*William Collins en multimedia*

Capítulo 7:

Me sentía como la mierda y mas por tener que asistir a esa bendita fiesta. Joder. Nick no comprendía mi cambio de decisión y creo que era lo mas acertado; que no se enterase de la madre que tenía. Suelto un suspiro y me observo en el espejo. Eloise había elegido un bonito vestido para una noche como hoy, debía admitirlo y me obligó a llevar mi cabello en un elegante moño.

Ella y su manía porque te veas perfecta.

Lo sé, me dan arcadas de solo verme. Vamos, podía por mí misma elegir un vestido; no todo necesitaba de su aprobación. Pero -y aquí uno de los malos- era imposible que no lo hiciera, que no se metiera en mi vida. Estupendo. ¿Algún día dejaré de darle el poder de manejar mi vida? No lo sabía con exactitud, pero temía que nunca dejase de suceder.

Unos suaves golpes en mi puerta, me sacan de mi ensimismamiento y volteo, encontrándome con Nick. Lleva un smoking negro, que lo hace lucir muy apuesto. Una sonrisa adorna su rostro, aunque sabía que era de esas por compromiso. Sé que no le hacía ilusión ir y algo me decía que allí estaría su enamorado. ¿Quién era? Ni idea, tampoco hemos vuelto a tocar el tema y lo agradecía. Porque era probable que acabase por contarle de mi conversación con Eloise y no, no sería la mejor de mis acciones. Oh vamos, el que lo sepa es hacerle daño y no lo merece.

Ya, es un ser de luz y como tal tiene derecho a ser feliz.

Por supuesto que sí. ¿acaso no lo merece?

¿Y tú?

Yo soy un caso aparte, ¿vale?

—Estas guapísima —me halaga y le regalo una pequeña sonrisa.

—Tú no te quedas atrás, eh —le digo en el mismo tono—. Hoy estas para matar.

Niega divertido por mis recientes palabras y luego su rostro se torna serio. Joder. ¿Ahora que? Por favor que no toque el tema de la boda e Ian, no estoy de humor para ello. No me apetecía sacarlo a colación, porque es seguro que soltare todo eso que vengo guardando.

—Me quiero disculpar por mi actitud de hace unos días, fui un completo imbécil y no te mereces que sea así. Ya tienes bastante con la boda y Eloise, como para sumarle los berrinches de tu hermano mayor —comienza disculpándose, mientras se rasca debajo de la barbilla; un gesto que interpreto como nerviosismo—. ¿Puedes perdonar a este idiota? —quiere saber y una sonrisa se desliza por mi rostro.

—No hay nada que perdonar, Nick —le aseguro y sus brazos no tardan en rodearme.

No puedo evitar devolver aquel abrazo, era como una caricia a mi alma. El estar bien con él, es lo mas importante para mí. Eloise se puede ir al demonio, no dejaré que le haga daño; lo protegeré a como de lugar. Un carraspeo nos interrumpe, mi padre se encontraba en el umbral de la puerta. Una dulce sonrisa estaba en su rostro, supongo que le alegraba vernos así de unidos. Supongo, porque nunca hablo con él. Tampoco es que intente entablar una conversación conmigo, eso esta claro.

—¿Estáis listos? —pregunta y ambos asentimos al unísono—. ¡Estupendo! Es mejor que bajemos, vuestra madre esta histérica porque no quiere llegar tarde —comenta con diversión lo último, parece que tampoco le hace mucha ilusión ir.

Sin emitir palabra alguna, los tres emprendemos camino hasta el coche de mi padre. Donde efectivamente nos esperaba una enfurruñada, Eloise. Estaba que echaba humo por sus oídos, era divertida la situación. El llegar tarde no era su fuerte, le gustaba la puntualidad. Joder.

Nos acomodamos en el coche y mi padre encendió el mismo, así comenzando el camino hacia aquel lugar. íbamos sumidos en un silencio sepulcral, digamos que la comunicación no era nuestro fuerte. Creo que nunca tenemos una como familia, William -mi padre- no se interesaba mucho en nuestras vidas y de Eloise ya sabéis.

Tal vez malinterpretas a tu padre y se interesa en vuestras vidas.

Claro, no sabes cuanto le importa. Estoy intentando no hacer una mueca extraña y que piensen que estoy loca, por tener una pelea mental con mi consciencia.

Pasados unos quince minutos, llegamos al hermoso hotel donde se celebraría la fiesta. Había periodistas y cámaras por todas partes.

Ve preparando tu encantadora sonrisa.

Ni me lo recuerdes, maldición. Debo fingir que soy una prometida feliz y eso no me agrada en demasía. Mi padre estaciono el coche y una vez bajamos del mismo, los flashes de las cámaras se hicieron presentes. Los Weasley salieron a nuestro encuentro, supongo que mi madre acordó llegar al mismo tiempo. Joder. Sin que lo espere, Ian se acercó a mí y me ofreció su brazo. Podía oír los murmullos de todos, mañana esto será la comidilla de todos los putos medios. Genial, notesé mi entusiasmo por ser el centro de atención. Mierda.

Nick estaba a mi lado, se le notaba incómodo. Tampoco le hacía gracia todo esto y menos que nos estén encima. Logré respirar una vez estuvimos dentro del edificio, por lo cual solté el brazo de Ian. Se sentía extraña su cercanía, como si no la mereciese. Ideas mías, supongo. Que va, estamos fingiendo para complacer a nuestros padres.

Ethan estaba en la puerta principal que llevaba al salón, con un elegante smoking y saludando a cada invitado. Nosotros no fuimos la excepción, con una radiante sonrisa nos dio la bienvenida:

—¡Estáis guapísimos! —nos halago, creo que mas que nada por compromiso—. Gracias por asistir, es muy importante para nosotros que estéis aquí —agradeció.

—El placer es nuestro, Ethan —mi madre le rodeó con sus brazos y le dio dos besos.

Por mi parte me límite a regalarle una sonrisa, solo por quedar bien; sin decir mas nada entramos en el salón. El cual estaba lleno de personas, quiénes bebían y reían como si nada. Puff, solo asistían para que vieran cuanto dinero tenían en sus cuentas bancarias. Por eso detestaba estos eventos y siempre era arrastrada por Eloise, mi dulce madre. Joder.

Divise entre todas las personas a mi mejor amiga, Alexandra Stone. Estaba mas guapa que nunca, con su cabellera rubia suelta y esos ojos azules maquillados de manera muy sutil. Vestía un elegante vestido azul, algo escotado -vamos, ese era su estilo- y con una falda que llegaba casi al suelo. Supongo que sus padres le han obligado a venir, pero conociéndole no supo ser ningún problema. Le gustaban estos eventos, casi siempre acababa saliendo con alguien que conocía por aquí y cuando se aburría de ello, cortaba toda relación. Lo mencioné antes, quisiera ser como Alex; ella no deja que sus padres manden en su vida. Ya, lo sé; debería pedirle un poquitín de su valentía y así hacer de mi vida algo mas alegre o menos obligada por Eloise.

Caminé a su encuentro, ya deseaba beber unas copas con ella y tal vez hablar sobre la universidad. Vaaale, podría ser menos aburrida y no sé, hablar otros temas. Ian, puede ser uno o también la boda o Nick.

O Ethan.

Claro que no.

¡Oh, vamos! Podríamos pasar horas hablando de esos ojos azules, los cuales te traen loca.

Venga ya, ¿qué me traen loca? ¡Por supuesto que no! Le odio, por sino te has dado cuenta aun. Además él sabe que Ian ama a otra persona y no hace nada por evitar que se casé con otra chica. Maldición.

Debo dejar de tener discusiones con mi adorable consciencia, porque como siempre -triunfando en la vida- me he distraído y choco con la espalda de alguien. Estupendo, Liz. Vamos, el universo conspira en mi contra.

—Cuanto lo siento... —comienzo a disculparme y cuando la persona en cuestión voltea, siento como mi respiración se corta. Mierda, debía de ser una puta broma—, Connor —pronuncie su nombre, sin dar crédito a ello.

Una sonrisa se desliza por su rostro y sí, algo se remueve en mi interior. Hace mucho tiempo que esa sonrisa, era mi cosa favorita en el mundo. Joder. Encontrarme con él, no es bueno. Porque habían cosas que quedaron sin aclarar en el pasado y yo... Agh, no estaba lista para dar explicaciones. Porque sí, terminé nuestra relación y puede que no le haya dado una razón coherente. También puede que le haya roto el corazón y que mi madre este involucrada. Puede también que le haya mentido y dijese que no le quería, que estaba viendo a alguien más. Ya, merezco irme al infierno; lo sé.

¿Ya os dije que juzga a las personas por su aspecto? Bien, Connor es todo eso que ella odia y sí, metió sus narices en mi relación para que le dejase. Recuerdo sus palabras aún, resuenan en mi mente como si me las estuviera diciendo en este preciso momento:

—¡Por Dios santo! ¿Acaso no le has visto, Elizabeth? Ese chico no te conviene, su aspecto es repugnante —soltó sin importarle cuan hirientes pudiesen ser sus palabras.

No pude evitar reír amargamente, ¿qué mas daba su aspecto? Yo le quería igual, me importaba una mierda su opinión sobre él. ¿Pero Eloise lo entendería? Oh, por supuesto que no. Mi adorable madre, no lo aceptaría. Joder. Quería que cerrase el pico, que no intentase manejar mi vida amorosa a su antojo. Ahg, yo deseaba estar con Connor y que nadie interfiriese. Pero la veía difícil y aun mas, si mis padres se oponían a ello.

Apreté el puente de mi nariz y solté un sonoro suspiro, me estaba haciendo de todo mi autocontrol para no decirle un par de cosillas.

—No le dejaré, mamá —le respondí muy segura.

Por su parte ríe de manera sarcástica y niega con su cabeza, mis recientes palabras no le gustan ni un poco.

—¿Crees que tu padre y yo aceptaremos esta relación? —pregunta y no me deja ni responder, que prosigue con su diatriba—, Por supuesto que no, cariño. No es para tí, mereces lo mejor y Connor no lo es. Seamos sinceras, ¿cuánto crees que duraría vuestra relación? Se cansara de ti tarde o temprano, lo sabes y yo lo sé también —me dice, como si esas palabras no fuesen a hacerme un enorme daño—. Así que por tu bien, es mejor que acabes con esto y por una vez, hagas feliz a tu madre —deposita un beso en mi frente, dando por zanjada la conversación y sin darme mas opciones.

Sí, lo sé; no debí hacerle caso y menos aun terminar aquella relación. Vale, tenéis razón; soy una gran IMBÉCIL y va en mayúscula porque si. Ahora entienden porque me gustaría ser un poquitín como Alex, ella no habría dejado a Connor; hubiese peleado con uñas y dientes por él. Pero en cambio yo, soy una cobarde.

Una asquerosa cobarde.

Vale, ha quedado claro; gracias.

Pero volviendo al aquí y ahora, estaba frente a quien herí y quise como a nadie. ¿Siempre fue así de apuesto? Claro que sí, pero los últimos años no le sentaron para nada mal. Su cabello negro perfectamente peinado, sus ojos verdes que en su momento me traían loca. Vestía un elegante traje negro, va muy con él. Note por encima del cuello de su camisa, que su fascinación por llenar su cuerpo de tinta; no había cambiado, ya que sobresalían del mismo algunas líneas de algún tatuaje. Los piercings de su nariz y orejas, permanecían ahí. Connor seguía ahí, donde le dejé y una punzada de dolor, atraveso mi pecho. Maldición, no estaba lista para enfrentarle; oh por supuesto que no. Cerré mis ojos un momento, todo esto comenzaba a abrumarme. Mierda.

—Liz —pronuncio el diminutivo de mi nombre y con solo eso, una corriente eléctrica recorrió mi espina dorsal por completo. ¿Cómo podía seguir teniendo ese efecto en mí?—. ¡Que alegría verte! Estas guapísima, joder —me halaga y sin que lo espere, deposita un beso en la comisura de mis labios. Oh, mierda; calma Liz.

Vale, puede que Connor sea nuevamente mi favorito.

¡Cierra el pico!

Sigo media atontada, sin saber muy bien como reaccionar. ¿Qué debía hacer? Huir era una opción muy tentadora, pero -aquí uno de los malos- quedaría como una completa idiota que no sabe afrontar situaciones complicadas. Aunque no estaría muy lejos de serlo.

—T-también es una alegría verte —consigo formular y sí, tartamudeo en el proceso. Porque siempre voy triunfando en la vida, estupendo.

Una sonrisa se expande en su rostro y mi respiración se corta por completo, ¡vamos! ¿Es enserio? ¡Concéntrate Elizabeth!

—He oído que Ian y tú, os casaréis —comenta como quien no quiere la cosa.

Por favor no, no tú Connor. No tendremos esta conversación absurda y menos sobre Ian y la boda patética.

Sonreí de manera tensa, buscando en mi mente una excusa para evadir esto y me rasque el cuello en gesto nervioso.

—Hey, tranquila —dice, sin quitar esa estúpida sonrisa de su rostro. Me hacía sentir fatal, porque vamos tenía que estar enfadado; no así—. Nick menciono que quizá tu adorable madre, te esta presionando para que te cases —admite y yo quiero asesinar a Nicholas por ello. ¡Como se atreve a decirle eso!

—Connor, yo... —me corta.

—Cuando me dejaste, al principio me la creí que había otro. Vamos, no soy tan genial y podía ser que te aburrieras de mí, ¿vale? Pero después lo entendí, me querías y había alguien que te presiono para hacerlo y lo supe, tu madre sería mi persona menos favorita en el mundo.

Me quedo boquiabierta, sin saber que decir ante tal declaración. Lo sabía, sabía que fui obligada a terminar lo nuestro y que Eloise era gran culpable en eso. ¿Pero que importaba ahora? Ya no podíamos regresar el tiempo atrás, iba a casarme con alguien a quien no amaba y listo. No había mas.

Joder.

Vale, JODER.

¿Qué se hacía en estas situaciones?

Huir con tu antiguo amor, no es mala opción.

¿Y que a Eloise le de un ataque?

Tampoco es mala opción.

Dejaré de oír tus tonterías, vale. A veces me sorprende, lo descabellada que puedes ser.

—¡Connor Wells! Cielo, que guapo estas —chilla la voz de mi madre, vamos; estaba fingiendo que le alegraba verle. Lo sé, le conozco demasiado bien.

No, no estaba lista para que ambos se enfrenten. Venga, una guerra se aproximaba y puede que yo este en el medio de la misma.

También puede que estes exagerando un poco.

No me dicen drama queen, por nada.

Respire con profundidad, preparándome para lo que pasaría a continuación y que comentarios haría mi adorable madre.

(...)

Ya. lo sé. Os he dejado el capítulo en suspenso jaja Pero amo haceros eso!! Vale, me merezco el infierno jaja Espero os guste el capítulo, tanto como a mí al escribirlo. Me hace ilusión estar con esta historia nuevamente y hacerle estos cambios. En fin, espero vuestros comentarios. Me emociona leeros y saber vuestras opiniones.

¿Qué pensáis de Connor? ¿Os agrada?

¿Odian a Eloise por interferir en la vida de Liz?

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Os mando un abrazo anorme y espero os guste este capítulo :3

Os ama:

—Vicky—