07

Todo estaba más que listo, después de un mes de preparación para ambos boxeadores. El día tan esperado ha llegado.

Jungkook se enfrentará cara a cara por fin contra Austin, un Austriaco de veintiocho años por el campeonato mundial de peso Wélter del WBC.

Está listo, está más que listo, su sueño por fin está por hacerse realidad. Está a segundos de subir al ring el cual además de estar rodeado de gente de dinero, gente que lo apoyara y otra que no. Habrá gente en cualquier parte del mundo sentando en un bar, en sus casas y en diversos lugares mirando la pelea, su pelea será transmitida por televisión.

—Jeon, tú puedes ser campeón. Ese cinturón es nuestro. Tú puedes ser el nuevo campeón —le da las últimas palabras, Won Park.

El pelinegro asiente, luego de realizar sus ejercicios de calentamiento mientras es motivado por el coach y su equipo. Uno de los encargados revisa su vendaje cuando autoriza que está correcto pide a todos que salgan.

Coloca los tres retratos de sus padres y hermana sobre la banca, se pone de rodillas y hace una reverencia completa. En silencio, concentrado y aún de rodillas se concentra en una sola cosa ganar el combate de esta noche.

—Oye, detente no puedes entrar —se escucha afuera la voz de Amber.

—¿Dónde mierda está, Jimin? —lo cuestiona un hombre con voz ronca y tosca.

—No lo sé, no tengo idea —contesta la rubia. —Te juro que si me tocas, yo si voy hacer que te hundas, imbécil —lo amenaza al ver que ha alzado una de sus manos.

—Dile a Jimin que lo esperaré en mi auto cuando la pelea culmine —demanda.

—No, él dijo que no iba a verse contigo de nuevo.

—Pues te mintió —replica James. —Me rogó porque avalará está pelea, le dije que tenía una condición y la condición es que se iría conmigo cuando el combate termine —expone el azabache, fuerte y claro. —Por lo tanto, lo hablado es lo entendido. Dile que llegue a mi auto, si no lo voy a sacar de su maldito castillo y lo arrastraré hasta mi casa por desobedecerme —puntualiza, molesto.

Amber pasa saliva con dificultad, James se da la vuelta y escucha como la puerta se abre. Ve como Jungkook se para frente a ella viendo partir a James. El pelinegro está por seguirlo, pero la rubia se lo impide.

—No lo eches a perder, Jeon —le suplica Amber—. Te dije que todos sacrificamos algo para que esto suceda. 

—Pero es que jamás pensé que él haría esto, ese bastardo lo golpea —reprocha Jungkook.

—Su padre se lo pidió, debía hacerlo o confesarle la razón por cuál no quiere verlo y tenerlo cerca —intenta explicar la chica.

—Pero…

—Oye, debes concentrarte en la pelea. Yo me encargaré de que Jimin esté bien. 

—Amber…

—Solo no lo arruines, Jeon —lo interrumpe la rubia y luego lo deja solo.

Jungkook hace su aparición una buena cantidad de personas corean su nombre, antes de subir los escalones hace una reverencia hacia su equipo y apadrinado.

Sube al ring y su equipo comienza a prepararlo mientras el presentador hace su trabajo.

Cuando recita su apellido salta hasta el centro del ring y da una vuelta de esa manera, y consigue ver a Jimin al lado derecho junto a Amber y John.

Ve la esquina de su oponente y consigue ver al bastardo de James sentado tras la esquina de su oponente.

—Jeon, recuerda. Cubre tu rostro con los puños y la parte baja con tus codos y brazos. Bloquea, esquiva y golpea. Tú puedes chico.

Jungkook asiente, se aleja de su esquina y va al centro. Choca su guante con el de su adversario y segundos más tarde la campana suena y la pelea inicia.

El primer round sirvió para que ambos boxeadores se evaluarán. Hasta que llegaron los últimos diez segundos, Austin lanzó golpes cruzados haciendo arrinconar a Jeon tras las cuerdas.

—¿Estás bien? —lo cuestiona su coach.

El pelinegro asiente.

—No dejes que te arrincone, si lo hace vas a aguantar una lluvia de golpes. Quiero que golpees sus brazos, golpealo fuerte, cuando baje la guardia tira un recto y si descuida la parte baja lanza un abierto al hígado. ¿Entendido?

Jungkook asiente.

—No lo sigas, deja que él se canse —le da la última indicación, luego baja del ring y el segundo round inicia.

Los siguientes tres minutos Jungkook recibió un golpe en el rostro por no cubrirse bien. Luego arrinconó a su adversario y logró dar dos golpes abiertos al hígado. Los últimos diez segundos el primero en atacar fue Jeon. Golpeó con tanta fuerza los brazos de Austin que con un golpe recto lo hizo bajar la guardia y darle un izquierdazo directo al pómulo.

Ambos van a la esquina, reciben asistencia y chequeo en sus golpes y un par de indicaciones.

Jimin ve impaciente como otro round da inicio, Austin ataca con golpes cruzados, pero Jungkook logra protegerse bien. 

—Golpea sus brazos de nuevo —murmura el castaño.

Jungkook esquiva un golpe y suelta dos rectos que van directo a los brazos de Austin.

—¡Si! —grita Jimin.

Jungkook recibe un golpe bajo, y su adversario recibe un llamado de atención ya que ha sobrepasado la cavidad torácica llegando casi a la zona íntima.

—¡Vamos, Jeon! —exclama Amber.

La lucha continúa y Jeon consigue conectar su izquierda una vez contra el pómulo afectado de su adversario, haciéndolo trastabillar, lo arrincona en las cuerdas y le da un par de golpes en los brazos y luego uno abierto al hígado. Jeon se descuida y recibe también un golpe al hígado y luego la campana suena.

—Mierda, debe concentrarse —cuchichea Jimin. —Si lo golpea un par de veces más en el pómulo y luego da a sus brazos y finaliza con un abierto puede noquearlo. Austin no va a resistir —comenta con John.

—Debe alejarse, si se queda cerca mucho tiempo de Austin, lo despedazara —menciona John.

El cuarto round se lo llevó Austin gracias a un golpe abierto, y un golpe recto que le propinó a Jeon.

El quinto y el sexto se lo llevó Jeon, después de golpear con su zurda el pómulo de Austin hasta sacarle un poco de sangre.

El séptimo fue ganado por Jeon, el pómulo de Austin estaba súper reventado y para lanzar un jab primero debía limpiar la sangre con su guante para poder ver bien.

—Voy a detener la pelea —dice el coach de Austin.

—No —se opone el boxeador—. Todavía puedo seguir.

El médico encargado se acerca, cubre el ojo bueno de Austin y deja el afectado. Alza su mano derecha con tres de sus dedos alzados.

—¿Cuántos dedos tengo arriba? —lo evalúa el médico.

—Tres, señor.

El médico ahora baja dos de sus dedos y deja solo el índice arriba.

—¿Y ahora?

—Uno, señor.

—Bien, puede continuar.

—¿Crees que puedes noquearlo, Jeon? —lo interroga su coach.

—Sí, señor —responde con voz cansina.

—Llevalo a las cuerdas, debilita sus brazos, un abierto y en vez de un recto quiero que des un upper al rostro.

La campana suena mientras el pelinegro asiente.

—Hazlo muchacho, tú puedes —lo motiva su coach, ahora desde afuera del ring.

El octavo round da inicia, Jungkook deja que Austin lo persiga, deja que se canse, hace una maniobra con sus pies y cambia las posiciones de ambos. Austin suelta un recto que es recibido por los antebrazos de Jeon.

Jungkook lanza un recto a los brazos y Austin retrocede hasta quedar contra las cuerdas, Jeon suelta dos golpes más a los brazos, ve la zona baja descubierta, tira un golpe abierto al hígado y de inmediato cruza su izquierda en dirección al rostro de su adversario, haciéndolo rebotar en las cuerdas y luego caer directo a la lona.

Jeon se aleja, alza sus brazos y va a su esquina.

—Tres, cuatro, cinco —cuenta el referí.

Jungkook ve a su oponente y luego ve atrás a su equipo y al señor Park de pie.

—Ocho, nueve, diez.

La campana suena justo cuando Jungkook ve como Jimin abraza a Amber para celebrar su victoria por knockout.

Su equipo sube al ring y todos lo abrazan. Luego le quitan los guantes y por último le colocan una camisa.

—El ganador de esta noche es el nuevo campeón mundial de peso Wélter del WBC, Jeon Jungkook —anuncia el presentador.

Jungkook alza sus brazos y luego recibe el cinturón, lo mira fijamente, sonríe y luego lo besa. Se gira, busca a su padrino, le pide que se acerque a él y como acto seguido le entrega el cinturón.

—Bien hecho, Jeon. Me has hecho muy feliz —confiesa Won Park, emocionado.

Jeon da un par de palabras en la cuál expresa un profundo agradecimiento a todo su equipo, en especial al señor Won Park, que confío en él desde un inicio y había decidido apadrinarlo. También agradeció a todos los que hicieron que la pelea se llevará a cabo.

En el cuarto de aquel gimnasio todo es alegría hasta que James llega al lugar.

—No te metas —le pide Jimin a Amber.

—James —lo saluda el señor, Park.

—Vengo por Jimin —se limita a decir el azabache.

El castaño sin decir nada camina hasta James, Jungkook se pone en pie y con el cinturón en su mano izquierda los sigue.

—Dejalo en paz —habla Jeon, haciendo que ambos se detengan.

—Dijiste que no tenías nada que ver con él —lo reta James.

—Solo es el apadrinado de mi padre —explica con rapidez, Jimin.

—Suéltalo —demanda Jungkook.

—Él y yo hicimos un trato, no te metas.

—Olvida el trato o haré que lo olvides —le advierte Jeon.

—Eso no pasará. Camina Jimin —brama el azabache, jaloneando la mano del castaño.

—Jimin —lo llama Jungkook.

El más bajo lo mira de inmediato.

—¿En serio él es tu ex? —lo cuestiona.

El castaño ensancha sus ojos, recuerda la vez del ascensor, traga grueso, asiente y contesta.
—Sí, es mi ex.

Jeon coge con fuerza su cinturón, extiende su brazo izquierdo haciendo que el cinturón se estrelle contra el pecho de James. Jimin se aleja y ve como Jungkook derriba a su ex, se le lanza encima y le da un par de golpes.

—Espera al señor, Park —murmura con desdén, Jeon, mientras se pone en pie.

—Papá, puedo explicarlo —lo detiene Jimin, cuando todos salen a ver lo que ocurre.

El castaño le confiesa todo a su padre con Amber a su lado, el señor Park lo abraza mientras le ordena a dos de sus guardaespaldas que lo escolten y lo lleven con la policía.

—Espera mi maldita demanda, James. Haré que te arrepientas por haber golpeado a mi hijo, maldito maltratador —expresa, furioso Won, mientras sostiene a su hijo.

Cuando todos se han calmado, se ponen de acuerdo para regresar juntos y al mismo tiempo a la casa de los Park.

Todo es alegría, hay buena música, deliciosa comida, bebidas de todo tipo y un excelente ambiente para pasarla bien.

Jungkook toma su cinturón y recorre cada rincón de la casa, se asoma a la puerta corrediza y ve a Jimin junto a Amber sentados en las gradas de la piscina con trajes de baño.

El pelinegro sale al jardín y camina hasta ellos, se queda de pie en el césped hasta que la rubia lo ve.

—Oh, mira Jimin. El nuevo campeón mundial de peso Wélter del WBC, está tras nosotros —balbucea ebria, Amber.

—Salud por el nuevo campeón —dice Jimin, siguiéndole el juego a la chica.

—Amber —la llama Jungkook.

La rubia lo ve, asiente y luego se pone en pie mostrando su lindo cuerpo en traje de baño.

—Gracias por golpear al maldito de James, Jeon —agradece Amber cuando está frente al pelinegro—. Cuando necesites algo, solo dímelo.

—Pues gracias, Amber —cuchichea Jeon, viendo pasar a la chica a su lado.

—Oye, ten cuidado —alza su voz Jimin, al verla tropezar con sus propios pies. —Ve a dormir, Amber —le ordena.

Jungkook se pone de cuclillas y Jimin decide subir las gradas y sentarse al borde de la piscina. Los dos se quedan en silencio, silencio que resulta demasiado incómodo para ambos.

—Diste buena pelea. Tu izquierda es muy fuerte —rompe el hilo el más bajo. —Seria mejor si recibieras menos golpes —agrega entre risas, luego de ver la ceja derecha de Jeon suturada.

—Sí, algunas veces suelo desconcentrarme y bajar la guardia —comenta Jungkook. —Oye, Jimin —musita. —Esto es para ti —dice, acercándole el cinturón.

—Ok, pero yo no peleé ocho rounds, Jungkook —murmura el castaño.

—Si no hubieras hecho que ese imbécil avalará la pelea, no sería el nuevo campeón —explica el pelinegro. —Este cinturón también es tuyo —rectifica.

Jimin lo toma y no puede evitar reír.

—¿Es está tu forma de agradecerme? —lo cuestiona el castaño entre risas.

—Espera, también golpeé al bastardo —le recuerda con indignación, Jeon.

—Sí, es cierto —concuerda Jimin. —Gracias por eso —susurra el castaño.

Ambos se quedan nuevamente en silencio.

—En serio te lo agradezco, Jungkook —se sincera el más bajo, está vez mirando al contrario fijamente. 

El pelinegro asiente mientras ve los ojos color miel de Jimin.

—Tu rostro…

—Lo sé, está inflamado —ríe Jungkook.

—Pero no se ve tan mal, no hasta que vez esa sutura en la ceja —menciona el castaño. —Estoy seguro que has hecho demasiado feliz a mi padre y que mañana dormirá todo el día para recuperarse de la resaca —agrega.

—Sí, también lo creo —concuerda Jeon, al ver cómo el señor Park se empina una botella de vodka.

—¡Jeon, ven aquí! —lo llama su coach.

—Jeon, ve allá —chista Jimin, haciendo reír al más alto.

El pelinegro se pone en pie y se aleja de la piscina, Jimin lo ve detenidamente y un par de cosas le quedan claras. Está agradecido con Jungkook, que lo ayudará en lo que pueda, en que ha confirmado sus sospechas y en que le gusta el apadrinado de su padre.

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