Epilogo
Epilogo
Melanie observo la pequeña cadenita que tenía en sus manos “Por siempre juntos” leyó mentalmente el grabado. En cinco minutos todo terminaría, el nudo en la garganta seguía ahí, desesperada por desatarse y llorar hasta quedar dormida. Apretó el dije en su palma, tal vez había una posibilidad de que el viniera. Su subconsciente se rio de ella, eso era muy tonto, pero la ilusión es lo último que se pierde. Miro a su madre que estaba entretenida leyendo una revista a su lado, los pasajeros venían e iban apurados arrastrando sus maletas. Cerró los ojos, e imagino que James aparecía, le decía que lo lamentaba y que no quería que se vaya, y vivían felices por…
—Todos los pasajeros del vuelo 453 destino a Nueva York, favor subir al avión el vuelo sale en tres minutos. —anuncia la voz femenina.
Melanie abrió los ojos con pereza, su sueño se disolvió y lo último que vio fue el hermoso rostro de James. Su madre le sonrió y le ayudo con las tres pesadas maletas que llevaba. Con los dedos cruzadas miro hacia atrás, con la esperanza de que él estuviera ahí esperándola, suspiro al no ver nada más que pasajeros apurados y niños llorando.
—Cariño —llamo su madre— vamos —apuro.
Ella acelero el paso, aunque lo que en realidad quería era volver al sucio y apesto auto del tío Joe, y conocer a James, otra vez, de nuevo.
—Última llamada para los pasajeros del vuelo 453.
Ya era tarde, el no vendría, la ilusión se acababa de evaporar como el aire.
Se sentó en el asiento al lado de su madre. Se colocó el collar y abrió el libro que traía en la mano izquierda. <<Matar a un ruiseñor>> con una sonrisa ligera empezó a leerla y se obligó a no mirar hacia la ventana con la esperanza de que James se encontrara ahí, porque sabía que no estaba y jamás vendría.
—Disculpe, señorita —exclamo el muchacho con el aire entrecortado.
La azafata levanto la mirada de su computadora y miro al joven con el ceño fruncido.
— ¿Si? —dijo tratando de ser cortes.
—Me podría decir — lleno sus pulmones de aire para seguir hablando — me podría decir a qué hora sale el vuelo con destino a Nueva York, por favor.
La azafata enarco una ceja y empezó a teclear en la computadora, luego sonrió.
—El vuelo 453 salió aproximadamente…un minuto—dijo fingiendo tristeza—pero si quiere reservar…—empezó a decir pero cuando volteo para mirar al muchacho este ya no estaba.
James levanto la mirada, desesperado. No, no, no. Ella no podía irse así.
Observo como las personas arrastraban sus maletas, rezo ver a una castaña con el ceño fruncido, pero no…ya no estaba, tenía que aceptarlo se había ido, hace condenadamente un minuto. Se maldijo a sí mismo, fue un idiota, tal vez seguía siéndolo.
Miro hacia el ventanal del aeropuerto, la punzada en el pecho se hizo más fuerte hasta el punto en el que le costó respirar, ahí estaba el avión…alejándose…ahí esta ella…yéndose.
Todo se volvió lejano, las personas, el ruido, todo. El <<Adiós>> que había salido de los labios de Melanie resonó en su cabeza, torturándolo. Pero ella había dicho algo que calmaba un poco a James, no era un adiós definitivo.
Con un asentimiento de cabeza y el nudo en la garganta, se dio media vuelta para irse.
Ella volverá, se dijo así mismo
Ella volverá…
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