Capítulo 1, Parte 4
Último mes del primer cuatrimestre.
A la mayoría de los estudiantes del aula a la que él pertenecía le fue bastante bien durante esta etapa y no era de extrañar porque el mismo maestro lo dijo una vez:
—Este grupo tiene un gran futuro a este paso, no como los ineptos de la sección C.
En total eran cincuenta estudiantes y de los cincuenta Tyrone obtuvo la quinta mejor calificaciones del cuatrimestre.
Faltaba una semana para que acabase de manera oficial el primer cuatrimestre y Tyrone comenzó a sentir una tranquilidad y seguridad absoluta sobre sí mismo, ese sentimiento que todos llegamos a sentir cuando nuestras metas y nuestros proyectos salen a flote. Había llegado al punto de no recordar a su extraviada amiga Carmen y aunque no volvió a tener una persona tan cercana como lo ella en su tiempo, no necesitó de más compañía que sus deberes como estudiante y las novelas literarias como "Frankenstein de Mary Shelley".
Llegó a compartir con varias compañeras. Se sentó con ellas en la misma mesa del gran comedor universitario y a pesar de la notable belleza de todas ellas, no fue lo mismo, y no era que extrañara a Carmen ni mucho menos sino que todas las chicas eran iguales. Tyrone notó, mientras estuvo en la misma mesa con alguna de esas chicas, que el mundo se había convertido en una colonia de hormigas donde todos hacían y pensaban lo mismo, absolutamente lo mismo, todas con lo mismo en la cabeza, la avaricia y deseo de ser el centro de atención.
Al principio el pudo pensar que era algunos casos de inmadurez en semejante edades pero no, los casos seguía repitiéndose según el conversaba con otras chicas.
Sofía:
—¡Estupendo! Qué bueno que vives cerca de ese centro comercial, me encanta ir de compra a una tienda que está allí.
Julia:
—No sé porque opino esto de mi maquillaje pero creo que me hace parecer mayor ¿no lo crees?
Laura:
—No me gusta Gucci, lo veo tan anticuado o algo así, prefiero y amo Dolce & Gabbana.
Paris:
—Estuve dos días decidiendo en si comprar un vestido carmesí de seda o una falda aterciopelada. Fui esos dos días a la misma tienda, al final me decidí comprar ambas prendas.
Y el patrón seguía.
Tyrone se limitaba a contestar con un "tienes toda la razón hermosa", "de acuerdo" o para mostrar cierto nivel de atención e interés decía "mientras defina tu personalidad no vas a elegir mal" y decía esto último con cierto temor a que le preguntarán cómo era sus personalidades.
Todas esas conversaciones vacías con esas chicas pláticas lo volvían loco, lo agobiaban. En muchas ocasiones tuvo que inventarse excusas, contestar llamadas que nunca habían llegado y tener que salir de allí corriendo a una "emergencia", decir mentiras, eso era lo que tenía que hacer. Su mentira favorita y la más utilizada era la de su salida con su novia, al decir esto tenía dos puntos a favor, el primero era que las chicas ya tenían claro que él no estaba de casería con ellas y lo segundo era que funcionaba como estrategia para alejar esos seres de labiales vulgares, pestañas de dimensiones estrafalarias y escotes como quien tiene unas defensas de un jeep en lugar de senos.
Caminando por los muy recorridos pasillos de la universidad, aún faltando dos días para culminar el cuatrimestre, pudo ver a un conserje con un periódico en las manos y leyéndolo. Tyrone pudo leer el título de la noticia de primera plana, aunque era alarmante no le sorprendió, decía lo siguiente:
"Según el Ministerio de educación, el 70% de los estudiantes abandonaban los estudios universitarios."
El conserje se percató que Tyrone estuvo leyendo el titular, volteó el periódico, leyó el encabezado y le dijo:
—Piénselo muy bien jovencito antes de hacerlo, la vida no está como para dejar ir las oportunidades y mucho más en perder la juventud en vano, estudie.
Tyrone agradeció el consejo y se marchó de allí.
Al leer eso podía caber la posibilidad de que Carmen estuviera incluida en ese 70% de los que desertaban de los estudios y preferían ganarse la vida de una forma distinta, no tener que depender de los estudios, no tener que aguantar a un maestro desagradable o quizás estuvo obligada por su madre a estudiar una carrera que simplemente no le gustaba y eligió huir de todo eso. También todo era posible a estas alturas, la sociedad se había vuelto algo muy deforme donde el mal era tomado por bueno lo bueno simplemente era considerado como falso o de poco interés.
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