Capítulo 4, Parte 1


—Era ella, no puede ser.

De lejos, porque tuvo que salir del grupo casi corriendo al ver a Carmen, se podía notar lo ebria que estaba ella pero aún así se veía hermosa. Si una mona vestida de seda mona se queda, en el caso de Carmen era distinto porque ni era mona ni tampoco tenía seda pero se veía tan hermosa como una reina. Hacía bastante tiempo que él no la había visto pero la gente no cambia tanto en el lapso de tiempo de una semana.

Los nervios se apoderaron de Tyrone y sabía que la única razón para estar más calmado era salir de allí y no correr el riesgo de un encuentro con ella.

—Oye Marcus me tengo que ir.

—La fiesta está apenas iniciando, la noche es joven Tyrone.

—Me tengo que ir, nos veremos cuando llegues. —dijo a velocidad tan rápida que fue casi un milagro que pudiera escuchar con todo el ruido causado por la música y los gritos de los borrachos.

Tyrone trataba de buscar la razón por la cual se había unido en el aquel grupo si todos ellos eran estudiantes de ingeniería civil y él no conocía a ninguno, pero recordó todo de golpe y era que Marcus conocía a uno de los muchachos del grupo por lo que en un determinado momento él pasó a saludarlo junto con Tyrone pero luego lo dejó sólo con los demás y no volvió. Meditaba todo esto mientras iba caminado por la calle completamente vacía camino a el departamento que compartía y pagaba junto Marcus, pasó por delante de muchos bares de mala muerte y varias prostitutas le brindaron sus servicios, en los callejones oscuros se escuchaban gemidos y lo obvio era que el servicio que le brindaron a Tyrone se lo estaban dando a otro cliente.

Conoció a Marcus un mes después de Carmen haber desaparecido, era estudiante de medicina y estaban en la misma sección pero no ingresó a la universidad con las intenciones de estudiar para ser un médico sino que había ingresado inicialmente para estudiar cine. Cada noche, o la mayoría de las noches, ponía películas de directores como Martin Scorsese y alababa el trabajo de éste detrás del foco de la cámara. Marcus era un enciclopedia en cuanto a trabajos fílmicos se hablaba pero no siguió estudiando aquella carrera y fueron varias las veces que Tyrone le preguntó porque había dejado todo eso a un lado pero nunca obtenía respuesta.

El departamento tenía ventanas de cristal, las paredes pintadas de blanco, pósters de películas, un sofá, un equipo de música pequeño pero potente, un abanico de techo en lo que se podría llamar sala pero que a la vez era comedor.

Ni sentía ya los efectos del alcohol, el nerviosismo que le causó verla a ella fue casi equivalente al que puede sufrir un ser humano al ver un fantasma, Carmen ahora estaba en su mente. Desde que ella no le abrió la puerta de su habitación aquel día en el rancho había comenzado con un plan que consistía en que Carmen trata de sentir aunque sea una parte de lo que él había sentido cuando ella había desaparecido, pero iría por ella y hablarían calmados.

Pensó que no iba a poder dormir por sólo pensar en lo que recién había sucedido en la fiesta y en las posibles preguntas que le iba a efectuar a ella. Pero su vista en un momento comenzó a volverse borrosa para que sentado en el sofá se quedara dormido bocarriba y con misma ropa puesta que tenía un fuerte olor a cigarros y alcohol.


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