Epilogo.

Epilogo.

—¡¡Melanie!! —Exclamó una voz detrás de la castaña — ¡Melanie! —Melanie se dio la vuelta, alzando las cejas hacia la chica de cabellos cobrizos que extendía  sus brazos y corría rápidamente en su encuentro.

—Alice —Saludó la castaña, peinando su cabello hacia atrás.

— ¿Cómo que “Alice”?  —Chilló la rubia, cruzándose de brazos —No te he visto en siglos,  y tú me dices “Alice” —Imitó la dulce voz de Melanie y arrugó la frente — ¿En serio? ¿No me extrañaste ni un poquito?

—Alice —Repitió la castaña, frunciendo el ceño —Te he visto ayer ¿Recuerdas?

Alice apretó los labios, mirando un punto más allá del hombro de Melanie.

—Sí, pero, la cuestión es que, es nuestro primer día de nuestro último año. ¿Sabes lo que significa? 

— ¿Comida gratis? —Interrumpió Matt, apareciendo, y envolviendo un brazo alrededor de Alice, haciendo que esta respingue e intente apartarse.

—No —Refunfuño la chica de cabellos rubios cobrizos negando con la cabeza –  Significa que somos casi los que mandan ¿Entiendes? Todos los de primero están a nuestros pies.

—Aja. —Matt canturreó rodando los ojos.

—Además… —Continuó diciendo Alice, con una sonrisa brillante en sus labios —Los chicos lindos nos amaran ¿A que si? Vas a ver que formaran una fila solo para llevar mis libros.

—Ja —Ironizó el británico mirando a su alrededor — ¿Cuáles chicos?  ¿No hablaras de las moscas?

—Muy gracioso, Anderson, muy gracioso. —Gruño Alice empujándolo, haciendo que trastabille  un poco hacia atrás.

—Demonios —Maldijo el chico, cuando su trasero toco el suelo del pasillo. Unas chicas que pasaban justo en ese momento –y que obviamente habían visto la escena- comenzaron a reír,  haciendo que Matt suelte un respingó fulminando a Alice con su ardiente mirada.

— ¡Ja! —Exclamó la chica, quitando la lengua — ¿Ahora quién es la mosca? —Se burló sin ayudar a su amigo, que seguía en el suelo.

—Eso ni siquiera tiene sentido —Gruñó Matt levantándose, con el entrecejo fruncido.

Alice se encogió de hombros, mientras observaba a Melanie, que seguía cernida en sus pensamientos.

—Oye  ¿Melanie? ¿En qué cosas sucias piensas? —Canturreó Matt, burlonamente haciendo que Melanie se sobresaltara y frunciera el ceño.

 — ¿Qué cosas dices? —Refunfuño la castaña, indignada —Yo… yo no pensaba en nada.

—Oh, seguro pensaba en James —Exclamó Alice, con un gesto divertido —Sexy vaquero. ¿Cómo es posible que haya personas así de calientes?

 —Oigan —Matt levantó las manos —estoy aquí. Y soy muy caliente.

—Quiero decir, ese chico debería ser ilegal. —Seguía diciendo Alice ignorando al británico monumentalmente — Según por lo que vi en las fotos, ¿Por qué no existen personas así de comestibles  en esta jodida escuela?

—Er… Alice, estás hablando de mi novio. —Melanie profundizo su ceño, pero aun así, sonrió.

—Soy completamente consiente —Aceptó diciendo la chica, se quedaron en silencio por unos segundos,  hasta que las dos amigas estallaron en risas, mientras Matt rodaba los ojos, exasperado.

—Yo también soy sexy —refunfuño Matt, cruzando sus brazos.

—Y bastante modesto —Replicó Alice, parpadeando hacia su amigo.

—Sí, lo sé. Aun no sé qué tiene ese chico.  Sigo pensando que todo está en el acento.

—Mmm —Alice negó con la cabeza —Definitivamente  lo que tienes de ardiente lo tienes de idiota.

—Bueno al menos admites que soy ardiente —Matt sonrió, mordiéndose el  labio, mientras observaba como las mejillas de Alice se teñían de un suave rojo.

—Oigan, ¿Qué esa no es April? —Preguntó Melanie, observando fijamente a la chica que estaba a unos metros de distancia coqueteando descaradamente con un muchacho.

—Ugh, la gata  ya quito sus garras —Murmuró  Alice arrugando la nariz. Justo en ese momento la gran campana retumbo en todo el pasillo.

—Bueno, preciosas, este bombón  se tiene que ir. —Se despidió Matt con un guiño hacia las chicas. Alice rodo los ojos, tomando del codo a la castaña y arrastrándola por los pasillos. Por un momento Melanie miró de reojo a April, que hacia un puchero y aleteaba sus  pestañas todavía junto al muchacho. Melanie entorno los ojos, el chico había llamado su atención, pero solo por un momento, ya que al siguiente segundo Alice ya había doblado obligándola a avanzar  junto con ella.

—Muy bien, definitivamente la comida no es gratis, y sigue siendo la misma mierda de siempre —Gruñó Matt deslizándose junto a Melanie en la cafetería.

—Creo que esto no es carne —Susurro Alice cuando llego a la mesa, mirando fijamente su hamburguesa —Ugh ¿A esto se le llama lechuga? Luce como vomito. —Alice viro los ojos, hacia su amiga que miraba más allá — ¿Melanie?   —Soltó un suspiro cuando se dio cuenta que la castaña no le prestaba ni la menor atención. —Oh, mira ¿Aquel no es James?

Melanie parpadeó, su concentración se sumó completamente en su amiga justo enfrente de ella.

— ¿Qué? —Farfulló, confusa.

— ¿En dónde te has metido? —Replico la rubia, enarcando una ceja.

— ¿A qué te refieres? —Dijo Melanie, riendo nerviosa —Estoy justo aquí.

—No, quiero decir, ¿En dónde estás tú? —Al notar que su amiga no comprendía soltó un suspiro —Tu mente esta en otra parte, no escuchas, pareces como media embobada.

—Lo siento —Dijo Melanie, bajando la mirada —Es verdad, estoy distraída,  —Aceptó — Es sólo por esto de los exámenes, serán más difíciles…

—Oh, sí claro, como si yo te creyera eso —Alice rodo los ojos — ¿Sabes con quien estás hablando? Tu mejor amiga. La que conoce todo de ti. Incluso el color de ropa interior que estas usando en este momento.

—Uh, ¿En serio?  —Interrumpió Matt, alegre — ¿Puedes decírmelo?

—Anderson. Cierra la boca. —Gruñó Alice golpeándolo por debajo de la mesa.

—Estoy bien, de verdad —Dijo Melanie —Levantarme temprano no es lo mío. Tú lo sabes.

Alice la observo, muy poco convencida, al final solo se encogió de hombros.

Melanie suspiró aliviada, al escuchar el retumbo de la campana. La escuela había terminado, al menos por hoy. Nunca estuvo tan agradecida de volver a su  casa. Pensó que el primer día de clases iba a ser menos cargado, pero como todos los años, siempre terminaba llevando un kilo de tareas. ¡Y eso sólo era el principio! Su cabeza ya empezaba a retumbarle, y cuando se levantó del asiento, su trasero ya estaba dolorido.

Maldición, pensó, ¿Por qué las sillas tenían que ser tan duras?

Cogió su bolso, casi desesperada por salir de allí, y dormir toda la tarde hasta que llegara la noche y pudiera llamar a James. Sonrió sólo al recordarlo, ¿Y que más podía hacer? El amor hacia idiota  y despistada a las personas, ella siempre había pensado eso, claro, hasta que conoció a James, y descubrió que… si, básicamente el amor te hacia tonto y despistado, pero cuando lo tienes es difícil escapar. Además,  ese sentimiento extraño en el estómago todavía no había desaparecido cuando escuchaba la voz de James, y siendo sincera con ella misma, dudaba que algún día desapareciera.

Siguió fantaseando despierta, mientras caminaba a grandes zancadas por los pasillos. Entonces, un mensaje vibro en su bolsillo. Sonrió al ver que era Alice.

“La escuela es lo peor. ¿Vienes hoy? Trae helado, y veamos como Taylor Lautner se quita la camiseta en Crepúsculo. Jamás me cansare  de eso x”

Soltó una risita, mientras distraídamente tecleaba en su teléfono, sin darse cuenta en un segundo tropezó, al siguiente se encontraba en el suelo, y el celular a unos pocos metros alejados.

—Estúpidos tacones — ¿Por qué seguía usando esas armas mortales? Uno de estos días se rompería el cuello.

—Creo…  que esto te pertenece. —Dijo una voz masculina, haciéndola sobresaltar.

 Melanie, que aun seguía en el suelo, levanto la mirada, observando los Converse, siguió levantando la mirada encontrándose con unos jeans negros, hasta que sus ojos se cruzaron con el chico, que la miraba divertido. Una sonrisa se dibujó en sus labios.  Y sus ojos claros brillaban como dos esferas azules.

Melanie trago saliva, mientras sentía como su corazón bombea fuertemente, y sus mejillas ardían de vergüenza.

—Me pasa casi siempre —Murmuró ella, entorno los ojos cuando el chico extendió una mano para ayudarla. Melanie tímidamente la acepto, una sensación extraña se colocó en su estómago al tocar los dedos del joven.

—Lo sé. —Dijo él, sin dejar de sonreír. Tan perfecto. —Tú debes ser Melanie Straw, la de Nueva York.

Melanie suspiró, sintiendo como su corazón no dejaba de latir retumbando en sus oídos.

—Sí, ¿Cómo lo sabes? —Murmuró, sin dejar de ver los ojos del chico, perdiéndose en el mar de ellos.

—Pues… tú eres la única que usaría tacones sabiendo perfectamente que tu torpeza te vencerá.

Melanie ya no lo aguanto, y sin previo aviso salto contra el chico, envolviendo fuertemente sus brazos alrededor de este.

—No puedo creer que seas  tú. —Chillo, la felicidad estallando en su interior, abrazando más al joven, el olor a su fragancia inundando sus fosas nasales. Estaba aquí. Tan real. Tan hermoso.

—Te extrañe, York —Murmuro James, cerrando los ojos, envolviendo sus brazos por la cintura de la castaña, y enterrando su rostro en su cuello.

— ¿C-cómo? —Tartamudeó Melanie, incrédula —Estas aquí. ¿Cómo?

—Una larga historia. —James se apartó, besando la punta de la nariz de Melanie — ¿Jamás te conté sobre la beca que obtuve?

— ¿Beca? —Tartajeó Melanie, parpadeando. De repente apartó a James — ¡¿Beca?! —Exclamó frunciendo el ceño — ¡James! ¡Nunca hablaste sobre una beca!  —James se encogió de hombros, como si se estuviera disculpando.

—Te lo iba a decir… pero luego…

—Eso ya no importa, idiota — Chilló Melanie, volviendo a abrazar fuertemente al joven. James parpadeó, confuso, pero al final sonrió ampliamente. —Estas aquí, conmigo. No deseo nada más en estos momentos.

—Bueno, yo creía que era romántico —James rió ligeramente apartándose para ver a Melanie, y antes de que pudiera decir otra cosa, Melanie estampó sus labios contra los de James. Haciendo que el corazón del joven diera un brinco, bombeando más fuerte en su caja torácica.

Cuando se separaron, él sonrió, como siempre, ella también lo hizo. Se veía tan feliz. En ese momento no importo las personas que los miraban. Nada importo. Porque James solo la miraba a ella, tan hermosa. No aguantó tanto tiempo, y volvió a besarla, no  sin antes murmurarle sobre los labios un “Te quiero”. Que ella no tardó en responder.

¿Quién lo diría? Melanie, la chica chillona, un poco voluble,  la que creía que ir por un mes a Tennessee haría de su vida un infierno, hasta que conoció a James, un chico sexy, y algo bastante molesto. El mismo chico que le mostro lo que es el amor; tristeza, risas, y ese sentimiento inquietante en el estómago.

¿Quién dice que no existen los felices para siempre? Y entonces Melanie se pregunta,  ¿Eso es todo? ¿Un nada o siempre? También existe el ahora. Y ella lo va disfrutar. Lo que venga luego ya lo solucionaría,  siempre lo hace. Al fin y al cabo lo peor ya había pasado y tal vez seguirá pasando ¿Pero sabes algo? La vida es así, no sabes cuándo pueden golpearte fuerte, cuando  alguien se va sin decir “Adiós”, cuando tu primer amor te rompe el corazón. Nunca lo sabrás, simplemente cuando llegue ahí, justo en ese momento cuando crees que todo se terminó, seguirás adelante. Es sólo la vida. Pasar por todas esas cosas, desde llantos a risas. Y si Melanie realmente está convencida de algo es que ella va disfrutar el ahora al máximo.  

Fin.

….

Okey, sé que es muy cursi, pero yo soy así.

Realmente quiero agradecer a cada uno de ustedes por votar y comentar mi historia. Son tan lindos. Y también disculparme por hacerles esperar tanto.

Pero estoy aquí, con el final de mi primera historia. Realmente estoy feliz porque al fin la termine. Gracias por su apoyo.

Tengo preguntas:

— ¿Qué les pareció el final? ¿Es lo que esperaban?

— ¿Cuál fue su personaje favorito? ¿Por qué?

— ¿Desde cuándo estuvieron leyendo la historia?

Cualquier duda, en los comentarios.

En fin, gracias por todo, realmente les quiero mucho. Ustedes son como mi familia, con tantos comentarios y votos. ¡Gracias!

Y bueno, eso es todo. Espero que voten y comenten.

Y eso. Besos y cuídense x 

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