20 | Proposiciones


V I E R N E S

Ámbar POV

Dibujé una sonrisa en mi rostro al recibir el mensaje de Matteo, definitivamente no podía ser más lindo. Desde que me fui del Roller hace poco menos de media hora no habíamos parado de hablar ni un segundo, y la realidad era que no quería irme de su lado, pero era la primera vez que salía en un mes entero luego del castigo que tuve que soportar a causa de Luna, y mis padres habían sido claros: debía regresar con Simón.

Simón hubiera sido comprensivo y se hubiera quedado más tiempo por mí, pero Delfi tenía que regresar a casa y ahora que ellos dos eran novios, Simón la llevaba a todos lados, así que tuve que resignarme y dejar el Roller.

—¿Podés decirle a Matteo que te deje un momento?... Lo has visto todo el día— Soltó Simón ante mi evidente risita.

—¿Quién te dijo que es Matteo?— Pregunté sin despegar mi vista de la pantalla.

—Delfi no es y estoy segura que no te reirías de esa manera por un mensaje de Gastón— Respondió logrando que rodara los ojos.

—Está por entrar a la pista, así que podés quedarte tranquilo— Dije mandándole el último mensaje a Matteo para dejar mi teléfono y mirar el camino por primera vez.

—Menos mal... Digo, después del teatrito que tuve que presenciar sobre el escenario... Es momento de aflojar un poquito— Mencionó logrando que bufara, sabía que se refería al beso que Matteo me dio al terminar de cantar.

—¿Cuándo será el día que dejes de ser tan celoso Simón?— Cuestioné cruzando de brazos.

—El día que te vuelvas monja y entres a un convento— Bromeó para reír logrando que ruede los ojos.

—Si no te golpeo es únicamente porque estas conduciendo— Bufé y él rió nuevamente.

—Es la verdad, a ver, yo tolero las manitos, las sonrisas, incluso los abrazos... Pero de eso a besarse sobre el escenario, me parece un montón— Soltó logrando que diera un largo suspiro.

—¡Fue un beso!... Mejor cambiemos de tema— Exclamé al momento que Simón abrió el enorme portón de la mansión.

—Está bien, está bien— Rió entrando a la mansión.

—¿Qué les dijo Santi de la presentación?— Pregunté logrando que sonriera, apenas y habíamos tenido oportunidad de comentar algo sobre su presentación luego de su largo rato frente a cámaras.

—Le fascinó... Está muy contento con nosotros tanto que está arreglando una entrevista para presentar nuestro primer tema.

—¿De verdad?— Exclamé asombrada y él asintió —Que buena onda Simón.

—Lo sé, te juro que hoy frente a las cámaras me sentí como una verdadera estrella.

—Es que vos sos una estrella.

Simón sonrió al momento que aparcó el automóvil y ambos nos dispusimos a bajar de este para caminar hacia la mansión.

—Mañana tenemos una producción de fotos con Vidia muy temprano, así que necesito que me cubras con mis papás— Soltó de la nada ganándose una mirada confundida de mi parte.

—¿Hasta cuando Simón?— Pregunté cruzando de brazos deteniéndome al mismo tiempo que él.

—¿Hasta cuando qué?— Cuestionó desconcertado.

—¿Hasta cuando pensas seguir ocultándole esto a mis papás?

—¿De verdad me lo estás preguntando Ámbar?... Decime que es un chiste por favor.

—No, no es un chiste... Te lo digo muy en serio... ¿De verdad pensas seguir con tu doble vida para siempre?

—¿Y qué propones? ¿Qué les diga que renuncié a la universidad por la banda?— Rió burlón —¿Vos querés que ellos me maten?

—No te van a matar Simón, ellos van a entender.

—Claro, claro... André y Sharon Smith entenderán que los desobedecí y que encima dejé la universidad por mi banda... ¿Pensas las que cosas que decís?— Rodé mis ojos soltando mis brazos —Perdón— Dijo soltando un suspiro para llevar sus manos a la cintura.

—Simón, ellos tarde o temprano se van a enterar, y es peor que lo hagan a través de la televisión que vos mismo se los digas.

—Ámbar, para papás la banda siempre ha sido una pérdida de tiempo y quieren que estudie algo que a mí no me gusta y que me olvide de mi sueño... A mí la banda me hace muy feliz y vos lo sabés.

—Por supuesto que lo sé, pero yo no quiero que hayan problemas entre ustedes... ¿Qué es lo peor que puede pasar si les decís la verdad?

—¿Querés que te responda?– Volví a rodar los ojos –Mira, ya va a llegar el día que me sienta listo para hablar de esto con ellos... Pero ese día no es hoy, ahora quiero enfocarme en la banda y en mi futuro, y decirle a mis padres solamente arruinará todo.

—¿Entonces pretender seguir ocultándole esto a mis padres?

—¿Ocultarnos qué cosa?

Sentí mi corazón detenerse al escuchar la voz de mi padre y mi cuerpo comenzar a temblar, Simón apretó los ojos regalándome una mirada de odio puro para girar y ponerse a mi lado quedando frente a frente con mi papá.

—¿No piensan hablar?... ¿Qué es lo que nos ocultan?

Miré a Simón rogando que fuera él quien hablara, podía mentirle a mi madre sin problema, pero a mi papá era casi imposible, y si abría la boca mis nervios me delatarían.

—¿No dirán nada?

—Decile Simón— Solté logrando que me regalara una mirada fulminante.

—¿Simón?— Preguntó mi padre cruzando de brazos.

—No, que... Que el otro día casi choco el auto— Abrí los ojos intentando disimular pero no sabía si su mentira lo salvaría o lo hundiría más, el auto era un tema delicado para mi papá.

—¿Cómo?

—Venía hablando con Delfi y me salté una señal de alto... El auto está perfecto, no le pasó nada, pero...

—¿Cuántas veces hemos hablado de eso Simón?

—Lo sé, lo sé... Te pido perdón, te prometo que no lo volveré a hacer.

—Bueno, más te vale tener más cuidado de ahora en más— Simón asintió y yo sonreí ligeramente.

—Tu mamá te estaba esperando Ámbar, quiere acordar lo de tu fiesta de cumpleaños.

Sonreí para asentir. Sí, fiesta de cumpleaños y es que mi cumpleaños sería en unas pocas semanas y mis padres habían aceptado que hiciera una fiesta en la mansión, por lo que debíamos comenzar a planearla si quería que todo fuera perfecto.

—¿Querés ver una película?— Preguntó mi padre hacía Simón quien no tardó en sonreír.

—¿Sin mí?— Exclamé fingiendo indignación.

—Sin vos hermanita... Sólo mi papá y yo.

Le regalé una mirada burlona a Simón sintiendo un poco de paz regresarme al cuerpo, al menos daba gracias que Simón no sintiera ganas de matarme en estos momentos luego de casi delatarlo frente a mis padres.

No estaba de acuerdo en que siguiera escondiendo ese secreto de mis padres, pero no podía obligarlo a nada, sólo esperaba que cuando mis padres se enteraran no sea demasiado tarde.

Luna POV

La tarde sin duda no había transcurrido como imaginaba. Esperaba que mi primer día de libertad fuera alegre, pero presenciar el beso de Ámbar y Matteo sobre el escenario logró que mi felicidad se fuera a la basura.

Por eso me dispuse a patinar un rato para liberarme de tensiones, al fin y al cabo que tenía tanto que mis pies no entraban en contacto con la pista, y lo necesitaba más que a nada, por algo me encontraba terminando de colocarme mi segundo patín.

—¿Ya me dirás cuál es tu plan?— La voz de Benicio hizo que diera un salto, pensaba que estaba sola en los lockers.

—No te lo puedo creer— Musité rodando los ojos —La capacidad que tenés para romperme los ovarios es impresionante— Exclamé sin paciencia alguna.

—Me dijiste que me dirías después del Open, y el Open terminó hace casi una hora.

—¿Dónde quedó el nadie nos puede ver juntos?— Pregunté poniéndome de pie para guardar mis zapatos en el locker.

—Ámbar y sus amiguitas ya se fueron y Matteo está en la pista. Así que está todo bien... Habla de una vez.

—¿Cómo es qué te soportaba Ámbar?... Eres un dolor en el trasero— Bufé cerrando mi locker.

—¿No me pensas decir nada?

—¡Ya!... Te diré sólo para que me dejés de consumir la paciencia— Suspiré llevando mis manos a mi cintura —Mi plan es hacer que alguien se interponga entre ellos logrando que la otra persona sienta celos y eso sólo traerá problemas. Antes de que te des cuenta su relación se irá por borda y lograremos lo que queremos.... Separarlos definitivamente.

—¿Ese es tu brillante plan?— Soltó de mala gana.

—¿Se te ocurre uno mejor Einsten?— Rodé los ojos —Este plan no va a fallar, porque todo estará fríamente calculado, la persona se irá acercando poco a poco, primero ganándose su confianza, luego su amistad, y sin darse cuenta, su amor.

—Okay, supongamos que por un milagro del cielo lo aceptara... ¿Cómo haremos para hacer eso? Ni Ámbar ni Matteo quieren vernos en pintura.

—Yo nunca dije que esa persona seamos vos y yo— Sonreí orgullosa de mi idea.

—¿Entonces de quién hablas?— Cruzó de brazos confundido.

—Tengo a la persona perfecta en mente... Más bien, a las personas.

—¿Las?... Dijiste que era una.

—Tengo un plan a y uno b...

—¿Y me dirás quienes son? ¿O seguirás haciéndote la misteriosa?

—Confía un poco en mí Benicio... Ve con Camila y pásala lindo... Yo me voy a ocupar de esto por ahora.

—¿Quién es el dolor en el trasero ahora?

Le regalé un guiño a Benicio y me dispuse a patinar fuera de los lockers hacía la pista. Al llegar a esta mi mirada no tardó en caer rápidamente sobre Matteo, se encontraba patinando solo haciendo uno que otro truco.

No obstante, mi mirada se enfocó en ella y sentí un alivio entrar en mí, no pensé que se presentaría, pero lo hizo, y al igual que yo, se encontraba observando a Matteo patinar. Sin pensarlo dos veces me acerqué a ella lista para dar inicio con el plan a.

—¿Te gusta lo que ves?— Pregunté llegando a su lado.

—Por favor— Soltó una risa burlona —Es un chico cualquiera.

—Me alegra que hayas aceptado verme— Exclamé sonriente.

—Tu mensaje me intrigó, sólo por eso estoy acá... Tienes cinco minutos, así que habla.

—Bueno, primero que nada, corta con el tono cancherito, que esta propuesta que tengo para hacerte te conviene a vos Emilia.

Sí, Emilia, la patinadora estrella del Roller, como a Gary le gustaba llamarla, diferente al título de reina de la pista que portaba mi prima, ya que ese sólo era entre nosotros los patinadores, pero para Gary el único que importaba era el de los patinadores estrella, o al menos el de Emilia, pues todavía no encontraba a la pareja ideal para ella.

—Entonces habla de una vez.

—La competencia entre pistas se acerca y como no es novedad mi primita participará en ella... Pero ahora en compañía de él.

—No patina nada mal— Mencionó volviendo a mirar a Matteo.

—Es el mejor y vos lo sabés... Por eso te vengo a proponer esto... Benicio y yo nos aliamos en contra de él y Ámbar, y ahora queremos que vos nos ayudes.

—¿Cómo?

—Simple... Necesito que te acerques a Matteo y que lo enamores para así lograr separarlo de Ámbar.

—¿Comenzaste a consumir drogas ahora?— Soltó logrando que rodara los ojos —¿Qué se supone que gano yo con eso?

—Debilitarlos... Ellos van a patinar juntos sí o sí, pero si vos logras separarlos en el medio de la competencia creeme que no llegarán ni a la segunda ronda.

—¿Cómo estás tan segura?

—Porque yo nunca me equivoco... Ahora ellos están tan enamorados, pero conozco a Ámbar y sé que no tolerará ser engañada de nuevo... Mucho menos por vos.

—¿Y cómo me voy a acercar a él? Digo, si está tan enamorado de ella como dices...

—Eso te toca averiguar a vos... No creo que tengas problemas enamorando a un chico, ¿o sí?

Emilia rodó los ojos, a pesar de que los únicos momentos que pasaba en el Roller era en los entrenamientos de Red Sharks, conocía su famita, digamos que ella y yo compartíamos el gusto por los hombres.

—¿Entonces qué decís?... ¿Somos socias?

Estiré mi mano hacia Emilia mientras que ella me miró intrigada. Sé que era una locura proponerle eso a ella, apenas y la conocía, pero sabía que ella al igual que yo, no soportaba a Ámbar y estaría dispuesta a hacer todo lo posible por conservar su título ante Gary, ¿qué podía salir mal?

S Á B A D O

Matteo POV

Volví a soltar una risa, era increíble como a lado de mi rubia podía pasar horas y horas riendo, y lo mejor de todo era que yo disfrutaba tanto verla reír, su risa era como una droga para mí y me estaba volviendo adicto a ella.

Hoy nos encontrábamos en el medio de un campo, había invitado a Ámbar a pasar la tarde haciendo un picnic porque se me ocurrió que ese sería el escenario perfecto para pedirle que sea mi novia.

Sí, hoy mismo le pediría a mi rubia que me diera el honor de ser su novio, y créanme que eso me tenía con los nervios alterados, jamás había estado nervioso con otra chica, pero algo de Ámbar era tan fuerte que no había día que no sintiera los nervios invadirme, por algo sabía que era ella, porque sólo ella me hacía sentir eso, eso y mucho más.

—¿Nunca?— Abrí los ojos en sorpresa ante el comentario de Ámbar.

—¿Por qué te sorprende tanto?— Preguntó entre risas.

—Porque comer fresa o frutilla como lo dicen acá, con chocolate es la cosa más básica de todas... Es como tomar leche con chocolate o panqueques con miel— Respondí igualmente riendo —Pero bueno, hay una primera vez para todo.

Hablé tomando una frutilla con chocolate del bowl en el que se encontraban para acercarlo a la boca de Ámbar quien se inclinó para probarla.

—¿Y el veredicto?— Cuestioné comiendo una yo.

—Deliciosa— Dijo para morderse el labio inferior —¿Sabés?... Me hacía falta un poco de esto, respirar aire freso, lejos de mi casa.

—Y yo moría por acompañarte... Estuve esperando un mes entero para poder hacer todas estas cosas con vos— Sonreímos y Ámbar giró para mirar al horizonte.

—Me alegra estar acá con vos Matteo.

—Y a mí me alegra mucho más tenerte a mi lado— Suspiré sintiendo mi corazón acelerarse —Y... Te tengo una sorpresa.

—¿Una sorpresa?— Preguntó para observarme confundida.

—Sí... Pero tenés que cerrar los ojos— Ámbar rió para rodar los ojos.

—Supongo que sorpresa es la que se viene.

—Quizá sea diferente... Cerralos y no vayas a espiar— Mi rubia cerró sus ojos soltando un suspiro.

Escuché su bella risa una vez más mientras que abrí la canasta a nuestro lado removiendo una pequeña manta que cubría lo que siempre traje escondido.

—Ya podés abrirlos— Me bastó con decir eso para que Ámbar abriera sus ojos dibujando una sonrisa en su rostro y tomando el ramo de girasoles que tenía para ella.

—¿De dónde las sacaste?

—Las traje para vos... Tus flores favoritas.

—¿Cómo sabías que eran mis flores favoritas?— Cuestionó sonriente.

—Vos me lo dijiste una vez, y nunca olvido nada de lo que vos me decís... También mencionaste que uno de tus lugares preferidos es este... Por eso estamos acá.

—¿De verdad recordas todo eso?

—Nunca podría olvidarlo... Además, quise traerte acá porque quise que fuera un lugar especial.

—¿Especial para qué?

Solté una risa nerviosa para despegar mi mirada de ella y mirar al frente buscando un poco de calma, el simple hecho de verla me causaba nervios, y sus preguntas sólo me hicieron darme cuenta que era momento de hacerlo.

—Cuando era pequeño mi padre me contaba historias todas las noches antes de dormir... Mi favorita era la del duende y la estrella.

—No conozco esa historia— Exclamó Ámbar logrando que volviera a conectar mi mirada con la de ella.

—La historia trataba de un duende estaba enamorado de una estrella, y que todas las noches caminaba y caminaba por el bosque para llegar hasta dónde estaba la estrella, y él le hablaba y hablaba, pero la estrella no lo escuchaba.

—¿Un amor imposible?— Preguntó logrando que bajara la mirada.

—Una noche el duende no pudo ocultar más sus sentimientos a la estrella y decidió abrazarla sin miedo a quemarse porque comprendió que lo imposible es lo que no se intenta— Suspiré para tomar la mano de Ámbar y mirarla fijamente a los ojos —Y hoy yo seré ese duende y vos serás la estrella... Porque como el duende, entendí que lo debo intentarlo si quiero que sea posible.

—¿De qué...

—Ámbar, todo este mes que pasó tuve mil y una oportunidades de hacerlo, pero nunca me animé, porque tenía miedo... Miedo de escuchar lo que no quería escuchar... Pero hoy todo cambió, hoy me di cuenta que no hay porque tener miedo y estoy listo para dar el siguiente paso.

—¿Matteo?— Preguntó frunciendo el ceño.

—Ámbar Smith, antes de que vos llegaras a mi vida yo no creía en el amor a primera vista, pero desde el primer momento en el que te vi supe que vos eras perfecta para mí. Te robaste mi corazón y me hiciste ver la vida de otra manera, me hiciste sentir por primera vez lo que es estar enamorado... Y sé que no es novedad decirte todo lo que siento, pero nunca me cansaré de hacerlo, porque quiero que sepas día y noche que tan importante sos para mí. Sos única y especial y sin vos ya nada tiene sentido, porque en este mes me di cuenta que sos vos y solamente vos, porque nadie más tiene sentido... Por eso estoy listo para hacerte la pregunta... Ámbar, ¿querés ser mi novia?

Ámbar me miraba con un rostro indescifrable, su sonrisa se había esfumado, simplemente sus ojos me penetraban hasta lo más profundo de mi ser. No sabía que pasaba por su cabeza en ese momento, y eso hizo que mis nervios que habían logrado calmarse volvieran a estallar, ¿qué pensaba mi rubia? ¿Aceptaría? ¿O no?

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¡Hola a todos! ❤️ ¡Lunes de Ella o Yo! Yeii... Hoy en un Lunes súper especial, hoy inicia Soy Luna 3, ¿ansiosos? ¿Nerviosos? ¿Tristes? Yo súper emocionada porque se acerca el final 👏🏼

¿Qué les pareció el capítulo? ¿Les gustó? ¿No? A no me termina de convencer, pero bueno... ¿Simón le dirá a sus padres la verdad? ¿Emilia aceptará el plan? ¿Qué responderá Ámbar? ¡Comenten bellas linduras!

Capítulos todos los Lunes.

Voten ⭐️ si les gustó y Comenten 💬 cuál fue su parte favorita.

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