23
El día tan esperado por los fanáticos del boxeo ha llegado, en especial para aquellos que apoyan al ruso Andrei y al surcoreano Jeon. La disputa por el cinturón de peso medio está a solo un par de horas de iniciar.
El ambiente en Las Vegas, Nevada es impresionante, la afluencia y euforia del público deja con ansias y muy buenas expectativas de cara a la pelea de esta noche.
Si bien, el público está dividido ya que el dueño del cinturón de peso medio, Andrei. Es el mejor en su categoría. Y Jeon, que es el mejor en peso Welter, se vio obligado a subir un par de kilos para poder enfrentarse esta noche al ruso. Muchos lo dan como favorito al ser un joven con muchas ganas de triunfar en el mundo del boxeo, sus fanáticos tienen claro que el surcoreano dará una buena pelea está noche y que su ídolo puede ser el nuevo dueño del cinturón de peso medio.
Park hace su aparición junto a su hijo, el castaño está nervioso por la pelea de su novio, pero también está feliz porque se encontrará con Amber gracias a su padre.
Cuando han terminado de posar, John le entrega a su jefe una caja y una bebida, cuando se alejan de las lentes curiosas y peligrosas de los paparazzis. Won detiene a su hijo.
—Necesito que le entregues esto a Jeon.
Jimin lo ve sorprendido, no entiende porque se lo pide, pero no desaprovechara la oportunidad de ver a su novio y recordarle que debe evitar que lo golpeen demasiado.
—¿Qué es? —inquiere, curioso.
—El nuevo equipo de Jeon. Date prisa porque deben revisar los guantes —le indica su padre, entregándole la caja—. Ah, y haz que beba esto.
—¿Por qué debe beber esto?
—Porque le ayudará, Jimin.
—Pero…
—Solo hazlo, hijo.
—Bien, está bien —accede el castaño de mal humor.
—¿Qué es lo que harás, Jimin?
—Le dejaré el equipo a Jeon y haré que beba esto —dice agitando con su mano izquierda la pequeña bebida.
—Ok, ahora ve cariño.
El castaño asiente, se da la vuelta y entra al domo, camina por los pasillos hasta llegar al camerino de Jeon. Se queda de pie a la espera de que la puerta se abra, uno de los preparadores físicos sale y Jungkook logra ver a su novio.
—¿Qué haces afuera? Entra.
Jimin entra mientras algunos del equipo lo miran.
—Sé que no debo estar aquí, pero papá me pidió que te trajera el nuevo equipo —le hace saber el más bajo.
—Gracias amor —musita mientras toma la caja—. Espera aquí, me cambiaré y regreso.
—No, pero es que yo… Jungkook. Genial, date prisa.
El castaño se queda a la espera, sabe que todo el equipo de Jeon está sabedor de su relación, pero no deja de sentirse incómodo.
—Jimin —escucha la voz de una chica.
—¡Amber! —exclama el chico, para luego abrazar a la rubia—. Te he extrañado tanto.
—También te he extrañado —confiesa la chica—. Pero ya estoy aquí y no me iré.
—Promételo —le pide Jimin.
—Te lo prometo —asevera la rubia—. Debo ir por nuestros lugares, nos vemos afuera.
Jimin se gira y ve como Jungkook sale con el pantaloncillo color blanco con dorado y sus zapatillas del mismo color.
—¿Y qué te parece?
—Me parece que es genial —responde el castaño. —Te ves bien, muy guapo —lo elogia.
—Guapo estás tú —replica con voz coqueta, Jeon.
—No te emociones, ok. Vas a pelear y necesito que estés concentrado —le recuerda Jimin.
—Estoy concentrado —asegura Jeon, mientras le revisan los guantes.
—¿En la pelea o en mí?
—En ambas.
—Respuesta incorrecta, debes estar concentrado sólo en la pelea, por ahora claro —objeta Jimin. —Ten, bebe esto —le pide mientras destapa la bebida y luego se la entrega.
—¿Por qué? ¿Qué es?
Jimin lo ve sorprendido y luego se cruza de brazos.
—Disculpa, ¿estás dudando de mí? —pregunta indignado.
—No, yo…
—Entonces bebelo y deja de hacerme enfadar —lo interrumpe el más bajo.
Jeon asiente, le da un breve vistazo a la bebida y luego la bebe frente a su novio.
—He terminado mi misión, recuerda no dejar que te golpeen demasiado, amor. Estaré apoyándote, tú puedes. Te quiero —son las últimas palabras del castaño.
Jungkook realiza su ritual, sí, ese en el que se concentra luego de ver las fotografías de su padre, madre y ahora una de Jimin.
Cuando está listo, el primero en ser presentado es Andrei y luego es él, su entrenador le da las últimas indicaciones y luego cuando escucha su nombre recorre el pasillo extenso que lo lleva hasta el ring mientras la multitud canturrea su apellido.
Andrei lo ve con mirada seria y una sonrisa socarrona. Jungkook lo ve con semblante serio, ni un ápice de felicidad en su rostro, no después de la mención de los ojos de Jimin el día anterior.
Jake le coloca el protector bucal y le brinda palabras motivadoras, Jeon ve atrás de su esquina a su padrino junto a John, Amber al lado de Jimin, y al lado de su novio un sonriente y demasiado meloso italiano que claramente disfruta de la compañía de su chico.
—Jeon —lo llama su entrenador. —Jeon —repite, pero el antes mencionado parece no reaccionar. —Jeon, maldición —eleva el tono de su voz mientras sacude su cuerpo.
—Sí, entiendo —balbucea sin sentido el pelinegro.
—¿Qué te sucede? ¿Estás bien?
—Sí, lo estoy. Humedece mi rostro —le pide Jeon.
—¿Seguro que estás bien? Necesito que estés concentrado, el ruso te acabará si no estás concentrado.
—Estoy bien, Jake. Estoy listo —parlotea y luego le da la espalda y camina hacia el centro del ring.
—¿Qué fue eso? —indaga Amy.
—No lo sé, creo que algo no anda bien —acota Jake.
La campana suena y la pelea da inicio. Todos guardan silencio hasta que el primer puñetazo impacta en el rostro de Jeon. Algunos gritan en acuerdo y otros como reproche a la mala defensa del surcoreano.
—¡Cúbrete, Jeon! —grita Jake—. Sube los malditos brazos y cúbrete.
El pelinegro sacude su cabeza, con dificultad esquiva uno de los golpes y consigue conectar su puño derecho en una de las mejillas de su oponente. Pero como respuesta Andrei le lanza una perfecta combinación arriba y abajo que desestabiliza al surcoreano y lo hace llegar hasta las cuerdas. Los puños voraces del ruso impactan con fuerza sobre cualquier parte del cuerpo de Jeon, el cual con mucha dificultad consigue soportar.
—Jimin ¿Qué es lo que estoy viendo? —murmura Amber, al ver la horrenda imagen de Jeon siendo golpeado como un saco de box.
—Vamos, Jungkook. Por favor —farfulla Jimin, mientras sujeta una de las manos de la rubia con fuerza.
La campana suena y Andrei se aleja de su oponente. Eleva su brazos y el público lo aplaude y corea su nombre. Jeon, por su parte, da un paso al frente y se desequilibra, no entiende porque su cuerpo no sigue sus órdenes.
Jake entra y lo lleva hasta su esquina, lo sienta en el banco y comienza a atender sus notables moretones en los ojos y unas leves cortadas en el pómulo izquierdo y en su ceja derecha.
—¿Qué mierda fue eso, Jeon? Eso fue patético. El ruso te está acribillando y solo es el primer round.
—Lo sé, lo sé —balbucea Jeon.
—Jeon, ¿qué ocurre? Háblame.
—Estoy bien, Jake. Dime que hacer.
—Cúbrete y ataca, cúbrete y ataca —le indica el coach.
El pelinegro asiente, se pone en pie y sobre su hombro izquierdo ve hacia atrás. Ve a Jimin, pero también ve como el italiano sujeta una de sus manos. La campana suena y regresa su vista al frente.
El segundo round inicia y el primer minuto de pelea Jeon, luce bien. Tanto que motiva a sus seguidores y a su equipo, pero al minuto dos Andrei le lanza un golpe al hígado que lo hace caer de rodillas.
—¡Ponte en pie, Jungkook! —exclama Jimin, ganándose la absoluta atención de su padre y del italiano a su lado.
El surcoreano se pone en pie cuando la cuenta va en ocho, el árbitro se cerciora de que esté bien y luego la pelea continúa. Con dificultad esquiva un par de golpes, pero luego recibe un puñetazo que lo manda directo a las cuerdas para ser atacado por un salvaje y desquiciado ruso.
—Lo está destrozando —comenta Dimarco.
Jimin mira a su amigo y cuando escucha la campana sonar se deja caer en la silla.
—Oye, él estará bien —menciona Amber, intentando hacer sentir mejor al castaño.
Jake y el médico se encargan de parar el sangrado en la ceja y disminuir el hematoma bajo el pómulo.
—Jeon, voy a….
—No, no hagas nada —interviene de forma torpe y abrupta.
—Está destrozándote —espeta Amy, alterada.
—Puedo con esto, puedo con esto —repite de manera vaga.
—Jeon
—¡NO! —brama el pelinegro.
Jake se aleja de él y sale del ring, Jimin lo ve negar en repetidas ocasiones y solo desciende su mirada mientras pellizca con fuerza sus muslos.
—Tu carrera llega hasta aquí, Jeon —verbaliza con dificultad Andrei debido al protector bucal.
Jeon lanza una combinación que lo hace ver bien solo por unos segundos. Andrei lanza un recto que deja viendo luces al surcoreano, los puños del ruso impactan en el hígado, brazos y rostro de Jungkook. La manera en la que el campeón de peso medio está despedazando al campeón de peso Welter es letal.
Los ojos de Jimin se llenan de lágrimas al ver el rostro cubierto de sangre de Jungkook, mientras Andrei lanza un golpe tras otro.
Jake coge la toalla de su cuello, da pasos largos hacia el ring y en un solo movimiento lanza la toalla con desesperación al centro del ring.
La campana suena en el minuto dos con quince segundos del round número tres. Jungkook intenta ver, pero la sangre cubre sus ojos impidiéndole tener una imagen clara. Sus piernas tiemblan y por más que lucha para mantenerse en pie, lo único que logra es caer de cara contra la lona.
Jimin suelta un sollozo, cubre su boca con una de sus manos, se pone de pie mientras un ataque de ansiedad lo embarga. Amber lo sigue mientras Won ve como Jake y el resto del equipo médico levantan el cuerpo de Jeon en una camilla.
—¡Park! —exclama alguien llamando la atención del padre de Jimin. —Eso fue ridículo, el chico no pelea de esa manera —dice James.
—¿Qué es lo que Insinúas, James? —indaga Won.
—No insinuó, estoy casi seguro de que está dopado.
—Imposible —se escucha la voz de una tercera persona.
—Jimin, no te metas —le pide su padre.
—Tú sabes que Jungkook no se dopa papá.
—Guarda silencio —le ordena su padre molesto.
—Quiero que le realicen un doping, si no olvídate de tu porcentaje de dinero —exige James.
—Como quieras —accede Won.
—No —articula Jimin, llamando la atención de su padre.
—¿Por qué lloras, Jimin? ¿Acaso lloras por Jeon? ¿Por qué mi hijo lloraría por Jeon? ¿Por qué lloraría por alguien que no debe importarle emocionalmente? —lo atiborra de preguntas su padre.
El castaño sorbe su nariz y por la mirada y el tono de voz de su padre, le queda claro que sabe algo.
—A casa, ahora —emite entre dientes.
Amber entrelaza su mano con la de Jimin, para hacerle saber que no está solo.
—Y-yo…
—Ahora, Jimin.
El castaño desciende su mirada, la rubia lo abraza y ambos son escoltados por Jhon hacia la camioneta para llevarlos a casa.
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Gracias por leer, votar y comentar.
Quiero decir que se viene el drama y que estén listas y preparadas. Ya están avisadas.
Mucho love, Lilo ♥️
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