Capítulo 7

—Señorita elizabeth — aproximadamente unos dos días habían pasado después de que las hadas hubieran empezado su labor de cuidar a la princesa el cuervo llegaba completamente asustado y abrumado hacia donde se encontraba la mujer de cabello plateado. Elizabeth estaba sería, pensando en las palabras de la confesión improvisada de el rubio mirando hacia la nada, apenas escucho como el cuervo la llamaba envuelto en alaridos nerviosos haciendo que incluso meliodas se diera la vuelta.

—¿Qué pasa wandle? — el pajarraco aterrizó en el brazo de su reina, hizo una reverencia improvisada y luego simplemente se sacudió con pavor

—Es la niña ella... —

—¿Los encontraste? — wandle asintió con la cabeza enérgicamente sonriendo aún en su forma pájaro, no lo hacía por maldad, la realidad es que en esos días se había encariñado con la bebé aunque era cierto que era muy muy ruidosa. Lloraba demasiado y todo por la culpa de las hadas, al parecer no era muy buenas para cuidar bebés—¿Dónde están? —

—¡Sigame! — elizabeth no lo dudo ni un segundo, el pájaro extendió sus alas de inmediato empezando a guiar hasta el hada sin alas directo a la choza en el bosque que tenían las hadas para cuidar a la princesa, intentando ignorar su presencia lo más que podía, la albina avanzó sin ver cómo el rubio los seguía curioso de ver a la inocente niña durante todo el tramo de camino. El silencio era tenso y sofocante, había un extraño hilo que podía incluso verse de lo tirante que estaba todo. Meliodas aclaró su garganta nervioso, elizabeth contoneaba sus caderas intentando no pensar en nada y al llegar a el muro de espinas sólo hizo que las ramas se elevaran a su antojo permitiéndoles salir

—Oye ellie —el blondo fue el primero en romper el silencio — Lo de el otro día. Verás yo, lo lamento— la albina se quedó completamente callada deteniendo su caminar para poder mirarlo—Dije cosas sin pensar de lo confundido que estaba. Todo lo que dije olvídalo ¿si? Solo actúa como si nada hubiera pasado —

—¿Por qué quieres que actúe como si no hubieras dicho nada? —

—Es lo mejor. Las cosas dejan de ser incómodas de esa forma — meliodas no noto la mueca de desilusión en sus labios—Además tienes que admitir que fue una muy estúpida declaración de amor —

—Si, lo fue— murmuró la femenina cruzando se de brazos, su expresión seguía siendo indiferente ante la cara sonrojada de el mas bajó, esos ojos esmeralda brillando, el ver como se mordía su labio con nervios pero también ver como estaba ansioso de algo

—Solo olvídalo y de verdad lo siento —

—No te preocupes — no dijo nada más, la realidad era que no tenía nada más para decirle. No podía corresponder a sus sentimientos por el miedo, no podía besarlo por que su mente estaba enfocada en su venganza mientras que su cuerpo se movía inconsciente hasta donde wandle los guiaba. Apenas ella se dio la vuelta meliodas suspiro un poco aliviado dejando de morder su labio y les siguió el paso, después de haberle soltado todo lo que su corazón se había guardado por años se arrepintió en su árbol, tuvo una charla con su hermano menor haciendo que se diera cuenta de lo estúpido que había sido al declararse en una situación tan oscura y los dos días siguientes ella lo ignoro furiosa. Sabía que detrás de esa carita enojada había una elizabeth avergonzada pero decidió no hacerle caso a eso

—Es aquí —

—Qué choza tan patética — meliodas gruñó ante las palabras vanidosas de elizabeth y solo negó con la cabeza—Veamos — murmuró curiosa, escuchaba pequeños quejidos desde el interior. Unos suaves que parecían pertenecer le a una infante que pese a que sólo había visto una vez pudo reconocer, la princesa. Se asomó por la ventana con una mueca de si gusto al ver a la pequeña haciendo pucheros como si estuviera a nada de empezar a llorar y se le quedó viendo. Esa bebe tenía los mismos ojos ónix que estarossa, puede que casi no lo viera pues apenas había abierto los ojos muy poco, con eso poco —Es tan horrenda qué tal vez me da un poco de lástima — para su sorpresa la bebe solo le sonrío extendiendo una de sus manos asqueando a la hada —¡Raghhhhhh!—eso ni meliodas se lo esperaba, poniendo una expresión que asustaría a cualquier Niño, Elizabeth le rugió a aquella niña como si fuera un leon o dragón y espero su reacción. Para su mala suerte la infante se quedó seria y luego comenzó a reírse otra vez 

—Nishishi esa niña no te tiene miedo Ellie —

—¡Tsk! Te odio, bestia— le susurro a la pequeña que no dejaba de reírse, aún era muy temprano, suponía que ya le habían dado de comer para poder mantenerla tranquila. Justo pensó eso al retirarse que la bebe empezó a llorar

—¡Ay no! ¡No otra vez!— 

—¿Qué pasa wandle?— el cuervo fue directo hasta el hombro de el blondo y se quedó completamente quieto mientras parecía asustarse, eso no le gustaba ninguno de los dos. Incapaz de continuar caminando escuchando los estruendos de la bebe, Elizabeth se le pegó a meliodas dejando que su cabeza reposara entre sus blancas montañas y se aferró a él —¿Q-Qué haces Ellie?—

—Solo llévanos volando ¡rápido!—

—Bien, ya voy — no pasaron ni cinco minutos cuando la platicada ta se encontraba en el Páramo inhalando profundamente por el silencio y la paz que había ahí, suspiró tranquila sentándose en una Arbil pero apenas hizo eso volvió a escucharse. Hasta ahí los gritos de la bebe alcanzaban a escucharse. Gruñó completamente frustrada y se tapó los oídos enojada —¿Por qué llora? —

—Tiene hambre —todos miraron a el cuervo completamente anonadados

—¿Pues cuanto come esa niña? —

—No ha comido nada desde que la reina la amamanto — meliodas se quedó aún más con la boca abierta, ¿es enserio? ¿Cómo era posible eso?

*
—Kyaaaa ¿por qué llora king? — la pequeña hada rubia sólo daba vueltas por la casa completamente asustada y sin saber que hacer, el de cabellos verdes intentaba saber como era que se usaba una pala mientras que el castaño tenía cargada a la bebé en brazos

—Q-Quizá tenga hambre —

—Si e-es verdad...algo de comer — elaine siguió corriendo despavorida intentando encontrar algo para calmar a la bebé. Comer, comer, comer—¡Toma!— roja de la vergüenza y miedo sólo pudo darle una zanahoria y se la puso en su pequeño cuerpo, pero esta no dejó de llorar en ningún momento — ¿Por qué no come? —

—N-No lo sé —

—Quizá no le gustan las zanahorias ¡buscaré algo más! — la rubia salió corriendo con la zanahoria en mano. Definitivamente nunca le des a cuidar un bebé a unas hadas

*

—Si siguen así van a matarla de inanición— grito completamente furiosa la albina, se cubría con sus manos fuertemente y cerraba los ojos intentando conciliar el sueño—¡Mierda! — grito ya demasiado enfadada, el cielo nocturno cubría de su cabeza como si intentará calmarla pero por más paz que este le dé no podía evitar seguir molesta con la bebe. Se levantó molesta dispuesta a matar a la niña, ya estaba harta, no le importaba si su maldición no se cumplía solo quería que se callara de una maldita vez. Camino dispuesta hasta el muro de espinas con su ceño tan fruncido como nunca. Levantó el muro de espinas y apenas puso un pie en el exterior miró algo que la conmovió ligeramente.

Meliodas poseía una flor rosada mientras la rellenaba de algo de leche de vaca, cosa que al parecer robo de el pueblo, y empezaba a darle forma con su magia para que apareciera un chupete. Cuando quedó completamente lista se la entregó a wandle con una sonrisa en su hermosa cara

—¿Estas seguro meliodas? —

—Solo hazme caso wandle — el pequeño cuervo tomó la florecilla entre sus patas y soltó un graznido no muy convencido—Lleváselo a la princesa y no te vayas hasta que este dormida y satisfecha — un pinchado hizo que el pecho de elizabeth empezará a doler un poco

—¿Sabes que si elizabeth se entera de esto nos matara no? —

—Poco me importa wandle. Si sigue bajo el cuidado de las hadas la bebé seguirá llorando — eso si que es verdadero, pese a que Elizabeth lo sabía no podía evitar sentir algo de celos por lo que el blondo hacía por la bebe— Además, no quiero que Elizabeth esté de mal humor por qué no pudo dormir — la platinada solo soltó una risilla que por pura suerte no fue escuchada en medio de esa negrura espesa — Solo llévale esto, hará que le calme el hambre —

—¿Por qué haces esto meliodas?—

—No lo se — respondió este en un susurro — Solo, quiero que aunque sea por cortos 16 años la princesa tenga una vida feliz. Además, ella se parece mucho a Ellie — soltó un suspiro enamorada apretando su puño justo a la altura en la que quedaba a corazón y desvió la mirada con las mejillas sonrojadas — Cuando ella era una bebe, yo era menor y apenas lo recuerdo, pero Elizabeth era igual de ruidosa que esa princesa nishishi— el corazón de el hada sin alas dio un salto empezando a brincar desenfrenadamente contra su pecho. Elizabeth solo pudo mal decir internamente a ese rubio ¿por qué era tan adorable? ¿Por que su apariencia infantil le hacía ver tan hermoso? —Anda, ve, entre más rápido le des de comer más podrá termine Elizabeth y tendrá un humor mejor —

—A la orden mi capitán — ya no dijo más, el pequeño pájaro empezó a volar lo más rápido que podía hasta donde estaba la pequeña bebe que no se detenía ni para tomar un respiro, cuando el pajarraco quedó fuera de vista meliodas soltó un suspiro con desgana y clavó su mirada en el suelo con una sonrisa 

—¿Seguirás observando o vendrás?— Elizabeth dio un pequeño brinco de el susto al darse cuenta de que el blondo siempre supo que estaba presente y se ocultó detrás de uno de los tallos gigantes de espinas, aún oculta pudo observar cómo meliodas volteaba su mirada hacia ella sin quitar su sonrisa — Necesitaba hacer algo para que guardara silencio, ademas, ella tiene hambre — la de ojos zarcos siguió en silencio admirando su faceta infantil —Supongo que estás molesta por haberla ayudado, pero no iba a dejar que la niña pereciera de hambre. Ella no tiene culpa de nada — 

—Fue muy considerado de tu parte —

—Lo se — rió levemente jugando nerviosamente con uno de sus mechones amarillos —Bien, iré a dormir, ya no se le escucha llorar así que podremos descansar sin problemas — camino de regreso hacia el Páramo con la mirada completamente perdido entre sus cosas, ya no podían hacer nada más y las pláticas se habían vuelto tan incomodas que casi no hablaban. Ya estaba hasta, harta de reprimir su amor por ese rubio harta de tener miedo, harta de sufrir traiciones y dolores en su pecho Elizabeth solo apretó los puños cuando él pasó a su lado sin siquiera mirarla a los ojos, estaba segura de que iba a arrepentirse de eso 

—Mel...—

—¿Qué suce...? ¡Hmmm!— no lo tenía planeado, no sabía lo que hacía, ni quisiera sabía de donde había sacado la valentía pero cuando meliodas se dio la vuelta rápidamente se lanzó a sus labios. Beso aquellos mohines masculinos con suavidad disfrutando de ese hermoso contacto cálido, no había lujuria, no había pasión ni mucho menos fuego ardiente que quemaba, solo era un manantial mágico que cubría sus cuerpos —Mmhh...—no tardó ni un segundo en corresponderle, le siguió El Paso en ese beso tan adorable con las mejillas cálidas. Posó sus manos en su cadera atrayéndola más a él mientras Elizabeth enredaba sus dedos en esa mata de cabello rubio cuando se separaron tenían las miradas brillantes y los corazones desbocados — ¿Por qué...?—

—No hagas que me arrepienta, por favor — meliodas ya no dijo nada, solo asintió con la cabeza aún algo confundido y se acercó una vez más a los labios rosados de su amada. Ese sabor a cereza, lo anhelaba una vez más, solo una. Elizabeth retrocedió un poco asustada al verlo acercarse cosa que hizo que el blondo se quedara quieto, si ella no quería entonces no iba a  obligarla a nada, se retiro lentamente aún con los ojos brillando y se fue de ahí balbuceando cosas incoherentes temblando ligeramente. Incluso parecía que acababa de ser hechizado, Elizabeth rió ante esto, se veía más adorable de lo que ya era así de nervioso

*

Wandle aterrizó en la ventana de la que era la habitación de la bebé, ella lloraba desconsoladamente lanzando paradas y dejando caer sus lágrimas por el hambre que tenía. Nadie merecía el pasar por hambre, menos una bebe que no tenía ni una semana de nacida, se sostuvo de su pequeña cuna ladeando su cabeza peluda y luego sin esperar más le dio esa pequeña flor en la boca. El acto fue inmediato pues su pequeña barriga dejó de hacer sonidos, su llanto fue sustituido por un silenció sepulcral  y cerró sus ojos, al fin conseguía algo de comida. ¿Cómo era posible que esas hadas fueran tan torpes?

—Sabes cuando yo era un pajarito bebé recuerdo que mi mamá siempre me daba de comer — la bebé abrió sus ojos levemente mirando a el cuervo que hablaba —Claro que cuando aprendí a volar ella se fue y posiblemente ahora tengo mucho hermanos—suspiro levemente agitando sus plumas. Eso era un recuerdo amargo pero ni uno que le molestara recordar, solo empezó a balancear la cuna de la pequeña meciendola suavemente consiguiendo que quedara sin hambre y completamente satisfecha—Buenas noches princesa — le susurro suavemente antes de salir por la ventana. Traía la flor ahora sin nada dentro, iba diré yo a donde se supone era su hogar cuando algo le hizo voltear, un fuerte ronquido.

Wandle se dio media vuelta aún el aire sonando de a la habitación de las hadas, elaine era las más tranquila pero estaba abrazada a la tabla de picar, al parecer aún no sabia usarla bien por que tenía algunos cortes en sus dedos. King parecía muerto literalmente, tenía una pequeña lagrimita en sus ojos, estaba boca arriba abrazando una almohada y no se movía para nada, wandle solo pudo negar con la cabeza. En cambio helbram...

—En guardia rey ruco... — era sonámbulo y se la pasaba haciendo cosas raras o terminando en el sueño, roncaba de vez en cuando, se quedaba parado aún sin despertar asustando a el pequeño cuervo quien salió despavorido cuando esté se tropezó por las escaleras y aún así no se despertó ¿esa hada seguía viva siquiera? Wandle solo negó con la cabeza y siguió con su camino, serían largos días hasta que la princesa cumpliera 16 años

*

Helbram y king estaba jugando cierto juego de mesa mientras elaine tejía pequeña ropa, no era experta pero quería intentar hacerle ropa a la bebé que, sorpresivamente, seguía dormida plácidamente con una sonrisa en su angelical rostro. El juego no era tan divertido como cuando volaban pero al menos podían mantenerse entretenidos un rato. King lanzó miradas raras y cuando parecía que todos estaban distraídos para tomar más fichas de la que necesitaba, Helbram le detuvo la mano molesto

—¡Estas haciendo trampa king! —

—¿¡Qué!? ¿Por quién me tomas? ¿Un zorro rastrero? —elaine casi se atraganta con su propia saliva cuando cierto recuerdo cruzó su mente dejando a su hermano mayor no muy convencido

—Empecemos de nuevo ¡hiciste trampa! —

—¡Bien! Pero no he hecho trampa — se siguió defendiendo el mas bajó volviendo a colocar todas sus piezas en su lugar casi rojo de el enojo. Mierda, había sido descubierto con las manos entre la masa

—Eres un...—king se quedó quieto esperando a el insulto de su mejor amigo —Mariposon, enano, cobarde que no se atreve a tocarle los pechos a diane —

—Jajajaja Mariposon enano...¿Que dijiste de diane? — Helbram se quedó en completo silencio mientras elaine posaba su mirada sobre él, sabía que su hermano y esa gigante tenían una relación pero no sabía nada sobre lo que acababa de pasar —No entiendo que... Kyaaaa— antes de que pudiera decir algo unas gotas diminutas de gau cayeron sobre su cabeza mojando su vestido blanco —¿Quién lo hizo? —

—A mí no me veas, yo no he hecho nada—Remato king con un puchero

—Pues alguien lo hizo y la hada que...— otras gotas de agua cayeron sobre ella, algo furiosa elaine solo guardo en una pequeña caja el gorro que le estaba tejiendo a la bebé y se sentó para ver fijamente a sus acompañantes —Ya basta— los dos hombres ahí solo se estremecieron ante el increíble enojo que se guardaba en los ámbar de la rubiecita, se quedaron en silencio notando como ella bufa a y finalmente cuando todo parecía tranquilo empezó a llover sobre ella–¿¡Qué!? ¡Agh! ¡Los voy a matar! —

—Jajaja mira king lo que...¡Ahhhh!—ninguno se salvo, fue como si una nube de tormenta hubiera entrado a su cada y empezará a llover ahí adentro, los tres se estaban mojando mientras gritaban por el susto y sorpresa que eso les dio. Se cubrieron con ollas, con el tablero de el juego antes hecho y solo empezaron a ver que podían salvar de el agua —¡Ustedes tienen la culpa!—

—¿¡Nosotros!? Pero si no hemos hecho nada — gritaron con fuerza, pero un pensamiento aún más fuerte que todo su destrozó les llegó a la cabeza. Melissa —¡Idiotas! La bebé sigue arriba! —

—Joder la bebé — las tres hadas corrieron escaleras arriba empujando se entre ellas, gritaron cuando un trueno cayó sobre ellos, se resbalaron cuando el agua empapo las escaleras y cuando abrieron el cuarto, la pequeña estaba dormida plácidamente mientras su cuarto era la única área que no estaba siendo interrumpida por una tormenta, su habitación estaba seca —¿Que carajos? —

—¡Agh! ¡Elizabeth! —gruñó king al reconocer la magia de el hada sin alas, la albina empezó a reírse mientras seguía lanzando un poco de su magia rosada hacia la casa, causando esa lluvia tormentosa que había o entrado su paz

—Huuu... — río una vez más y finalmente se quedó quieta escuchando los gritos de sus cuidadores, elizabeth río una vez más y jalo a el blondo para que su cabeza quedara en su hombro, este solo negó con la cabeza y suspiro —Ay, admite lo mel son divertidos —meliodas solo sonrió como una media luna y rodó los ojos

—Si un poco — murmuró intentando controlar las ganas de reír, pero justo en ese momento una pequeña duda le llegó a la cabeza, se preguntaba la razón por la que había evitado que la tormenta interna tocara a la niña

Se acaba aquí UwU como les dije, a partir de ahora como supondrán y sabrán vienen cosas lindas. Desde el melizabeth como las travesuras de melissa

Aunque yo lo que ya quiero es llegar a el final ewe

En fin, disculpen las faltas de ortografía, las corregiré luego y sin mas que decir nos veremos después

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