Prologo
Prologo
— ¡Melanie! —Grito su madre del otro lado de la puerta, haciendo que la joven suelte un gruñido de fastidio — Cariño, ya vístete, tu vuelo saldrá en una hora y media. —exclamo con su voz que exasperaba a cualquiera por las mañanas.
La joven refunfuño, observo con la visión borrosa su despertador, cinco y media… ¿Cinco y media? Froto sus ojos para ver más claro, si, estaba en lo correcto, cinco y media de la madrugada, despertarse a esa hora debería ser ilegal.
Con mucha pereza salió de la cama, sus pies tocaron la fría madera.
—Melanie! —Grito su madre nuevamente, la chica rodo los ojos— ¿Ya despertaste?
—¡¡Sí!! —respingo Melanie bastante fastidiada, esto de despertarse de madrugada definitivamente no era lo suyo—.
Y todo por ese estúpido viaje, al que ella no quería ir. ¿Porque Dios había sido tan cruel con ella? ¿Qué había hecho? Bueno tal vez se había burlado de una que otra chica, y en octavo había saboteado la votación para quedar ella como la reina de bienvenida y así poder lucir su fabuloso vestido, ¿pero eso era excusa para ser tan cruel y mandarla en medio de la nada? Por supuesto que no.
Se dirigió al baño, a su rutina y preparación habitual, lavarse la cara, cepillarse el pelo, los dientes y maquillarse. Se vistió, unos jeans oscuros ajustados, una camisa y chaqueta, y sus infaltables tacones.
—Por el amor de Dios, ¿Melanie porque tardas tanto? —Exclamo Daria, su madre volviendo a golpear fuertemente la puerta—.
Melanie rodo los ojos y se giró el pomo de su puerta lentamente, para encontrarse, como era obvio a una Daria muy enojada.
—Buscaba algo con que ahorcarme, en este momento sería lo mejor que me podría pasar —ironizo la joven—.
—Sabes que hacemos esto porque… —empezó a decir su madre con algo de tristeza.
—Te amamos, si, si —interrumpió Melanie soltado un bufido— Hubiera sido mejor un internado.
—Tu padre está esperando en el auto para acompañarte al aeropuerto —comento Daria ignorando el comentario de su hija.
Melanie bufo y miro sus tres llenas y sobrecargadas maletas, se dirigió a una la alzo y luego la volvió a dejar en el suelo, causando un fuerte estrepito.
— ¡Están pesadas! —Gimió con una mueca—.
Daria alzo las cejas, incrédula— ¿Sabes que iras por un mes, solo un mes, y no por tres años, verdad? —pregunto.
— ¿Qué? —Dijo inocente al ver la expresión de su madre — Necesitare todo esto para sobrevivir, quiero decir, ¿quieres que muera?
Su madre se dirigió a una maleta, abrió el cierre y miro el contenido.
—Melanie —dijo suspirando, como si su hija no tuviera más remedio— ¿Enserio necesitaras tantos tacones? —comento rodando los ojos.
Melanie llevo una mano a su corazón, como si realmente la hubieran ofendido.
—Por supuesto, es una parte de mí. Como tú y ese libro Fifty Shades of Grey [1]
—Ese es nuestro secreto…
Una bocina sonó desde afuera de la mansión.
—Tu padre, es su señal de que no quiere esperar más, corre, se hace tarde, el avión no te esperara, diviértete y no discutas con tu abuela, trata de usar lo menos posible tu celular, sabes que tecnología y la abuela no van juntas. Y te amo, pasaba de la onda. —trato de bromar su madre abrazándola fuertemente.
Melanie oculto su risa — ¿De la onda? ¿Enserio? Mamá no hables como si quisieras pertenecer a este siglo, eso no es nada “Cool”.
Al entrar al auto, el pánico de Melanie creció en su vientre, esto enserio estaba pasando, un mes lejos de Nueva York, ¿qué sería de ella? ¿Habrá centros comerciales? ¿Zapaterías? Tiene que haber zapaterías… ¿pero y si no? Ayer trato de convencer a sus padres de no ir con todo tipo de escusas. “Tal vez me contagien de alguna enfermedad” le había dicho a su madre. “Melanie, no seas tonta” le había respondido Daria. “Oh… oh tal vez una serpiente me muerda ¿Qué sucedería?” Al final Daria le había mandado a su habitación.
—Papá… —empezó a decir Melanie con miedo— si en verdad me amas como tú siempre dices, no dejarías que me vaya…
—Melanie —interrumpió su padre, con brusquedad— Lo hablamos ayer…—suspiro cansado— esto es por tu bien. —comentó cortante.
— ¿Por mi bien? Ambos sabemos que esto no es por mi bien, esto es un castigo, por gastarme todo el dinero de mi tarjeta de crédito, y te lo prometí ayer, no volverá a pasar… además no entiendo porque, si muchas veces lo he hecho y jamás son tan precipitados.
—Exactamente, es para que ya no se vuelva a repetir.
— Es simplemente ridículo —gimió Melanie mirando hacia la ventana. Su padre levanto la vista y la observo desde el espejo retrovisor.
—Cariño, tómalo como una enseñanza, tal vez esto te enseñe lo que en realidad es la vida, y que no es solo ir de tienda en tienda gastando todo el dinero de tu tercera tarjeta de crédito…
—Segunda —Corrigió Melanie—.
—Es lo mismo… ¿en dónde estaba? —dijo pensativo.
—Decías, que me amabas y que jamás me llevarías a Tennessee y que ahora nos dirigíamos por un helado de chocolate —ironizo la joven frunciendo el ceño.
—Melanie…—dijo su padre amenazándola —.
La joven se encogió de hombros.
—Al menos lo intente.
En el aeropuerto ya no había más esperanzas de que su padre cambiara de opinión, solo falsas ilusiones. Podría escapar, ¿fingir estar enferma? ¿Dolor de estómago? ¿Tos falsa? No, muy usadas. Tal vez un desmayo.
—Te extrañare —dijo su padre mientras la abrazaba—.
Melanie soltó una pequeña y falsa carcajada sin un rastro de humor.
—Lo dudo… —hizo una mueca, mientras negaba la cabeza hacia su padre— Mira lo que estás haciendo, dejar a tu pobre e indefensa niña a Tennessee solo para desacerté de ella por un mes. —dijo fingiendo dolor.
—No seas dramática, todo estará bien, te divertirás con la abuela. —dijo envolviéndola en sus brazos. Melanie rodo los ojos y se apartó —Y quiero que sepas… que pase lo que pase. Te amo ¿entiendes?
La joven frunció el ceño y asintió sin saber muy bien de lo que su padre hablaba. Cinco minutos para los pasajeros del vuelo 745 aviso una voz de mujer desde los parlantes.
Melanie quería llorar, ¡no! esto está pasando, la pesadilla empieza ahora. Su padre le dio una suave sacudida en el hombre y beso su frente —Que tengas un buen viaje , ya verás que el mes pasara tan rápido que cuando termine ni siquiera te darás cuenta.
Pero Melanie sabia que este mes pasaría más lento de lo que se imaginaba.
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[1] Cincuenta Sombras de Grey, novela erótica de 2011 de la autora británica E. L. James
Aclaración: Esta historia y/u novela es un Fanfiction* de Hannah Montana. *Fanfiction: hace referencia a relatos de ficción escritos por fans de una película, novela, programa de televisión, videojuego, anime o cualquier otra obra literaria o dramática. Por eso el parecido al ambiente, y los caracteres de los personajes. Pero no es del todo igual a la película, y eso lo podrán leer a medida que transcurra la historia.
Esto está en edición, por lo cual, tendrá varias faltas.
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