Capítulo 1: GUN
Meteoritos, fragmentos del espacio que caen a la tierra, una mezcla de metales y minerales, o restos de bacterias.
En nuestro caso, con una poderosa energía radiante en el interior. Un simple roce sobre la superficie rocosa fue suficiente para otorgar habilidades únicas a cualquiera. El dolor que sentí ese día no se puede comparar con nada, pero obtuve algo a cambio, una regeneración casi instantánea y un súper aumento en mis cinco sentidos.
Comparado a los de mi especie, un ser totalmente superior. Pero, por desgracia, no fui el único en ésta ciudad.
Cuatro meses después de mi accidente, un cocodrilo detuvo un enorme camión de carga a punto de impactar contra un edificio, la noticia estaba por todas partes.
Y después, GUN apareció.
La última noticia del cocodrilo fue el arresto en su domicilio. ¿Su estado? desconocido, nadie sabe dónde está ni qué fue lo que hicieron con él. Tras su desaparición y el constante pánico, GUN resurgió con una promesa.
Atrapar a todos los mutantes.
— Doctor, le han enviado esto - Los pequeños tacones negros de la ardilla son el único sonido que acompaña las teclas del computador, extiende un folder por el escritorio del erizo con cierto terror a interrumpir.
— Vete, lo leeré después - Contrario a seguir la orden, ella se queda de pie frente al mueble con las manos cruzadas.
— La agente María dijo que era importante - Dijo — Cancelé todas sus citas el día de hoy, ella me dijo que lo hiciera...
Su rostro apenado no era suficiente para mostrar lo asustada que estaba. Tenía muy claro a quién tenía enfrente.
Ella lo escuchó suspirar y tembló cuando él dejó lo que estaba haciendo para mirarla, de inmediato agachó la mirada al suelo.
— No sabía que María era la nueva jefa en piso - Shadow tenía una expresión severa en el rostro — ¿No trabajabas para mi?
— Y lo hago señor, pero la señorita María insistió y dijo que-
— Ella es una agente, no la presidenta del laboratorio, mis citas se verán afectadas y te arrepentirás por haberle hecho caso - Gruñó el azabache mientras agarraba el sobre y rompía el seguro — Si resulta como digo, afectará tu próximo cheque también.
La ardilla se despidió agachando las orejas hasta que salió, ahora arrepentida por haberse dejado intimidar por la agente.
Entonces, Shadow sacó el informe con las letras de CLASIFICADO en la primera hoja. Su ceño se arrugó al notar varios logos del gobierno, era GUN junto con un extraño logo que nunca antes había visto, una forma de bigote y un par de lentes.
" A petición de GUN y la reciente propuesta del Doctor Eggman, informamos lo siguiente para la captura de mutantes y extracción de habilidades especiales, con la asistencia médica y química del Doctor Shadow"
Arrugó las cejas, no le hizo falta leer las páginas siguientes para saber de qué trataba el contenido, párrafos completos destinados a la autorización del uso de la fuerza para el arresto de mutantes sospechosos con SU ayuda.
No, no la tendrían en lo absoluto.
Se detuvo abruptamente al encontrar registro de fotografías con las primeras investigaciones, el sujeto de prueba era el mismo cocodrilo desaparecido. Tiró el informe al canasto de la basura con furia, y procuró recuperar la calma, GUN se había vuelto loco.
Abrió uno de los cajones del escritorio y marcó el número mientras se fijaba repetidamente en el cesto y el documento. Luego de unos segundos, escuchó el sonido conectar la llamada y no podía esperar más a tener respuesta.
—Shadow, me alegra que llamaras - Aquella voz que en el pasado le parecía angelical, respondió. Shadow presintió que ella sabía que llamaría.
— ¿Han perdido la cabeza? ese cocodrilo parece muerto - Recordó las fotografías impresas y el sentimiento de disgusto se reflejó en su tono de voz — No seré parte de esto.
— La máquina tuvo un resultado exitoso, el mutante ha pasado las últimas pruebas y ya está en recuperación ¡El Doctor Eggman lo tiene todo controlado!
El azabache se apresuró a buscar información sobre el doctor Eggman en el computador, no tenía ni una idea de quién era y qué intenciones tendría.
— No te molestes, no hay ningún registro de Eggman - sus dedos se detuvieron abruptamente — Sé que es extraño pero tiene mucho conocimiento con las máquinas, buscó a GUN y está muy interesado en conocerte.
— GUN no confía ni en sus propios agentes, qué extraño que le hayan permitido el acceso.
—Es un humano - Shadow bufó con irritación — El comandante y él parecen ser viejos conocidos, pero es todo lo que sé.
— ¿Y tu qué opinas sobre esto? - Quería estar seguro, de verdad anhelaba que ella tuviera una pizca de razón.
— ...Creo que es lo mejor - La escuchó decir y sus expectativas se desvanecieron — ¿Leíste el documento? pensé que lo había explicado bien.
Hubo una pausa entre la línea, los ojos rubí de Shadow se oscurecieron y su mandíbula se tensó. María no iba a estar de su lado.
— ¿Vas a ayudarnos? - María preguntó.
— No lo creo - Y colgó.
Tomó de vuelta el documento de la basura y salió apresurado de la oficina, en el pasillo alcanzó a escuchar la voz de su asistente despidiéndolo hasta que llegó al ascensor, por suerte vacío. Le tomó minutos regresar hasta su casa, protegida con el mejor equipo de seguridad y un jardín con bastante espacio por el frente y por la parte trasera; disfrutaba de la privacidad y su salario le daba el beneficio de no escatimar.
Abrió la puerta con un lector de huellas y subió apresuradamente a su despacho, era un cuarto perfectamente ordenado lleno de repisas, libreros y un precioso escritorio de mármol negro con monitor.
Se acercó a uno de los cuadros que colgaban de la pared, apenas rozó la esquina con su dedo y la pared de enfrente se abrió como una puerta, la luz provino de ella; Era su traje.
Equipo sofisticado, telas de seguridad de la mejor calidad, con él siempre podía cubrir su verdadera identidad.
Sin perder el tiempo, utilizó el monitor para tratar de encontrar la ubicación del cocodrilo, tenía una impetuosa necesidad por sacarlo de ahí. Eggman, tampoco tenía un buen presentimiento sobre él, en humanos en particular.
Cuando encontró el hospital donde lo tenían cautivo, decidió visitarlo, por ahora.
....
Entró por la ventana del hospital, preguntándose si el lugar era el correcto, para ser un trabajo de investigación la seguridad era pésima, sólo había visto un auto polarizado de GUN encubierto en el estacionamiento.
Observó rápidamente la habitación oscura, era consiente de que cualquiera podría entrar y dar un vistazo, tenía que ser sigiloso y rápido. Se acercó hasta donde el sonido del monitor lo guiaba, con una diminuta luz puesta en la muñeca de su traje logró iluminar tenuemente el cuerpo inconsciente del cocodrilo.
Antes de poder investigar otra cosa, escuchó pasos firmes acercándose a la habitación. Se fijó una última vez en él antes de irse, no sin antes mentalizarse con la promesa que volvería. Dio un salto por la ventana, utilizando una pequeña pistola de gancho que lo ayudó a sostenerse del muro mientras bajaba.
Vio la luz de cuarto encenderse y se detuvo un momento, colocándose en la zona más oscura que el edificio para camuflarse.
—Todo va en orden, doctor - Sus orejas se agitaron cuando reconoció claramente la voz de María ¿Estaba hablando con el doctor Eggman? Esperó para escuchar, quería conocerlo.
— ¡Excelente! ¿Algún otro reporte de mutantes? - Shadow decidió encender una mini grabadora y esperar que hablaran de algo que le brindara utilidad.
—Ráfaga azul le llaman, hubo reportes por Central Park pero creemos que se trata de una broma - María parece sonar agotada — Cada vez que llegamos a la escena, el supuesto mutante ha desaparecido, siempre nos dan una ubicación diferente y lo más común es recibir llamadas de los niños.
— Los niños nunca mienten María, tal vez debas echarle un vistazo - Shadow no puede evitar estar de acuerdo con el doctor, a diferencia de María, él prefería eliminar la duda. Siguió bajando cuando notó que la charla se tornó por el lado técnico del hospital.
Con la poca información, decidió volver a casa e investigar sobre la misteriosa Ráfaga azul del parque, falso o no, lo averiguaría.
Al entrar a la cafetería, pudo notar el flujo de gente en el interior, grupos de jóvenes con portátiles alrededor, adultos mayores, y un pequeño número de parejas en las mesas del exterior.
Se decide por un espacio cerca del gran ventanal, con la vista frente al parque donde surgen los avistamientos. No pasan cinco minutos cuando alguien se acerca.
— ¿Puedo ofrecerte algo? - La mirada de Shadow se posa sobre la camarera, por un segundo sus ojos bailan, nunca antes había visto un color rosa tan chillón. Observó disimuladamente sus ropas de trabajo y los detalles en su rostro, encontrándola bonita.
— Un americano - Aunque intentara no sonar abrupto, el tono de su voz no lo ayudaba. Ella asintió con una sonrisa y lo anotó sobre su pequeño cuaderno.
— ¿Algún postre? - Ella pregunta.
— No, sólo el café.
— ¿Estás seguro? no podrás encontrar nada mejor en postres ¡Yo misma los hago! - Ella insiste y Shadow quiere poner atención al parque, no quiere tener que echarla con su mal carácter.
— No me gustan las cosas dulces - Niega con la palma y decide sacar su tableta, dispuesto a buscar más información en internet sobre Ráfaga azul. Por supuesto, la eriza seguía de pie junto a él con las cejas arriba.
— No te preocupes entonces, tengo algo que te encantará ¡Ya lo traigo! - Antes de que Shadow pudiera decir algo, un cliente al otro lado del restaurante pidió una rebanada extra de pastel. La eriza asintió en su dirección y se fue, por fin dejándolo solo.
Shadow regresó a lo suyo, incapaz de recopilar información que fuera útil, sólo opiniones en foros que no tenían ningún sentido. El supuesto Ráfaga azul no era tan conocido como él creía.
Sus orejas se movieron de repente, notando la presencia de la camarera acercarse con una charola y su café, ella lo dejó sobre la mesita y después puso frente a él una rebanada de pastel de chocolate. Frunció las cejas y miró el postre con horror, no es como si el dinero fuera el problema y no pudiera pagarlo, pero no le agradaba que no hicieran caso a sus órdenes y era evidente que ella no entendía un NO como respuesta.
Se giró para decirle que alejara ese monstruo de azúcar de su vista, pero cuando lo hizo, se encontró una cálida sonrisa y un brillo especial en sus ojos que lo hizo quedarse mudo. Fue tan solo un instante, en el que sintió un extraño calor.
— No es nada dulce, lo prometo - Dijo ella colocando la charola en su pecho — Chocolate amargo es uno de mis especiales, lo elegí porque siento que va acorde a ti.
— Pero yo no lo pedí - Frunció las cejas.
— Va por mi cuenta, me gustaría que me dijeras si te gusta.
Shadow se centró de vuelta en la rebanada delante suyo, ella lo esperaba con ansias y él bufó hacia un lado, definitivamente no lo dejaría en paz. Cogió una cuchara y aunque con malestar, decidió probarlo, se encontró con la sorpresa de que no era tan malo.
Como su sentido del paladar era mejor que el de cualquiera, pudo sentir la humedad perfecta del panqué, la suavidad, el chocolate amargo que era delicioso. Quiso mantener sus emociones ocultas, pero la mirada atenta de la chica a la espera de su reacción hizo que el calor volviera de repente.
Terminó de masticar, tomando un poco del café, cayó en el placer de sus papilas y efectivamente, el pastel y el café combinaban tan bien.
— ¿Te gustó? - Ella se inclinó tan solo un poquito, viendo que él mantenía los ojos cerrados se preocupó. Nadie nunca le había rechazado un postre y este erizo no debería ser el primero — ¿Qué tal el americano?
— Bien, están bien - Shadow se aclaró la garganta, consiente que no quería seguir conversando, necesitaba volver al trabajo. Shadow la vio por un instante, preocupado por no haber dicho nada más que Bien, recordó a María reclamarle por ser tan poco amigable.
Sin embargo, ella lucía satisfecha y contenta. Algo que internamente le alegró saber, pero no es porque le importara mucho si se ponía triste o no; Si iba a continuar investigando a Ráfaga azul era probable que siguiera visitando el café, y no quería incomodarla.
— Me alegra saberlo, cuando quieras puedes pedirlo - Ella se despidió con un ligero movimiento de cabeza y él solo pudo seguirla discretamente con la mirada, hasta que la vio salir a las mesas.
Regresó a la pantalla de la tableta e involuntariamente continúo comiendo pedazos del pastel, estaba tan concentrado en encontrar avistamientos que logró hallar varios otros de diferentes ciudades, con casos muy interesantes. Inconsciente de lo que pasaba a su alrededor, terminó por irse luego de pagar a una hora muy tarde.
Shadow continuó yendo a la misma cafetería durante una semana, turnando su horario entre llegar al café y visitar al cocodrilo por la noche, siempre eligió la misma mesa para ver el parque, la camarera lo recibía y parecía tener listo el mismo postre amargo que le gustaba.
— ¿Quieres más café? - Shadow no despegó la vista de los archivos, asintió cuando vio la tetera en su mano y siguió subrayando partes y direcciones de reportes de GUN que planeaba visitar.
Los ojos de Amy bailaron discretamente sobre las hojas mientras servía el café, el azabache la notó leyendo uno de Ráfaga azul y puso la mano sobre el, sobresaltándola. Ella se asustó por haber sido descubierta y le sonrió con vergüenza.
— Err... Lo siento - Ella se acomodó las púas por detrás de su oreja, bastante nerviosa.
— ¿Te interesa? - Él se atrevió a preguntar, su reacción le pareció interesante y Amy de pronto unió las cejas, podía sentir que ella estaba asustada, sólo por un momento.
— ¿Yo? no, no sabía que trabajas para GUN - Dijo ella alejando la tetera y colocando la taza en su lugar. Shadow analizó su rostro unos segundos, lo suficiente para saber que ocultaba algo.
— Mhp, no trabajo con ellos - Lo que había dicho era cierto, pero la eriza no parecía muy convencida.
— ¿Entonces por qué investigas a Ráfaga azul? - Preguntó con mucha curiosidad, al azabache le pareció ver que ella seguía leyendo los documentos.
— Me ayudó una vez - Mintió, obviamente atrayendo aún más la atención de la rosada.
Al principio, ella alzó ambas cejas con incredulidad, dudaba.
— No me digas - ella se cruzó de brazos y en sus labios se formó una fina línea de sonrisa — ¿En qué cosa podría ayudarte él a ti?
Él precedió a guardar todos los papeles de vuelta a su maletín, explorando con su mirada el rostro femenino, le pareció interesante su pregunta, cuestionándolo.
— ¿Cómo sabes que es él? - Indagó él.
— Dijiste que te ayudó - Respondió ella, ahora confundida — ¿Cómo no sabes que es él?
— No lo sé, pero tu sí lo conoces - Shadow sonrió con malicia.
Esta vez, la mirada de la eriza se abrió en shock. Primero lo miró enfadada y se mordió el labio, se contuvo de responder y ahora lo miraba de una forma diferente. Con temor.
— No sé de qué hablas, tengo que volver a trabajar - Espetó ofuscada.
No hizo falta otra cosa, tal cual como había llegado se fue y no regresó hasta que él había terminado con el café y el pastel. Shadow recogió sus cosas y pagó, al salir del local notó el atardecer del cielo tornarse más oscuro, su mirada iba y venía entre la calle rumbo al hospital o la cafetería.
Su instinto le decía que debía entrevistar a la camarera.
Y su instinto siempre tenía la razón.
Ella salió por la puerta trasera del local, traía un pantalón rojo y una chaqueta blanca junto con un bolso cruzado. Además, cargaba el último cubo de basura que necesitaba vaciar antes de cerrar.
Amy se acercó al enorme contenedor verde, el mal olor salió y apresuradamente vació todo lo que debía. Mientras tanto, oculto entre la oscuridad, Shadow observaba desde el techo con su traje de camuflaje, decidiéndose entre tomarla por sorpresa o aparecer con calma. Cuando pareció que ella había terminado, él aprovechó el sigilo de la noche para bajar del techo sin ser notado.
Ella cerró la tapa y se limpió las manos con una toallita húmeda que llevaba en la bolsa, inesperadamente, el azabache pisó un charco de agua sucia que no había visto y las orejas de Amy se alzaron y se quedaron quietas. Él maldijo mentalmente y esperó su reacción.
Siguió sus movimientos, ella estaba siendo precavida, y le pareció inteligente de su parte. Esperó algunos segundos hasta que ella de pronto se dio a la carrera. Era bastante rápida y la siguió por igual.
Estuvo a punto de atraparla cuando ella intentó darle un golpe con el bolso, le faltaba muy poco para llegar a la calle, si la perdía no podría volver a verla tan fácilmente. Y antes de que Amy pudiera gritar por ayuda, Shadow logró adelantarse e interponerse entre la que era su única salida.
Ella se detuvo, casi resbalándose hacia delante cuando pudo frenar. Sus ojos estaban llenos de miedo pero al mismo tiempo se mostraba como una fiera, él comenzó a acercarse mientras ella retrocedía, intercalando la mirada entre él y el camino de regreso.
Antes de que Shadow pudiera entender lo que haría, ella dejó de retroceder y levantó los puños, en posición de pelea. Dudó de verdad e inexplicablemente sonrío por debajo de la mascara, gustándole lo que veía.
— ¡Aléjate de mi! o voy a hacerte mucho daño - Su voz, aunque temblorosa por ninguna razón bajó los brazos.
— Ráfaga azul, dónde está. - Su máscara impedía que ella pudiera reconocerlo. La vio fruncir el ceño un momento y él mismo se quedó quieto para darle espacio. Quería que entendiera que no iba a lastimarla.
— No tengo idea de lo que estás hablando - Ella apretó los labios en una línea sin bajar la guardia.
— Si me mientes, me molestaré - Trató de no acercarse, pero ella iba retrocediendo de a poco y no quería perderla de vista, las sombras en el callejón también podrían ayudarla.
— ¡Vete, por favor! - Gritó ella muy asustada.
— Sólo trato de-
De pronto, una línea de luz apareció en su campo de visión hasta que sintió un golpe en el abdomen que lo dejó sin aliento, por la fuerza retrocedió varios metros. El sonido de sorpresa de Amy lo hizo alzar la cabeza. Era él, lo que estaba buscando estaba justo frente a sus ojos.
Aunque el dolor persistía, logró enderezarse y observó la figura de Amy ahora siendo cubierta por una silueta azul, con energía del mismo tono rodeando parte de sus pies.
— ¿Se te perdió algo, amigo?
Era Ráfaga azul.
Hola, soy Génesis <3.
Estoy editando la historia, por lo que encontrarás capítulos que no concuerdan con las escenas anteriores. Para evitar tu confusión, verás este símbolo # en el título de alguna página, evita leerla por favor.
La historia también se encuentra en emisión, así que si leíste o lees esta historia ¡No te preocupes! no hay cambios que afecten la trama original.
CAMBIOS: Los capítulos 1 y 2 han sido unidos aquí. Contando solo como uno. ¡Gracias por leer!
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