Capitulo 9.

Capitulo Nueve

Quería estar sola, quería alejarse de ese territorio lo más posible.

Las entibiadas lágrimas resbalaron por su rostro.

Melanie sabia, que no lloraba por la tontita broma que le había hecho el vaquero, no, sus lágrimas no eran de tristeza -tal vez solo un poco- sus lágrimas eran de furia comprimida, estaba furiosa por estar atrapada en ese lugar y no poder escapar.

Ella jamás pertenecería a ese lugar, ni siquiera si la dejaban abandonada dos años -Dios quiera que nunca pase eso-. Su estilo era del tipo: ropa, dinero, fiesta, shopping (todos los días), popularidad, más fiesta y diversión.

Ninguna célula de su cuerpo encaja ahí, ninguna.

Miro las sucias botas de la abuela e hizo una mueca.

¿Nunca te has sentido como si, simplemente quisieras desaparecer? ¿Esfumarte? Melanie quería eso, esfumarse y aparecer en su gran mansión, comer helado de chocolate y ver todas las partes de Crepúsculo y fantasear con el guapísimo de Robert Pattinson. Si definitivamente quería eso.

No se había dado cuanta que seguía corriendo hasta que le falto aire en los pulmones y paro en seco. Se colocó una mano en el pecho e inhalo y exhalo varias veces, pero su respiración no se calmaba y su corazón latía muy fuerte.

<<Inhala, exhala, inhala, exhala>> repetía eso varias veces en su mente, mientras trataba de respirar normalmente.

Algo andaba mal.

<<No entres en pánico, no entres en pánico>> se trató de tranquilizar, pero no dio resultados, algo estaba asfixiándola, el aire mismo la estaba asfixiando.

Inhala bruscamente, una y otra vez.

¿Qué le estaba pasando? ¿Por qué no podía respirar? A menos que...

-¡¡Melanie, espera!! - escucho unos pasos que se acercaban a ella rápidamente.

Vagamente se recordó de James. Su pecho estaba muy agitado, las lágrimas le picaban los ojos.

- ¿Melanie? -el vaquero cada vez entendía menos, la joven estaba respirando bruscamente, estaba...hiperventilándose.

-Oh por Dios, Melanie ¿Qué te ocurre? -James se alteró dramáticamente mientras veía como la joven trataba de respirar, Melanie movía las manos como tratando de decir algo.

La muchacha logro exclamar algo ilegible. ¿Qué demonios tenía que hacer? ¿Qué demonios le estaba ocurriendo? ¡Al diablo!

-Me...Melanie, trata de tranquilizarte -Que irónico, él único que estaba por morirse de alteración ahí era él.

La joven cayó de rodillas al piso y empezó a toser descontroladamente.

<<Inhala, exhala, inhala, exhala>> sintió como el corazón empezaba a latirle más a ritmo y el aire le entraba por los pulmones más fácilmente. Se quedó así por un rato, hasta que se tranquilizó del todo.

Cuando levanto la vista se encontró con dos grandes ojos azul marino mirándola con preocupación.

-Estas bien....quiero decir....que... ¿qué ocurrió? -James seguía sin entender nada. -Nadie lo culpa-.

Melanie se limpió las lágrimas con el dorso de su mano, eso fue horrible, esa sensación ya la había experimentado, cuando tenía diez años, estaba en el parque corriendo, tratando de alcanzar a una paloma que vagaba por el sitio, hasta que sintió esa sensación. Su cuerpo se tensó y su garganta se cerró, era como si alguien te estuviera ahorcando, era un ataca de asma. No lo había tenido nunca más, ni cuando entrenaba con las chicas, hasta ahora.

La joven se levantó del sucio suelo e hizo una mueca, miro a James este parecía muy, muy confundido.

-Esto, James...yo...olvídalo ¿Quieres? Finge que esto nunca pasó. -Melanie enderezo sus hombros y se dio media vuelta y siguió caminando.

El vaquero frunció el ceño. ¿Qué? ¿Qué? Esperen... ¿Qué?

James siguió a la muchacha con pasos fuertes para que ella supiera que la estaba siguiendo.

-Melanie -la llamo el joven suavemente.

La muchacha suspiro resignada y se dio media vuelta para mirarlo.

- ¿Qué? -pregunto cortante.

-Lo lamento -Melanie parpadeo confundida, luego recordó la bromita de mal gusto.

-Como sea -se encogió de hombros, dispuesta a dar media vuelta pero James cogió su mano. La joven ignoro la oleada de calidez que sintió cuando el vaquero acaricio la palma de su mano con su pulgar. Quito su mano bruscamente.

-Debemos seguir limpiando -dijo con el mismo tono frio.

-No -James negó lentamente con la cabeza.

- ¿No?

-No. Necesito mostrarte algo.

Melanie entrecerró los ojos y se cruzó de brazos.

- ¿Necesitas? Quiero decir, ¿es urgente? Si es otro de tus mascotitas, no gracias.

El vaquero sonrió lentamente mostrando sus hoyuelos.

- ¿Confías en mí? -preguntó en voz ronca.

-No.

-Aprenderás a hacerlo -le guiño un ojo a la joven mientras atrapaba su mano nuevamente y entrelazaba sus dedos con los de ella, encajándolas perfectamente.

-Ya decía yo que no podía confiar en ti -concluyo la joven mientras hacia una mueca de desagrado.

James rio suavemente.

- ¿Por qué tienes tanto miedo? No te morderá...

- ¿Estás seguro? Mira como me está observando, me esta fulminando con la mirada.

Prada dio un relincho que hizo que Melanie dará un paso atrás.

-Definitivamente me odia.

James cogió la mano de la muchacha nuevamente y la acerco al hocico de Prada.

-Tranquila -murmuro el vaquero - ¿Tu mano está temblando, o es imaginación mía?

-No puedo -Melanie aparto su mano asustada.

-Sí que puedes, ¿sabías que este caballo es tuyo?

-Sí, abuela me había contado la fascinante historia de amor entre yo y Prada, pero eso cambio...

-Tonterías -James puso los ojos en blanco - Vamos, no una seas gallina.

-No soy gallina...-exclamo Melanie y luego de un momento entrecerró los ojos - ¿Estas tratando de provocarme, Vaquero?

-Vamos...-ínsito James con la voz exasperada.

-Bien pero coge mi mano, no creo poder hacerlo yo sola. -Lo dijo en parte verdad, en parte excusa. Era verdad que no iba poder hacerlo sola y era una excusa para sentir nuevamente esa sensación extraña de calor cuando James la tocaba.

El joven sonrió y nuevamente cogió la mano de Melanie y la acerco a Prada. Esta dio unos pasos atrás, sintió como la mano de la neoyorquina temblaba.

-Oye, tranquila -le murmuro en el oído a Melanie.

La muchacha asintió lentamente y sintió el suave hocicó de Prada entre las yemas de sus dedos.

La joven rio ligeramente por las cosquillas que le daba Prada en la palma de la mano, esa suave risa en el oído de James hizo que se estremeciera, parpadeo confundido, Melanie se encontraba cerca, peligrosamente cerca. Su perfume invadió las fosas nasales del vaquero, embriagándole con un dulce olor a...a Melanie.

-Bien -murmuro James - Ahora el siguiente paso, montarlo.

Melanie abrió los ojos como platos y zafo su mano del agarre de James, rompiendo todo el hechizo del momento.

-Ja, no, no, no. -exclamo la joven con terror e incredulidad en la voz, mientras negaba muchas veces con la cabeza.

<<Soy demasiado fácil de convencer>> tomo nota mental de uno de sus defectos. Observo a duras penas como James quitaba a Prada del corral y le colocaba una rienda en el hocico.

-Cuando dijiste que podía confiar en ti...

-Tranquila, York. Montare contigo -sonrió el vaquero.

- ¿Lo dices enserio?

- ¿Qué? ¿Creías que iba dejar que te rompas alguna pierna? Aunque pensándolo bien...

-No es gracioso -amenazo la joven.

James rio ligeramente. Y tan rápido como Melanie parpadeo, James ya se encontraba montado a Prada.

<<Impresionante>>

-Vale, ahora tú.

La neoyorquina le lanzo una mirada como diciendo: ¿Hablas enserio?

-Acércate -dijo James

Melanie con paso dudoso se acercó al caballo.

-Contare hasta tres y te subiré a Prada.

- ¿Qué?

-Uno... -conto el vaquero y rodeo la cintura de Melanie haciéndola sobresaltar.

-Espera yo...

-Dos... -la alzo como si pesara igual que una pluma.

-James...

-Tres. -lo último que Melanie supo fue que se encontraba montada en Prada junto a James.

- ¿Ves? No fue difícil...

La joven asintió lentamente con la cabeza mientras buscaba algo con que aferrarse.

Sintió como el caballo se movía. Se abrazó a James y cerró su puño arrugando la camisa del muchacho.

No era su culpa estar tan pegada a él, claro que no. Cuestiones de seguridad nada más. James por su parte, sonrió satisfecho. Esto podía ser divertido y la sensación de tener a Melanie tan cerca le resulto agradable, bastante.

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