Capitulo Diez

- ¿Ya se lo has dicho? -exclamo impaciente Daysi.

Kimberly suspiro y negó lentamente con la cabeza.

-Se lo iba decir, incluso salimos afuera para charlar mejor y luego...

-Te acobardaste. -aventuro Daysi mientras la miraba con desaprobación.

-No, fue Emma, esa niñita tonta.

- ¿La hermana menor de James? -Pregunto incrédula la morocha - ¿La dulce y tierna Emma?

-Si la misma, y para tu información no es nada dulce, es un diablito llorón. -Exclamo la rubia mientras cerraba los puños - Nos interrumpió, llorando, mágicamente James se olvidó de mi existencia y se centró por completo en Emma -comento entre dientes.

Daysi echo su cabeza para atrás mientras reía.

-No es gracioso -le fulmino con la mirada -No sabes lo difícil que es confesar tus sentimientos, al menos para mí lo es, y juro que se lo iba a decir.

-Tal vez el destino no los quiere juntos -La morocha se encogió de hombros.

- ¡Estoy enamorada de él, desde hace dos años! -Exclamo Kimberly - ¿A quién cojones le importa el maldito destino? Él ya es mío, sé que siente lo mismo que yo, solo falta que alguno de los dos de... el primer paso.

Daysi entrecerró los ojos y oculto otra risa.

- ¿No crees que si por lo menos le gustaras ya te lo habría dicho o insinuado?

Kimberly negó con la cabeza, pensativa.

-No...él es muy tímido eso es todo.

La morocha ya no soporto y se echó a reír nuevamente.

- ¿James? ¿Hablamos del mismo James? Por favor...

Kimberly le dio otra mirada fulminadora.

-No me mires así -le señalo con un dedo amenazador a la rubia - Lo que trato de decir es que, si él estuviera enamorado de ti, no creo que se lo guardara por mucho tiempo. Y lo que te digo es por tu bien y el de tus sentimientos, tal vez el este enamorado de otra chica, el otro día lo vi con una castaña muy bonita, y se cuándo un chico coquetea y él estaba coqueteando con ella. Pero si quieres consuelo a la castaña pareció resultarle indiferente.

- ¿Cómo era? -pregunto Kimberly con cólera.

- ¿Cómo era qué?

-La castaña, ¿cómo era? Hablamos de bonita, muy bonita o muy, muy bonita.

-Oh, era muy bonita. Pero no lucia como si fuera de aquí, no la pude ver tan de cerca... -Daysi se encogió de hombros.

-Y dijiste que a ella le resulto indiferente, ¿no? -La morocha asintió con la cabeza - Conozco a James, él no se interesaría en alguien que se comporte con el de esa manera, indiferente...

- ¡Vamos, Kimberly! - Daysi puso los ojos en blanco - ¡Es un chico! A ellos les encanta que los ignoren. Sabes, ahora que lo pienso, la castaña sabia como coquetear.

-No me estas ayudando Daysi -exclamo la rubia con frustración.

- ¿Qué? ¿Querías que te mienta y te diga que era una flaca, alta con una sola ceja?

-Eso ayudaría bastante...

-Kim, escucha, tal vez yo este equivocada ¿Bien? Pero algo me dice que hay que ver quién es esa chica...ya sabes, para que no quedes como una completa idiota cuando le confieses tus sentimientos a James y él te diga que le gusta otra. O peor que tiene novia.

Kimberly suspiro, resignada. James no podía tener novia. Además si fuera así, ¿ella no iba a ser la primera en enterarse? La rubia era una de las mejores amigas del vaquero, claro que se iba a enterar si tenía novia. Pero por las dudas, tenía que saber quién era esa castaña. Y si importaba algo para James, se encargaría que cualquier sentimiento de lado se esfumara, no iba dejar que una castaña bonita se interpusiera en el camino, iba a pelear por lo que le pertenecía, iba pelear por el simple hecho de que estaba enamorada de él.

Melanie se aferró más a la camisa de James, y el no podía negar que le resultaba divertido -incluso, tal vez le gustaba- la cercanía de la castaña. Pero a este paso lo asfixiaría.

-Melanie, trata de tranquilizarte ¿Quieres?

-Estoy...estoy tranquila -insinuó Melanie a espaldas del vaquero.

-Tus uñas me están clavando la piel.

-Oh...-la joven trato de relajar los puños.

James hizo que el caballo caminara más rápido, más bien corriera. Melanie abrió los ojos como platos mientras se tragaba un grito y por instinto cerro los puños alrededor de la camisa del joven.

- ¡Auch! Melanie -exclamo James haciendo una mueca de dolor.

-Lo siento... ¡esto es tu culpa! -Lo reprocho- deja de manejar a esta cosa tan rápido. -exclamo entre los trotes de Prada.

James rio.

-A un caballo no se le maneja, se le cabalga. -le corrigió poniendo los ojos en blanco.

-Desde aquí puedo ver tu expresión -dijo Melanie entrecerrando los ojos- Sabes algo, esto fue mala idea -comento cuando el caballo aumento su velocidad - ¡Bájame, ahora! -ordeno asustada.

-Tranquila, ya estamos por llegar.

- ¿Adónde me llevas? ¿No pensaras dejarme tirada por ahí verdad? -pregunto burlona.

-Aunque la idea me resulta irresistible, no. -sintió como lo pinchaban - Melanie...

-Tú empezaste -se encogió de hombros la joven.

El viento golpeaba suavemente la cara de Melanie, empezó a gustarle esa sensación del viento revoloteando su cabello, en eso momento no le importo si se estropeaba o no, cerró los ojos y se relajó, por primera vez en todo este tiempo se permitió no pensar en nada más que el dulce aroma de James, le gusto, en realidad le gusto la cercanía del vaquero, ya no le clavaba las uñas, estaba relajada y con una tímida sonrisa disfruto del viaje -sea donde sea que le estaba llevando James-.

Cinco minutos después el caballo fue disminuyendo el trote hasta que paro por completo. Melanie -sorprendentemente- no deseo que Prada se detuviera.

James bajo a la joven del caballo y luego se bajó el, cogió la soga de Prada y la ligo a un árbol cercano.

Melanie observo el lugar, asombrada. Un lago y una barca, árboles muy altos y frondosos. La hierba era abundante, y verde. Había unas cuantas rocas en las esquinas del lago, Se podía ver claramente una serie de montañas, y de árboles muy juntos que formaban un bosque. 

El ambiente no es era tan cálido, aunque tampoco frío, porque el cielo no estaba muy tapado de nubes, aunque se podía divisar unas cuantas más. 

No existía el ruido, ni coches, ni gente, claro, solo se escuchaban los pájaros y el sonido de las ramas de los árboles cuando chocaban a causa del viento, que hacían que el lugar fuera muy tranquilo.

El sol se empezaba a marcharse dejando el cielo en un tono anaranjado.

James miro lo asombrada que estaba Melanie, se preguntó si en Nueva York había lugares así como este.

- ¿Te gusta? -pregunto acercándose a la joven.

-Es...es hermoso -esta vez lo decía en serio, realmente nadie podía no quedarse con la boca abierta al ver el lago. - ¿Vamos a subir a el bote? -pregunto con esperanza.

-Si tú quieres...

-Me encantaría -exclamo Melanie con una sonrisa que dividía su cara.

James la observo, realmente era bonita, más cuando sonreía, sus ojos eran de un color verde claro y su cabello era largo y castaño. Sus labios eran carnosos y rosas.

Melanie carraspeo haciendo que James volviera su vista a sus ojos y no a sus labios.

-Bien, subamos.

Una vez adentro, el vaquero desprendió la soga que unía el bote con un poste y empezó a avanzar. El silencio reino entre ellos, pero no era un silencio incomodo, era tranquilo, era especial. Ninguno de los dos quería romperlo. Melanie seguía observando el lugar, el agua hacia un sonido tranquilizador, ella cerro los ojos y nuevamente se permitió relajar y sonreír.

-Es hermoso -repitió.

-Sí que lo es. -murmuro James.

Melanie abrió los ojos creyendo que él estaría mirando el lugar, pero se sorprendió al notar que James la mirada directamente a ella.

La joven sonrió y lo miro directo a los ojos, en silencio. Le gustaba estar así -con el- de verdad le agrada la compañía. Nadie hablo por un largo rato, James fue el primero en romper el dulce silencio.

-Lo siento -murmuro.

Melanie lo miro confundida.

- ¿Por qué? No, ya se, estás hablando de la broma?

El joven asintió algo nervioso.

-Creo que de verdad me pase, y para ser sincero no creí que ibas a...llorar. Solo quería que volvieras a ser la de antes, estabas muy callada y yo creí...

-Descuida -le interrumpió la muchacha- En realidad no llore por eso -dijo suspirando- Yo solo estaba algo enojada con todos, por no decir deprimida.

- ¿A si? ¿Por qué? -pregunto James mientras fruncía el entrecejo.

-Extraño mi hogar -murmuro melancólica la castaña.

James la miro, de todas las respuestas que podía haber adivinado que Melanie podía haber respondido, no pensó en esa.

-Estaba enojada con mis padres -prosiguió la joven- enojada con este lugar, enojada con Connor...

- ¿Tu novio? -interrumpió James.

-¿Qué? No -Melanie negó con la cabeza, ahí fue cuando el vaquero se dio cuenta que estaba conteniendo la respiración, exhalo suavemente.

-En fin, enojada con todos. Más con la zorra de April.

- ¿April?

-Una perra que se cree superior por acostarse con la mitad de los tipos de Nueva York.

James rio.

-Ella me quito a Connor, mi cita para el baile de otoño, pero realmente de momento no importaba, hasta que supe que no fue lo único que me quito, también mi puesto de capitana de las animadoras, no sabes cuánto me esforcé en tener ese puesto. Horas y horas de ensaño. -suspiro nuevamente frustrada -. Y ya sabes lo que eso significa...

-En realidad no.

Melanie rio.

-Eso significa, cero popularidad, amigos, y puesto gratis en la cafetería.

James frunció aún más el ceño.

- ¿En serio esas cosas te importan tanto, verdad?

-No sabes cuánto.

- ¿Te doy un consejo? La popularidad no lo es todo, a veces las personas que tienen menos amigos son las que más valen, yo creo que si esos "amigos" se van es porque realmente jamás les importaste de verdad, solo quisieron algo de ti, y aquellos que en realidad se quedaron contigo en las buenas y en las malas, esos amigos son los que realmente tienes que cuidar y valorar, porque significa que de verdad te aprecian por lo que eres y no por tener dinero o ser popular.

-Guau, eso me da mucho en que pensar, no creí que fueras tan profundo-se burló Melanie - Me dan ganas de aplaudirte pero mis manos están congeladas.

- ¿Sabes de que tengo ganas?

- ¿Qué? -dijo Melanie entrecerrando los ojos.

-Besarte, tengo unas ganas inmensas de besarte. No creo poder contenerme por mucho más tiempo.

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Estrellita si te gusto! ♥