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Capítulo trece

Recuperación

Amy llenó el vaso de agua con hielos y le extendió la bebida al cocodrilo. Estaba realmente helada, y el frío sólo empeoraba en la noche, no sabía cómo el cocodrilo lograba soportarlo.

Cuando todo calmó, Amy quedó a cargo de cuidar al cocodrilo mientras Shadow y Sonic buscaban la manera de encontrar una explicación al cambio de sangre, su ADN no pudo haber sido cambiado a menos que fueran por consecuencia de la mutación.

- Gracias - musitó él, agarrándola y acercándola a sus labios para beberla.

Su cuerpo estaba cubierto por trapos mojados con agua fría y algunas bolsas llenas de hielo especiales para los golpes.

- ¿Quieres algo más? - preguntó, acomodando sus púas rosas en una cola baja, estaban creciendo, y le incomodaban bastante.

- Quiero descansar, si no te molesta, ¿podrías irte? - no quería ser grosero, pero pedía un poco más de privacidad. No era nada cómodo despertar luego de ser atrapado por militares, además, despertar sobre una camilla siendo inyectado tantas veces de medicamentos que desconocía.

Las agujas, el aislamiento y luego, esa horrenda máquina de punta y lazer que era como el infierno. Para que al final terminara en un lugar desconocido con gente que aseguraba, lo protegerían.

- Claro, si necesitas algo, puedes gritar o...

- ¿Gritar? - se burló él - debe haber otro método, ¿tienes teléfono?.

- Oh claro - buscó en sus bolsillos el teléfono, con una protección de color rosa y brillantes pegados. Buscó en uno de los cajones dentro del armario de madera el celular descompuesto, podías marcar, claro, pero no lograba escucharse nada al momento de hablar.

Lo conectó en el enchufe, era bastante viejo, quitó con su mano el polvo sobre los números.

- Puedes marcar, te escribiré el número, no te molestes en hablar por él, está roto y podrás escuchar mi voz, pero yo la tuya no - explicó.

- ¿Cómo te llamas? - preguntó mientras ella escribía en un pedazo de servilleta su número.

- Amy, te preguntaría por el tuyo, pero ya lo sé - sonrió, dejando el lápiz y la servilleta junto al teléfono en la mesa. Él sonrió, pero no podía evitar hacer muecas de dolor.

Su piel aún se sentía caliente, una horrible fiebre.

- ¿Todo bien? - dijo preocupada.

- Sólo tengo calor, no tienes que preocuparte.

- Irónico, tú tienes calor y yo me estoy muriendo de frío, ¿lo ves? - cogió su mano, de verdad que estaban heladas, Vector tenía miedo de apretarle la mano y lastimarla, no quería hacerle daño a la única persona que parecía importarle su condición.

- Abrigate - sugirió, alejando su mano de la suya por miedo, más que nada a lastimarla.

Mientras las primeras gotas de lluvia caían sobre su rostro, astillas de madera salían volando cuando su hacha atravesaba la madera oscura del árbol.

Golpeaban sus nudillos con fuerza, logrando encajarse en los guantes blancos.
No se detuvo hasta llegar al final, cuando el tronco se balanceó fácilmente con ayuda de la primera corriente de aire frío.

Cayó al suelo cubierto de pasto, y el eco entre los árboles azotó con fuerza.

Knuckles tiró al suelo aquellos guantes al suelo, las astillas no eran nada para él, pero odiaba tener esos guantes cubriendo sus fuertes manos con esos picos encajando cada vez más hasta llegar a su piel y ser molestos.

Además, ¿para qué traerlos puestos?, si se ensuciaban debía limpiarlos, si se mojaban debía secarlos, y si se rompían debía coserlos y por favor, Amy estaba harta de tener que coser guantes cada fin de semana.

Tanto así que preferían ir y gastar por un par nuevo.

Dejó que se llenaran de lodo y pronto, el color blanco cambió a uno marrón a causa de los charcos que se estaban formando.

Gruñó cuando la lluvia empezó a empeorar, seguramente una fuerte tormenta apenas iniciaba, o peor; que subiera el agua de la presa y que ésta causara una inundación en el bosque.

Lo mejor era regresar.

Bajé las escaleras, cubriéndome con una pequeña manta los hombros y la espalda, me llegaba a los codos ya que no era lo bastante larga.

Ví a Shadow y a Sonic en la sala, dialogando sobre lo ocurrido mientras el azabache trata de buscar entre libros la respuesta, tengo el presentimiento que en libros no lo encontrará.

- Amy, ¿qué pasó, todo bien? - Sonic me va bajar, busca con la mirada algún rasguño o daño en mi cuerpo, pero le hago saber que me encuentro bien mientras ladeo mi cabeza.

- Quiere tener un poco de privacidad, está consternado.

- Por supuesto que lo está... - Shadow alza la muestra de sangre, su guante se encuentra roto y se puede ver la sangre de su mano gotear.

La pequeña pelea fué tan aterradora, Vector rasguñó a Shadow con fuerza en la cabeza y con su cola, lastimó ambas manos.

Me preocupé tanto en ese instante hasta que recordamos su regeneración, estaba tan contenta por su habilidad.

- Su sangre a la vista resulta bastante normal, sin embargo sabemos que no debería ser de sangre caliente.

- ¿Podría ser a causa de la mutación? - quiso saber Sonic.

- Esa sería la teoría más acertada - dijo mientras bajaba y guardaba la muestra con mucho cuidado dentro de una pequeña hielera - La llevaré al laboratorio, aún tengo que descubrir cómo funciona la máquina de Eggman.

- ¿Y qué pasará con él?, ¿cómo debemos cuidarlo? - no puede irse en ésta situación, ¡hay un hombre ahí adentro sufriendo por completo!...

Su mirada se quedó grabada contra la mía por un instante, ¿acaso solté un suspiro?.

- Repetir los mismos cuidados hasta que veas cambios.

- ¿Y la alimentación?.

- Soy científico, no nutriólogo - cogió la hielera y su abrigo antes de despedirse.

Knuckles abrió y entró por la puerta, cubierto por agua, sin sus guantes y con las botas empapadas en lodo, se las quitó con flojera y las dejó afuera, en medio de la tormenta.

No nos dirigió palabra alguna, mucho menos a Shadow, pasó de largo hacía las escaleras para seguramente, tomarse una ducha caliente.

Sólo escuchamos la puerta cerrarse y el sonido de la regadera abrirse.

Sonic ignoró el hecho, pero yo no puedo dejar de pensar en lo triste que debe ser para él, pensar que nosotros no valoramos lo que ha hecho por nosotros, por Sonic durante tanto tiempo.

Él sólo busca protegernos.

- En fin, los mantendré al tanto de la situación, hay cosas que me gustaría aclarar en persona con el doctor Eggman - aclaró Shadow cuando abrió la puerta, había notado la interrupción y tensión cuando Knuckles llegó.

- ¿Quieres un paraguas? - pregunté antes de que se fuera, la tormenta parece empeorar - quizás debas quedarte.

- No será necesario - se fué. La puerta se cerró y Sonic observó por la ventana. Las luces de su camioneta traspasaron por las ventanas mientras que el sonido del motor se encendía.

Me acerqué para verlo irse en esa camioneta negra. Dejando un camino en el lodo al momento de pasar por el arco de ramas.

- ¿Todo bien? - mi preocupación pasó a Sonic, ya lleva mucho tiempo callado, significa dos cosas, que se mantiene pensativo o que en verdad se siente mal por lo ocurrido con el echidna - pienso que lo mejor que puedes hacer es darle tiempo.

- Basta Amy, no necesito consejos - su tono de voz no me agrada, y tampoco me esperaba que me respondiera enojado.

Hizo lo mismo que Knuckles, subió por las escaleras y se encerró en su habitación.

¿Qué piensa el abuelo de todo ésto?... ¡El abuelo!.

¿Cómo pude olvidarme completamente de él?; corrí hacia su habitación de la planta baja. La puerta estaba abierta, pero... dónde..

- ¿Cómo está el cocodrilo? - solté un pequeño brinco del susto, me giré y lo ví con una sonrisa mientras cargaba su pequeña planta, con la maceta mojada.

- Él está bien... - respondí - ¿Saliste por la planta?, abuelo, podrías resfriarte con la tormenta, ¿por qué la recogiste?, es bueno para ella que le caiga agua.

- Poca, pero no demasiada o se puede ahogar - me rodeó para dejarlo pasar a su habitación. Cuando entró, me hizo una seña de que podía entrar.

Su cuarto es más grande que los demás, tiene una pequeña cama, un gran escritorio donde arma algunos barcos en botellas y mantiene su colección todavía. Además de que le tiene mucho cuidado y afecto a esa planta.

- La planta necesita agua, si. Pero hay que medir una cantidad o posteriormente, morirá ahogada, ¿lo sabías? - menciona como si no conociera de jardinería. Mientras sostiene su planta, acomoda su silla frente al escritorio para dejarla sobre la mesa de madera.

- Si abuelo, ya lo sabía. Pero no es razón para que te pongas en peligro, puedes tener muchas otras plantas.

- Pero a mi me gusta ésta - es firme.

- Pero, ¿por qué valdría la pena salvar una planta así?.

- Dime, ¿por qué valdría la pena salvar mutantes en peligro?.

Me ha dejado con la boca cerrada, no me digas que ha salvado la planta para darme una lección.

- Abuelo...

- Así funciona todo, Amy - dijo - No puedes hacer que una persona elija lo mismo que tú elegirías. ¿Por qué crees que Knuckles sigue a la defensiva?, él piensa que otras flores bajo la lluvia no son importantes, si no es Sonic, o tú, o yo. Incluso él mismo. No todo funciona como queremos y debemos aprender a respetar los pensamientos y decisiones ajenas.

El abuelo miró a la planta, una expresión felíz recorrió sus facciones por ver sus flores abrirse nuevamente, entendí lo que quiso decir.

- Si tus consejos estuvieran en un libro, créeme que los leería cada que me hicieran falta.

- Espero que te sirvan. No los tendrán para siempre.










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