No me des la mano, ya no quiero tocarte
Sé que nos hemos amado durante demasiado tiempo, pensar en separarnos es irrisorio, soltar nuestras manos nos haría obsoletos. Eliot, sé que amas besarme mientras duermo, susurrarme cosas al oído hasta que despierto y veo tu silueta cubierta de negro, es la oscuridad de la noche quien te acobija y te da cuerpo. Yo también quisiera ser etéreo, dejar de sentir tus palmas en mi cuerpo, son manos como garras que se adhieren a mi piel y sangran; tus manos sangran, porque yo también te estoy hiriendo.
No hemos pertenecido durante demasiado tiempo. ¿Por qué no puedo imaginar un futuro sin ti? Porque no puedo asociar el futuro con soltarnos y saltar de nuevo. El risco nos espera, es el acantilado donde nos besamos por vez primera, como película de holliwood, era un romance trágico desde el comienzo. Debería dejar de romantizarte en mis pensamientos, pero pensarte como un príncipe apuesto es lo único que me salva de caer, pero...
No existen los príncipes azules en este cuento. Has sido corrompido desde el primer momento. Heriste mi cuerpo, comenzamos de nuevo y me mallugaste el cerebro. Siento la ira adormecida, ya no te temo. Deseo ser un ente individual, dividirnos por completo, dejar de pertenecerte y sanar después de tanto tiempo, pero.
Tus garras se aferran a mí y con tus colmillos drenas mi sangre, cual vampiro fosforescente. El sol no puede matarte porque no eres tangible, quizás un par de pastillas alivien tu cinismo cíclico pero todo parece un intento inútil. Mi piel es endeble ante tu veneno pero puedes leerme y caigo de nuevo. Y caigo de nuevo, caigo de nuevo... ¿Cómo es que siempre logras atraparme? ¿Por qué eres el único que se niega a soltarme?
Ni la soledad de mi tempestad me ha dañado tanto. Ser humano pero seguir estando enfermo. Funcionar en sociedad como algoritmo en la matriz de una masa con forma de engranaje. ¿Por el bien de quién te niegas a soltarme? ¿Por qué sigues esmerado en amarme? No puedo funcionar cuando susurras tantas cosas en mi cabeza, tu existencia podrá no ser el pecado original pero aún así te sigo padeciendo.
Como organismo caníbal, un puto microbio dependiente de mis estados de ánimo, atento y dispuesto a herirme en el peor de los momentos. Frívolo y calculador, sos la antipatía que amenaza una sociedad; la sociedad es mi cuerpo. Vos sos dictador y te negás a irte, ¿por qué? ¿Acaso el poder te excita tanto? ¿Por qué tengo que ser yo la víctima de este legado?
¿Es posible llamar amor a esta obsesión victimista que se aferra a mi cuerpo? Amputar el lado dañado solo hace que la fruta pierda calidad, ya no es un producto entero. Entonces, si decido cortarte de raíz, me estaría matando por dentro. Porque no puedo sanarme... ¿por qué no puedo sanarme? Siempre decaigo en los mismos fallos y me río con tal de no seguir llorando, porque ahora todos los tropiezos me resultan irrelevantes. ¿Cómo es que aún no he muerto?
¿Por el bien de quién estoy respirando?
Le temo al futuro y te has convertido en mi mejor pretexto. Finjo demencia ante la responsabilidad que se aproxima, amenazando con una adultez que nadie ha pedido. Ya no quiero seguir creciendo, no quiero ser consciente de la decadencia de mi cuerpo. Y acá te tengo, el fragmento inservible de mi existencia que, vuelta frase monoteísta, es la excusa perfecta para mis retrocesos. Me da miedo el proceso y por eso te invoco, te invoco porque tengo miedo.
¿Podrías abrazarme una vez más? Vuélveme un inútil ante la sociedad, ante la sociedad que no es mi cuerpo. Báñate con el amor que te entrego en cada lágrima hasta la saciedad, arranca con tus manos cada uno de mis deseos. Dime que no puedo, dime que no quiero. No quiero seguir haciendo esto, no quiero seguir sintiendo, pero aún no he muerto. Aún no he muerto.
Ya no me generas ganas de morir, ¿por qué? Minimizaste el lado suicida, ahora veo hilos de una positividad que no se siente mía. ¿Qué es esto? Porque deseo seguir viviendo, mi mente es una contradicción y no logro decidir si te amo o te temo.
No sé decidir si eres el mismo que apareció hace años para privarme el sueño. No logro reconocer las mariposas moribundas que vagan en mis entrañas cada vez que apareces. No puedo entender si estás siendo amable conmigo, si es esta la luna de miel que me prometiste hace tiempo... o es tan solo un engaño para confiar y que me consumas de nuevo.
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