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El mundo mágico había cambiado después de la guerra, al igual que sus habitantes. Rivalidades de años quedaron en el olvido y dio paso a nuevas uniones fomentando así, la amistad entre dos peculiares grupos de amigos.

Cuando el elegido venció a Voldemord, Hogwarts fue restaurado y con el, el alumnado. Por eso, el trió de oro regresó a terminar su año escolar. Ahí, se dieron cuenta que ellos y los que habían sido sus enemigos tenían más en común de lo que habían creído.

Al final del año, había parejas formadas y el amor parecía ser real.

Harry Potter se terminó casando con la heredera de los Parkinson, Pansy. Tabatha Potter terminó convirtiéndose en Tabatha Diggory al casarse con Cedric. Ron Weasley dejó de lado sus prejuicios y le pidió matrimonio a la mayor de las hermanas Greengrass, Daphne.

Neville se armo de valor e hizo lo mismo que Ron, pero con la menor de las hermanas, Astoria. Draco tardó un poco más, pero al sus padres aceptar su relación, terminó dando el si en el altar con Hermione Granger.

Ginny Weasley, muy al contrario de lo que todos creían se inclino por los morenos y terminó cayendo en las redes de Blaise Zabini. La soñadora de Hogwarts, Luna Lovegood terminó saliendo con Theodore Nott, su propio príncipe azul, según los narggles.

Fred Weasley siguio a su corazón y se caso con la hermana melliza de Draco, Hydra. Y George se caso con Angelina, pero al descubrir el engaño de su esposa, firmó el divorcio para encontrar el amor en Tracey Davis.

Así, una nueva generación nació y es la que al día de hoy, llena los pasillos de Hogwarts.

Ese verano en particular, se encontraban todos en la mansión Malfoy, pues cada años se turnaban para ver quién ponía la casa en las reuniones. Las mujeres cocinaban, los hombres hablaban de quiditch y los chicos estaban en sus cosas.

En una de las habitaciones, estaba el trió de plata conformado por Rose Weasley, Albus Potter y Scorpius Malfoy. En la habitación también estaba Alice Longbottom, novia de Albus y Lily Potter, novia de Scorpius.

—Este año fuimos a Italia a visitar a la abuela, se siente sola por la partida del abuelo, mamá le dijo que viniera a vivir con nosotros pero dijo que lo pensaria... No quiere dejar su mansión— contó Lily.

—Nosotros fuimos a Grecia, los abuelos querían ver a unos viejos amigos... Había un chico lin... Digo, feo, muy feo, nada que ver con mi Albus— los chicos, menos Albus, rieron por las palabras de Alice.

—El abuelo quizo ir a Alemania, dijo que quería ver los campos nazis, mamá le estuvo hablando de historia muggle y quiso verlo con sus propios ojos— explicó Scorpius rodando los ojos.

—Fue divertido ver como los guardias intentaban detener al abuelo cuando quiso ver si los hornos aún servían, dijo que serían buenos para hacer pavo en año nuevo— se burló Narcissa, en el marco de la puerta.

—Me hubiera encantado ver eso, linda— la rubia rodó los ojos ante las palabras de James.

Rose posó sus ojos en el castaño que estaba junto a Cissy.

—¡Hey! ¡Esta es mi rubia, consiguete la tuya! — le gruño Fred. Quien llegó en ese momento y empujó a James a modo de broma.

Scorpius miró mal al chico— ¡Fue mía primero! ¡Es mi melliza!

La diversión se arruino para Rose, cuando una chica de cabellos dorados como el oro, entró a la habitación guiada por las risas.

—¡Hola chicos... Y, Rose! — murmuró con una mueca.

Lily rodó los ojos al igual que Alice.

—Hola, Dominique— saludo seca la pelirroja.

La recién llegada tomó la mano de James— Jamie, necesito tu ayuda... — hizo un puchero. Rose estaba roja de los celos.

El chico le sonrio y ambos salieron.

—¿Ayuda para que? ¿Desvestirse? — preguntó Lily sarcástica.

Todos se rieron ante las palabras de la pelirroja.

Después de un rato, las madres de la tercera generación los llamaron para comer.

Uno a uno fueron llenando la mesa, que a decir verdad era demasiado amplia. Pues la familia no era pequeña que digamos.

A demás de tener a las familias de la segunda generación, ya estaban las de la tercera.

Teddy y Molly Lupin con sus hijos, Remus de 5 años y Aileen de 2. Steven y Hera Weasley con su hija Artemisa de 6 años. Victoire y Ares Lestrange con los pequeños Antoine y Eros de 3 años.

La cena transcurrió más tranquila de lo normal, con uno que otro chiste de los Merodeadores y los gemelos Weasley. Rose se lo pasaba genial, tenía a sus amigos y familia reunida, lo único que le molestaba era la presencia de su odiosa prima, Dominique Weasley.

En su familia, todo el mundo la prefería a ella, era la princesa de los Weasley, ella y Victoire, con su hermoso cabello rubio y ascendencia francesa, eran las más hermosas de la familia.

“Deberías ser más como Vic” “Tu prima es más linda” “Si fueras Dominique...” esos y más comentarios recibía la chica por parte de su familia y compañeros del colegio. Ella deseo haber nacido más con genes Greengrass que con genes Weasley, pero eso se los llevó su hermana, Teresa Weasley, quien era la mejor amiga de Dominique.

—Familia, queremos decir algo... — la rubia que hasta esos momentos Rose solo le prestaba atención en sus pensamientos, se levantó y miró a James.

El castaño de puso de pie y tomo su mano, el corazón se la pelirroja se estrujo— Dominique y yo estamos saliendo—sonrió feliz.

—¡Que gran alegría! — exclamo Fleur Weasley.

Muchos los felicitaron, claro que había excepciones. Y una de ellas era la madre del chico, Pansy Potter no se veía nada contenta con esa noticia. Lily tenía la boca abierta de la impresion y Rose, bueno ella quería solo hecharse a llorar.

Sin importarle lo que pensaran o que su prima se burlara de ella, se retiro del comedor y subió a la habitación que antes estaban ocupando.

Ahí, se soltó a llorar.

—Rosie... — Albus y Scorpius abrazaron a su amiga en un intento de consolarla.

—Vas a ver que la deja a penas pisemos Hogwarts— intento hacerla reír Lily, pero sólo consiguió una mueca.

—Todos sabemos que sólo están juntos por capricho, luego se dejan— dijo Alice.

—Oh se casan y son felices para siempre— Teresa, sonrio soncarrona— Tienes que darte cuenta que el nunca se fijará en ti, con esa cara y ese cabello... Pobre Rose.

—Oh cierra la boca, arpía— le reclamo Lily.

—A mi no me callas, Potter— le siseo.

—¿A no? ¡Damian! — grito alzando una ceja en dirección a la chica.

Ella se fue furiosa.

Lily Potter era la consentida de su familia, y más de su primo, Damian Diggory, el novio de Teresa.

—Gracias Lilu— le sonrio Rose limpiandose las lágrimas.

—Pará eso estamos los amigos, Rosie— le sonrió abrazándola.

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