos... Hicieron lo mismo con Simón.
—No mencioné nada de la Roller Band en la cena porque ustedes no lo hicieron.
—Y te lo agradecemos mucho... Es una larga historia, pero nadie se puede enterar del secreto de Simón, ¿puedo confiar en vos?
—Claro que puedes confiar en mí boo... Yo nunca te he fallado... ¿O sí?
—¡Jamás!— Ambos reímos y no pude evitar notar cómo Michel me miró de una manera extraña —¿Qué? ¿Qué pasa? ¿Tengo algo...
—No, no, no para nada... Es sólo que...— Soltó una pequeña risa vergonzosa —Perdón, sé que dirás que soy un pesado, pero no pude parar de pensar en toda la tarde sobre lo tuyo con Benicio... ¿Estás bien?
—Estoy perfecta... Benicio es un tema superado, además... Mi corazón pertenece a otra persona ahora— Sonreí logrando que alzara ambas cejas.
—¿Ah sí?— Asentí alegre —No... No tenía idea...
—Sí, bueno, recién estamos empezando, pero... Yo estoy muy enamorada de él— Michel hizo una ligera mueca y bajó la mirada —¿Y vos qué onda? ¿Tenés novia?
—No, si ya sabés que soy un perdedor en el amor, Ámbar.
—No digas eso, vos sos muy lindo, divertido, súper talentoso... Estoy seguro que muchas chicas deben estar detrás de vos— Michel soltó una pequeña risa y llevó su mano a su cuello.
—Tal vez... Pero no ha llegado la chica indicada... Cómo sea... Yo sé muy bien lo que quiero y hasta ahora sólo una chica ha sido capaz de robarse mi corazón— Sonrió comenzando a sonrojarse.
—Y esa chica debe ser muy afortunada... Yo lo estaría si fuera ella— Michel rió desviando la mirada.
—¿De... De verdad?— Preguntó nervioso logrando que frunza el ceño.
—¿De verdad qué?— Cuestioné conteniendo la risa.
—No, no... Nada... Yo... Eh... Estoy muy feliz de volver a verte boo... Cada día estás más y más hermosa— Reí para morderme el labio inferior.
—Y yo también estoy muy feliz de volver a verte booboo.
Sin esperar más nada me abalancé a los brazos de Michel para unirnos en un abrazo, de verdad lo extrañaba, tan sólo estar a su lado hacía mis días mil veces mejores.
Sin embargo, nuestro abrazo duró escasos segundos ya que una voz bastante familiar captó mi atención logrando que me separara de Michel.
—¿Perdón?... ¿Qué significa esto?
Fruncí el ceño ante el tono seco de Matteo y mi mirada no tardó en caer en Michel quien se veía igual de desconcertado que yo.
—¿Matteo?... ¿Q-Qué hacés acá?
—Vine a darte una sorpresa pero al parecer el sorprendido fui yo.
—A ver, no sé que estes pensando Matteo, pero me parece que te estás confundiendo— Exclamé ganándome un bufido de su parte.
—No, yo no me estoy confundiendo... Está todo más que claro Ámbar.
—Creo que será mejor que yo me vaya— Intervino Michel dudoso.
—No, no te tenés porque ir booboo— Dije tomando del brazo a Michel mientras Matteo rodó los ojos.
—Sí, creo que es lo mejor boo... No te preocupes, está todo bien— Sonrió con dificultad.
—De verdad, no quiero que...
—Hacele caso a tu amiguito— Soltó Matteo furioso ganándose una mirada fulminante de mi parte.
—Está todo bien hermosa... Hablamos mañana, ¿sí?— Exclamó acariciando mi mentón sonriente.
—Te acompaño ito— Habló por primera vez Luna.
Michel se alejó en compañía de Luna dejándome a solas con Matteo y en cuestión de segundos la furia comenzó a crecer en mí, ¿qué demonios había sido todo esto?
—¿Me querés explicar qué fue todo esto?— Solté furiosa apenas y no hubo rastro de ellos.
—Lo mismo debería preguntarte, ¿no?... No puedo creer que vine hasta acá para pedirte perdón por algo que no hice...
—¡A ver Matteo!... No sé que retorcida idea esteé pasando por tu cabeza, pero de una vez te digo que estás muy equivocado.
—Claro, claro... ¿Ahora me dirás que no vi lo que vi?— Cruzó de brazos alterado.
—No, obvio que no... Michel es un viejo amigo, es casi parte de la familia... ¿Cómo se te ocurre pensar algo así?
—Sí, cómo no— Rodó los ojos —Así cómo también Emilia es una Luna dos punto cero.
—¿Qué te pasa Matteo?— Exclamé indignada ante su actitud —¿Por qué me hablas así?
—Porque no puedo soportar que me vean la cara de idiota.
—Yo te estoy diciendo las cosas cómo son... Michel es un amigo y nada más... Lo conozco desde los tres años... Y a Emilia también la conozco perfectamente... ¿Crees que no hizo lo mismo con Benicio?
—No podés compararme con Benicio, estoy seguro que él fue quién la provocó.
—¿La estás defendiendo?— Solté furiosa logrando que Matteo se quede callado —Contéstame Matteo... ¿La estás defendiendo?
—¡Sí!... ¿Sabés por qué? Porque entre nosotros no pasó nada. Simplemente patinamos juntos y tuve que bancarme una discusión con vos por ser amable con una chica.
—No lo puedo creer... Decime que es un chiste, por favor.
—¿Me ves riendo?— Exclamó de mala gana.
—Te juro que no conocía esta parte de vos Matteo— Hablé sintiendo mis ojos cristalizarse.
—No te hagas la víctima Ámbar... Así como hoy soporté tu escena de celos, bancate la mía.
—¿O sea que querés ponerte a mano? ¿Qué es esto? ¿Tu forma de cobrármelo?— Crucé de brazos al mismo tiempo que él se llevó los suyos a su cintura.
—¿Sabés qué?... Será mejor que me vaya... Ni siquiera sé que estoy haciendo acá.
—¿Ahora simplemente te irás? ¿Te pensas que podés armarme una escena de celos por una pavada y luego hacerte vos la víctima?
—¿Y vos te pensas que debo soportar verte abrazada de cualquiera?— Dijo en el tono más frío posible.
—¿Sabés que?... Tenés razón, será mejor que te vayas de mi casa.
Ambos nos fulminamos con miradas y eso le fue suficiente a Matteo para lanzar contra el césped el ramo de flores que traía consigo y alejarse hecho una masa de furia dejándome completamente sola.
Me bastó eso para dejar salir unas lágrimas reprimidas de mis ojos y llevarme las manos al rostro. No podía creer lo que había pasado. Jamás pensé que Matteo podía llegar a ser así de celoso, él mismo me había jurado que era diferente de Benicio, pero al parecer era todo mentira. Su escena de celos fue igual o peor que las que Benicio me hizo alguna vez. Había regresado al mismo lugar del que salí sin darme cuenta.
M A R T E S
Simón POV
Solté otro suspiro para mirarme en el espejo retrovisor una vez más y despeinar mi cabello. Llevaba exactamente diez minutos aparcado en el estacionamiento del Blake ensayando una y otra vez lo que diría cuando tuviera a Delfi frente a frente.
Luna tenía razón, esto no debía ser fácil para ella y debía disculparme por lo que le había dicho, es por eso que armándome de valor apagué el auto y tomé el gigantesco globo de helio redondo con la frase escrita de 'Perdón chinita' que había comprado para ella y salí del auto.
Las clases del Blake debían haber terminado ya, por lo que me coloqué frente a la entrada en un lugar donde pudiera verla salir.
Bastaron tan sólo seis minutos cuando su belleza captó mi atención, y ella, al igual que todos, no tardó ni un par de segundos en vernos, a mí y al globo.
Mi hermana, quién venía junto a ella le hizo una señal para que se acercara a mí y Delfi, un poco tímida llegó hasta mi lado dónde la esperaba sonriente.
—Hola mi amor— Hablé para soltar un suspiro.
—¿Qué hacés acá Simón? ¿No deberías estar en el set?— Preguntó frunciendo el ceño.
—Debería, pero logré convencer a Santi que me diera una hora extra después del bache que tenía para poder darte esta sorpresa— Respondí empujando el globo hasta su lado.
—No debiste moles...
—Claro que debí— Interrumpí su frase dispuesto a decir lo ensayado —Tenía que pedirte perdón por lo que pasó ayer entre nosotros...
—Simón yo...
—No, Delfi, dejame hablar, por favor... Lamento haberte dicho esas cosas... Que vos seas mi novia y que me apoyes no tiene nada que ver con que debas bancarte un beso ni nada de eso.
—Pero Simón...
—Delfi... Entendí que todo esto es nuevo para los dos y que no es nada fácil, pero vamos a ir figurando cómo afrontar esta nueva etapa... Juntos.
—¡Simón!— Alzó la voz logrando que cerrara la boca —No me tenés porque pedir perdón... Soy yo la que debería hacerlo— Fruncí el ceño —Hablé con las chicas y ellas me hicieron darme cuenta que reaccioné súper mal.
—No, no es verdad mi amor...
—Sí lo es... Sos mi novio y confío en vos ciegamente. No sé que me pasó, yo no soy así de celosa y reconozco que hice mal.
—Eso no importa ya...
—A mí sí... Yo te amo y te voy a apoyar siempre, te prometo que nunca más volveré a hacerte algo así... ¿Me perdonas?
—Yo jamás podría enojarme con vos chinita— Contesté llevando un mechón de cabello detrás de su oreja —Yo te amo mucho, mucho más.
Delfi sonrió y se inclinó para depositar un beso en mis labios el cual no dudé en corresponder y tomarla de la cintura para apegarla más a mí y sentir sus latidos tal como me encantaba hacerlo.
—Me alegra que todo este perfecto ahora... ¿Qué te parece si te invito a comer y luego me acompañas al set?— Propuse logrando que sonría.
—Me encantaría... ¡Todo menos comida china!— Solté un bufido.
—¿Mexicana?— Alcé una ceja y ella asintió.
Celebré para chocar mi puño con ella y ambos reímos mientras tomé su mochila y juntos caminamos hasta mi auto dónde abrí la puerta del copiloto para que ella subiera junto al enorme globo y juntos fuéramos a disfrutar de un delicioso almuerzo post reconciliación.
Matteo POV
Desde anoche que discutí con Ámbar no habíamos vuelto a hablar, hoy apenas y cruzamos miradas en el Blake ya que ella optó por sentarse junto a Delfi sin siquiera voltear a verme.
No sabía quien de los dos estaba mal, sé que ambos dijimos cosas horribles nada fáciles de componer, pero lo mejor que podíamos hacer ahora era darnos espacio, el espacio y el tiempo terminarían por aclarar todo.
Ya ni siquiera comprendía que hacía en el Roller dispuesto a colocarme mis patines, esta era la hora en la que había quedado de entrenar con Ámbar todas las tardes para la competencia, pero después de lo ocurrido, no sabía cómo seguían esos planes.
Caminé hacia mi locker para colocarme los patines cuando de repente escuché un quejido femenino que llamó mi atención y corrí hasta encontrarme con nada más y nada menos que Emilia.
—¿Estás bien? ¿Qué pasó?— Pregunté preocupado al observar su dedo siendo sostenido por su mano mientras fruncía el ceño de dolor.
—Me corté el dedo con la rueda del patín— Soltó examinándose el dedo y no pude contener la risa —¿De qué te ríes tano?
—Perdón, pero no pensé que fuera posible cortarse el dedo con una rueda de patín— Respondí entre risas ganándome una mirada reprochante de su parte.
—Yo tampoco lo pensaba... Pero al parecer todo es posible— Habló enseñándome la cortada de su dedo.
—¿Quién diría que te vencería una rueda de patín y no una caída, estrella?— Emilia sonrió sin dirigirme la mirada —A ver... Dejame la veo.
—¿Qué ahora eres médico?— Cruzó de brazos burlona.
—Para vos puedo serlo... Dale... Dejame ver.
Emilia rodó los ojos sonriente entregándome su mano y ahí fue cuando noté que la herida era relativamente grande para haberse hecho con una rueda de patín, sin embargo, era sólo una pequeña cortada.
—No es nada grave, simplemente con un curita se arregla el asunto... ¿Tenés uno?
—Casualmente sí— Respondió tomando uno de su locker.
—Te ayudo— Hablé logrando que asintiera para colocárselo —Lista... Sana y salva.
—No sé que hubiera sido de mí sin usted, doctor Matteo...
—Balsano.
—Balsano, que lindo apellido tienes... Casi tan lindo como tú— Reí esquivando su mirada —Bueno... ¿Cómo puedo pagarle por su ayuda?
—No tiene porque hacerlo señorita, por ser usted le daré la consulta gratis— Le seguí al juego sonriente.
—Bueno, entonces permítame darle algo en agradecimiento.
Emilia sonrió para depositar un beso en mi mejilla, a escasos milímetros de mis labios logrando que me tensara al sentir el contacto de sus labios sobre mi piel.
Tomó una ligera distancia aún quedando muy cerca mío logrando que nuestras miradas se encuentren y antes de poder decir algo el sonido de una voz logró que nos separemos bruscamente.
—Ah... Eh... Perdón, no.. No quería interrumpir... Sigan. Sigan— Soltó nervioso el chico intentando alejarse.
—No, no interrumpes nada— Se apresuró a responder Emilia sonriente —Yo me tengo que ir a entrenar... Muchas gracias por lo que hiciste por mí tano.
—No fue nada— Respondí devolviéndole aquella sonrisa —Suerte.
Emilia me regaló una última sonrisa y patinó fuera de los lockers dejándome a solas con el chico que nos encontró, logrando que mi sonrisa desapareciera y rodara los ojos.
—De verdad, no fue mi intención interrumpir en lo que estaban haciendo...
—No estábamos haciendo nada... ¿Okay?— Solté en el tono más seco posible.
—Sí, sí... Entiendo... Sé guardar secretos— Sonrió y mis ganas de golpearlo aumentaron —Creo que ayer no tuvimos la oportunidad de presentarnos. Me llamo Michel... Y tú eres Matteo, ¿cierto?— Estiró su mano hacía mí la cual miré con desprecio —Bueno, sólo quiero hacer las pases contigo... Creo que empezamos con el pie izquierdo.
—No, te estás confundiendo... Nosotros no empezamos nada.
—Bueno, pero no tiene porqué seguir siendo así... Me gustaría conocer al novio de mi boo.
—¿Podés dejar de llamar a mi novia de esa manera?— Bufé escuchando una vez más ese apodó ridículo.
—Sí, sí, perdón, es la costumbre... A Ámbar la he llamado así desde los tres años... Pero si te molesta no lo digo más... Lo último que quiero es problemas— Sonrió, ¿de verdad este chico no se cansaba de sonreír?
—Gracias, y lo que crees que viste recién no pasó... Sólo ayude a la chica que se lastimó— Respondí un poco más calmado.
—Entiendo perfecto, no me tienes porqué dar explicaciones.
Rodé los ojos dispuesto a abrir mi locker para tomar mis patines esperando que el chico se esfumara pero al parecer eso no iba a suceder.
—Sé bien que Ámbar no estaría con un chico infiel después de Benicio— Giré en seco al escuchar su nombre.
—¿Y vos cómo sabés sobre Benicio?
—Luna me contó. Al parecer a Ámbar aún le cuesta hablar sobre eso... Pero para eso estás tú, ¿no?... Dice que un clavo saca a otro clavo— Sonrió y tomé mis patines sentándome frente a él —Ahora lo que no entiendo es que justo tuvo que elegir a un tipo celoso que le arma escenas de celos por cosas sin sentido...
Me bastó escuchar eso para levantar la mirada encontrándome con la misma estúpida sonrisa desde que llegó. Ya hasta se volvía espeluznante, pero mi furia era mayor.
—¿Disculpa?
—Perdón, no quiero sonar grosero ni nada, pero luego de ver la manera en la que la trataste anoche por un simple abrazo, me parece que...
—Lo qué pasó entre Ámbar y yo es asunto nuestro, así que no te metas.
—Es que me es inevitable no opinar al respecto... Ámbar para mí es muy importante.. Y no puedo creer que terminó con alguien cómo Benicio para estar con alguien como tú... Va de mal en peor— Mi sangre comenzó a hervirme, ¿quién se creía este chico para hablarme así?
—Mira... Michel... Si no querés un problema conmigo mejor cerra la boca de una vez.
—A mí no me vas a decir que hacer, Matteo... Yo no te tengo miedo.
—¿Ah sí?... Pues deberías— Exclamé amenazante logrando que su sonrisa creciera.
—Creo que él que debería de tener miedo eres tú... Recuerda que sé cosas comprometedoras tuyas— Mi rostro furioso pasó a ser desconcertado —Igual quédate tranquilo, no diré nada... Será nuestro secreto... Al final de cuentas, Ámbar tarde o temprano se dará cuenta de la clase de persona con la que está y ahí entro yo...
—¿Qué decís?
—Lo que escuchaste, cuando Ámbar se de cuenta de la realidad ahí estaré yo para ocupar tu lugar.
—Vos jamás estarás con ella...
—¿Ah no?... ¿Tú lo impedirás acaso?
—Ella es mi novia.
—Pues eso puede terminarse mucho antes de lo que piensas, digo, después del numerito que te armaste ayer... Disfruta tus últimos días con ella... Tano.
Michel volvió a sonreírme y salió de los lockers dejándome solo y hecho una masa de furia.
No podía creer que ese idiota me había admitido que estaba enamorado de Ámbar y que haría lo posible por separarnos. Mis instintos no me fallaron, ese chico era de lo peor y gracias a él ahora estaba distanciado de Ámbar.
Pero las cosas no se quedarían así, Ámbar me escucharía, ella se enteraría de la verdad de Michel y las cosas regresarían a su lugar, cómo que me llamo Matteo Balsano.
»»»»»»»»»
¡Hola a todos! ❤️ ¡Lunes de Ella o Yo! Yeiii, pero vamos a lo importante que hay mucho por decir hoy...
Primero que nada... ¿Qué opinan de que ahora predigo el futuro? Y Navarretti (Nico y Nina) se volvió un shipp real. Ya me decían que era medio bruja, pero no pensé que tanto
Pero bueno, segundo y sumamente importante... ¡Iré al concierto de Soy Luna en CDMX! Y necesito la ayuda de las linduras mexicanas que hayan ido antes al concierto en dos cositas...
¿Saben si hacen meet&greet? Y si sí, ¿cómo puedo conseguirlo? Me haría mucha ilusión a mí y a mi amiga poder conseguirlo ya que tendremos que tomar un avión sólo para ir al concierto.
Y otra cosa, publiqué una nueva historia llamada: No regrets | SL, dónde estaré compartiendo mi opinión acerca de la serie, los actores, los problemas y demás... Me haría mucha ilusión que vayan a leerla linduras. Las espero por allá.
Y ahora sí, ¿Qué les pareció el capítulo? ¿Les gustó? ¿No? ¿Qué piensan de las discusiones Mambar? ¿Se arreglarán? ¡Delmon se reconcilió! ¿Amchel o Mimbar? ¿Cómo prefieren? ¿Lo shippean? ¿Qué pasará ahora? ¡Comenten bellas linduras!
Capítulos todos los Lunes.
Voten ⭐️ si les gustó y Comenten 💬 cuál fue su parte favorita.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top