10. El Campamento. Parte I

Actualización (2/2)

★†★

Nos montamos en los autobuses, me hubiera gustado estar con Denver para poner mi plan «demostrarle a Calvin lo que se perdió» en marcha, pero los basquetbolistas se iban en un auto privado, debían guardarlos porque al parecer valían demasiado dinero, y nosotros nos fuimos con los niños, fue bueno porque así pude comenzar a relacionarme con ellos, tenía a mi cargo a ocho niños, pero uno en particular me llamaba mucho la atención, se llamaba Magín, miraba hacia la ventana abrazando un conejo un poco sucio y con un ojo colgante, él tenía un semblante completamente indescifrable, no debía tener más de ocho años, no hablaba ni interactuaba con los otros niños, su mirada era muy profunda, quería acercarme a él, para mi suerte, era su líder.

Pasamos casi cuatro horas en carretera, cuando por fin llegamos al pueblo de Tibur, mis oídos se habían tapado por la altura a la que subíamos, los niños se habían quedado dormidos después de hacerme demasiadas preguntas, pero no me molestaba, creo que en parte porque yo era huérfana también, aunque tenía un abuelo (el papá de mi mamá) pero él siempre se desentendió de nosotros.

Llegamos al sitio que parecía completamente un sueño, las cabañas eran hechas de madera, y el suelo completamente de tierra, alrededor podía ver los árboles envolvernos, me encantaban los campamentos, estar a la intemperie era relajante.

Nos acomodamos en la cabaña Blue, así nos llamábamos “El equipo Blue”, a pesar de haber salido temprano, llegamos más tarde de lo previsto y estábamos completamente agotados, así que después de cenar nos dirigimos a la cabaña para dormir, en la mañana nos tendríamos que levantar temprano.

Cuando dieron las 8 de la mañana tocaron la trompeta, casi me caí de la cama, ayudé a los niños a vestirse, sin embargo Magín no dejó que lo tocara, no me hablaba, no me veía, parecía odiarme.

—Él es así con todos —dijo Andrea, una de las niñas a mi cargo, era pelirroja y pecosa—, no le gusta relacionarse con nadie.

Miré a Magín sentado en su cama amarrando sus agujetas y apreté los labios, cuando quise acercarme, los instructores pasaron diciendo que era hora de salir a desayunar, les dije a los niños que se adelantaran y me acerqué a Magín cuando él estaba por levantarse.

—Oye Magín —dije saliendo de la cabaña con él—, ¿dormiste bien?

Sus ojos miel fueron hacia mí antes de encogerse de hombros.

Al menos había obtenido una reacción de su parte.

Fui al comedor con mi equipo Blue y curiosamente Magín se sentó a mi lado, intenté actuar como si no me sintiera alegre, pero estaba que me montaba en la mesa celebrando mi victoria. El niño al parecer no me odiaba.

La primera actividad del campamento fue ir a la cancha abierta de basquetbol, todo el equipo de Los Vigor estaban ahí pareciendo preparados para jugar, busqué a Denver con la mirada él parecía un poco fastidiado pero cuando me observó pareció cambiar su semblante a uno más alegre, inevitablemente mis ojos fueron hacia Calvin y él me guiñó un ojo, decidí sonreírle amablemente como si ese simple gesto no me hubiera dado una extraña sensación en el vientre.

Joder, creo que estaba necesitada de sexo.

Todos los niños fueron a jugar basquetbol con el equipo de Los Vigor, me junté con los otros líderes y bromee un momento con ellos, pero luego solo me enfoqué en mi equipo Blue, ellos jugaban con Calvin y Magín estaba sonriendo mientras Calvin le enseñaba a hacer un extraño pase con los pies.

Lo admitía, ver a Calvin jugar era sexy, pero que le enseñara al niño por el que tenía más afinidad me derretía el corazón.

—Maxi está tan bueno —dijo Jazmín—, no me molestaría si me secuestra una noche en el bosque.

Voltee casi sintiendo que me daban un jalón de oreja y observé a Lali (la otra líder) decir también otras obscenidades, luego la otra chica llamada Estefani dijo algo que me dejó completamente desubicada:

—Ayer cuando íbamos a pedir la cena él estaba pasando cerca y aproveché de pedirle una foto, le di un beso en la mejilla de agradecimiento, pero accidentalmente volteó y nos rozamos los labios.

Un momento.

¡¿Qué?!

Todas soltaron un ridículo grito de emoción.

—¿Y qué dijo? —dijo Lali.

—Nada, solo le pedí perdón y él dijo que lo olvidara y se fue —dijo Estefani— ¡Pero como olvidar que besé a Maxi!

Sentí la sangre subir a mi rostro y una irracional molestia invadirme, Estefani era rubia y muy delgada, no era hermosa, pero tampoco era fea, imaginarme a Calvin con ella me hizo morderme los labios de molestia en un inútil intento de calmarme, pero no entendía por qué me sentía así.

—¿Claus? ¿Estás bien? —Dijo Roger, era el líder de piel bronceada y cabello de afro—, luces muy colorada.

Me imaginaba que estaba como un tomate, odiaba sentirme molesta cuando no debía estarlo, mucho menos por celos.

Pero lo estaba.

—Uhm, sí solo... —murmuré, pero un golpe en la cabeza me interrumpió antes de poder inventar algo, solté una grosería y miré el balón que había caído en mis piernas al momento que llevé una mano a mi cabeza donde pulsaba de dolor.

Eso no lo vi venir.

—¡Lo siento! —Gritó Calvin desde la cancha—, ¿Estás bien, Claus?

Solté un bufido tan parecido al de un dragón enojado que hubiera jurado que me salió fuego por la nariz, alguno de los niños estaban riéndose y observándome, así que debía tragarme las vulgaridades.

Tomé la pelota en mis manos e intenté actuar como si no quisiera golpearlo ahora mismo.

—Sí, perfecta —grité en respuesta forzando una sonrisa y alcé la pelota—, ¿La atrapas?

Calvin abrió los brazos mostrándome las palmas preparándose para atraparla, fruncí el ceño y miré algo más allá de él como si fuera una rareza acercándose, Calvin volteó su cabeza hacia atrás donde yo miraba pareciendo confuso y con la coordinación que creí había perdido, la lancé con fuerza.

Mi objetivo evidentemente no era sus manos, sino su cabeza.

Y le atiné.

La pelota revotó contra su cabeza justo cuando volvió a voltear hacia mí y casi me retorcí de felicidad, aguanté la carcajada que quería salir de mis labios, y corrí hacia él para fingir inocencia, los niños estaban riéndose pero luego se distrajeron cuando comenzaron a jugar con la pelota.

Cuando llegué me detuve frente a Calvin y toqué su brazo intentando parecer arrepentida.

—¡Oh! —Expresé—, ¿Te duele?

—No, solo rebotó —dijo acomodando su cabello y dedicándome una ligera sonrisa—, ¿en serio te preocupas tanto por mí?

Fijé mi mirada en sus ojos verdes dando un paso hacia él y acomodando un poco su cabello que se movía con la fuerte brisa.

—No, en realidad quería que te doliera —dije mostrándole una sonrisa petulante e hice el ápice de regresar a mi puesto, sin embargo los niños querían enseñarme sus nuevos trucos y evitaron que me volviera a sentar.

Magín fue el que me dejó más impresionada, manipulaba el balón como si hubiera jugado antes, su concentración era muy fija y por primera vez vi el asomo de una sonrisa en su rostro. Calvin lo ayudó en otros pases y luego comenzó a hacerle cosquillas, Magín parecía amarlo, incluso lo vi sonreír ampliamente.

Cosa que ese niño no había hecho conmigo ni con nadie.

Joder, debía de admitirlo, al parecer Calvin había cambiado para mejor, ya no era todo un arrogante o al menos eso parecía.

Podía morir de amor.

—¿Uh? —dijo Calvin bajando a Magín y dejando que él siguiera jugando con el balón con el resto de los niños. Lo observé sin comprender y Calvin agregó: — Dijiste que podías morir de amor.

Mierda, ¿lo había dicho en voz alta?

Cambié el peso de un pie al otro y me encogí de hombros intentando parecer indiferente.

—Me refería a Magín, creo que ha pasado por muchas cosas y por eso no habla mucho —me crucé de brazos, Calvin dio un paso hacia mí con una ligera sonrisa de esas que causaban infartos donde sus ojos permanecían fijos en los míos y los hoyuelos se le marcaban en las mejillas.

Concéntrate Claus, lo odias.

—Es un niño muy fuerte, también es mi favorito —dijo—, podríamos adoptarlo cuando nos casemos.

—Qué chistoso —dije colocando los ojos en blanco, estuve tentada a irme, sin embargo Calvin me sostuvo la muñeca y cuando lo miré al rostro, observé la determinación en sus ojos.

—No era un chiste —dijo—, hablo muy enserio cuando digo que me gustaría casarme contigo.

Pestañé un par de veces sintiendo que iba a desmayarme, Calvin observaba mi reacción pareciendo convencido, como si lo hubiera dicho con sinceridad, pero recordaba todas esas veces en las que me engañó diciendo que me amaba.

Eran marcas permanentes en mi vida que jamás podría borrar.

Son mentiras.

—¿Cómo creer algo de lo que dices? —Dije— ¿Cómo puedo creer que algo de lo que me dijiste alguna vez fue real?

Él mordió su labio inferior, sus ojos pareciendo querer entrar en mi mente cuando dijo:

—Porque en lo único que te mentí, fue en decirte que el amor no existía, cuando tú eras el significado de esa palabra para mí.

Aguanté la respiración y tuve que tragar pesadamente sintiendo mis mejillas sonrojarse, mis ojos comenzaron a cosquillear, joder, no quería llorar.

No iba a llorar.

Todos los momentos que pasé junto a él desfilaron por mi cabeza hasta que descubrí la foto mía desnuda enviada a Louis, jamás podría volver a confiar en él.

No cometerás el mismo error Claus.

—Lástima que ya sea tarde —dije.

Como si algo celestial corroborara mis palabras, Denver se acercó a nosotros y con una mano envolvió mi cintura atrayéndome a su cuerpo.

—Hola preciosa —dijo Denver, antes de que lograra responderle, pegó sus labios a los míos en un ligero y corto beso que me dejó un poco desestabilizada, mis mejillas se sonrojaron y por inercia sonreí.

—Hola guapo —dije con la mayor intención del mundo. 

Cuando miré a Calvin, él se había quedado pasmado en su sitio, sus ojos pareciendo ligeramente cristalizados observando con horror la escena frente a él.

Todo cambió Calvin.

De repente pareció reaccionar y dando media vuelta caminó hacia los niños para jugar con ellos, pero sus manos empuñadas demostraban probablemente sus reales sentimientos de ira.

Lo había logrado. Le había dolido.

Relamí mis labios y miré a Denver dándole un ligero abrazo, mi venganza estaba saliendo bien, pero extrañamente, me sentía como una mierda.

.
.
.
.
.
.
★†★
♪♪♪Yo no mañana, yo no mañana... Si estaremos juntos, si se acaba el mundo, yo no si soy para ti, si serás para , si debemos amarnos u orinarnos...♪♪♪♪ Perdón, odiarnos, ¡odiarnos!
😂😂😂😂😂 ¿Qué les va pareciendo la historia? ¿odian a Claus? ¿odian a Calvin? ¿aman a Denver? Recuerden que la escritora es loca y hace giros inesperados :v

Recuerda votar♥ ¿shi?
Instagram: Ysarisareinamoo
Twitter: Ysarisareinamo
Links de grupos en mi perfil
Los amo con mi hígado bebecitas, brrrrr real hasta la muelte' ¿oite' bebé'?♥

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top