11
Jimin ha evitado a toda costa quedarse a solas con Jungkook. El pelinegro no entiende cómo es que el castaño siempre logra su objetivo, eso lo frustra, pero también lo motiva a continuar en su misión de conquista al rebelde, mimado y atractivo hijo de su padrino multimillonario.
Amber abre la puerta del apartamento y Jimin la ve con una gran sonrisa mientras le muestra una bolsa de galletas de la fortuna y otra con tres botellas de soju dentro.
—Eres un muy buen invitado —lo halaga la rubia, tomando las bolsas—. Pasa.
El castaño entra y cuando llega a la sala se encuentra con Jungkook sosteniendo una bolsa de hielo. De inmediato se gira de manera brusca, ve a Amber, toma una de sus manos y la lleva a la cocina a trompicones.
—¿Qué hace Jungkook aquí?
—Vivimos en el mismo edificio, Jimin. Así que decidí invitarlo.
—Solo decidiste invitarlo y ya.
—Sí, recuerda que no tiene a nadie —le recalca la rubia—. ¿Por qué? ¿Algún problema porque lo invité? Si me lo dices podría…
—No, está bien. Olvídalo.
Jimin regresa a la sala y se da cuenta que está sola, toma asiento en el sillón donde solo cabe una persona y enciende la televisión.
—Te ves bien —se escucha repentinamente la masculina voz de Jeon en la sala—. ¿Por qué has estado evitándome?
Jimin lleva su atención al pelinegro que ahora se encuentra de pie frente a él.
—¿Sucede algo chicos? —los cuestiona Amber, mientras entra a la sala con dos cuencos llenos de palomitas.
—No, solo le decía a Jimin que me ganó el sofá —miente Jeon.
—Oh, bueno. Ven y siéntate conmigo —le pide Amber, luego de entregarle un cuenco a Jimin. —Que tonta, olvidé las bebidas —susurra antes de sentarse.
—Yo voy, busca la película —dice Jimin, poniéndose en pie.
Jungkook ve a Amber y luego ve en la dirección que Jimin se fue.
—Voy a ayudarle —balbucea el pelinegro.
Amber solo se limita a asentir mientras entra a Netflix y busca la película que verán.
En la cocina se encuentra el castaño, cuando tiene las botellas de soju y tres sodas se gira y choca contra el cuerpo de Jeon.
—Dios, me asustaste —musita en un suspiro.
—¿Por qué has estado evitándome? —lo cuestiona de nuevo, Jungkook.
—¿Por qué has estado siguiéndome? —responde Jimin con otra pregunta.
Jeon esboza una sonrisa mientras suspira.
—¡La película inició! ¡Dense prisa! —grita Amber desde la sala.
Jimin da un paso al costado izquierdo y cuando está por emprender camino hacia la sala, una de las manos de Jungkook se lo impide.
—Debemos hablar.
—No aquí, tampoco ahora. Amber está aquí —cuchichea Park.
—¿Entonces cuándo? Si siempre huyes.
—Yo no huyo
—¡Oigan!
—¡Ahorita vamos! —alza su voz, Jimin—. Jungkook, hablaremos lo prometo. Ahora vamos con Amber.
El pelinegro lo ve seriamente, suaviza su mirada al sentir como Jimin lo golpea sutilmente con una de las bolsas con las sodas. El más alto la toma y juntos regresan a la sala.
Toman asiento distanciados, pero Jimin puede jurar que puede sentir la mirada de Jungkook sobre él de vez en cuando.
La película transcurre y aunque al inicio Jimin se quejó, ahora el astronauta le parece una muy buena película. En especial cuando el alienígena en forma de araña habla con el humano y le hace ver la vida de manera diferente.
—Amber, siéntate y guarda silencio —le pide el castaño.
—No, quiero bailar. Bailemos.
—Estas ebria, lo que harás será caerte y golpearte —la regaña Jimin.
—No, mírame —habla de forma pausada la rubia.
Amber gira sobre sus pies, da pequeños brincos mueve su cuerpo y por último gira y salta y cae al suelo.
Jimin se pone en pie, camina hacia ella, se acurruca a su lado y se asegura que esté bien.
—¿Estás bien? —la cuestiona.
La chica lo ve, sonríe y cuando está por hablar vomita sobre la camisa de Jimin.
—Ay, no —parlotea ebria la rubia.
—Ok, a tu cama ahora —verbaliza con seriedad.
Jeon le ayuda a levantarla y a llevarla al cuarto. Jimin entra, la desviste y la deja solo en ropa interior, le coloca el pijama y luego la acuesta en la cama.
—Te dije que te sentarás —susurra viendo un posible hematoma sobre la frente de la rubia. —Descansa —dice en el mismo tono y luego deja un beso sobre la sien de Amber.
Camina hacia el closet de la rubia, al final ve una mochila con su ropa, coge una y se retira la que está llena de vómito. Se coloca la limpia y luego sale de la habitación.
Recoge los cuencos y lleva las sobras de soju al refrigerador, ve la luz del balcón encendida y decido camina hacia allá.
—La deje en su habitación dormida —emite en voz baja el castaño.
Jungkook lo ve sobre su hombro y luego regresa la mirada hacia el frente.
—¿Vas a responder mi pregunta?
—Solo si respondes la mía primero —acota con astucia, Jimin.
—Si eso es lo que quieres —murmura Jeon—. Te perseguí por un par de días para intentar hablar contigo, pero siempre consigues evadirme. Ahora responde mi pregunta.
El más bajo asiente, inhala profundo y luego mira fijamente al más alto.
—He pensado muchas cosas y todas son una completa locura. Dijiste que te gustó y que no te agrado, pero me besaste y entonces por más que trato de entender todo es difícil. Mi padre te dará todo te lo aseguro, no tienes porque…
—¿En serio crees qué te dije que me gustas y te besé para asegurar mi futuro? —objeta el pelinegro con desdén. —No soy tan idiota para jugar con los sentimientos de otra persona —aclara. —Sabes que, Jimin. Si no gustas de mí solo dilo de una maldita vez —le pide molesto.
Jimin niega y suelta una carcajada nerviosa. Jeon lo ve con su entrecejo fruncido y sin nada más que añadir se da la vuelta y camina hacia la puerta que lo conduce al interior del apartamento de Amber.
El castaño deja de reír, tensa cada músculo de su rostro, y como puede acelera sus pasos al mismo tiempo que extiende sus manos y hace que el pelinegro se detenga y lo vea sobre su hombro izquierdo.
—Descubrí que me gustas ese maldito día que ganaste el cinturón —se sincera el castaño, obteniendo ahora toda la atención del más alto—. Me gustas Jungkook, me gustas demasiado y eso me asusta porque me he comportado como la mierda con mis antiguos ligues y si tú… si tú me lastimas y me enamoro de ti, aunque me lo pidas no podre alejarme de ti porque me aferrare a ti con cada parte y fibra de mi cuerpo y alma, porque así es como soy.
—No haría nada para lastimar a la persona que me gusta y quiero a mi lado. Entonces, te estoy diciendo que no haría nada para lastimarte, Jimin. Preferiría lastimarme a mí mismo que lastimarte a ti. Porque así es como soy, primero serás tú hoy y siempre.
—Eso suena como a la promesa de la película —menciona entre risas, Jimin.
—No, la promesa de la película es. Tú vas a dónde yo voy, y yo voy a dónde tú vayas —plantea Jeon recordando la línea.
—La aprendiste de memoria, ¿es en serio?
—Tengo buena memoria —alardea Jungkook, acercándose al castaño. —Pero creo que la memorice porque me gusta —confiesa mientras entrelaza sus manos con las de Jimin—. Y porque quisiera poder cumplir la promesa que ese astronauta no cumplió con su esposa contigo.
—¿No te estás precipitando demasiado, Jungkook?
—Quien sabe. Lo único que sé es que quiero verte todos los días, escucharte todos los días, discutir, sonreír y platicar de nuestras vidas.
—Si nosotros, si nosotros tú sabes. No será fácil, Jungkook.
—Bueno, si las cosas fueran fáciles todo el mundo se atreviera a hacerlas, ¿no crees?
El castaño asiente.
—Jimin, me gustas y yo te gusto. Creo que no hay nada más que agregar.
El más bajo sujeta con fuerza las ásperas manos del pelinegro, se para de puntitas sobre sus pies y con ese impulso consigue su objetivo. Posa sus labios sobre los del contrario y lo besa sin previo aviso, sin saber si es lo correcto, pero sabedor que es lo que su corazón y alma le piden que haga.
Jungkook corresponde el beso y cuando siente tambalear el cuerpo de Jimin, suelta sus manos y enrolla sus brazos alrededor de la delgada cintura del castaño para luego descender un poco su cabeza y retomar el beso.
—Debemos irnos —murmura Jeon, entre las pequeñas pausas que Jimin le da entre cada corto beso que deposita en sus labios.
—¿Adónde? —indaga el más bajo.
—Solo ven conmigo —contesta el mayor, entrelazando su mano derecha con la izquierda del castaño.
Sin indagar más ambos salen del apartamento de Amber, suben al elevador y cuando están en el piso indicado recorren el pasillo largo hasta llegar al número indicado.
—Sé defenderme, si te propasas te golpeare —le advierte Jimin, haciendo reír a Jeon luego de darse cuenta que están en su apartamento.
El pelinegro deja que el castaño entre primero, cierra la puerta y acelera sus pasos para abrazarlo por la espalda. Deposita un beso en la coronilla del más bajo y luego descansa su cabeza entre el cuello y hombro de Jimin.
—¿Estás seguro de querer esto, Jungkook?
—No lo quiero, lo anhelo, lo deseo —responde el más alto—. ¿Y tú?
—Quiero muchas cosas, pero solo te deseo a ti. Así que si estás tan loco como peleas pues creo que estás listo para tenerme como tú pareja.
—Estoy seguro que no me arrepentiré, que no nos arrepentiremos —asevera el pelinegro, mientras gira el cuerpo de Jimin para tenerlo frente a frente.
Juntan sus labios y Jeon puede jurar que cada vez que sus belfos se juntan con los de Park, la sensación es diferente, pero realmente acogedora.
—¿Cómo manejaremos esto con el resto? —pregunta Jimin.
—Como tú quieras. Eres el experto en este mundo —murmura Jungkook, para luego besar la frente del más bajo.
—Pues creo que debemos esperar un poco, si le decimos a papá seguro y creerá que lo haces para asegurar tu ascenso —dice el castaño, ganándose una mirada extraña por parte del más alto. —No me veas así, conozco a mi padre —asegura el más bajo—. Además la prensa y los medios van a pensar lo mismo.
—¿La prensa y los medios? —duda Jeon.
—Eres un personaje público ahora, Jungkook. Por ende, con quién te vean cerca y sonriente o coqueto, te van a relacionar aunque no tengan ninguna relación —le explica y recalca, Jimin.
—Entonces quiero que estemos juntos todo el tiempo, no quiero que me relacionen con nadie que no seas tú —habla con tono serio, Jeon.
El más bajo lo ve y no puede evitar sonreír.
—Jungkook —lo llama en tono dulce.
—Uhm.
—Agáchate un poco —le pide con dulzura el castaño.
Jeon sonríe ladinamente, hace lo que Jimin le ha pedido y cuando está a la altura de su rostro siente las cálidas, suaves y pequeñas manos del más bajo sobre sus mofletes.
—Prometo no lastimarte —susurra Jimin, mientras con sus dedos pulgares acaricia el rostro del pelinegro.
—Prometo protegerte —murmura Jungkook, mientras se agacha un poco más, sostiene la parte trasera de los muslos de Jimin y luego lo carga.
El castaño ríe divertido mientras su corazón palpita de manera tan rápida que posiblemente el pelinegro logre escucharlo si guarda silencio y se acerca a su pecho.
Ve los ojos negros de Jeon, le acaricia el cabello y luego estampa sus gruesos labios contra los delgados belfos de Jeon.
Ninguno de ellos saben qué es lo que pasará en el futuro, lo único que está claro es que uno ya es parte de la élite y otro está escalando la montaña para llegar hasta su objetivo. Objetivo que ahora alcanzará de la mano de ese chico mimado y atractivo que tanto le gusta.
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La película que vieron y mencionó es El Astronauta protagonizada por Adam Sandler.
Por cierto, gracias por leer y votar en los capítulos.
Mucho love ♥️
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