Capítulo 31: Noticias inesperadas

Frost: ¿Creéis que esto será lo mejor?-.

Freezer: Absolutamente, ellos antes que nadie deben conocer cual sera tu posición de ahora en adelante. Además que nos permitirá ahorrarnos varios... mal entendidos-.Dijo con un tono calmo sin dejar de mirar el basto espacio tras el ventanal. Esto no ayudó a reducir la inseguridad del más joven, dirigió su mirada perdida hacia en suelo, recién comenzaba a caer en cuenta en todo lo que acarreaba su decisión, no estaba muy seguro de poder lidear con cada una de ellas -¿Me acompañas?-. La voz del albino lo sacó de sus pensamientos, al levantar la cabeza pudo ver una mano blanca extendida en su dirección, una ofrenda cordial. No habían chances de retroceder en este punto, lo mejor era seguir en este juego todo lo que fuera posible, forzando una sonrisa en su cara, el ice-jin azulado habló.

Frost: Con gusto-. Y bloqueando cada duda que atormentaba su mente, tomo la mano del emperador que le ayudó a levantarse de su asiento, para luego emprender su viaje a través de los corredores.

Mientras tanto en el salón principal tres soldados de alto rango, bastante somnolientos, esperando conocer el motivo de su reciente llamado.

Dodo: ¿Qué es tan urgente como para hacernos levantar tan temprano?-. Gruñó con cansancio el rosado, pasando su mano por su cara tratando de combatir el sueño.

Ginyu: Cualquier cosa que nuestro amo y señor requiera debería ser motivo suficiente para hacer que saltes al instante de la cama mi colega. Ademas, madrugar es la mejor manera de aprovechar el día al máximo-. Mencionó con una sonrisa y una expresión decidida, haciendo sus extravagantes movimientos de calentamiento lleno de energía. El duriano bufo, a veces la actitud excéntrica del capitán llegaban a ser algo frustrantes.

A unos metros de ellos el general de cabellera verde caminaba de un lado a otro intranquilo, jugaba con su trenza ansioso, no era normal que los llamarán antes de las horas hábiles de trabajo, y cuando pasaba, no significaba algo muy bueno.

Ginyu: ¡Gran Lord Freezer!- Gritó estridentemente al ver a la silueta del emperador llegando por el pasillo. Rápidamente se apresuró a hacer una reverencia, mostrando su completa devoción -Es un placer y un gran honor volver a verle...-. Su expresión cambio por completo al ver quien acompañaba al chang-long albino. -¿Qué hace-. El tirano levantó su mano, haciendo guardar silencio al capitán de inmediato.

Freezer: Caballeros, los he reunido aquí por una razón específica. Cómo sabrán ustedes son mis hombres de más alta y profunda confianza, y por ende consideró que es justo que ustedes conozcan está información antes que nadie...












A millones de kilómetros en el planeta Krasnyy, el capitán de ojos naranjas caminaba sobre los escombros que había quedado después del devastador ataque de su escuadrón. Y ahora todo lo que quedaba era una imagen sombría, siendo la sangre rojiza lo único que brindaba algo de color a la escena brutal.

Avanzó por el terreno, hasta que un olor nauseabundo invadió sus fosas nasales, busco en cada dirección la posible causa de ese olor tan fétido, y al llevar su mirada al suelo pudo entender su origen. Bajo la suela de su zapato se encontraba el cuerpo de un joven, el cual varias horas antes había sido asesinado a causa del bombardeo.

El brench retrocedió completamente repugnado, ese nivel de explosión le hizo sentirse mareado, aquel aroma había logrado devolver su estómago por completo. Las arcadas no tardaron en aparecer, inclinó la cabeza con la intención de no manchar su uniforme pero nada pasaba, las arcadas continuaban de vómito continuaban pero no llegó a expulsar nada, nada más que saliva ácida, su abdomen se contraia con fuerza tratando de devolver algo, al punto que tuviera que posar una mano en su abdomen para apaciguar el dolor, pero no había nada, su estómago estaba vacío.

No creía que las cosas pudieran emperorrar, pero obviamente fue lo que pasó. Desde el cielo sus dos compañeros, Dore y Neiz aterrizaron a unos metros de el. Al verle, el pelo negro no dudo en comenzar a bromear.

Dore: ¿Demasiada adrenalina para usted capitán?-. Comento en tono burlezco siendo seguido por su compañero.

Neiz: Creo que fue mucho para el chico bonito-. Ambos rieron entre dientes por algunos minutos pero al ver que el rubio en ningún momento se dio la vuelta para mirarlos o al menos insultarles de regreso, comenzaron a preocuparse.

Dore: ¿Oye estas bien?-. No recibió respuesta-Capitán-.Volvio a llamar pero no obtuvo nada. Ambos soldados se miraron extrañados sin saber como reaccionar, Neiz fue el primero en avanzar siendo seguido por su colega, los dos se acercaron al brench sin dejar de verle. Sus arcadas continuaban pero no eran tan seguidas como hace unos momentos atrás. Apoyando su mano en el hombro del más bajo, el anfibio habló.

Neiz: Capitán ¿Se siente bien?-. Preguntó titubeante, la única respuesta que el rubio fue capaz de darle fue una negación con la cabeza en silencio.-Creo que deberíamos comunicarle esto al señor Cooler, el sabra qué-.

Salza: ¡N-No!No lo hagan-. Interrumpió rápidamente el de ojos naranjas. El ser anfibio lo miro extrañado, sin llegar a comprender el motivo por el que había reaccionado de tal manera tan ansiosa.

Neiz: ¿Por qué no? Se nota a leguas que no estás mal, de seguro que te dejará descansar si se lo comentamos-.

Dore: Neiz tiene razón, vamos Salza, un día libre justificado no va a arruinar tu racha perfecta de asistencia por amor al demonio-. Agregó tratando de convencer al de piel celeste pero este sólo volvió a negar con más violencia.

Salza: No pueden cof-cof no deben decirle nada¿Okey? Guarden cof guarden silencio, es todo cof-cof lo que les pido-.

Dore: Pero Salza-.

Salza: E-es una orden-. Esforzándose por alejarse de la situación, se enderezo lo mejor posible y camino como podía lejos de sus otros compañeros, ambos entrecruzaron miradas confusas, sin saber que hacer.

















Dodoria: ¿¿El señor Freezer está saliendo con su copia??-.Gritó atónito recordado la charla que habían tenido unas horas atrás con su superior, no podía creerlo, era demasiado irreal como para hacerlo-¿Cómo demonios paso eso?-.

Ginyu: Es algo... Inesperado pero creo que lo mejor será apoyar al señor Freezer en su decisión a pesar de... lo extraño de las circunstancias-. Habló pausadamente, pensando en cada palabra de su discurso, que ayudará a reforzar su ideal de devoción indiscutible hacia su maestro, y a pesar de que lo pronunciará hacia el exterior, era más como un recordatorio hacia si mismo, un código inquebrantable que había forjado durante las decenas de años que había trabajado para el emperador, el cual debía seguir al pie de la letra sin importar la ocasión.

Dodoria: Oh vamos Ginyu, no me digas que de verdad crees eso-. Se quejó el otro, el fanatismo del capitán podía nublar su vista con facilidad, anulando su propio juicio crítico a niveles alarmantes.

Ginyu: El depósito su confianza en nosotros, es nuestro deber estar de su lado, independientemente de cualquier creencia que podamos tener-.

Dodoria: ¿Estas bromeando verdad?-.

Ginyu: Y no cuentinar sus ideas bajo ninguna circunstancia-.

Dodoria: Es absurdo, e-es tonto, e-es maldición, nisiquiera tengo palabras para describir lo ridículo que es!-. La frustración del rosado era evidente, sin embargo no era el único al que la noticia no le había hecho ninguna gracia. El príncipe estaba perturbado, paranoico y sobretodo alterado, no lograba comprender.

Era simplemente imposible, los demonios del frio eran crueles y desalmados por naturaleza, claro habían excepciones, pero el chang-long de piel blanca era de todo menos uno de esos casos, cruel, ruin y sádico, eso era lo que lo definió desde sus primeros años de vida. Pero ahora resulta ser capaz de sentir y amar como el resto de los seres vivos, no había cabeza en la que eso pudiera entrar.

Tenía que haber algo más, ¿Una cuestión de narcisismo? ¿Por eso sólo fue capaz de amar a otra versión de si mismo? No podía ser, a pesar de las obvias semejanzas, Frost no era capaz de igualar el tirano en ningún sentido. Sólo serviría para aumentar su propio ego, pero eso podía hacerlo sin necesidad de establecer una relación amorosa, ¿Era alguna clase de juego retorcido?¿Dar falsas esperanzas para una ruptura más dolorosa? Tal vez, pero si de verdad quiciera garantizar su contribución en el engaño, tendría que haberles dicho de lo que se trataba, y luego montar la escena en frente de su "amado" para darle realismo. Pero no había sido así. ¿Amor real? ¿Por algo distinto al alcohol? Si como no, cada explicación que le daba, terminaba siendo descartada al instante, era tan ridículo que sólo le quedó una opción para darle sentido a la situación.

Zarbon: Que mierda pusieron en su copa está vez-.







Unas horas más tarde del incidente en Krasnyy, el miembro más alto del escuadrón blindado se encontraba en frente de la puerta metálica titubeante, era consciente que el abrir la boca haría que Salza desquitara su furia en el por desobedecer su orden pero en caso de no hacerlo todo podría resultar peor. Tocó un par de veces antes de recibir una respuesta.

Neiz: Con su permiso, lord Cooler-. Se adentro en el salón en donde yacía su maestro, que al verle dejo su tableta holográfica en el escritorio junto al resto de sus documentos.

Cooler: ¿Se te ofrece algo Neiz?-. Preguntó con un tono calmo.

Neiz: Si señor, yo...bueno... tengo que comentarle sobre una situación particular-. Extrañado por tal declaración el demonio inclinó su cabeza a un lado, pensando en cuál sería aquella "situación" a la que su soldado se refería.

Cooler: ¿Sucedió algún inconveniente del cual no fui informado durante la conquista?-. Supuso casi al instante, su expresión seria y su cruce de brazos hizo que el anfibio rápidamente se tensara y quiciera descartar esa idea de la ment3 de su señor.

Neiz: No, no señor, la conquista estuvo bien, todo salio como lo habíamos planeado, el problema vino después de ella...-.

Cooler: Explicate-. Demandó, el anfibio tomo aire, no sabía muy bien como comunicar esto.

Neiz: Lo que pasa es que... después de terminar, Salza fue a hacer la evaluación de daños habitual y cuando fuimos a ver como iba, el estaba teniendo arcadas continuas pero sin vómito, como si no tuviera nada que devolver-. Al escuchar tal cosa no pudo evitar que su rostro estoico se tornara en una expresión de sorpresa, eso lo había descolocado, era consciente de que el estado de su soldado había estado decayendo las últimas semanas pero no sabía hasta que grado había llegado a decaer. Su mirada se desplazó al suelo, sintiendo una presión en su pecho, era el peso de la culpa. No importaba que tanto tratara de justificarse, esa sensación no estaba dispuesto a dejar su cuerpo. -No creo que se encuentre del todo bien señor-. La voz de su subordinado lo devolvió a la realidad, tenía que dar una respuesta, pero no podía retroceder en su pensamiento, enderezo su postura ocultando cualquier rastro de debilidad que podría haber salido a la luz.

Cooler: Salza... El capitan Salza es un hombre adulto, y por ende debería saber como cuidar de sí mismo como tal-.

Neiz: Sabía que usted entendería, quizás podría decirle que... Espere ¿¿Qué??-. Sus ojos se abrieron como platos. Esa respuesta lo golpeó, su jefe no solía actuar de esa forma, el siempre estaba al pendiente del bien estar de sus soldados de mayor rango y era bien sabido que esa preocupación siempre terminaba siendo un "poco" mayor si el causante de ella era el capitán de su escuadrón.

Cooler: Como escuchaste, no tiene cinco años Neiz, el manejo de su salud es su responsabilidad-.

Neiz: Pero señor Cooler...-.

Cooler: ¿Pero que soldado?-. La fría mirada del lord fue más que suficiente para tirar abajo las esperanzas del soldado de hacerlo cambiar de opinión.

Neiz: Nada mi lord, disculpe las molestias-. Tras una corta reverencia el anfibio abandonó la habitación, dejando sólo al demonio. En su nueva soledad, la tachada que había construido pudo caer, finguir indiferencia era más complicado de lo que había pensado, pero como la salud del brench seguía decayendo, no podía evitar preocuparse más y más a medida que pasaban los días.

Ya sin escuchar las pisadas de Neiz, se aproximó lentamente hacia el marco de la puerta, desde donde podía ver los pasillos que daban con las habitaciones de sus soldados. Por un momento quizo ir hasta allá, quizo ponerse en marcha, el movimiento ansioso de su cola era prueba de ello, pero decidió ignorarla, prefirió posponer la confrontación, mañana se encargaría de hablar con el brench sobre su estado, y de paso tratar de aliviar un poco de la sensación de culpa que oprimia su pecho, pero ahora tenía otros asuntos de los cuales encargarse.

Si tan sólo alquien le hubiera dicho que el mañana no es algo que se pueda garantizar tan fácilmente.
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-2177 palabras-.

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