Capítulo 5. [Corregido]

*Eloise Collins en multimedia*

Capítulo 5:

—Listimi ti midri diji qui iriin —bufo, haciendo una mala imitación de Ethan. Aunque esas no hayan sido sus palabras exactas, sé muy bien que las ha pensado. ¡Imbécil! Y también Eloise y su manía de arrastrar a todo el mundo, a esas malditas fiestas.

Nick se encuentra frene a su ordenador, revisando cosas de la empresa; el pobre a tenido que oír mis quejas desde que Ethan se fue. Claro que a él tampoco le entusiasma asistir a esa fiesta y anda a saber que pasa entre ellos. ¡Joder! Y si él es el chico del que me habló Nick, no lo había pensado. Parecía que se conocían y algo me dice que esconden más de lo que dicen.

Por eso vino, a disculparse por ser un cobarde y no luchar por mi hermano. El compromiso y la cena benéfica son una excusa. ¡Vino a por Nick! Para que le perdone y regresé a su lado. Pero no esperaba ser rechazado, ¡es eso! Elizabeth eres una genio y sin que te lo cuente, has averiguado de quien esta enamorado tu hermano. ¡Ethan Blaire! Sus padres deben de ser tan anticuados como los míos y por esa razón no les ha contado que le van los tíos. Entiendo que no es fácil, pero me ha soltado un sin fin de mierdas por el compromiso y él no es capaz tampoco de luchar por la persona que ama. Demonios. Parece ser, que es tan miserable como yo. Genial. Pobre Nick, enamorado de ese idiota. Cobarde de mierda,si que lo es ¿y me ha dado un sermón a mí?

Ahora le detesto con mas razón y peor aún. Iría a buscarle para espetarle que luché por Nick y que no sea tan idiota de perderle. Vamos, ¿dónde encontraría un mejor partido que mi hermano? ¡Exacto! ¡En ningún lado!

Nicholas es único y maravilloso, pero no pienso eso porque sea mi hermano; claro que no. Esta mas claro que el agua, que lo es. Y solo alguien como Ethan le dejaría ir, por no gritarle al mundo que le gustan los chicos. Yo seré una imbécil por aceptar este matrimonio, pero él no se queda atrás.

—A mí tampoco me hace ilusión ir —dice Nick, sin quitar la vista del ordenador—, Pero sabes como se pondrá Eloise, si nos negamos —me recuerda y mascullo una maldición. ¡Joder, con mi vida!

—No me lo recuerdes —gruñí a modo de respuesta.

Demonios, él tenía la jodida razón. Aunque no quisiésemos ir, comprendíamos como se pondría nuestra dulce madre. ¡Pondría el grito en el cielo! Ir suponía fingir que éramos una familia feliz y que nos neguemos a ello, es un grave error. Pero -y aquí viene uno de los buenos- estaba a tiempo de decir no, de darle la vuelta a esto y quedarme en casa. Aunque eso signifique que Eloise se enfade, cosa que no me importa -al menos en este momento-.

Nick gira sobre la silla de su escritorio y me observa detrás se sus gafas para leer -esta casi hecho un anciano-, es obvio que algo quiere decir. ¿Pero que era? ¿Acaso confesaría que Ethan es su enamorado? ¿O es algo relacionado al compromiso? ¿Hay manera de evitarlo y él lo sabe? Vale, soñar no cuesta nada; ¿no? Pues eso hago, siempre mantengo la ilusión de que todos cambien de opinión hacia esta tontería y me dejen en paz. Pero eso no sucederá, de manera involuntaria suelto un suspiro. Mi destino esta escrito y no hay manera de reescribirlo. Estupendo. Comienzo a creer que el universo ama conspirar en mi contra, de verdad os lo digo.

—¿Qué piensas de Ian? —suelta al fin, no esperaba esa pregunta.

Me rasco debajo de la barbilla, nerviosa. ¿Había una respuesta para ello? Es que yo tampoco sabía cual era, ni que responder. Porque no le conocía y la noche anterior, no tuve tiempo de conocerle ni un poco. Respiro con profundidad y observo el techo de la habitación.

—Es bastante... —lo sopeso un momento—, No lo sé, Nick; se me hace extraño que acepté este matrimonio y no se oponga a ello —confieso—. Es más, Ethan mencionó que Ian esta enamorado de alguien más; es obvio que no me dijo de quien. Agh, no lo comprendo; ¿sabes? Si ama a esa chica, ¿porque aceptar casarse con una desconocida? —quiero saber, porque de verdad no me entraba en la cabeza su decisión.

—¿Ethan mencionó eso? —una amargura que no dejé pasar, abordo su voz.

—Además de llamarme cobarde, por no oponerme al compromiso; sí eso dijo —admito.

Por su parte se queda pensativo y vuelve a girar, hacia su ordenador. Genial. Quizá esperaba que Ethan me contase lo suyo o no. Joder tengo mas dudas que respuestas, en serio. Por un lado Ian, a quien ni siquiera conozco y luego esta Ethan quien parece tener mucho que decir, pero poca disposición para abrir la boca. Y a eso hay que sumar a Nick, quien esta enamorado de un imbécil que no le quiere. Vamos bien Liz, muy bien.

Y tu madre, quien te obliga a casarte.

Oh gracias, joder gracias; por el puto recordatorio. Pero ahí tenemos otro problema: Eloise. Quien aunque alguien quiera oponerse con una razón válida, ella podrá destruirla. Sí, claro que si. Mierda.

Unos golpes suavecitos en la puerta, me sacan de mi ensoñación y tras un "adelante" de parte de Nick, Margaret entra en la habitación. Nos sonríe de manera dulce y habla:

—Niños. la cena esta lista y Lady Eloise os espera —anuncia y bufo sin poder evitarlo. Que manía tenía de que la llamasen así, joder.

—No somos niños, nana —le recuerda, mi hermano.

Por su parte, Margaret niega divertida. Claro, en sus ojos aun somos esos pequeños que corrían por la casa y que ella debía perseguir antes de que cometieran una tremenda travesura. Nick y yo nos miramos, cómplices ante los recuerdos.

—Para mí, siempre serán mis niños —dice con tanto amor, que juro que lloraré.

—Es mejor que bajemos o Eloise, se pondrá como una cabra loca —interviene Nick, mientras que suelto una carcajada y nuestra nana le regaña.

Aunque sabía que mi hermano tenía razón, Margaret era incapaz de darla y en ponernos en contra de nuestra madre. Claro que fue testigo de la falta de amor e interés, pero a pesar de todo; ella jamás lo hizo. Los tres bajamos hacia el comedor, donde mis padres nos esperaban y el rostro de mala leche de Eloise, estaba presente. Oh sí, disfrutaba mucho de ello. Si había algo que amará, era hacerle enfadar; aunque a veces no fuera la mejor idea.

Me acomode junto a Nick y Margaret, sirvió la cena. La cual comenzó con un silencio sepulcral, yo estaba menos que dispuesta a romperlo. Podía imaginar cuales eran los temas de conversación: la boda, el vestido, la comida, la fiesta, Ian y todas esas chorradas; de las que no quería tener que ver. No me apetecía hablar sobre ello y menos que hagan preguntas, a las que no tengo respuesta. Porque sí, no las tenía.

¡Oh vamos! Sería agradable ir a esa fiesta y ver esos ojos como el puto océano.

¿Podrías no meter tus narices en mis asuntos? Gracias.

—¿Elizabeth, me estás escuchando? —chasquea sus dedos frente a mí, Eloise.

Suelto un suspiro involuntario ante su contestación, siempre tan arrogante.

—¿Qué sucede, Eloise? —pregunté en un tono borde.

Estupendo, todo eso que he querido evitar; no se podrá. Me mira y hace una mueca de desagrado por mi forma de hablarle. ¿Espera que le hable bien? Entonces que esperé, porque jamás sucederá.

—Comentaba que el martes habrá una fiesta benéfica por Blaire Company, ya que la empresa cumple años —repite lo que anteriormente había dicho y que yo pasé por alto. Bueno al menos no es sobre la boda, aunque este tema tampoco me interesa.

—¿Y? —alcé una ceja, intentando que fuese al grano del puto asunto.

Pero vamos, me la venía venir; sino era la boda, debía ser sobre esto.

—Es que debemos asistir y más porque Ian es el mejor amigo de Ethan —explica de manera resumida y le da un sorbo a su copa.

—Ve al grano, mamá —le espeto y sonrío de manera falsa, al llamarle de ese modo. Por su mirada, sé que lo ha entendido y no le gusta nada. Oh joder, por dentro lo estoy disfrutando.

—Lo que tu madre quiere decir que como eres la prometida de Ian, debes asistir. Bah, todos debemos asistir —explicó mi padre, interviniendo en la conversación y dándola finalizada. Mierda.

—Genial, no iré —avisé tranquilamente y llevé una patata a mi boca. ¡Que les den

La furia se hizo presente en el rostro de Eloise. ¿Me importa? ¡En lo más mínimo! Al contrario, lo estoy disfrutando. No pensaba prestarme a esa mierda y nadie me haría cambiar de idea. Menos ella, ya tenía bastante con la jodida boda.

—¡Claro que irás! —sisea apretando sus dientes, que se envenene con su propio veneno.

—¿No has escuchado, acaso? Te lo vuelvo a repetir, por las dudas. ¡No iré! —le sostuve la mirada, mientras soltaba cada palabra.

Su rostro estaba más rojo aún, creo que hasta humo salía de sus orejas; mis palabras no le causan gracia alguna.

Esto se pone cada vez mejor, ya traigo las palomitas.

—Elizabeth Collins —pronuncia mi nombre con furia—. ¿Qué crees que has dicho? —sonaba realmente molesta, intentaba estar calmada -intento que era en vano-.

—No lo volveré a repetir, Eloise. Ya los has escuchado, perfectamente —le desafié.

¡Sigue así! En poco tiempo termina tu suerte.

Papá y Nick no decían ni una sola palabra, solo se limitaban a escuchar nuestra pequeña riña. ¿He dicho pequeña? ¡Esto pronto será la Tercera Guerra Mundial! Estaban en medio del campo de batalla y no sabían que hacer. Quedarse o huir, aunque la segunda opción era tentadora. Sé que mi hermano quería intervenir, pero le dejé en claro con una mirada, que no lo hiciese. Esto era entre mi adorable madre y yo. Y por una vez, tengo que valerme por mi misma y hacerle frente. No puede pretender que por siempre va a manejar mi vida, porque no será así.

—Con su permiso, ya terminé de cenar —avisé, levantándome de la mesa y arrojando la servilleta en la misma. Gesto que solo aumento el enfado en Eloise, lo podía ver en su rostro.

Caminé hacia fuera del comedor, los gritos de mi madre llegaron a mis oídos; pero hice caso omiso a ellos y continúe hacia mi habitación.

¡Eres la puta ama! ¡Estoy orgullosa de ti!

Me daba igual su maldita rabieta, bastante tenía con aceptar la maldita boda. ¿Qué más quería? No iba ha someterme a todos sus caprichos. ¡Claro que no! Una vez dentro de mi habitación, me coloqué mi ropa de dormir. La cual consistía en un short gastado de tela, color rosa y una musculosa azul. ¿Muy sexy, no? Abrí las mantas y me acomode debajo de ellas. Tomé mi móvil, junto a los auriculares y me dispuse a oír algo de música, así lograría calmar el golpeteo en mi pecho. Ahora que la adrenalina del momento se disipaba, me sentía extraña. Siempre he tenido peleas con Eloise, pero no como la de esta noche.

Comprendí que ella buscaría la manera de arrastrarme a esa fiesta y que no me gustará nada, porque la conocía y por eso debía esperar lo peor. Habría un chantaje, quizá no sea sobre mi carrera o la universidad, usará algo más y tengo miedo de lo que pueda ser. Me conoce y sabe donde dar, para lograr cualquier cosa que se proponga. ¡Joder con todo esto!

No sé en que momento mi mente deja de funcionar y caigo rendida en los brazos de Morfeo, pero en sueños me persigue mi madre y su nuevo chantaje desconocido para mí.

(...)

Me muevo de un lado a otro, intentando volver a conciliar el sueño; pero los pequeños rayos de luz que se filtran por mi ventana, lo impiden. Me sorprendo al notar un adormilado Nick a mi lado, ¿en que momento vino? Al estar tan profundamente dormida, no lo noté. Apoyo mi cabeza en su pecho y siento su respiración tranquila. Al menos no ha tenido pesadillas, al contrario de mí. Estupendo.

Siento una mano acariciando suavemente mi espalda y me encuentro con que Nick se ha despertado.

—¿Te he despertado? —pregunté aún acomodada en su pecho.

Restriega sus manos en sus ojos y suelta un bostezó.

—Ya estaba despierto —responde aún adormilado.

Se nota cuán despierto estabas.

Sus caricias continúan, mientras un pequeño silencio se hace presente. Sé que le gustaría hablar de lo sucedido anoche, pero no me apetecía comenzar con ello en esta tranquila mañana. Con Nick somos muy unidos, aunque Eloise no haya formado esos lazos; siempre ha sido así. Nicholas y yo, solos contra el mundo; sin importar que.

—Lamento no haberte defendido ayer en la cena —rompe el silencio y trayendo a colación lo que no quería.

¡Vamos! Es domingo y como tal, deseaba que fuese tranquilo. Por una vez no se tratase de la boda, Ian o Eloise siendo una imbécil. Mi vida por momentos solo consistía en ello y sí, como cualquier ser humano necesitaba paz. Mucha paz. Y no, carecía de ella. Joder.

—Debía enfrentarla sola, por una vez en mi vida —admití, dejando de lado mis ganas de no hablar este tema. Porque vamos, eso también dejaría paso para hablar de la boda e Ian. Y por supuesto, no estoy preparada para abordar todo lo que esto significa. Además podía imaginar las palabras de Nick y no, no quería oírlas.

—La dejaste hecha una furia —dice soltando una risotada y sin poder evitarlo, me contagio de ella.

Reímos como dos desquiciados, como si no se tratase de nuestra progenitora; como si fuera un chiste imposible de ignorar. Lo sé, muy normales no éramos. ¿Pero que importa? Este era nuestro momento, nuestra pequeña burbuja donde había felicidad y una razón para reír.

—¿Te apetece una película? —pregunta.

—Eso depende —respondo, haciéndome la interesante—. ¿Elijo yo? —le hago ojitos para así persuadirle.

—Pues claro —dice con obviedad—. Aunque había pensado en Deadpool —comento como quien no quiere la cosa.

Suelto un chillido de emoción, él sabía cuanto deseaba ver esa película y ahora me llevaría a verla. Demonios, le amo demasiado por conocerme tanto.

—¡Me encanta! —exclamo y salto fuera de la cama—. Venga, levanta tu sexy trasero y ve a darte un baño —le ordeno y por su parte ríe, pero hace lo que le pido.

Sale de manera perezosa y yo aprovecho para darle una patadita, como impulso. Vuelve a reír y yo hago lo mismo. Oh sí, era demasiado fan de Marvel y como tal, siempre debía ver sus películas. No me perdía ni una. Entre en la ducha con una rebosante emoción, este día no sería tan malo.

(...)

¡Sí, he vuelto a actualizar! Amadmeeeeeee ❤ Espero os este gustando los cambios que le estoy haciendo a esta historia, me emociona el volver a escribirle. Hace dos años que la comencé y ahora la estoy corrigiendo, dándole el amor que merece. En fin, luego de acabar las correcciones aquí; seguiré con Toxic 😌☺

Os mando un abrazo enorme, no os olvidéis que hay grupo de Facebook y también de Whatsapp

Os ama:

—Vicky—

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