Capitulo 17.

Segunda Parte. Capitulo Diecisiete.

—Entonces… —Dijo Daria al otro lado del teléfono— ¿A qué hora llegan, exactamente? —Melanie levanto la mirada hacia el gran reloj de la pared, en donde marcaba la una de la tarde.

—Estaremos ahí… —Vaciló unos minutos y luego prosiguió—Estaremos ahí mañana por la mañana.

— ¡Los extraño tanto a los dos! —Exclamó su madre con voz chillona — ¿Cómo esta Matt? ¿Sobrevivió?

Melanie observó a Matt, que miraba el reloj con inquietud.

—Lo logró, al menos.

—No puedo esperar a verte, cariño —Dijo Daria con la emoción calcada en la voz. Melanie sonrió de lado.

—Yo también.

—No te escuchas feliz.

—Extrañare a la abuela, eso es todo. —Se excusó la castaña observando nuevamente el reloj.

— ¿Segura? —Preguntó su madre con picardía — ¿No será  alguien más…? ¿James, tal vez?

—Mamá —Dijo Melanie apretando los dientes. Escucho la risa de Daria al otro lado de la línea.

—Lo siento, lo siento… —Empezó a decir Daria cuando escuchó la exclamación de otra persona —Aquí hay alguien que quiere hablar con…

— ¡Melanie Straw! —Chilló Alice, su mejor amiga, con furia — ¿Quién es James? ¿Por qué jamás me hablaste de él?

— ¿Mi madre te lo conto…?

— ¿En realidad importa? No, no lo hace. ¡Quiero que me expliques como tenias a un chico sólo para ti y no me dijiste nada! —Melanie apartó el teléfono de su oreja, y notó como Matt  enarco una ceja hacia su dirección.

— ¿Quién es? —Preguntó Matt en voz baja.

—Alice —Dijo Melanie rodando los ojos. Matt sonrió levantándose del sofá en donde segundo antes estaba sentado y le arrebató el teléfono a Melanie.

—Déjamelo a mí —Susurró  con un guiño para luego exclamar — ¡Rubia! ¿Cómo ha estado mi chica favorita?

Melanie rió entre dientes. Matt y Alice tenían una amistad especial, Alice, por una parte no aguantaba a Matt por tener la fama de ser el chico más mujeriego de la preparatoria, y Matt bueno… él simplemente disfrutaba enfadar a Alice cada segundo del día.

El sonido de la puerta al abrirse hizo que Melanie girara la cabeza. James entró con una sonrisa.

—James —Exclamó Melanie levantándose del sillón para abrazar a James vigorosamente.

—Hey —Murmuró James apartando un poco a Melanie para ver su rostro.

—Hey. —Repitió ella, con una sonrisa para luego acercarse y depositar un casto beso en los labios de James.

— ¡Hey! —Chilló Matt asqueado — ¡Sigo aquí!

—Que hay, Matt —Dijo James asintiendo en dirección al británico.

—James—Comentó Matt devolviéndole el gesto.

— ¿Qué haces aquí? —Le preguntó Melanie a James, él giro su cabeza entornando los ojos con incredulidad.

— ¿Bromeas? —Preguntó James — ¡Mi chica se ira en menos de veinticuatro horas!

Melanie sonrió forzadamente apartándose un poco.

—Tengo que empacar —Se recordó así misma mirando las escaleras.

—Te acompaño —Se apresuró a decir James cogiéndola de la mano.

—Sí, si —Dijo Matt con sarcasmo —Ustedes vayan a “empacar” yo los espero aquí.

***

—Te extrañare —Murmuró Melanie cogiendo una blusa y doblándola para luego colocarla en su maleta — ¿En realidad crees que va a funcionar?

James suspiró mirando al techo.

— ¿Tu lo crees?

—Por supuesto.

—Entonces no tienes de que preocuparte. Estaremos bien. Además, no creo que no soportes estar sin mí algunos meses ¿O sí?

—Que gracioso —Melanie  rodo los ojos —Por supuesto que puedo soportarlo. La pregunta es si tú puedes hacerlo.

—No estoy tan seguro —La castaña levanto la mirada y le sonrió grandemente a James.

—Lo harás, créeme.

—Eso espero —Murmuró todavía con una sonrisa. —He estado queriendo montar en caballo desde la mañana ¿Me acompañas?

—James —Dijo Melanie lanzándole una mirada de: ¿Estás loco? — ¿Quieres congelarte?

—Vamos —Insistió el muchacho haciendo un puchero — ¿Por los viejos tiempos? —Al ver que Melanie no respondía añadió —Solo será unos minutos. —Más silencio. — ¿Por mí?

—Sólo unos minutos. —Advirtió la joven entornando los ojos.

James sonrió de oreja a oreja mientras se levantaba de la cama y exclamaba:

— ¿Por qué seguimos aun aquí?

***

—Súbete —Murmuró James ladeando un poco la cabeza. Melanie subió ahorcajadas  en el caballo, mientras este relinchaba.

—Insisto, nos congelaremos —Repitió Melanie con una mueca acercándose  aún más a James.

—No lo sé —Dijo él, pensativo — Yo estoy bastante cómodo —Melanie rodo los ojos y le pellizco un poco el estómago, pero como James tenia demasiados abrigos, apenas lo sintió.

—Buen intento.

Melanie apretó los dientes, para evitar que estos castañearan demasiado. Cerro los ojos, e intentó pensar en otra cosa que no fuera el frio que estaba sintiendo. Cuando el caballo avanzo, se aferró aún más a James, mientras el frio congeló su nariz.  Llevó sus manos a los bolsillos delanteros del abrigo de James, mientras volvía a abrir los ojos, observando el lugar. No había nevado, pero los pastos seguían teniendo un rastro de blanco sobre ellos, y los arboles igual.

Luego de unos segundos, la brisa ya no resulto molesta, en cambio, le gusto esa sensación de frescura fría en el rostro. Y la emoción de adrenalina cuando el caballo se iba más rápido de lo normal.  Apoyo su mejilla en la espalda de James y sonrió.

Hogar, dulce, hogar.

***

—Creo que ya está todo — Dijo Melanie mirando a su alrededor. Apretó su cadenilla  con fuerza  y volvió su vista en la abuela que le sonreía ampliamente.

—Oh, cariño —Dijo la abuela acercándose a ella y abrazándola —Te voy a extrañar. ¿Volverás, verdad?

—Siempre lo hago. —Musitó ella, envolviendo con fuerza a su abuela —Yo también te voy a extrañar… demasiado.

— ¡Melanie! ¡Hora de irnos! —Gritó Matt mientras cogía sus dos maletas y se dirigía afuera.

—Bueno… es mejor que te apures. —Dijo la abuela rodando los  ojos. Melanie le sonrió  lo más amplio que pudo y cogió una pequeña maleta para luego dirigirse junto a Matt. Cuando estuvieron afuera volvió a abrazar fuertemente a su abuela.

— ¿Ya lo tienen todo? —Preguntó el tío Joe tomando las maletas y colocándolas en la cajuela de la  camioneta.

—Así parece —Dijo la abuela.

—Oh, Carol —Murmuro Matt abrazando fuertemente a la Sra. Straw —Sé que me extrañaras tanto como yo a ti. Pero debes saber que esto no cambia nada entre tú y yo. Siempre estarás en mi corazón…

—Bien, bien. Creo que ella lo entendió —Dijo Melanie apartando un poco a Matt.

—Gracias, cariño —La abuela dijo radiante —Espero que vuelvas a visitarnos.

— ¿En dónde está James? —Pregunto Melanie, de repente —Él dijo que estaría aquí. —Murmuró con el ceño ligeramente fruncido. Unas manos taparon sus ojos, y sonrió, reconociendo el perfume —James —Exclamo dándose la vuelta para abrazar fuertemente al chico, que no tardo en envolverla en sus brazos.

—Justo a tiempo.

Melanie se apartó.

—Es hora de irme.

James observó las maletas y luego su vista se posó en la camioneta, para terminar, nuevamente en Melanie. Ella tenía los ojos entrecerrados, las mejillas  rosadas, y los labios ligeramente fruncidos. Y ella era hermosa. Su chica de Nueva York.

— ¿Me llamaras? —Preguntó Melanie, y James ladeó la cabeza.

—Por supuesto. Todo el tiempo.

— ¿Aun si son las doce de la noche?

—Aun si son las tres de la madrugada.

— ¿Me extrañaras?

—Cada segundo.

— ¿Me escribirás?

—Apenas tenga tiempo.

— ¿Pensaras en mí?

—Ni siquiera tienes que preguntar eso.

— ¿Me…

— ¡Hey! ¡Déjense de gilipolleces! El avión nos va a dejar. —Exclamó Matt levantado las manos —Terminen su cuchi-cuchi de una vez, por favor.

James entrecerró los ojos, fulminando a Matt.

—Vale. —Murmuró y al final sonrió —Te amo. —Le murmuró a Melanie para luego acercarse y depositar un suave beso en sus labios —Recuerda que puedes llamarme en cualquier momento, si estas alegre, o triste, o te sientes sola, o simplemente estas aburrida, sabes que estaré allí.

— ¡Oh, que amor de pareja! —Gritó Matt — ¿Quieren apurarse? ¡Por favor! ¡El tiempo es oro!

—Sólo esta celoso —Susurró James levantando una mano y acariciando la mejilla de Melanie —Que tengas un buen viaje. —Y volvió a besarla tiernamente.

Melanie sonrió, pero no fue una sonrisa feliz, fue apagada y triste. ¿A quién quería engañar? Ella jamás fue buena al momento de decir adiós, y eso estaba más que comprobado. Y ahora, ese jodido nudo en la garganta le molestaba. Y sus ojos se humedecieron cuando nuevamente abrazó a James y su aroma inundo sus fosas nasales. Trato de impregnar  en su mente  ese aroma, esos gestos, y esos lindos hoyuelos. Después de todo, no los vería en un tiempo.

—Adiós.

—Oh, no llores —Advirtió James con los labios fruncidos —No quiero que llegues a Nueva York con esa cara ¿Esta bien?

Melanie asintió, y con el dorso de la mano se secó las lágrimas.

—Sabes que soy sensible.

—Lo sé, y es una de las cosas que  amo de ti. —James sonrió —Te veo más tarde.

—Más tarde será.  —aseguró Melanie, y ahora, una pequeña pero sincera sonrisa se dibujó en sus labios. Y sin poder contenerse, volvió a abrazar a James. —Espero que pronto —murmuró mas para ella misma. Cuando se apartó y miro a James, no pudo evitar sentirse tonta, por ser tan dramática. Pero después de todo ella era “La reina del drama” y estaba segura que ese título nadie se lo quitaría nunca. A menos que se llamara Emma ella sí que era una niña dramática.  

—Adiós, York. —Exclamó James cuando Melanie ya se encontraba dentro del auto junto a Matt. James hizo ese ya conocido gesto de asentimiento y le guiño un ojo.

Melanie sonrió devolviéndole el gesto.

—Adiós, vaquero. —Grito moviendo la mano de un lado al otro — ¡Adiós abuela! —Le grito a la Sra. Straw que sonreía con su familiar ternura.

— ¡Adiós, cariño! —Gritó la abuela cuando la camioneta arrancó con un fuerte rugido y empezó a acercarse a la carretera.  Melanie siguió moviendo la mano, mientras se alejaba.

– ¡Oh, Nueva York, allí voy! —Exclamó Matt con euforia— ¡McDonald’s voy por ti, bebé!

Melanie rio y negó con la cabeza, divertida. Y  volvió a mirar hacia atrás, por última vez, la abuela todavía seguía ahí,  igual que James. Los dos observaban como se alejaban. Melanie fijó su mirada en James, y desde donde estaba, aun podía ver esa sonrisa con hoyuelos. La castaña soltó un suspiro. Como lo iba a extrañar. Se quedó observando como James se hacía cada vez más pequeño, y luego, cuando menos se lo pensó, él ya estaba lejos, desaparecido y entonces todo lo que pudo observar fue la carretera, que era casi infinita.

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Awwww Final épico. :’)

¿Qué les pareció? Comenten, por favor.

Tengo una pregunta: ¿Cómo quieren que sea el Epilogo? Quiero decir, ¿Quieren que siga narrado en tercera persona? ¿O quieren que haga algo especial… y… no sé… qué narre Melanie en primera persona? ¿Qué dicen? ¡Ustedes eligen!

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Gracias por todos sus votos. No saben lo feliz que me hace.

Por favor comenten.

Un beso.

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