Capitulo 14.

Segunda Parte. Capitulo Catorce.

—No lo entiendo —dijo Matt por tercera vez — ¿Tú y él ahora son novios?

Melanie se derrumbó en la cama, mirando hacia el techo.

—Bueno… —dijo, la palabra se quedó colgada en el aire hasta que ella prosiguió –No exactamente.

— ¿Amigos con beneficios?

— ¡¿Qué?!—Melanie salto de la cama hasta quedarse sentada — ¿Qué cosas dices, Matt? —le frunció el ceño a su amigo.

— ¿Qué? —Dijo Matt encogiendo sus hombros, con aburrimiento —No sé porque te sorprendes, tú no eres nada angelical…

Melanie soltó un suspiro, y cogió la primera cosa que encontró, que resultó ser un cepillo de pelo. El objeto voló por los aires, como en cámara lenta, y aterrizo justo en el blanco. Matt chillo apretando sus entrepiernas con dolor.

— ¡Mierda! —Gimoteo  — ¡Mierda, mierda, mierda!

Melanie echo la cabeza hacia atrás, carcajeando con todas sus fuerzas mientras Matt se revolcaba en el piso, como un perro malherido.

—Creo que te falto un “mierda” mas. —se burló la castaña cuando su risa había disminuido.

—Joder —volvió a quejarse Matt — ¿Por qué hiciste eso?

Melanie se encogió de hombros, y Matt le fulmino.

— ¡¿Melanie?! —La abuela entro corriendo a la habitación, como si acabara de ver un incendio— ¿Melanie, estas bien? –exclamo. La castaña frunció el ceño y se encogió de hombros.

—Si ¿sucede algo? —pregunto.

— ¿A ti te sucede algo? He oído llantos…

Melanie volvió a reír fuertemente y Matt frunció el ceño como un niño pequeño.

—Ese fue Matt —dijo Melanie entre risas —Es un niñato.

—No hubiera hecho ese sonido si tú no  hubieras golpeado mis…

—Matt —advirtió la Sra. Straw levantando las cejas.

—Si  no hubiera golpeado  mis partes celestiales ¿Vale? —termino la frase quitando la lengua.

Melanie le devolvió el gesto.

—Ustedes dos parecen niños pequeños —comentó la Sra. Straw rodando los ojos — ¿Tienen hambre?

—Yo si—dijo Matt levantándose del piso y sonriendo.

La Sra. Straw  salió de la habitación seguida por Matt.  

Melanie rio entre dientes volviéndose a tumbar en la cama, cerró los ojos escuchando el zumbido del viento que era bastante fuerte. Un ruido hizo que volviera a abrir los ojos, se levantó de la cama y miro hacia la ventana. Seguro lo habré  imaginado, se dijo a sí misma para nuevamente cerrar los ojos. El ruido volvió, Melanie bufo y se acercó a la ventana, corrió las cortinas color pastel y miro al exterior.

Ahí estaba él, James. Melanie abrió la boca, incrédula. James se movía de un lado al otro, inquieto. La castaña frunció el entrecejo y abrió la ventana, un frio viento azoto su rostro haciéndola estremecer.

— ¡¿Qué demonios haces ahí?! —le grito a James, él sonrió y se llevó el dedo índice a los labios y con la mano indico que bajara.

Melanie ladeo la cabeza con confusión. Volvió a darse la vuelta y coger un abrigo de lana, rápidamente se dirigió a las escaleras con las botas resonando con ligeros Tic, tic, tic.

— ¿A dónde vas? —pregunto Matt con la boca llena cuando Melanie pasó por su lado prácticamente corriendo.

— ¡Por ahí! —exclamo ella moviendo la mano mientras trataba de abrir la puerta, cuando lo logro salió afuera, con el frio recorriéndole el rostro y el viento alzando su cabello.  Camino hasta el otro lado de la casa, donde daba la ventana de su habitación, donde se encontraba James.

— ¿Qué haces aquí? —Le dijo apenas se acercó —Existe una puerta.

James le sonrió encogiéndose de hombros.

—Me pareció romántico.

Melanie le devolvió la sonrisa pero siguió con el ceño unido.

— ¿La próxima vez querrías usar la entrada, por favor?

James rio y asintió con la cabeza.

— ¿Qué haces aquí? —Pregunto Melanie cruzándose de brazos por el frio —No es que no me guste tu presencia pero… ¿Qué haces aquí? —repitió.

—Yo… quiero que me acompañes al lugar… er… ya sabes, el que te había mostrado el otro día.

— ¿Ahora? —pregunto Melanie, frunciendo los labios. Miro al cielo,  ya había casi oscurecido del todo. Las nubes formaban un paisaje gris y desganado. —Son casi las siete de la noche ¿seguro? —volvió a decir, dudosa.

—Completamente —aseguró James cogiéndola de la mano.

***

Melanie bajo del caballo, el frio aumento más y sus dientes estaban tiritando. El cielo, ahora oscuro, estaba bajos ellos mientras James volvía a coger su mano. Los árboles se mecían de un lado al otro bailando con el suave silbido del viento frio de invierno. James paró en seco y miro a Melanie con nerviosismo.

—Cierra los ojos —le pidió. Melanie dudó pero luego termino cerrándolos.

— ¿Están cerrados? —Pregunto la voz de James. La castaña rodo los ojos internamente y asintió.

—Sí.

—Vale —murmuro James y se colocó detrás de ella.

— ¿Qué haces? —mascullo Melanie queriendo abrir los ojos.

—Yo te diré por dónde caminar ¿está bien?

La castaña se mordió el labio y asintió. —Vale —acepto en un susurro.

Sintió como James la hacía caminar hacia la pequeña cabaña  mientras le decía en el  oído cosas como: “Cuidado con esto, cuidado con la pierda a la derecha” Cuando al fin se detuvieron oyó como James inhala y el chillido de la puerta de madera abriéndose lentamente.

 —Bien… —dijo James casi tartamudeando –Puedes abrir los ojos.

Melanie parpadeo hasta acostumbrarse a la tenue luz que de las velas.

—Debes estar bromeando —jadeo mirando a su alrededor. Las luces de las velas ensombrecían la pequeña cabaña, las crayolas y los pequeños viejos juguetes habían desaparecido, ahora sustituidos por una gran decoración de pétalos, formando una sonrisa de flores.

— ¿N-No te gusta?   —pregunto James con la voz estrangulada.

—Es… es hermoso —dijo Melanie volviendo a parpadear — ¿Pero… por qué…? —trato que las palabras salieran de su garganta pero ella ya sabía la respuesta, no hacía falta preguntarlo.

 James carraspeo, colocándose enfrente de Melanie, sus ojos brillaban en la sutil luz, tenía una pequeña sonrisa y la castaña pudo notar su nerviosismo.

Lo entendía, después de todo ella también estaba nerviosa.

—Cuando te conocí —empezó a decir James con timidez —En realidad me parecías una chica mimada… pero cuando en verdad te conocí bueno… seguías siendo algo chillona —Melanie frunció el ceño y James rió—Sin embargo, eras diferente… diferente bueno, claro. Sé que solo fue un mes, sé que nadie puede enamorarse en treinta días… o tal vez sí, porque yo lo hice. También sé que volverás a irte, es algo inevitable.  Pero esta vez será diferente… —James volvió a aclarase la garganta —Hay algo que quiero, no, necesito preguntarte.

Melanie asintió, mordiéndose el labio con nerviosismo.

— ¿Sabes que estoy locamente, insensatamente, tontamente, descabelladamente, neciamente, estúpidamente enamorado de ti? —susurro James.

—Si —contesto Melanie con la voz ronca —Yo también lo estoy.

James sonrió de lado y acerco a Melanie más a su cuerpo, hasta que sus labios estaban separados a escasos centímetros.

— ¿Quieres ser mi novia? –pregunto James rozando los labios de Melanie.

La castaña sonrió.

—Sí, sí quiero  —respondió, segundos después los labios de James ya estaban unidos con los suyos.

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Tengo otra historia, se llama “Appearances are deceptive.” ¿Se pasan a darle un vistazo? Tal vez les guste.

Se que este capitulo es cortisimo, pero el final se acerca, y bueno nada la tengo casi terminada solo me falta el epilogo :) pero tranquilas todavia esa parte no llega. 

Por favor comenten.

¡Las quiero! ♥

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