Capítulo 7, Parte 1

10 años después...

El tiempo, como siempre lo hace, pasó de forma veloz y dejó a su pasó muchas historias y anécdotas por contar.

Durante esos diez años Carmen y Tyrone se graduaron y ya tenían varios años siendo profesionales en sus distintas carreras al igual que Maruja y Marcus quienes luego de volver del rancho comenzaron a tener una amistad normal y que a causa de compartir mucho tiempo juntos se llegaron a enamorar y tuvieron un noviazgo intenso. Esa década que pasó desde aquel día en que Tyrone le rechazó la propuesta a su padre sucedieron muchas cosas, fue un periodo donde apareció una convivencia repentina entre Marcus y Maruja, hubo una efímera aparición de un ex de Maruja, hubo una crisis en la relación de Carmen y Tyrone pero que los dos bien unidos y con una buena comunicación pudieron afrontar y fue esos durante esos años que Miguel consiguió una beca para irse a estudiar en la Universidad de New York.

El día de la graduación de Marcus y Tyrone, Miguel estuvo allí presente porque siempre estuvo en contacto con sus amigos que le demostraron ser unos seres muy fieles, que entendían el concepto de la amistad y que siempre le apoyaban mucho en cada una de sus ideas artísticas. Ese día fue acompañado de una novia que tenía en aquellos tiempos pero que al final lo traicionó con uno de los compañeros de clase de él y esta desilusión amorosa junto con el dolor que le provocó lo motivó a pintar un cuadro que luego de de varios años sería mostrado en una importante exposición de arte en Francia y el cual logró ser vendido por una gran cantidad de dólares.

La graduación de los estudiantes de medicina fue celebrada en un salón bastante amplio donde pudieran caber los graduados e invitados de los mismos. Cuando le tocó a Tyrone subir al escenario para recibir su diploma él pudo sentirse una persona totalmente perfecta en esos minutos y ver a Carmen entre las personas que estaban presente en ese salón fue algo que nunca él podrá olvidar. Verla allí con una cara que decía miles de millones de palabras que en su totalidad eran para alabar a su novio fue un momento glorioso. Una pena atacó a Tyrone y era que no vio a sus padres y aunque le hicieron llegar una carta de felicitaciones el mensaje era obvio y la culpable de que sus padres no estuvieran allí era Carmen.

Pero lo cierto es que sus padres sí fueron a la graduación pero decidieron quedarse en un lugar poco visible y ver desde lejos como su hijo ya se convertía en profesional.


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