3. Nerviosismo.

Ban ya quería salir de la Universidad, de hecho, en cuanto el timbre de salida sonó corrió hacia el bar sin importarle el hecho de que le tocaba turno en la taberna en media hora. El no debía perderse las hermosas canciones de la hermosa chica, también quería saber su nombre ya que la última ves que se vieron no se lo pregunto.

Al llegar al bar algo sudado de tanto correr, escuchó la voz de la joven presentarse.

-¡Hola a todos! ¿Cómo están? -la gente gritaba "muy bien, queremos escuchar tu voz"- Que alegría ¿Me extrañaron? -"¡Mucho!" gritaron- ¡bien! Hoy les traigo Lily!

La canción se trataba de una niña que fue hechizada por un monstruo o algo así, total, ban sólo prestaba atención al hermoso rostro y voz de la mujer. Esas facciones tan delicadas que hacía, esa piel tan sedosa que le hacia querer protegerla como si fuera lo más valioso, y esa voz perteneciente del Angel mas hermoso: hacían que su corazón latiera.

-No puede ser, nisiquiera la conozco... ¿Porqué porque me Estoy sintiendo asi?...-Lo pensó un poco poniéndose la mano en el pecho mientras la veía cantar- se supone que después de la partida de ella, ya no pensaría en nadie....

Ban se quedó allí un largo tiempo sin importarle los muchos mensajes que sus amigos dejaban para saber donde estaba y porque falto al trabajo. Cuando su momento musical acabo, ella decidió irse.
Ban le iba a seguir para hablar pero un guardia le alejó y mientras peleaban ella pidió un taxi y se fue; algo desilusionado el emprendió su ida a la taberna.

Al llegar se alistó para salvar la taberna en el lado de la comida.

La taberna hoy estaba muy llena, demasiado. Pero cuando las horas de poca gente llegaron, la hermosa cantante del bar y su "hermana" llegaron, eso sorprendió a ban ¿No venía los miércoles? 

-¡Buenas tardes!~ ¿Qué te puedo servir? -Diane, una de sus amigas y meseras llegó a atenderla. Era el o hoy la hermosa cantante Lucía radiante?

-¿Qué te gustaría comer, kilia? -Pregunto ella moviendo sus dulces labios.

-¡Pollito!

-entonces pollo será -sonrió algo fingida pero se veía hermosa.

-¡Ah! ¡ban, la comida se quema! -reclamo meliodas y en cuanto ban salió de su transe decidió salvar la comida.- andas idiota, estúpido zorro.

- Si si capitán -le ignoró pero decidió hablar- ¿crees que podrías darme días libres?

-Pollo gratinado a la mesa 10 -avisó diane y se retiró. Ban se puso en marcha.

- ¿Y dejar que sólo compren licor? Perderíamos clientes y de eso ni hablar -Dijo sirviendo licor a los de la barra. Meliodas podía ser tonto y divertido, pero nunca dejaba mal a su negocio ya que de eso vivían.

-Vamos, hazme ese favor capitán. La temporada de exámenes esta cerca y debo estudiar.

-Es verdad, aún no terminas tu carrera. -meliodas se lo pensó un poco- tu examen es el 24 ¿no? Tienes 1 semana libre antes del 24.

-¿sólo una? Eres un tacaño capitán -burló revolviendo el cabello del más bajo.

Una ves el pollo de la peliblanca y la niña estuvo listo, diane lo llevo y justo el turno de ban acabo. Podía ir con ella pero, no quería interrumpir su comida....
Las horas pasaron y ahora ban estaba en su casa.

Después de hacer sus deberes quiso ir a comer algo pero no había nada en su nevera. Fruncio el Seño cerrando con fuerza está.

-Tks, siempre igual Zhivago... -reviso el dinero de su cartera, estaba intacta y eso era un milagro, ya que con la persona que vivia....ah...- ahora tendré que salir a comprar.

Y así lo hizo, se alistó para salir con su típica chaqueta roja en aquella fría noche. Caminaba por la calle y en cuanto llego al centro comercial se fue a buscar cereales; estaba comparando estos cuando se dio cuenta de alguien estaba a su lado, una mujer que choco con el.

-oye, más cuidado -dijo algo molesto.

-Ah s-si, lo siento... -Dijo la mujer con una chaqueta con capucha, la cual no dejaba saber Quien era y parecía algo nerviosa. Miraba a todos lado.

Ban no sabía quién era hasta que noto su voz... y ese cuerpo.... sería ¿la cantante del bar?

-Corre corre corre corazón

-De los dos tu siempre fuiste más veloz.... -dijo la chica involuntariamente nerviosa mirando a otro lado, como buscando algo. Hasta que noto lo que dijo- ¡!... ¿tu? -Pregunto la joven volteandose y viendo a ban- ¿Q-Que... haces aquí?....

-Comprando y me imagino que tu igual, pero ¿porque te comportas tan-....

-Si un chico peliblanco te pregunta por una tal Jericho, dile que no la conoces, sin importar que. Por favor -rogó la peliblanca, ¿que estaría tramando?

-Pero-....

-Por favor no le digas nada -rogó muy alterada, ella temblaba un poco y sus ojos se cristalizaban.- Por favor.... te lo pido...

-... Esta bien... -entonces escucharon la vos de un hombre y al asomarse la joven enseguida se asustó.

-Aquí viene, Por favor no dejes que me ves ¡te lo pido! -susurro escondiéndose en una esquina. Ban asintió.

Un hombre peliblanco, alto y de grandes músculos se acercó a él; no tenía buena pinta. Se veía que era rico y miraba a todos por encima del hombro.

-Oye, ¿Conoces a una chica llamada Jericho? Es una mujer que mide como 1.60 y parece ser de unos 26 o 28 años, tiene el cabello blanco ¿la has visto? -Hablo en tono autoritario diciendo todas las características de la cantante del bar! ¿¡Era ella, se llamaba Jericho!?

Ban con todo el respeto del mundo respondió.
-No la he visto por aquí, lo siento.

-¿Estás seguro? Hueles un poco a mujer -dijo desconfiado aquel hombre, y Es que tenía razón, olía a esencias de mujer por culpa de la hermosa mujer que escondía y eso le ponía nervioso, pero debía disimular- ¿acoso me escondes algo?

-Claro que no señor, sólo estuve con mi novia hace poco, es todo. ¿pude dejar de portarse tan extraño conmigo? -ban sostenia algo en su pantalón, una navaja escondida en su espalda. Si había pelea se defendería, ya que el otro hombre empezó a sostener el arma que llevaba en su cinturón.

Las preguntas empezaron.
Todo está situación ponía nerviosa a la joven peliblanca que se escondía tras el otro estante.

-Perdone mi molestia, gracias por su colaboración.

-Cuando quiera -respondió ban viendo como el se alejaba pero iba hacia ¡Detrás de el estante!

La peliblanca se movió con agilidad antes de ser vista y se metió en una caja vacía, el hombre sólo la miro y estaba dispuesta abrirla de no ser por...

-¡Fuego!

Grito ban poniendo la llama de un encendedor en el control de incendios sabiendo donde estaba la peliblanca y tratando de cubrirla, todos salieron corriendo incluido el chico peliblanco.
Ban apago el encendedor y corrió a través de los pasillos buscando la caja donde estaba la chica, apesar de que no se tardó,  cuando el abrió la caja sólo estaba una nota Que decía:

"Gracias por cubrirme"

Sonrojado se disponía a irse de no ser por los trabajadores del lugar que le miraban molestos.

-Estas en grandes problemas chico -dijo el jefe de la tienda.

Ban fue ragañando y sancionado, no pudo comparar nada. Asique, con el estómago vacío se disponía a ir a casa cuando se encontró por la calle a.....

-Gracias por ayudarme y perdón, por mi culpa ya no podrás volver allí... espero que esto lo pueda compensar -Dijo la chica comprable con una sonrisa nerviosa, hizo una reverencia y le extendió una bolsa de plástico.

Allí había comida como para 3 días, no era mucho pero conmovió el corazón de ban.

Quien nervioso por lo que iba a hacer acarició la muñeca de la chica.
-y si mejor.... ¿Cenas conmigo?...

Ban estaba nervioso y miro a la joven que sonrojada le miraba con sorpresa. Ella puso una pequeña sonrisa, sus corazones se aceleraron.

-¿Puede.... ser por aquí cerca?....

-¡Claro! Si tu quieres -ban deseaba que dijera que si para hablarle.

-... Ok -rió un poco y sacó una lasaña de la bolsa, sólo faltaba calentarla- sólo unos minutos ¿Si? ¿Cómo te llamas?

-Ban ¿y tu? ¿Te llamas Jericho?

-exacto -rió.

Ambos se sentaron en una mesa del parque usando las luces de la calle como lámparas, comieron entre algunas risas partiendo la lasaña a la mitad apesar de que ella insistió en no comer.
Los minutos pasaron y la peliblanca de nombre Jericho informó de debía irse.

-¿tan pronto? ¿Porqué te vas?

-Debo irme, pero podemos vernos otros días -sonrió. Ban se levantó.

-Ok pero... ¿Porqué te escondías de ese tipo? -Pregunto curioso a lo que ella respondió con una mueca nerviosa.

-ha.... por nada... me tengo que ir, nos vemos. -empezó a caminar pero ban le siguió.

-ehh ¿Te acompaño a casa?

-No, pero gracias... adiós -dijo y nerviosa camino a pasó rápido.

Ban no le siguió, sólo pensaba en si aquella joven de nombre Jericho estaría bien... en El tiempo que estuvo con ella sólo aparecieron dudas de ¿Porqué ese chico le buscaba? ¿Y porque ella Lucía tan rota...?

-Quiero ayudarle.

Continuará

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