21 | Celos
D O M I N G O
Luna POV
Me miré una vez más frente al espejo para rodar los ojos, ¿por qué me preocupaba tanto por mi look para una cena en la que ni quería estar? Sí, hoy era la dichosa cena a la que Ámbar había invitado a Matteo, y eso me obligaba a arreglarme más de lo habitual. Estúpidas reglas familiares.
Pero no bastaba con sólo eso, Simón había invitado a Delfina, lo que me convertiría en la única perdedora sin pareja en toda la mesa, una razón más por la que no quería participar.
Tomé un par de botas de taco negras para sentarme en la orilla de mi cama y colocarme la primera. Apenas y cerré esta cuando la puerta de mi habitación sonó abriéndose al instante dejándome ver a mi madre.
—Permiso...— Habló con su típica sonrisa que nunca se borraba.
—Pues ya entraste— Dije a lo bajo cerrando la segunda bota.
—¿Estás lista?... Delfi está abajo y Matteo está por llegar, así que sólo esperan por nosotras— Mencionó sentándose en mi cama de la cual me levanté al instante para caminar hasta mi espejo y sentarme frente a este.
—¿Te parece que estoy lista?— Solté de mala gana logrando que mi mamá tornara el rostro serio.
—Cortala con la mala onda Luna, es una linda noche.
—¿Para quién?— Pregunté tomando mi despeinado cabello para amarrarlo en una cola de caballo.
—Para todos. Es la primera vez que cenaremos con Delfi como novia de tu primo y con el chico del que tu prima no para de hablar— Respondió logrando que rodara los ojos para aplicar un poco de máscara en mis pestañas.
—Delfina ha cenado con nosotros desde los seis años y mi prima no pierde oportunidad de invitar a alguien a cada cena familiar, no veo cual es la ocasión especial— Exclamé para tomar polvo y comenzar a aplicármelo.
—Basta Luna, te lo diré una sola vez más, no pienso tolerar esta actitud en la cena, así que más te vale comportarte delante de los invitados... ¿Estamos?— Dijo amenazante poniéndose de pie —Tenés cinco minutos para bajar, y con una sonrisa en el rostro por favor.
Mi mamá salió de la habitación y apenas observé la puerta cerrarse tiré el polvo que se encontraba en mis manos sin importarme si este se rompía para apoyar mis manos sobre el tocador y esconder mi rostro en estas. Lo que faltaba, que tuviera que fingir que me alegraba ver a mi prima feliz con Matteo.
No obstante, recién salía de un castigo al que no deseaba regresar por un largo rato, por lo que debía resignarme y compartir mesa con la familia perfecta.
Me miré una vez más frente al espejo y tomando mi teléfono salí de mi habitación para comenzar con el espectáculo de esta noche. Tan sólo me bastó bajar los escalones para pasar el primer disgusto.
—... El gusto es mío— Alcancé a escuchar salir de la boca de Matteo mientras que estrechaba la mano de mi tío.
—Y el es mi tío Bernie, sus padres eran los dueños de esta mansión que ahora es de todos nosotros— Habló Ámbar logrando que sintiera la sangre hervirme, esta casa no tenía el apellido Smith por ningún lado.
—Corrección, esta mansión sigue siendo de mi papá, que todos vivamos acá es otra cosa primita— Dije de lo más fría posible ganándome la mirada amenazante de mi madre y un silencio incómodo.
—Que bueno que bajas mi amor, te estábamos esperando a vos— Cortó con el silencio mi padre logrando que todos recuperaran sus sonrisas —¿Qué les parece si ocupamos nuestros lugares?... Mónica preparó un platillo exquisito...
—Por supuesto— Soltó mi tía sonriente —Vamos chicos— Todos comenzaron a caminar a excepción de Matteo quien se limitó a mirarme batallando por sonreír o no.
—Hola Luna... Te ves muy linda hoy— Sonrió con dificultad.
—¿Vamos Matteo?— Inquirió mi prima deteniéndose al notar que él no la seguía.
Matteo asintió y ambos se encaminaron hacia el comedor mientras que yo rodé los ojos y solté un suspiro intentando contener mi furia.
La cena dio inicio y mi único entretenimiento fue jugar con la comida del plato ya que la simple imagen de mi prima riendo me causaba náuseas y ocasionalmente, mandar uno que otro mensaje a Nina sin que mis padres se dieran cuenta, había una estricta regla de los teléfonos en la mesa.
—¿De verdad?— Inquirió mi tía ante el comentario de Matteo.
—Sí, de hecho apenas nací nos mudamos allá, pero cuando cumplí tres regresamos a Italia— Completó Matteo quien era el centro de atención de la noche.
—¿Y entonces cómo aprendiste español?— Preguntó Delfina curiosa.
—Mis padres me obligaron a tomar clases de español toda mi vida, así que lo único que me faltaba era el acento. Mi mejor amigo en París era argentino, así que por eso conozco sus expresiones— Soltó una ligera risa mientras que yo disimulé una ante el meme que Nina me había enviado.
—Entonces sos un chico de mundo, ¿y de todos los lugares cuál ha sido tu favorito?— Cuestionó mi madre mientras que ingerí el primer bocado de brócoli del plato.
—Argentina sin dudarlo... Es un país muy hermoso, pero sobre todo porque acá encontré algo que no hay en ningún otro lugar— Dijo tomando la mano de mi prima logrando que la mayoría sonría.
—Entonces— Intervino mi tío en su típico tono celoso —¿Vos sos el chico de la comisaría?
—André...— Musitó mi tía sin dirigirle la mirada.
—Sólo es una pregunta Sharon, Ámbar nos ha hablado tanto sobre él que quiero conocer al amigo de mi hija— Matteo y Ámbar sonrieron para mirarse nerviosos logrando que frunciera el ceño.
—Sí, sí soy yo... Pero igual quiero que sepan que yo no soy así, si terminé allá fue sólo porque quise defender a su hija del cretino de Benicio— Mencionó Matteo sonriente.
—Al igual que yo papá, sólo intentamos defender a Ámbar— Intervino Simón logrando que bufara, tampoco es que Ámbar fuera inválida ni nada, ella podía defenderse sola.
—La cosa con vos es distinta Simón, pero bueno, te agradezco que hayas defendido a mi hija.
—Y lo haré siempre. Yo voy a proteger y cuidar a Ámbar para siempre.
—Me alegra escuchar eso Matteo, y también nos alegra que estes acá hoy... Al igual que vos Delfina— Soltó mi tía para beber un sorbo de su vino.
—A mí también Sharon, me encanta pasar tiempo con ustedes, son como mi segunda familia— Sonrió Delfi hacia mis tíos y mis padres.
—Y vos sos como una hija para nosotros. Te conocemos desde los seis que Ámbar y vos se hicieron amigas— Dijo mi madre para comer un bocado de su salmón.
Pero que linda imagen familiar, lástima que yo no formara parte de ella, toda la cena fue Matteo, Delfina y lo increíble que era Ámbar, y yo como siempre, invisible.
—A mí también me alegra que me hayan invitado, porque en realidad quiero hablar con ustedes... Con todos ustedes— Soltó Matteo logrando ganarse mi atención por primera vez.
—Por supuesto, ¿qué es?— Preguntó mi tío para ahora beber él logrando que Matteo sonría nervioso.
—Yo, en realidad, quería pedirles permiso a ustedes, y a vos Simón...— Me dispuse a tomar un poco de mi jugo —De ser novio de Ámbar.
No pude evitar atragantarme con el sorbo de jugo que tenía en la garganta ante las palabras de Matteo ganándome las miradas de todos, no, no, no, no y no, alguien dígame que todo era mentira, no podía ser cierto, no, Ámbar y Matteo...
—¿Te sorprendió la noticia primita?— Preguntó sarcástica Ámbar mientras limpiaba con la servilleta mi boca del jugo que alcancé a escupir logrando que le regalara una mirada de odio.
—A mí me sorprende la noticia... ¿Cómo? ¿Cuándo?— Inquirió Simón apresurado.
—Apenas ayer le hice la pregunta, pero no pensamos dar un sólo paso más sin antes tener su autorización... ¿Ustedes estarían de acuerdo con eso?— Preguntó Matteo tomando de la mano a mi prima logrando que apretara los ojos.
—No, bueno, en realidad no sé que decir— Soltó mi tía con el rostro de asombro.
—¿Vos querés a mi hija?— Preguntó mi tío cruzando de brazos.
—Yo a Ámbar la quiero más que a nada en este mundo, ella es la luz de mis días, la chica que se robó mi corazón y por la que estaría dispuesto a hacer lo que sea con tal de verla feliz.
—¿Y no la vas a hacer sufrir como lo hizo él?— Cuestionó igualmente cruzando de brazos Simón.
—Nunca lo haría, como les dije antes, yo la cuidaré a capa y espada, y prometo respetarla y tratarla siempre como la reina que ella es— Sonrió Matteo hacía Simón logrando que este soltara un largo suspiro.
—A mí me compró, pero ustedes tienen la decisión final— Dijo Simón logrando que mi prima sonría más que antes mientras que mis tíos se miraron dudosos.
—Yo también estoy de acuerdo en que este joven sea novio de su princesa, se ve que es un buen chico— Soltó mi madre logrando que mi nivel de furia subiera cada vez más.
—Bueno, mi hermana tiene razón, se nota que querés mucho a mi hija y que sos un buen muchacho, sólo espero que no la lastimes nunca— Habló sonriente mi tía logrando que las miradas cayeran sobre mí tío.
—¿Papá?— Preguntó Ámbar logrando que mi tío suspirara para acomodar sus manos sobre la mesa.
—Que hayas venido por nuestro permiso habla muy bien de vos, así que te lo ganaste— Ámbar y Matteo se miraron sonrientes —¡Pero!... Mucho cuidado con lastimar a mi pequeña.
—Nunca lo haré, se los prometo, Ámbar será la chica más feliz de todas... Pero, aún hace falta su permiso señor Bernie, Ámbar me dijo que usted es como un padre para ella, por eso también quisiera saber si está de acuerdo.
—Ámbar no te mintió. Yo soy mucho más que un tío para ella, soy su segundo padre, y por eso aceptaré su noviazgo, porque se nota que vos la querés y que la vas a cuidar mucho— Soltó mi padre sonriente.
—Bueno, entonces me gustaría proponer un brindis por la nueva pareja— Se apresuró a decir mi tía levantando su copa al igual que el resto de la mesa, con una clara excepción: yo —Por la felicidad de mi hija, hoy y siempre... Salud.
—Salud— Contestaron al unísono logrando que mi furia llegara hasta el tope y en un acto de desesperación me levanté de la mesa.
—Luna, ¿a dónde vas?— Preguntó mi madre cortando con las patéticas risas.
—A mi habitación— Respondí seca apenas y cruzando su mirada.
—La cena todavía no ha terminado, y apenas y has probado bocado— Comentó logrando que se creara un ligero silencio y que todas las miradas se enfocaran en mí.
—No tengo apetito— Repliqué con disgusto.
—¿Te sentís bien prima?— Inquirió Simón preocupado.
—No del todo, tengo el estómago revuelto... ¿Puedo irme a mi habitación? ¿O querés un examen médico?— Cuestioné cruzando de brazos hacia mi madre.
—Claro que podés irte, pero antes, decile algo a tu prima... No has dicho ni una sola palabra sobre la noticia— Habló mi padre logrando que apretara los dientes, ¿en verdad me estaba pidiendo eso?
—Felicidades primita, les deseo lo mejor juntos...
Alcancé a decir para continuar con mi camino hasta mi habitación sin mirar atrás, y a medida que avanzaba sentía mi furia ir en aumento, era como una bola de fuego apunto de estallar.
Sólo me bastó dar el portazo para aproximarme a toda velocidad hasta mi cama y lanzar con toda mi fuerza el teléfono sobre esta. Tomé una almohada y apegándomela al rostro solté un grito desesperado dejando salir todo lo que sentía.
—¡¿Por qué?!— Grité lanzando la almohada contra las cosas sobre el mueble junto a la cama provocando que estas terminen en cuestión de segundos en el suelo.
No podía ser cierto, el mundo no podía odiarme tanto como para hacerme eso. Una cosa es que ellos fueran amigos, y otra muy distinta era que fueran novios, ¿cómo es qué eso pasó?
Sintiendo la sangre hervirme tomé mi teléfono que segundos antes había aterrizado sobre la cama y me dispuse a llamar a la única persona que compartiría mi ira en estos momentos.
—Estoy en el medio de una situación— Soltó al apenas contestar el llamado.
—Cualquier cosa es más importante que lo que sea que estés haciendo— Exclamé escuchando un bufido de su parte —Matteo y Ámbar oficialmente son novios.
—¡¿Qué?! ¿Me estás jodiendo?— Inquirió en un tono alterado.
—¿Te parece que jodería con algo así?
—¿Qué vamos a hacer ahora?
—Ahora más que nunca pondremos en marcha nuestro plan. Ambas partes de nuestro plan.
—¿Decís el plan a y el plan b?— Preguntó curioso.
—Sí, mañana en el Blake te explico paso a paso... Vos lo que tenés que hacer ahora es deshacerte de ambas chiquitas...
—¿Qué? ¿Por qué?...
—Vos haceme caso, en cuestión de semanas volverás a recuperarlas, pero por ahora debes borrar por completo tu imagen de mujeriego... Si es que se puede... Te llamo después, seguí con lo tuyo...
—Pero, Luna...
No dejé que Benicio terminara con su frase pues corté el llamado dejando ir un largo suspiro y me dispuse a llamar a la segunda persona con la que necesitaba hablar.
—¿Sí?
—Mañana mismo comenzas con tu parte del plan...
—¿Qué? Me dijiste que tenía más tiempo para estar segura.
—El tiempo se acabó Emilia, vos aceptaste mi propuesta, ahora debes cumplir con tu parte... ¿Sabés exactamente lo que tenés que hacer?
—Sí, no tengo problemas mentales ni nada...
—Perfecto, entonces mañana en el Roller a la hora que acordamos... Tenés que enfocarte Emilia, ellos ya son novios.
—¿Qué? ¿Cómo que son novios?
—Lo que escuchaste, ellos son novios así que si querés lograr tu objetivo tendrás que usar tus encantos que parecen dar resultado...
—De acuerdo, haré todo lo que tenga que hacer, no pienso fallar mi parte del plan con tal de ganar la competencia...
—Así me gusta, ya verás que en un abrir y cerrar de ojos Matteo y Ámbar serán sólo historia— Emilia y yo reímos cómplices y eso me bastó para cortar con el llamado.
Suspiré nuevamente para pensar en cada paso del plan que había creado, y cómo le dije a Benicio, deberíamos poner en marcha ambas partes del plan, por lo que debía hacer un sólo llamado más.
—Mira nada más, la gran Luna Benson llamándome... ¿Debería preocuparme?— Bromeó el chico al apenas contestarme —¿A qué debo tu llamado?
—Vos me debés un favor hace años y llegó la hora de cobrártelo— Sonreí comenzando a quitarme mis botas.
—Pensé que nunca me lo cobrarías— Rió logrando que me muerda el labio —¿Qué necesitas?
—Por lo pronto saber que puedo confiar en vos... Porque puedo confiar, ¿no?
—Claro que sí.
—Justo lo que quería oír... Nos estaremos viendo.
—Por mí encantado linda.
Sonreí para cortar el llamado y lanzar la segunda bota que recién me quitaba logrando que mi mirada cayera sobre la foto que se encontraba en el escritorio. No dudé en levantarme de mi cama para caminar hasta este y sacar la fotografía del marco en el que se encontraba.
—Pobre primita. No sabés el infierno que te espera a vos. Que el verdadero juego comience.
Sonreí maliciosa rompiendo la fotografía de Ámbar y mía en dos, para tirar los pedazos al suelo y caminar de vuelta a mi cama, no iba a permitir su felicidad, en definitiva no lo haría, ella pagaría por todo lo que me había hecho en la vida, por todo mi sufrimiento, que sonriera todo lo que quisiera, porque yo sería la que reiría al final.
L U N E S
Simón POV
Miraba todo el lugar sin salir del trance en el que me encontraba, cientos de personas por todos lados: luces, cámaras, todo, todo para nosotros. Sí que era una locura.
Hoy comenzaría el rodaje de nuestro primer videoclip y tal como Santi nos había asegurado, sería a lo grande, y sí que lo era.
—... ¿Preferís el negro o el azul?— La voz de una de las asistentes de vestuario logró sacarme de mis pensamientos.
—Negro— Alcancé a decir antes de que caminara en busca de lo que me había preguntado.
—¡No! No, yo estoy a cargo de mi cabello, gracias— Exclamó Nico arrebatándole una secadora a una estilista logrando que Pedro y yo riéramos —Ríanse todo lo que quieran, pero mi jopo es mi mayor tesoro.
—No es normal que alguien esté tan obsesionado con el cabello Nico, creo que necesitas ayuda profesional— Bromeó Pedro logrando que ambos riéramos.
—¡Guys!— La voz de Santi ocasionó que calláramos nuestras risas y nos pusiéramos de pie —Les quiero presentar a las actrices que participarán en su video... Ellas son Carolina, Josefina y ella es Aria...
Dijo mientras que observé detenidamente una por una, pero mi mirada se detuvo en la última, Aria, una castaña de ojos hermosos que no paraba de sonreír.
—Chicas, ellos son Nicolás, Pedro... Y él es Sam...
—Simón, soy Simón— Me apresuré a decir sabiendo que Santi no lo diría —Que buena onda que aceptaron venir.
—Por supuesto, es una oportunidad maravillosa— Respondió Aria sin despegar su mirada de mí.
—Bueno, tendrán tiempo para conocerse después, ahora las chicas deben ir a vestuario y luego a maquillaje y peinado... En una hora comenzamos con los exteriores... ¡A trabajar!
Aria me sonrió una última vez antes de irse junto al resto de las chicas logrando que los chicos y yo nos miráramos cómplices, pero no tardé en rodar los ojos, los tres teníamos novia, ¿en qué estabamos pensando?
Todos regresamos a nuestros puestos a terminar de prepararnos. El tiempo transcurrió y al parecer yo sería el primero en grabar junto con Aria sobre una moto: ideas locas de Santi.
Al llegar a esta me senté en espera de grabar jugando con lo que podía, cualquier cosa para entretenerme de la espera.
—¿Sabés manejarla?— La voz de Aria me sobresaltó y no tardé en girar para observarla.
—No soy experto, pero algo sé— Respondí sonriente.
—Es suficiente— Habló hacia la chica que la había acompañado hasta dónde me encontraba aplicando polvo tras polvo —Gracias— Dijo al observarla alejarse.
—Perfecto guys... ¿Saben lo que tienen que hacer no?— Preguntó llegando prácticamente de la nada.
—Claro Santi, no tenés nada de que preocuparte...
—En vos confío a ciegas mi amor— Soltó Santi sonriente hacia ella —Grabamos en diez...
—¿Lo conocés?— Cuestioné mientras que Aria se sentaba detrás mío en la moto y Santi se alejaba.
—Por supuesto, he trabajado con Santi por muchos años... Así que preparate para repetir esta escena una y otra vez. Es muy perfeccionista.
—Decimelo a mí— Ambos reímos —¿Llevas en esto muchos años?— Aria soltó un suspiro.
—Comencé a trabajar a los diez. Primero en comerciales, campañas, cosas pequeñas... Luego fueron participaciones, uno que otro personaje y bueno, de vez en cuando me llaman para videoclips.
—¿Eso significa que tengo ante mi a una actriz profesional?— Bromeé logrando que ambos riéramos.
—Bueno, tampoco es que soy Meryl Streep... Pero me encantaría ser como ella— Sonrió mordiéndose el labio.
—Es la actriz favorita de mi hermanita— Solté un suspiro —Se nota que vos y yo nos llevaremos bien.
—Menos mal porque estaremos juntos por tres días...
—En ese caso me presentó como se debe— Dije estirando mi mano hacía ella —Simón Smith, cantante y guitarrista de la Roller Band.
—Aria Farías, actriz y bailarina— Estrechó mi mano sonriente —Y admiradora de la Roller Band.
—¿Nos has escuchado?— Fruncí el ceño curioso.
—Claro, Santi nos mostró el tema antes de aceptar, y debo admitir que me fascinó, tienen mucho talento... Sobre todo vos— Dijo mordiéndose el labio.
—No, los tres tenemos el mismo talento, ni más ni menos.
—Yo no estaría tan seguro... ¿Sabés? Cuando me dijeron que vos serías mi pareja no pude estar más feliz... Entre los dos, vos sos mi favorito del grupo— Solté una risa avergonzada.
—¡Todo listo!... ¡A sus posiciones!
Escuché decir al director y regalándole una sonrisa a Aria me dispuse a colocarme correctamente dispuesto a comenzar con la primer escena del día.
Aria no mintió, Santi nos obligó a repetir esa escena unas siete veces, tiempo suficiente para que me volviera un motociclista profesional. No obstante, ni sentía el tiempo pasar en compañía de Aria, era tan divertida, tan espontánea y tan relajada que la grabación era más un juego que trabajo.
Por suerte logramos finalizar con ella, y ahora tocaba el turno de que Pedro y Josefina grabaran, después fue el turno de Nico y Caro, y nuevamente Aria y yo.
Recién terminábamos de grabar nuestra segunda escena y eso significaba que teníamos un bache de al menos dos horas en lo que los chicos grababan sus respectivas escenas.
Por lo que, Aria y yo no dispusimos a terminar con la partida de cartas que habíamos dejado pendiente horas antes, daba gracias que la tenía conmigo, ya que la espera se hacía menos tediosa.
—¿Tenés un seis?— Preguntó achinando los ojos.
—Ve a pescar— Respondí sonriente.
—¡¿Qué?! ¡No!... ¡Sos un tramposo!
—¡¿Qué decís?!— Solté riendo
—¡No, no!... Si te di un seis es porque tenés un seis, así que no me mientas más Simón...
—Yo no te miento— Volví a reír al verla furiosa.
—Claro que sí... ¡Dame tus cartas!
—No, son mis cartas...
—¡Damelas ya Simón!
Estiré mi mano para darle unas cartas, pero al estar al borde de tomarlas me puse de pie para correr y hacerla molestar más.
—¡Vení para acá!
Gritó poniéndose de pie para seguirme, y tal como dos nenes pequeños, corrimos por todo el lugar envueltos en risas, pero luego de un rato, Aria logró alcanzarme lanzándome sobre mi espalda para reír.
—¡Damelas ya!
—¡Son mías!— Reí intentando bajarla de mi espalda.
—¿Interrumpo algo?
Una voz femenina me obligó a callar mi risa seguido por Aria ya que sabía de quién se trataba, y sin perder un segundo logré bajarla de mi espalda para mirar frente a frente a mi novia, Delfi.
—Delfi... No, no para nada... Mira, ella es Aria, Aria, ella es Delfi, mi novia— Me apresuré a responder.
—Hola, mucho gusto— Sonrió Aria hacia Delfi quien la miró frunciendo el ceño—Los dejo solos, pero ni creas que esto se queda así Simón— Bromeó antes de alejarse de nosotros.
—Hola mi amor— Hablé colocando un corto beso no correspondido en sus labios —¿Qué pasa?
—¿Quién es ella?— Cruzó de brazos logrando que notara un poco de furia en sus ojos.
—Una de las actrices del video... ¿Por qué?
—¿Y qué pasaba? ¿Qué estaban haciendo?— Preguntó sin dirigirme la mirada.
—Jugando cartas— Fruncí el ceño extrañado —¿Me parece a mí o es esta una escena de celos?
—¿Qué? ¡No! No... Sólo... Sólo preguntaba— Soltó nerviosa.
—Mejor, porque pasaré los próximos tres días con ella, tendremos que besarnos, no me gustaría que eso fuera un problema...
—¿Beso?... Nunca hablamos de un beso Simón...
—Ni yo lo sabía, pero Delfi, no tenés nada de que preocuparte, es sólo trabajo...
—¿Sólo trabajo?— Cruzó de brazos —¿Y desde cuando besar a otras chicas es trabajo?
—Mi amor, tranquilízate, te juro que no hay nada que hacer, los directores planearon este video, yo no tuve nada que ver...
—¿Y no podés decir que no?
—Delfi, es sólo una compañera de trabajo...
—¿Y cómo te sentirías vos si yo me besara con un compañero?— Habló furiosa logrando que comenzara a sentirme enojado.
—Pensé que vos me apoyabas en esto...— Llevé mis manos a mi cintura.
—¿Desde cuando apoyarte significa aceptar que te beses con otra chica?— Exclamó alterada.
—Delfi, por favor, ¿cómo podés pensar que voy a sentir algo por otra chica?... Yo te amo a vos, ¿acaso no confías en mí y en lo que siento por vos?
Delfi simplemente me miró. Me dolía que desconfiara en mí. Yo jamás miraría a Aria o alguna otra chica, sólo tenía ojos para ella y pensé que eso lo tenía claro, pero al parecer estaba equivocado.
—Simón, debes ir a vestuario ya— Intervino una de las asistentes de vestuario logrando que asienta.
—Debo irme...
Hablé para mirar por última vez a Delfi y caminar tras la chica, mi alegría se había esfumado en un abrir y cerrar de ojos, que Delfi desconfiara de mí me dolía y mucho, no pensé nunca que ella fuera celosa, pero al parecer, estaba conociendo un lado nuevo de ella que honestamente no me estaba gustando... Para nada.
Matteo POV
Hace tanto que no me sentía así de alegre. Cuando mis padres me dieron la noticia que nos mudaríamos a Argentina pensé que nunca más volvería a sonreír, en París yo lo tenía todo y pensaba que en ningún otro lugar encontraría amigos o al amor.
En verdad estaba muy equivocado. Argentina se había vuelto mi lugar favorito en el mundo, principalmente por una persona: mi novia, a la cual estaba esperando en estos momentos en los lockers.
Quedamos de vernos para comenzar con nuestros entrenamientos de la competencia, ya que juntos participaríamos de esta, sin embargo, Ámbar no aparecía por ningún lado, por lo que ahora me encontraba llamándole a su teléfono.
—... Perdón, no pensé que tardaría tanto con lo de la fiesta— Se disculpó por enésima vez desde que me atendió el llamado.
—Ya te dije que no hay problema linda.
—Es que odio la impuntualidad, y no quiero que pienses que te dejé plantado— Solté una ligera risa ante su comentario.
—Estoy seguro que no lo harías, pero no tenés nada de que preocuparte... Yo te espero lo que sea necesario, además, sirve que caliento un poco y practico uno que otro paso...
—Sos el mejor sin duda mi amor— Sonreí al escuchar salir esas palabras de su boca creando un silencio accidental —¿Qué pasa?— Preguntó sacándome del trance en el que me encontraba.
—Nada, nada... Es sólo que me alegra escucharte llamarme así— Ella ahora fue la que río —Como sea, no te apures, yo te espero.
—Gracias, voy en camino mi amor...
—Dale... Te quiero.
—Yo te quiero más.
Corté el llamado con una evidente sonrisa en el rostro, jamás me había enamorado de alguien como lo estaba de Ámbar, que honestamente sentía que recién conocía el amor, pero me encantaba hacerlo a su lado.
Suspiré y me dirigí a la pista, me vendría bien practicar un poco unos pasos que anoche había ideado, por lo que concentrado comencé a patinar olvidándome del resto.
No obstante, pasaron tan sólo unos minutos cuando en el medio de un salto sentí un cuerpo impedirme el paso, y por el impulso que llevábamos ambos, nos fue imposible controlar nuestros movimientos terminando ambos sobre el suelo.
—¡No! ¡Perdóname!... ¿Estás bien?— Preguntó una voz femenina una vez que nos recuperamos del impacto.
—Discúlpame, no, yo no te vi— Dije con la respiración agitada.
Por primera vez alcé la vista encontrándome con un par de ojos marrones y una tonelada de cabello rubio sobre mi rostro.
Con dificultad logré ponerme de pie ayudando a la chica a levantarse recuperando ambos el aliento. Ahí fue dónde la observé por primera vez: rubia, alta y despeinada.
—No, no, no... ¡Que torpe que soy!... ¿En serio estás bien?
—No, sí... Estoy perfecto, ¿vos estás bien?— Pregunté preocupado ya que la caída fue bastante fuerte.
—Sí, he sufrido caídas peores... ¿En verdad estás bien? ¿No te duele nada?
—Sí, no tenés de que preocuparte— Sonreí para fruncir el ceño —¿Qué intentabas hacer?
—Un par de trucos nuevos, pero al parecer no estoy lista para ellos— Bromeó logrando que ambos riéramos —Igual falta mucho para la competencia, tengo tiempo suficiente para perfeccionarlos.
—¿Participarás en la competencia?— Pregunté curioso ya que nunca antes había visto a esa chica en la pista.
—Obvio, la patinadora estrella debe de participar en la competencia— Soltó orgullosa cruzando de brazos.
—¿Patinadora estrella?— Fruncí el ceño al escuchar eso.
—Ganar dos competencias intercontinentales te da ese título.
—Veo que sos bastante modesta— Bromeé cruzando de brazos —Y todavía no sé tu nombre.
—Emilia... Y tú eres Matteo.
—¿Cómo sabés mi nombre?
—Te vi cantar en el Open Music, la verdad bastante bien lo tuyo... No cantas nada mal.
—Bueno, gracias... Aunque yo no te había visto antes por acá... ¿Cómo es eso posible?
—Quizá deberías mirar más a los costados y no siempre al frente, ahí te darías cuenta de muchas cosas— Sonrió de una manera extraña que me provocó imitar su acción —Y bueno, ya que nos presentamos y que pudimos haber terminado en la misma ambulancia camino al hospital... ¿Tú que hacías patinando sólo?
—Igual estaba practicando un par de trucos nuevos...
—¿Solo?
—Sí, bueno, estoy esperando a alguien...
—Mira que coincidencia... Yo también estoy esperando a alguien.
—¿Ah sí?
—Sí, pero ahora que te veo se me acaba ocurrir una idea brillante— Habló sonriente —¿Por qué no nos ayudamos mutuamente? Tú me ayudas a practicar los pasos que yo quiero y yo te ayudo a practicar los tuyos... ¿Qué dices? Sirve que nos hacemos compañía por mientras.
—Eh, es que...
—¿No me digas que me vas a cortar el rostro?— Alzó ambas cejas —¿O te da miedo hacer el ridículo a mi lado?
—Por favor, yo soy el mejor patinador de todos.
—¿Ahora quién es el modesto?— Preguntó logrando que rodara los ojos sonriente —Sí eres el mejor entonces pruébalo... — Emilia extendió su mano hacía la mía logrando que la mirara dudoso.
—Veremos si estás a mi nivel... Patinadora estrella— Tomé su mano logrando que sonriera.
Ambos nos dirigimos al centro de la pista para comenzar a probar truco tras truco, al principio todo era competencia, ambos nos esforzábamos por demostrar quién de los dos era mejor, pero Emilia en verdad era muy buena, ahora entendía porque la llamaban de esa manera.
No obstante, luego de largo rato dejamos la competencia de lado para comenzar a divertirnos probando trucos juntos, un poco de todo, incluso coreografía.
Emilia era tan graciosa, no paraba de reír a su lado, debo admitir que había perdido la noción del tiempo estando con ella, todo eran risas y charlas, tanto que parecía que éramos mejores amigos de toda la vida.
—Nada mal, tano— Cruzó de brazos logrando que sonriera ante al apodo que me había designado.
—Tampoco vos, estrella— Rodó los ojos ante al apodo que yo le había dado.
—¿Qué? ¿A poco ya te cansaste?— Soltó burlona.
—Para nada... ¿No serás vos la que ya se cansó?
—Nunca... Probemos con otro entonces... ¿Qué te parece el beso? ¿Lo conoces?
—Obvio...
—Entonces vamos.
Sonreí al observarla patinar para tomar impulso y no tardé en seguirla, para en cuestión de segundos hacer un perfecto truco del beso, no obstante, la velocidad con la que girábamos nos venció logrando que nos detuviéramos abruptamente y me viera obligado a dejarla en el suelo antes de caer ambos como la primera vez.
El desequilibrio provocó que nuestros cuerpos se apegaran demasiado y temiendo lastimarla opté por sostenerla en la cintura logrando que nuestros rostros fueran separados por sólo centímetros de distancia.
Nuestras narices lograron rozarse y algo provocó que nos congeláramos en el lugar, Emilia por su parte se limitó a observarme aún asustada directo a los ojos.
—Eh...
—Yo...— Ambos balbuceamos sin despegar nuestras miradas.
—¿Perdón?
La dulce voz logró que mi cuerpo reaccionara y en cuestión de segundos aparté lentamente a Emilia de mí encontrándome con ese par de ojos desconcertados.
—¿Interrumpo algo?
Sentí los nervios apoderarse de mí al mirar a Ámbar frente a nosotros, debía estar pensando cualquier cosa en estos momentos y no la culpo, me encontró en el peor momento con Emilia, sólo esperaba que esto no trajera problemas, serios problemas.
»»»»»»»»»
¡Hola a todos! ❤️✨ ¿Les parece qué es Lunes? Pues obvio que no, hoy es Martes de Crecimos Juntos, pero ya que mi vida es un caos, hoy será ¡Martes de Ella o Yo!
¿Qué les pareció el largo capítulo? ¿Les gustó? ¿No? A mí me encantó... ¿Qué opinan de la reacción de Luna? ¿Quién será el chico misterioso? ¿Problemas Delmon? ¿Mattilia? ¿Qué opinan? ¿Cómo reaccionará Ámbar? ¡Comenten bellas linduras!
Y... Estamos de celebración porque llegamos a 1k de votos ✨❤️ Muchísimas gracias por su apoyo incondicional linduras ❤️ ¿Cómo les gustaría celebrar esto? ¡Comenten sus ideas!
Capítulos todos los Lunes.
Voten ⭐️ si les gustó y Comenten 💬 cuál fue su parte favorita.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top