Capitulo 15.

Capitulo Quince

Sentía como todo su cuerpo se estremecía y la sangre  zumbaba en sus oídos, poco a poco se dejó llevar por el beso, coloco sus manos en el hueco del cuello de James, este posiciono sus manos —casi con timidez— en la cintura de la castaña.

Sus labios seguían el ritmo de él, con un poco de torpeza, pero después  se fue a acostumbrando a los dulces movimientos. Sentía tantas cosas y a la vez nada.

Pero después pensaría en eso, se dedicó sólo a pensar en el momento, ahora, y lo que venga después —en este momento— le importa una mierda.

 James se fue separando, para poder respirar, se sentía mareado. ¿La había besado? Todo se sentía tan irreal y cursi. Le gustaba y mucho.

Con la respiración entrecortada y el corazón queriéndole salir del pecho apoyo la frente sobre la de Melanie, no abrió los ojos, no quería que eso acabara, quería besarla desde que la había conocido, y fue más bueno de lo que jamás pudo haberse imaginado, realmente bueno.

Entonces el la beso de nuevo, capturando el labio inferior de la castaña, ella la siguió luego de un segundo, suave y lentamente. El cerebro de James no pudo pensar en nada mas que no fuera Melanie, en sus labios, en lo bien que se sentía. Lo demás no importaba, nada importaba.

Esta vez fue la castaña la que se separó, aunque no quería, tenía que respirar.

— ¿Qué me has hecho? —murmuro James en el oído de Melanie.

La muchacha trago saliva.

—Me pregunto lo mismo, James, me pregunto lo mismo…

— ¿Cómo estuvo…—la abuela paro de golpe, mirando a Melanie de pies a cabeza, desde sus pies descalzos hasta su vestido todavía pegajoso por el jugo de mora. —…la fiesta?  ¿Alocada?

Melanie se encogió de hombros, mientras bostezaba.

—Supongo, te lo contare en la mañana ¿bien? Estoy muy cansada.

— ¿Quién te ha traído? Has venido más temprano de lo que me imagine. —interrogo alzando una delgada ceja.

La castaña bostezo, más sonoramente.

—Cansada —canturreo.

—Cansada —repitió la abuela—, correcto, entiendo.

Melanie asintió mientras subía las escaleras de dos en dos, a la mitad del camino la abuela exclamo:

—Solo una pregunta ¿lo que tienes en el vestido no es cerveza, verdad?

—Jugo de mora.

—Creí que odiabas el jugo de mora.

La castaña se encogió de hombros y siguió   su camino hacia la habitación.

—Qué bueno que se haya divertido —murmuro la abuela para sí misma.

Melanie cerró la puerta detrás de ella y se fue directo al espejo. Estaba echa un asco total, y aun así James la había besado. Sonrió satisfecha y tatareo en voz baja. Estaba feliz a pesar de todo…a pesar de que la fiesta había resultado aburridamente nerd, a pesar de que ahora guardaba un cierto rencor con el jugo de mora, a pesar de que Kimberly se había comportado como una completa perra, a pesar de que ahora sabía que James tenía novia…dejo de tararear mientras suspiraba fuertemente.

Se había comportado como una completa estúpida. James tenía, James tiene, novia. Lo peor de todo es que lo había besado, sabiendo que él no estaba disponible, ¿cómo alguien como James puede estar con alguien tan…tan…eso?, el punto era que ¡Tenia novia! Y el muy bastardo igualmente la beso, con novia y todo. ¡Ugh!

—Estúpido, mentiroso y sensual James. —murmuro entre dientes.

Había caído en las redes del  muy maldito, ¿Cómo, porque, cuando?

Después de estar en el baño por más de hora y media, Melanie se fue adormir con la mente en otro lugar, los pensamientos disparados y los sentimientos envueltos.

<<Tiene novia>>

<<Tiene novia>>

<<Tiene novia>>

<<¡¡Tiene novia y es Kimberly!!>>

Observo detenidamente el humo que desprendía de la taza de café, mientras hacia una mueca de dolor. Eran las siete de la mañana, por ende, hoy tendría que ver a los cerditos nuevamente, y si veía a los cerditos, vería a James.

<<Condenada tortura>>

Había podido conciliar el sueño, eso de las tres de la madrugada. Lo único que quería ahora era dormir, dormir y dormir.

—Y dime, cariño, ¿me contaras sobre la fiesta?

Melanie gimió internamente.

<<No, por supuesto que no. >>

—Claro —sonrió de oreja a oreja— yo… ¡Oh, mira la hora! —dijo señalando  el enorme reloj en la pared. —James me matara si llego tarde, se toma esto del jefe muy enserio —rio nerviosa.

—Oh, bien, te veré más tarde. —comento la abuela, con aire  de desilusión.

Miro hacia sus dos lados, y entro con los ojos entornados hacia el establo, el silencio era mortal. Las botas de la abuela hicieron un eco. Estaba oscuro y olía a algo muerto.

<<Nada nuevo>>

Dio tres pasos más hasta que escucho como alguien se acercaba.

<<James, ¡Ugh!>>

Volvió a gemir internamente, y observo con desesperación el lugar, tenía que haber una forma de desaparecer de ahí. Antes de que Melanie pudiera quitar una barita mágica y desaparecer, la puerta del establo se abrió y un muy sexy James apareció.

Cuando vio a la castaña, sonrió ampliamente.

—Hola —dijo cálidamente, pero luego su ceño se frunció—.

Había muchas razones por la que el entrecejo del vaquero se frunciera, pero la muchacha tenía la respuesta. Tal vez en este momento el estuviera viendo a una Melanie muy desesperada y jadeante y con los ojos con unas grandes ojeras y tan grandes como dos enormes platos.

— ¿Te encuentras bien? Te ves…mal. —comento con una mueca de preocupación.

La castaña apretó los labios.

—Gracias —ironizo— a las mujeres nos encanta escuchar eso por las mañanas.

James rodo los ojos.

—Sabes que no me refiero a eso. Anda, ¿Qué está mal?

<<Tú estás mal>>

<<Tu novia está mal>>

<<Mi vida debería estar bien, pero no lo está>>

—Nada, todo está absolutamente bien, quiero decir, ¿porque algo debería estar mal? No es como si mi fachada reflejara como me siento, en absoluto, ¡estoy genial! ¿No es un día maravilloso?

—Mmm, estas bien, correcto, entiendo. —dijo James entornando los ojos.

— ¡No por supuesto que no estoy bien! —Rugió frustrada, haciendo que el joven se sobresalte— Me siento una maldita perra, James. ¿Por qué no me dijiste que Kimberly era tu novia? ¿Por qué me besaste? ¿Por qué eres malditamente sexy?

— ¿Ah?

—Lo ves, eres frustrante. Me mentiste, dijiste que Kimberly no era tu novia…

—Espera, alto. Rebobinemos…—Exclamo James más confundido que nunca— ¿Crees que soy sexy?

— ¡James! Esto es enserio.

El joven rio, mientras negaba con la cabeza.

— ¿Por qué no puedes confiar en mí? Ya te lo dije, Kimberly no es mi novia y si fuera así no es de tu incumbencia.

— ¡Por supuesto que lo es! —Rugió— Me besaste.

—Nos besamos. —corrigió James con una sonrisa ladeada.

— ¿Acaso importa? Jamás volverá a pasar, desde ahora en más mantendrás la distancia.

— ¿O si no?

—Te pateare, en tu lugar feliz.

James abrió los ojos de par en par.

—Vaya. —fue lo único que pudo murmurar.

—Te advierto que estudie Karate. —dijo la castaña orgullosamente mientras levantaba la barbilla.

James sonrió ampliamente mostrando sus hoyuelos.

—No lo puedo creer —murmuro casi para sí mismo.

— ¿Qué? ¿El hecho de que estudie karate? Pues fue en quinto grado pero aprendí bastante, créeme.

—No, no puedo creer que me guste una chica que me amenaza con patearme en mi lugar feliz, es extraño pero me gusta.

Melanie se quedó un momento sin decir nada. James acababa de confesarlo, y lo único que ella pudo hacer fue mirarlo como una completa estúpida.

<< ¡Le gusto!>>  

<<Madre santa, de verdad le gusto>>

—Creo que eres algo masoquista —murmuro.

<<Comentario muy inteligente, Melanie, muy inteligente>>

James sonrió y se acercó a ella para quedar frente a frente, boca a boca.

Nuevamente la beso, pero esta vez la castaña lo vio venir, y le siguió el beso con menos torpeza, cuando se separaron, James pregunto:

— ¿Me patearas?

 —Solo por esta vez, hare una excepción. —Y lo beso de nuevo.

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JASKJASKJASK♥ Si te gusto el capitulo... ¡estrellita! 

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