21. ¿Qué tramas Calvin?
¡HOLA GIRLS! ¿A QUE NO SABEN? HOY HABRÁ TRIPLE ACTUALIZACIÓN!!!! 💕
Siii ¡leyeron bien! ¡3 capítulos!
Pueden agradecérselo a mfsantana98 por el acoso que me tenía en la Universidad ahahhah😂😂😂😂😂 disfrutenlo❤
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Actualización 1/3
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Se estremeció un poco y me levanté separándome de él como si hubiera acabado de despertar de un profundo sueño, limpié mis ojos apenas mirándolo y me voltee del otro lado murmurando algo parecido a “déjame dormir”, sonreí levemente cuando lo escuché decir entre dientes:
—No debí haber dicho nada.
No, no debiste.
Cuando por fin aterrizamos Calvin no hablaba y yo tampoco, mientras íbamos por nuestras maletas, a cada instante me enfurecía más porque me ignoraba, no me veía, ni me coqueteaba, como si fuera su prima fea y sin dientes.
— ¿Quieres que te lleve? —preguntó Calvin cuando caminábamos por el enorme aeropuerto.
¿Ahora si notas que existo demonio hermoso?
Yo le había dicho que no me hablara, yo le dije muchas veces que se alejara de mí, que no le daría otra oportunidad, pero al parecer él tenía razón, no debía hacerle caso a lo que mi boca dijera porque mis ojos estaban conectados a mi corazón y decían algo completamente diferente.
— ¿Vienen a buscarte? —pregunté intentando permanecer indiferente, pero él parecía incluso más distraído que yo.
—Ajá —dijo—, ¿quieres que te lleve?
Fruncí el ceño, ¿por qué me hablaba así?
Parecía que yo le fastidiaba, como si se sintiera obligado a andar conmigo.
—Tomaré un taxi —dije en su mismo tono odioso—, adiós.
Llegamos a la entrada y yo me desvié hacia la línea de taxis, sin embargo ninguno de ellos quería tomar esa ruta porque era muy lejos y ganaban más dinero con rutas cortas.
Joder.
—Claus —Calvin llegó a mi lado sin su equipaje, ¿Dónde había dejado sus maletas? —; Ven conmigo, te llevaré.
Me crucé de brazos y me negué a mirar sus hermosos ojos verdes.
—No, esperaré un taxi.
Calvin soltó una pequeña carcajada y lo miré de reojo justo cuando él alzaba una ceja.
Estaba actuando como niña inmadura, lo sé.
— ¿Estás molesta conmigo?
Sí, te has estado comportando como un imbécil.
Negué con la cabeza a su pregunta.
—No seas terca —dijo—, ven.
Quise volver a negarme, pero no parecía tener más opción, así que dejé que se llevara mis maletas con él, habían venido a buscarlo nada más y nada menos que un Ferrari, fruncí los labios evitando sonreír, muchos recuerdos me vinieron a la mente.
Lo observé ir hacia el puesto del piloto y se montó, bajó la ventanilla del copiloto y se asomó para mirarme.
—Sube, ¿Qué esperas?
Fruncí el ceño y le hice caso montándome en el asiento.
—¿Lo alquilaste o qué?
Observé como una de las comisuras de sus labios se alzó y arrancó el auto, me desconcerté un momento cuando tuve un deja vú, sin embargo ahora Calvin sin duda lucía mucho más sexy, guapo e intenso que antes.
—En realidad guardo este auto aquí en Barcelona —dijo—, tengo inversiones en una de las aerolíneas y puedo guardarlo aquí para cuando lo necesite, como ahora.
Ah, entonces él guardaba uno de sus autos aquí, así de millonario debía de ser.
— ¿Este es el mismo carro que tenías cuando...?
...Nos conocimos.
Pero no podía hablar, había perdido mi voz al recordar la sesión de besuqueos que tuvimos y las muchas ocasiones íntimas que compartimos.
—Sí —sonrió—, que bueno que lo recuerdes.
Como olvidarlo.
Calvin colocó la música a todo volumen, no me atreví a decir nada, hasta que finalmente cansada de ser ignorada le bajé volumen al estéreo y pregunté:
— ¿Cómo están los señores Craft?
Observé como aferró más fuerte el volante, hasta que sus nudillos se volvieron blancos, lucía ligeramente más serio, ¿por qué se había vuelto tan distante?
Maldición, era lo que querías Claus.
—Bien supongo, ellos se divorciaron hace unos cuatro años, no he vuelto a saber de ellos —se limitó a decir.
Al parecer él se desentendió de su familia.
— ¿No les has vuelto a hablar? ¿Ni siquiera con Habacuc?
Calvin mordió su labio inferior pareciendo incómodo.
—Lo siento, yo... no quiero hablar —dijo—, ¿podemos seguir el resto de viaje en silencio?
¿Uh?
Alcé las cejas completamente ofendida, y fruncí el ceño cuando le subió más volumen al estéreo ¿en serio me acababa de dar una cucharada de mi propia medicina?
Cerré la boca y no la volví a abrir hasta que tuve que darle las indicaciones para la casa de la mamá de Rachel.
—Gracias —murmuré cuando me ayudó a bajar mis maletas, Calvin ni siquiera me miró, yo solo veía su espalda mientras se inclinaba en el maletero.
—Cualquier cosa, estaré en el centro de la ciudad hospedado en el Hilton hasta el domingo —dijo—, no dudes en llamarme si necesitas algo.
Asentí con la cabeza y sin decir más, se montó en el auto y se fue, no entendía por qué me sentía tan molesta, vacía, como si una parte de mi le doliera que Calvin ya no tuviera interés en mí.
Era lo que querías, no seas estúpida.
Soltando un suspiro fui hacia la puerta de la casa de Susana, todo era de madera en medio de un sitio rural. Toqué la puerta y al ver que nadie atendía, la abrí, entré a paso lento metiendo mis maletas, era muy raro que Susana dejara la puerta sin seguro.
— ¿Señora Susana? —Grité— Soy Claus, ¿hay alguien?
Dejé las maletas en la sala y caminé hacia las habitaciones de arriba, no había nadie y todo parecía arreglado, abrí la puerta del baño y ahogué una exclamación a ver a la señora Susana tirada en el piso sobre su vomito.
No sabía qué estaba ocurriendo, nada encajaba en mi mente.
Mis manos nerviosas marcaron el número de emergencia en mi teléfono y comencé a caminar de un lado a otro sin saber qué hacer, llenándome de valor, me acerqué a la señora Susana y toqué su muñeca, tenía todavía pulso.
La tuvieron un largo rato hospitalizada haciéndole un limpiado estomacal, al parecer se había intentado suicidar tomándose muchas pastillas. Me rompía el corazón, no podía creer como una señora que siempre fue controlada en su carácter, alegre y llena de amor podía intentar acabar con su vida.
Cuando por fin la dieron de alta, la señora Susana no me hablaba, parecía avergonzada de su intento fallido, tampoco la quise presionar, en la noche le preparé una sopa y subí para intentar convencerla que comiera, pero ella no parecía ser capaz de ni siquiera mirarme.
— ¿Susana? —Susurré— estoy haciendo todo mi esfuerzo, pero debe también ayudarme, estoy aquí, contigo, no me iré a menos que me lo pidas...
La señora Susana comenzó a llorar, tan fuerte que parecía realmente destrozada.
—Déjame sola —murmuró volteándose del otro lado dándome la espalda.
Dejé la sopa en la mesa y salí de la habitación sintiendo un nudo en la garganta, creí que solo tendría que contratar una enfermera, no que me encontraría con esto, la señora Susana era como mi madre y que ella quisiera morir me hacía sentir terrible.
Llame a Rachel por Skype, pero no contestó, así que le escribí un mensaje diciéndole todo lo que había ocurrido y proponiéndole llevar a la señora Susana a vivir con nosotras en Gran Vigor, no quería dejarla sola con una desconocida y que volviera a intentar suicidarse.
De repente comenzó a entrar una llamada de “Desconocido”, dejé el teléfono en la mesa rodando los ojos y subí a la habitación donde dormiría para poder despejar mi mente leyendo algunos libros de la biblioteca.
Me levanté para ver a la señora Susana, pero seguía durmiendo, busqué mi teléfono observando las llamadas perdidas y rodé los ojos con ese raro número de “desconocido”. Subí nuevamente las escaleras para terminar de leer, pero me detuve al ver un mensaje de Rachel, ella había ignorado todo mi mensaje anterior y solo había escrito:
Rachel: Eres una perra.
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Recuerda votar o te dará diarrea💕❤
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