Cuando éramos pequeños ella tocaba el violín. Decía que era el único instrumento que le llamaba la atención como para dedicarle su tiempo.

Me encantaba escuchar la se notaba que lo disfrutaba y estaba contenta con el resultado.

Conciertos, orquestas, participo en todos los lugares que te puedes imaginar. Era una gran arista.

Pero entonces algo cambio. Su relación con la profesora que siempre había sido de amorodio estaba empeorando. Hablo con los de la escuela pero no la dejaron cambiar de profesor.

Intento cambiar de instrumento, pero fue en vano. Entonces lo dejo, todo absolutamente todo, empezó a cambiar.

Y no para bien, empezó a odiarse a si misma, hasta el punto de menospreciarse. Y entonces le aumentaron los problemas.

Un día, hace poco, vi que en su armario estaba su violín.  Le pregunte y me digo que no podía vender o tirar tantos recuerdos que habían compartido.

Ahora también lo tengo yo...