Capítulo 5, Parte 7
Él le comenzó a relatar todo lo que había soñado, cómo pasó todo y de todo lo que él sentía durante lo ocurrido en el sueño. Le dijo con exactitud casi perfecta todo lo que allí pasó, le describió la habitación donde estaba y todos los elementos que la conformaban. Le habló sobre la vestimenta y apariencia elegante del hombre vestido de traje negro que resultó ser Lucifer con unos ojos verdes y dentadura impecable, elogió la forma en cómo ese ser le habló, en sus propias palabras Tyrone le dijo:
"...me hablaba con una seguridad única, aseguraba conocer todos mis temores así como conocía los tuyos o al menos eso me dijo pero con la firmeza que lo decía me ha hecho creer que todo pasó en verdad."
Con algunas pausas para tomar fuerzas le reveló que Lucifer le habló sobre la promesa que él le había hecho a ella y que dicha promesa no se cumpliría. Tyrone estaba muy tenso cuando contó esta parte y casi rompía en llanto al hablar de los gritos que salían del parlante, de la sangre que entraba por debajo de la puerta negra y de la calavera negra que le hizo despertar de inmediato.
Tyrone sintió una liberación, sintió como se libraba de una carga pesada.
—Ty cariño, sólo fue un sueño mi vida.
—Se veía muy real, ya te he dicho que repitió lo de la promesa como si él hubiese estado presente en el aquel momento. —le dijo mirando al suelo.
—Lo sé amor pero todo está en tu mente. Estaré aquí y confió en que sí cumplirás esa promesa, mejor dicho, no tendrás que cumplir ninguna promesa porque el amor entre nosotros no acabará.
Levantó la cabeza para mirar a ella y la abrazó, era en momentos así que se necesita una persona que te diga que todo estará bien pero que además de eso te demuestre con actos que ella siempre estará ahí con su amor para socorrerte de tus penas, para ayudarte en aliviar tu dolor y levantarte el ánimo. Con todo el mundo en su contra solo nos basta tener a esa persona a nuestro algo decir que sí podemos contra todo eso y más. Porque con todo el mundo en tu contra con el amor de otra persona es la única forma de salir ileso.
Tyrone comenzaba a creer cada vez más en el amor, comenzaba a creer cada vez más en el amor por siempre o como es mejor decirlo; a creer en el amor hasta que la muerte los separe físicamente. Dar amor es una tarea difícil porque dar amor es apostar en un juego de azar llamado vida donde apuestas a algo que es invisible y de lo cual tendrás beneficios, según tu selección, a corto o largo plazo con la condición de que no es sin devoluciones por manejo ilusiones o juego de sentimientos.
Maruja y Miguel salieron de la habitación charlando sobre el juego de cartas y se unieron a Tyrone y Carmen. Un par de minutos después Marcus despertó y sacó una silla al pasillo para sentarse con ellos.
—He oído que se aproxima una tormenta. —comentó Marcus.
—¿Donde escuchaste eso Marcus? —le preguntó Maruja.
—Lo he escuchado en la radio que he traído para acá.
Todos se miraron unos a los otros a excepción de Marcus que estaba vestido con un t-shirt blanco y un pantalón pijama. Las miradas se centraron en él mientras el comía cereal con leche y tenía un emparedado en las piernas listo para comerse.
—¿Has traído una radio? —le preguntó Tyrone.
—Sí —Marcus se llevaba una cucharada del cereal con la leche al momento que abría su boca —¿qué tiene de malo? —dijo masticando el alimento.
—No, nada...
—Es algo anticuado. —intervino Carmen.
Miguel observaba la conversación en silencio hasta que quiso ser partícipe de ella.
—No lo llamaría anticuado sino poco común y lo digo porque la radio es un medio de comunicación muy eficaz, tanto que miren como nos enteramos sobre la tormenta.
Maruja se alisó el pelo con su mano izquierda, miró a Marcus y le sonrió.
Era cierto lo que Marcus escuchó en su radio. El cielo se tornaba muy gris, la fría era fría y apenas eran las primeras horas del día cuando ya el cielo amenazaba con una carga potente de lluvia por varias horas quizás.
Maruja le pidió a Carmen que la acompañara a ir al mini-market ya que ella había olvidado comprar algo. Tyrone insistía en ir pero Maruja le dijo que mejor se quedara con los muchachos charlando, que era bueno que las mujeres pasaran tiempo con las mujeres y los hombres pasaran tiempo con los hombres para hablar de temas que a ellos les interesa. Al final Tyrone accedió a quedarse con los muchachos y los tres se pusieron a hablar sobre la posible existencia de los alienígenas o extraterrestres.
Mientras tanto, Carmen y Maruja estaban en el mini-market con una música de fondo que emanaba de unas bocinas. En una sección donde había latas de leche para bebés Maruja empezó a interrogar a Carmen.
—¿Qué pasó con Tyrone?¿por qué se apareció así en la madrugada?
Carmen que nunca sospechó que Maruja la había traído hasta allá para hablar sobre lo ocurrido. Cuando Tyrone se ofreció a ir con ellas hasta el mini-market Maruja le dijo que necesitaba solamente la opinión de otra mujer, ella utilizo esa excusa y otras más para mantener lejos a Tyrone mientras ellas dos hablaban sobre el suceso que él protagonizó hacía unas horas.
—Gracias por preocuparte Maru.
—No tienes que agradecer, vamos, habla.
—Tuvo una pesadilla horrenda, según me dijo el mismísimo Satanás se la apareció en sus sueños.
—Dios mío, Jesús. —dijo rápidamente Maruja abriendo los ojos del asombro.
—No se queda ahí. Ayer la noche, antes de irse a dormir, Tyrone me hizo una promesa de hacer hasta la imposible si el amor entre nosotros llegara a acabarse y el ser Lucifer le dijo que él no iba a cumplir ninguna promesa.
Maruja movía los ojos de una lado a otro mientras miraba al suelo.
—Dile que no le dé muchas vuelta. —dijo finalmente —Dile que todo ha sido un sueño.
—Se lo he dicho ya muchas veces, muchas gracias por preocuparte.
Se quedaron unos minutos más dentro del mini-market y compraron un esmalte para uñas más unos algodones y un removedor de esmalte para que Tyrone no vaya a sospechar. Cuando las dos volvieron al rancho los chicos aún seguían discutiendo sobre la posible existencia de alienígenas, luego comenzó a llover.
—Carmen es una extraterrestre Tyrone —decía bromeando Marcus —mira como comenzó a llover desde que ella volvió, admítelo que lo es.
Carmen caminó hasta donde estaba Tyrone, se agachó al lado de él y lo abrazó.
—Sí, Marcus, soy una extraterrestre y novio también es un alienígena ¿sabes cómo se llama?
—Pues Tyrone, tarada. —respondió Marcus abriendo las manos y señalando a Tyrone con ellas.
—Sí pero su otro nombre es Superman, es mi héroe y lo amo. —lo abrazó más fuerte y le dio un beso en la mejilla.
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