Capítulo 27: El baño
El peleador y su amigo dieron un par de pasos y se detuvieron analizando el hogar de su anfitrión. La casa, si así podían llamarle, era enorme.
Apenas entrar lograron observar que todo era tan sofisticado, decoraciones elegantes, colores oscuros y blancos con tonos dorados cuyo ambiente moderno encantaría a cualquiera.
Se detuvieron con las mandíbulas abiertas en la entrada hasta que Shadow avanzó primero entre ambos, él los miró con seriedad y recelo, mas Amy les devolvió una ligera sonrisa al pasar.
Cuando llegaron a la sala, rodearon la mesa con hologramas que salieron del suelo, Shadow inició explicando toda la información que tenía, evitando lo que ya había aparecido en las noticias sobre GUN y Eggman. Comentó el incidente de la casa con Vector y el abuelo, cuya herida del incendio aún era reciente. Después, el encuentro con los rebeldes en el laboratorio y la herida de Amy.
Si querían su propia libertad, tenían que detener a Eggman y convencer a GUN de parar con los experimentos. Y al mismo tiempo, enfrentar a los rebeldes.
— ¿Cómo podemos ayudar? - Preguntó Mighty mirando la información al frente, eran más avistamientos de mutantes de los que imaginaba. Y los arrestos de GUN, iban en aumento.
Shadow se acercó a la mesa y mientras todos le prestaban atención, la imagen de una gata morada con traje apareció en el holograma. Amy la reconoció de inmediato e inevitablemente sonrió.
— ¡La senadora Blaze! - Dijo ella con emoción — Voté por ellas en las elecciones del año pasado - Sonic le sonrío a Amy con ternura desde el otro lado de la mesa.
— Es la única que mantiene un perfil imparcial en esta contienda - Dijo Shadow — Si podemos demostrar que Eggman está tramando algo en contra de nuestra especie, podemos detener sus experimentos - Apostó con confianza.
— Supongo que está bien, ¿Pero qué pasará con nosotros, ya saben mutantes, si detenemos a Eggman? - Curioseó el armadillo de manera tranquila.
— Queremos el mismo trato que los demás, sin prohibiciones ni extracciones - Dijo Sonic — ¡Confío en que saldrá bien!
— Propongo que aparezcan en los medios - La ardilla Ray se acercó con una idea que no era descabellada — ¡A la gente le gustan mucho los superhéroes! quizás puedan empezar por ahí para ganarse al público.
— Shadow ya tiene el traje - Dijo Sonic y junto a Tails rieron un poco, el azabache entrecerró los ojos y Amy evitó reírse.
— Es un traje de camuflaje - Remarcó Shadow con enojo.
El grupo discutió durante una hora, llegando al acuerdo en que Mighty estaría presente pero evitaría incluir a su amigo en las peleas. Sonic y Amy, sin nada más que perder participarían abiertamente en los medios, con la esperanza todavía de que Knuckles regresara. Mientras tanto, Shadow seguiría trabajando en las sombras hasta que pudiera tener contacto directo con Blaze.
— ¿Y yo qué haré? - Tails interrumpió al grupo cuando Sonic y Amy discutían si era necesario que ella tuviera que pelear con semejante herida.
Sonic miró al zorrito que esperaba entusiasmado, no quería ser grosero, pero no tenía mucha confianza en el menor y mucho menos cuando sus habilidades eran un poco inestables.
— Podrías empezar a practicar tus habilidades antes de unirte a una pelea - Amy se adelantó con ese tono dulce que solía llegar a acuerdos — Deberías quedarte aquí con Ray y ayudarnos desde el comunicador.
Tails asintió realmente contento, la idea de pasar más tiempo en el computador le gustó mucho más que tener que pelear.
Se unió con Ray para compartir opiniones mientras salían de la sala bastante animados con la tableta de Shadow en las manos, el zorrito estaba emocionado por enseñarle las funciones tecnológicas de la casa a su nuevo compañero.
Por otro lado, Sonic quiso ayudarle a Migthy a encontrar una habitación para integrarlo, empezando por contarle sus grandes consejos para mejorar los movimientos durante una pelea; dejando a Shadow y Amy completamente solos.
— ¿Me acompañas? - Shadow la escuchó, ella iba a la cocina. Parecía tener intensiones de algo, pero quiso ignorarla puesto que, Sonic ya había vuelto a la casa y no lo necesitaría más.
Sin embargo, se encontró haciendo todo lo contrario. La siguió hasta que entraron a la alacena y Amy comenzó a poner todos los ingredientes que aparentaban ser para hamburguesas sobre la mesa. Cuando ella se percató de que él la miraba sin decir nada, le sonrió y el erizo miró hacia otro lado, volviendo a ofuscarse.
— ¿Qué quieres? - Espetó de mala gana tras acercarse renegado.
— Tu ayuda, obviamente - Ella señaló los vegetales con sus manos — No puedo hacer esto sola.
Él enarcó las cejas observando todos los ingredientes, se pasó la mano por las púas como si no estuviera interesado. No sabía muy bien por qué, pero realmente tenía ganas de ayudarla.
— Dame - Le contestó arrancándole la cebolla y el tomate.
Shadow se acercó al fregadero y comenzó a limpiarlos dándole la espalda mientras ella seguía moviéndose por la cocina, aparentemente fascinada. La escuchó varias veces chillar de alegría cada que abría algún cajón o encontraba alguna máquina último modelo.
Por supuesto, él sonrío disimuladamente. Su cocina siempre estaba ordenada y pulcra, con todos los utensilios necesarios y los modelos más recientes en electrodomésticos. Aunque no cocinaba mucho.
El erizo miró discretamente hacia atrás, quería decirle que se había tomado muchas libertades en su casa y que él no estaba cómodo con eso.
Pero Amy estaba revisando las especias para la carne mientras las integraba y se veía tan concentrada que no quiso perturbarla de ninguna manera. La escena le hizo recordarlos a ambos, en aquella cafetería preparando café juntos, o más bien, esperando a que la máquina hiciera todo el trabajo.(E)
— ¿Ya terminaste? - Su delicada voz provocó que sus púas se alzaran tan solo un poco, cerró la llave y cortó las verduras con precisión en una tabla sobre la isla de mármol, mostrándole sus habilidades.
— Sí - Respondió dejándolas sobre la tabla que usó.
Él se acercó a Amy cuando la carne estuvo lista para ponerse en el sartén y Shadow disfrutó del sonido de la carne sobre el aceite, ese rico aroma inundó su nariz y alzó su ánimo.
Intercambiaron tareas de repente, cada uno trabajando en lo que debía, Shadow se sumergió inesperadamente en el ambiente de cocina que le pareció... extrañamente cómodo; Y como imaginaba, Amy era organizada, limpia y hábil. Por esa razón sintió que ambos podían trabajar tan bien codo a codo.
Aunque por dentro sentía que ella se encargaba de todo.
— Me da gusto que hayan decidido venir con nosotros - Dijo Amy lavándose las manos en el fregadero — Sin que la situación se complicara, quiero decir. Los tomamos por sorpresa y Migthy sólo se estaba defendiendo, pero pudimos arreglarlo, evitamos lo peor.
— Fue gracias a ti - Dijo Shadow.
Amy cerró la llave y le dirigió una mirada de reojo antes de hablar, estaba contenta y al mismo tiempo, confundida. Quizás era un sentimiento que no quería tener. Se miró las manos y apretó los puños sintiendo una pequeña parte de su fuerza.
— Tener una fuerza descomunal tiene sus ventajas, después de todo - Amy suspiró, Shadow sintió que se refería a algo que había pasado antes y aunque quiso mantenerse callado e ignorarla, no pudo.
— No es fácil controlarla, imagino.
Shadow la vio mirando el grifo con la cabeza agachada, sintió que había dicho algo que lastimó de alguna manera, y si fue así, quería saber cómo arreglarlo.
— Le conté a Vector antes... - Amy tomó aliento reprimiendo su tristeza con tono melancólico — Le dije que yo seria más feliz sin tener esto. Ninguno lo pidió, es obvio porque no lo sabíamos. Pero, estuve pensando apenas vi ese vídeo, que esa máquina realmente podría cambiar vidas... y yo me imaginé la mía - Se giró para verlo, con una chispa triste en los ojos que provocó tensión en las púas de Shadow — Sin mutación, normal como alguna vez lo fui y con mis sueños por fin cumpliéndose. Mi casa, mi negocio y una familia. Y Vector fue la prueba de que puedo tener eso también...
Shadow se encontró sin comentarios y resopló como si fuera una broma perversa de ella ¿Por qué ahora pensaba esas cosas?. Contuvo sus pensamientos y dejó los panes de lado para enfocarse solamente en ella. Había algo de aquellas ideas suyas que no le parecían malas pero sí realmente peligrosas.
— La máquina puede matarte - Le dijo molesto.
— Cualquier cosa puede hacerlo, de hecho - Ella bajó la vista hasta su vientre vendado con índices de ironía en su tono de voz.
— Quizás si. Pero lo hiciste por una causa y arriesgarte a usar esa cosa en ti es demasiado peligroso - Shadow se acercó — Dudo mucho que Sonic te deje tan siquiera intentarlo y mucho menos que Eggman te deje salir después de eso, si es que llegase a funcionar.
— Puede que tengas razón - Dijo Amy amargamente mientras se encogía de hombros — Supongo que hay cosas que ya no se pueden cambiar. Vector de cierta forma extrañaba su habilidad, decía que se sentía vacío por dentro... como si le hubieran arrebatado algo preciado.
Amy levantó la cabeza para encontrarse con Shadow, sus rubíes la miraron con seriedad fría mientras ella se quedaba sin habla. Ella extrañaba muchísimo a Vector, una compañía que fue tan corta y sin embargo, lograron formar una buena amistad. Cuando el cocodrilo no hablaba, ella le contaba todo.
Ella sus pinturas, él su trabajo. Ella su cafetería, él su postre favorito. Tan sólo pensarlo, le lastimaba el cuerpo y la llenaba de furia e impotencia.
— Decidí que, aunque tenga la oportunidad de hacerlo - Amy secó sus manos con un pequeño trapo sin apartar la vista del erizo — Debería quedarme con mi fuerza, es algo que tanto él como el abuelo hubieran querido. Y si logramos lo que queremos, mis sueños no están tan alejados entonces.
Shadow se mantuvo callado, repitiendo las palabras de Amy en su cabeza. Ella era algo... única.
Sintió que ella le había compartido algo importante, además de revelarle lo que quería en el futuro. ¿Aquello lo implicaba también? pero borró esa idea rápidamente.
— Lo que sea que quieras - Él dijo sorprendiéndola antes de volverse a la estufa y continuar — Tendrás mi ayuda.
Amy miró su espalda mientras sentía un ligero calorcito en la punta de sus orejas, su primer pensamiento fue que quizás ella había exagerado al soltarse tanto con Shadow; pero él la escuchó, le brindó su opinión y al final, ofreció un apoyo.
Aunque de una manera bastante brusca, tal como era él.
Ella sonrió discretamente y se colocó muy cerca de él para seguir trabajando, Shadow sintió su presencia y no pudo evitar la extraña sensación de nervios en su estomago formándose de nuevo, frunció el ceño tan fuerte pues no podía controlarse y evitó mirarla a toda costa otra vez.
Una vez terminaron, colocaron las hamburguesas en una charola extendida y Amy llamó al resto, pero nadie pareció escucharla. Shadow se sentó cerca de la barra y observó la comida con impaciencia, el estómago le estaba rugiendo.
Sin esperar permiso, el azabache decidió servirse con o sin compañía, nadie iba a impedir que disfrutara la comida que ella y él habían preparado. Amy regresó a la barra, también con intensiones de comer, más por no dejarlo solo.
Ya pagaría el resto por haberse perdido el festín.
Shadow dio el primer mordisco, mirando discretamente a la eriza mientras ella elegía la que le parecía más apetitosa. Si era sincero consigo mismo, no le gustaba sentir cosas que no podía controlar y aunque a veces sentía que podía disfrutar el momento junto a ella, no le parecía correcto perder el control ni doblegarse.
Le gustaba sentir que él podía controlarla a ella, no lo contrario.
— Voy a cambiarte las vendas antes de que vayas a dormir - Le advirtió cuando ella estaba a punto de dar el primer bocado.
Amy emitió un gruñido, enojada por la simple mención de las vendas y la curación.
— Podías decírmelo después de comer - Regañó ella antes de darle una enorme mordida a la hamburguesa. Después de masticar y tragar, posó la comida de nuevo en el plato y luego lo miró con una expresión juguetona — Debería darme un baño primero... ¿Me ayudarás con eso también, Doctor Shadow?
Él apretó los dientes y dejó caer su hamburguesa en el plato ¿Había escuchado mal?, tragó saliva y sintió como sus orejas se calentaban. Ella parecía hacerlo todo apropósito y estaba metiéndose en terreno peligroso.
— ¿Cómo voy a...? - Comenzó con tono molesto, Amy sólo sonrió y negó con la mano antes de volver a comer.
— No te molestes - Interrumpió ella cuando notó a Sonic y compañía acercarse a la cocina — Le pediré a Sonic que lo haga.
Ver a Sonic ayudando a Amy a llevar sus cosas al baño le produjo un sentimiento extraño de molestia e irritación, ¿Cómo era posible que ella primero se lo hubiese ofrecido a él? ¿Y luego iba con Sonic? necesitaba hacer algo antes de descargar su frustración con alguien.
Escuchó a la eriza pedirle un jabón, él se mantuvo quieto cerca del pasillo y vio a Sonic regresar en un parpadeó, malhumorado empezó a imaginarse toda la situación dentro del baño. ¡Sonic lo haría todo mal! iba a lastimarla por seguro y la herida en lugar de mejorar, se pondría peor.
Entonces se acercó a grandes zancadas, ambos erizos reaccionaron a su presencia y él le arrebató la barra de jabón a Sonic, ganándose una mirada molesta.
— Yo la ayudaré - Reclamó con autoridad, sacando de pronto a Sonic del shock y éste ya estaba listo para replicar — Se perfectamente cómo curar una herida, si ustedes lo hacen solos van a terminar empeorando la recuperación.
El azabache clavó sus ojos en Sonic y al cobalto no le agradaba mucho la idea, pero ansiaba que Amy mejorara pronto. La eriza lo miró a él con una expresión curiosa, sin embargo él ignoró ante todo fijarse en ella.
— ¿Estás bien con eso, Amy? - Sonic le preguntó mirándola a ella, era su decisión el quererlo o no a su lado. La joven eriza se volvió hacia él, una suave llama de calor afloró en su interior al verla asentir y entrar al baño, por un momento pensó que lo rechazaría.
Entró antes de que el cobalto cambiara de opinión y cerró la puerta acercándose a la tina que estaba a ras del suelo, el baño al igual que el resto de las habitaciones de la mansión era hermoso, grande y alumbrado con luces cálidas y piso de mármol negro.
Amy se detuvo frente al fregadero luego de admirar cada detalle, y acomodó sus cosas como las toallas, los vendajes nuevos y su ropa limpia. Sus ojos volaron hasta el otro extremo del baño y vio a Shadow abrir la llave del agua caliente, el agua humeante estaba cayendo.
— Voy a desvestirme - Anunció con timidez, una cálida oleada recorrió su cuerpo cuando lo vio mirarla con atención, era difícil saber lo que estaba pensando.
— Tengo que ayudarte con los vendajes - Dijo él antes de acercarse, Amy lo observó ahora con una sensación de nervios. Su primer impulso fue cruzar los brazos sobre su pecho aún cubierto por la ropa.
— No miraré, sólo la herida - El azabache formó una sonrisa que ella no podría olvidar.
Ella descruzó los brazos y Shadow la ayudó a quitarle la blusa, sus miradas se encontraron por unos segundos y el azabache fue el primero en bajar la vista hacia las vendas. El cuerpo de Amy estaba temblando un poco, y mientras él acercaba sus manos hacia ella, se sentía más nerviosa.
— Voy a comenzar - Advirtió él en tono bajo, se hincó para estar a la altura de su abdomen.
Con toda la delicadeza que tenía, fue retirando el vendaje de su abdomen, Amy evitó mirar y enfocó su vista en la bañera casi llena. Él descubrió una primer parte, observó la piel más de lo que debería y una profunda ira le recorrió la sangre. Ella se removió, incómoda.
— ¿Puedes apresurarte? por favor - Pidió ella sin poder mirarle.
Dolía, claro que le dolía, y eso jodía. Él obedeció, Shadow estaba muy molesto, no con ella, con él. De haber sido él en lugar de ella, se habría recuperado en un instante.
— Ya terminé - Le informó con las vendas sucias en la mano derecha mientras se levantaba — Me daré la vuelta, para que puedas quitarte la ropa.
Amy asintió y esperó hasta que se volteara, inevitablemente se encontró con la herida, ¿Eso era menos peor? se mordió el labio y aguantó la arcada de nauseas que subía por su garganta. No podía creer que Shadow no quisiera vomitar con sólo verla, Sonic lo habría hecho, quizás ella también lo haría.
— Estoy horrible - Dijo entre dientes, tras verse de pie y luego mirarse al espejo. Resintió totalmente al tigre que la atacó cuando estaba distraída.
Los oscuros ojos de Shadow se removieron, sin mirar hacia atrás, pero con seguridad él podía decir que eso era una mentira, aún con todas las marcas del mundo ella seguiría siendo preciosa de eso no tenía duda.
— Te vas a recuperar, sigues siendo... agradable a la vista.
— Bonito intento - La voz de Amy resonó con un poco de rudeza.
Shadow podía escuchar a la eriza maniobrar de forma lenta para quitarse la ropa, hasta escuchó sus pantalones caer al piso.
— No es ningún intento - Dijo él, replanteando si sus palabras habían sido las más indicadas, quizás decirle lo que pensaba hubiese sido mejor.
— Quizás deba preguntarle a Sonic.
— Amy.
— Ya puedes girarte, ¿Me ayudas a meterme a la tina?
Shadow agradecía que estaba de espaldas, porque sus mejillas se encendieron de sólo saber que tenía a la eriza sin ropa a sus espaldas.
— Ya tengo puesta una toalla - Dijo ella, realmente traía la toalla puesta pero evitaba pegarla mucho a la herida.
El azabache se dio la vuelta, se miraron unos segundos antes de que él se aproximara y le ofreció su mano, ella la cogió y también le rodeó el brazo con fuerza. Shadow la sostuvo con cuidado guiándola hasta la bañera, donde fácilmente podrían entrar los dos.
Amy metió ambos pies, y él la ayudó a sentarse en la orilla con mucho cuidado, Shadow ya había revisado que la temperatura del agua fuera la correcta, para evitar quemarla.
— ¿Me puedo meter? - Preguntó ella al sentir el agua tan cálida entre sus pies. El azabache se había alejado por una canasta con todas las cosas para baño, ella estaba quieta y muy emocionada por sentir el agua tibia hasta la cabeza.
—No, no por ahora - Dijo él poniendo las cosas cerca mientras hundía la esponja en el agua. La eriza tensó los hombros y lo miró incrédula.
— ¿Entonces cómo voy a bañarme? - Comenzó ella con mal humor, no tenía ningún sentido.
— La herida aún no está bien - Replicó él al instante — El agua no puede tocarla, pero voy a ayudarte a lavar lo demás.
La mirada jade de Amy debatió un poco.
—¿C-C-Con lo d-d-demás? - Su rostro se tiñó como un verdadero tomate.
— Sólo si tu me lo permites - Shadow le mostró la esponja húmeda mientras la colocaba en su mano y tomaba un lugar cerca de la orilla.
Ella tragó saliva, mirando hacia abajo con vergüenza tratando de controlar sus emociones. El erizo la esperaba paciente, aunque le entregó la esponja, oteó el lugar de la canasta y sacó otra junto con el jabón.
— Yo puedo hacerlo sola, la parte de arriba - Apretó la esponja en sus manos — Pero, no creo que pueda llegar a las piernas por la herida.
Los ojos penetrantes de Shadow la atravesaron con una intensidad que no pudo describir, pero sintió calor, lo que provocó que las púas de Amy temblaran un poco y sus orejas se agacharan hacia atrás.
— Lo haré yo.
Ella sintió un escalofrío cuando la esponja le acarició la pantorrilla. Iba ser difícil para ella, muy difícil. Lo miró un poco antes de comenzar a lavar sus hombros, recordó la primera vez que él le puso las vendas, estaban tan cerca, y ella estaba tan nerviosa como ahora.
Se sentía atraída hacia él, como si fuera un imán.
Desde que lo conoció en el café, supo inmediatamente que llamaría mucho la atención por ser solo él. Sonrió de manera discreta cuando le llevó aquella rebanada de pastel y desde entonces, él regresó por ella (E).
Sumidos en un silencio, él la miró de reojo y alzó una ceja cuando la notó muy concentrada.
— ¡¿Qué estás...?! - Repentinamente Amy tuvo que erguir su espalda y tomar con fuerza la toalla al rededor de su pecho, el erizo le había tomado de la pierna y la había puesto sobre la suya, para frotar la esponja en su pie.
— ¿Te sentirías mejor si entro yo a la tina? - Preguntó con intensiones de hacerlo.
— ¡No! - Ella extendió la mano hacia él — Estoy bien, sólo... quisiera lavarme las púas también.
Inocentemente ella recorrió la esponja por el largo de su cuello, y Shadow no pudo apartar la mirada. Una oleada de deseo lo recorrió como la brisa, y la miró entera. Él nunca se había fijado así en nadie, tampoco se consideraba superficial pero la notaba, su cintura era estrecha y pequeña, con las caderas poco anchas pero con curva. Y sus piernas, eran suaves y definidas con sutileza.
— Acuéstate en el mármol - Dijo él, regresando su pierna al agua.
— ¿Perdón?
Él no respondió, en cambio, se levantó y se acercó al cajón escondido debajo del lavabo, Amy descubrió lo que traía en las manos cuando volvió. Era un champú y algo más.
Minutos más tarde, Shadow estaba dentro de la tina y Amy recostada en el suelo, con un cojín de spa sosteniendo su cuello mientras él le masajeaba las púas. La eriza estaba disfrutándolo mucho, sus manos tocaban en las zonas indicadas y estaba completamente relajada.
— ¿Cómo te sientes? ¿La presión está bien? - Escuchó su voz como un susurro.
Ella asintió varias veces con una sonrisa.
— Eres genial en esto - Musitó ella, embriagada por el movimiento entre sus púas — Deberías cambiar tu profesión y abrir tu propio spa.
Shadow resopló, retiró entonces el champú con el agua tibia y pronto la tina se llenó de espuma.
— Levanta un poco la cabeza - Ella lo obedeció, de inmediato sintió la presión de sus dedos en su nuca, apretando y masajeando. Shadow observó atento todas las expresiones de la rosada, y todas eran satisfactorias.
— Mhg, sí justo ahí.... - Suspiró ella.
Amy abrió los ojos notando lo cerca que estaban y se fijó en los labios entreabiertos del azabache, sintió de repente el deseó de estamparlos con los suyos. Miró un poco hacia arriba y se congeló al descubrir que su mirada rubí estaba tan fija sobre ella también, y que la admiraba con algo parecido al deseo.
Él detuvo el movimiento, regresando con la parte trasera de su cabeza, el aroma delicioso del champú y el vapor del cuarto funcionaba perfectos para hacerla sentir tan bien.
— ¿Ya casi terminas? - Preguntó ella.
— Sí, falta poco.
La eriza cerró los párpados, alucinada entre el aroma de él ahora entre sus púas. Ansiaba que durara para siempre, él podía tardarse lo que quisiera, ronroneó ella al sentir el agua tibia lavarla de nuevo.
— Amy - La llamó él con voz ronca.
Ella inclinó la cabeza hacia la derecha, somnolienta. Shadow había terminado y necesitaban continuar con lo siguiente. La dejó para salir de la tina y las gotas de agua bajaron por su cintura, el azabache estaba igual que ella, su cuerpo estaba más sensible cuando la tocaba.
No iba a admitir que disfrutó lavarla tanto como ella se dejó.
— Levántate, te pondré las vendas - Ella emitió un ligero gruñido mientras él se secaba la cintura. Shadow se inclinó para tomarle las mano y se dio cuenta de lo relajada que estaba.
Amy juntó todas sus fuerzas para levantarse, de sus púas también cayeron gotitas que llegaron hasta sus hombros y Shadow la ayudó a mantenerse, aún parecía adormilada.
— ¿Lo harás rápido?
— Depende de qué estemos hablando.
Ella se tomó unos instantes para entender, incluso pestañeó tres veces para asegurarse que realmente estaba frente a Shadow y no era una mera ilusión. Ante su reacción, la mirada del erizo se hizo intensa y la guio con la misma delicadeza que antes hasta el lavamanos, donde todas las cosas estaban acomodadas.
— Vas a tener que quitarte la toalla - Confesó él mirándola — Detrás de ti, coloca la otra toalla debajo y usa la que traes puesta para cubrirte sólo arriba.
Amy se sorprendió de ver que tenía todo organizado, hallaba íntima la idea de estar cubierta únicamente por dos delgadas toallas, cuando todo el aroma de él estaba ahora en su cuerpo. Mientras él abría el bote de la crema, ella agarró la toalla nueva y la enrolló bien en su cintura, alzó después y muy lentamente la otra para taparse el pecho, dejando aquella horrenda herida descubierta.
— Deja de mirarme así - Musitó ella en un ruego, con las orejas agachadas y el cuerpo hirviendo en una especie de calor.
— ¿Así cómo? - Shadow sabía muy bien lo que ella estaba pensando.
Él se acercó, estaba demasiado cerca como para sentir su propio deseo, ella sintió un cosquilleó en la espalda cuando sintió las manos azabaches pasarle la crema fría y luego la tela, ajustando antes de darle vuelta a las vendas. Shadow entornó la mirada al recorrer la silueta frente a él, y Amy continuaba alzando la barbilla hacia él, casi por instinto atraída, se inclinó hacia él.
— Como si quisieras besarme...
Shadow soltó la tela cuando terminó de ajustarla, y frunció las cejas ante su mirada. No quería caer en la tentación, ¿Por qué tenía ella que hacerle perder el control? cielos. Se sentía así desde el primer momento en que la vio.
— Quizás quiera hacerlo - Confesó él con ansia e inclinó la cabeza, lo suficiente para rozar sus labios.
Se tomaron un momento para apreciarse entre sí, el atrevimiento los había llevado ahí. Ella lo deseaba y él sonrió sabiendo que era bien correspondida, ¿Lo sabía? por supuesto que sí y podía confirmarlo ahora. Súbitamente sepultó sus dedos entre las púas rosadas para apretar su boca contra la de ella, y ambos gimieron con placer.
La rodeó por la cadera y ella le introdujo la lengua con una devoción que lo hizo gruñir con satisfacción. El olor de él en sus púas lo excitó de sobremanera, saber que ella estaría por ahí con su aroma. Todas las nuevas sensaciones lo hipnotizaban, se separaron para recuperar aire antes de volver a unirse, más de dos veces repitieron el beso con el mismo fervor.
— Shadow... Mmhg... Oh cielos - Ella trataba de hablar pero él se lo impedía.
El beso estaba pidiendo más contacto, recorrió ambas manos sobre la curva de sus caderas hasta llegar con la mano izquierda y atrapar su cola en el proceso. El cuerpo de Amy se derritió ante su contacto, su beso era también exigente y sus manos aprovecharon para tocarlo con placer.
Entre caricias, ella se tensó de repente y rompió el contacto del beso cuando la mano de Shadow apretó cerca de la zona herida, él se dio cuenta de lo que había hecho porque soltó un poco su cola, suspiró decepcionado por arruinar el momento.
— Perdóname - Dijo ella contra sus labios cuando miró a sus ojos con el rostro abochornado — La herida...
— Está bien - El azabache rozó su boca, y volvió a besarla. Esta vez con menos intensidad, con algo parecido a la ternura — Fue mi culpa.
Shadow supo que nada de lo que había hecho, se supone debía pasar. Sin embargo, el momento fue tan embriagador que le encantaría repetirlo, en otro momento.
El ansia que en un principio lo atormentaba, se convirtió en placer. La mirada jade que lo irritaba, ahora no podía evitar buscarla. Él... él no estaba controlando sus emociones.
Notas de Génesis.
Un agradecimiento enorme a todos los lectores que siguen esta historia. Confundidos quizás por las (E) son marcas que indican escenas anteriores que fueron editadas, y que probablemente no leyeron. Les recomiendo hacerlo, va del capítulo 1 al 3 que están editados.
No sé si Wattpad les deje ver el símbolo del # hashtag, si sí pueden, no lean esos capítulos porque significa que estoy trabajando en ellos.
Ya saben que puse el "EN EDICIÓN" en el título de la historia, lo hice porque siento que me extendí mucho con el número de capítulos y la mayoría fueron muy cortos, ahora estoy tratando de unirlos y mejorarlos al mismo tiempo.
¿Les parece bien que los haga largos, o no debería? entre otras cositas, estoy muy contenta por volver a escribir, aunque la laptop se me haya apagado dos veces y casi perdiera todo el capítulo.
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