No nos lo planteamos mucho, entramos dentro de la casa.
Era vieja las cosas se caían, pero los muebles y complementos estaban bien. Todo en un liguero orden.

Teníamos el miedo en el cuerpo. ¿ Por que ella nos mandaría aquí ?
Íbamos entrando dentro de casa sala, confiando ciegamente en ella.

Nunca pensé que me quedaría como una estatua, al verla quieta en medio de una sala.
Allí estaba, quieta, mirando el suelo, con el teléfono en mano.
Lo deja caer y vemos que en él esta mi ultima conversación con ella. Nos peleamos. Pero a pesar de eso siguió allí.

"Perdón"

Es lo único que recuerdo después de oír gritos. Y sentir dolor.

Ella era una asesina en serie, y de la que no confiamos era ella de verdad. Y nos costo la vida pensar eso.

Ahora con muchas otras almas, navegamos las oscuras aguas. Perturbados por desconfiados.