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«Su boca sabía a miel pero era veneno»
Nadie sería nunca capaz de admirarla como el lo hacía. De ver más allá de su cuerpo sin vida, sin fuego pero aún así lleno de vida, de fuego. Miró sus manos y estaban llenas de belleza y de muerte. Por eso cogió los pinceles y siguió pintando, amando lo que hacía, odiando a la vez pero haciéndolo después de todo.

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