Sienna Redd:

Silencio...

Ninguno decía algo, puedo describir el ambiente con una sola palabra: Tenso

Ya regresamos de la fiesta que terminó en desastre. Muchos comentarios afectaron mis nervios en esos momentos. Comentarios como:

"¿Es esto una broma?"

"¡Wow, qué manera de ambientar la fiesta!"

"¡Qué broma tan genial!"

"Fue un asco de fiesta"

"No puedo creerlo, que pésima forma de celebrar"

Muchos lo tomaron a bien, otros lo tomaron mal y algunos peor; como mi madre. Mis hermanos y mi papá no tienen idea de que decir, el ambiente es horrible.

-¿Por qué lo hiciste Sienna?- mi mamá rompe el silencio.

-¿Qué parte de, "no lo hice con intención", no entendiste?- pregunto enojada.

-¡No me hables así, jovencita!- me riñe ella.

-¡Basta ya!- interrumpe mi papá. -Cálmate mujer- riñe a mi madre.

-¡No me pidas que me calme!- gritó. -No después de ese estúpido bochorno- termina de decir.

-No le grites a mi hija- amenaza mi papá.

-Yo le hablo como yo quiera- hizo énfasis en la palabra yo.

-Eres un monstruo, Vee. Yo no te conocí así- mi papá se ve decepcionado.

-Mamá, ¿por qué eres así con Sienna?- pregunta Daco con tristeza.

-Déjala, siempre ha sido así conmigo- musito triste.

-Yo...yo no- ella trató de defenderse pero es interrumpida por Aleksi..

-¡Já! Eres peor de lo que imaginé- dijo negando con la cabeza. Sube a su habitación seguido de Andrew, quien solo la mira.

-Sienna, solo deseo tu...- empieza a decir pero mi padre la interrumpe de nuevo.

-No- dice firme- Ella no tiene la culpa de nada. Deja de tratar mal a mi hija, pero más que todo, déjala vivir- se voltea hacia a mí y me habla- Vamos cielo, debes cambiarte; no te puedes enfermar- me toma de los hombros y nos dirigimos a las escaleras.

Al llegar a mi habitación, cierro la puerta y me echo a llorar. Soy muy sensible pero no me permito ser débil enfrente de las personas, menos de mi madre.

Dejo de llorar por un momento recuerdo que ella no me ha permitido vivir libremente.

-No vale la pena- me dije.

Me levanto, entro al baño y me cambio el vestido a mi pijama. Al salir decido que ya no quiero saber nada de hoy. Deshago la cama y me acuesto a dormir.

...

Voy corriendo, tratando de escapar de alguien que me quiere hacer daño. Voy demasiado rápido a comparación de como corro normalmente. Estoy siendo acompañada de otras personas, 2 chicos y 1 chica más. Estamos escapando de alguna presencia maligna.

-¡Vamos Sienna, corre! ¡Eres mejor que nosotros en todo, no falles al correr!- grita la otra chica porque disminuyo la velocidad. No puedo seguir.

-Canche, ¿qué pasa?- siento que todo me da vueltas. - Mi amor, ¿estas bien?- vuelve a preguntar el chico.

¿Mi amor? ¿Canche?

Todo se escucha lejos. Todo se vuelve negro y caigo por un agujero negro...

...

Despierto...Estoy en mi cama, sentada con lágrimas en los ojos.

-¿Qué fue eso?- me sujeto la cabeza, me estoy volviendo loca.

Mi teléfono me saca de mis pensamientos, me estiro y lo tomo en mis manos.

-Hola- hablo

-¿Sienna Redd?- pregunta una voz femenina al otro lado de la línea

-S...sí- dudé en contestar.

-¡La encontramos!- gritan y ¿celebran? Cuelgan en ese momento.

Dejo el teléfono donde estaba y pienso quien pudo haber sido. A los pocos minutos llaman a la puerta.

-Princesa, vamos a desayunar- se asoma mi padre por la puerta.

-Vale en un momento bajo- asiente y sonríe.

Me levanto, entro al baño. Tomo una ducha corta pero relajante, salgo y me cambio.

Bajo las escaleras encontrándome con los hombres de mi familia. No saludamos y salimos hacia mi restaurante favorito.

Organización PRSC

Pía Stevens

-¡No puede ser la encontramos!- exclamo feliz.

-Sí, solo me falta rastrear esto...- dice escribiendo en la computadora y apretando botones en los controles. -Y listo- alarga la o apretando la tecla de enter.

La imagen de la computadora se mueve buscando una ubicación. La flecha indica Nueva York, Estados Unidos.

-Jefe, ¡la encontramos!- grito de la emoción que cargo.

-Vaya, que alegría. Avísenle a los pilotos del jet para que salgan mañana mismo- ordena él.

-Enseguida- dice mi mellizo.

***

Vamos en el avión y no puedo contener la emoción, es la primera chica que encontramos y pues presiento que será la consentida de la organización. El piloto nos avisa que en pocos minutos aterrizaremos. Ya no puedo esperar más.

Al bajar del jet, nos subimos al Audi que mi hermano conducirá. Nos guiamos por el mapa satelital y una aplicación, ¿waze? Algo así.

En menos de 20 minutos ya estamos enfrente de la casa de Sienna. Bajo casi que corriendo, estoy muy emocionada. Toco el timbre y esperamos a que nos abran.

Abre un chico bastante guapo, rubio y ojiazul. Pía enfócate, me digo.

-¿En qué les puedo ayudar?- pregunta el chico.

-Necesitamos ver a Sienna- decimos al unísono.

-¿A mí?- pregunta la rubia de atrás.

¡Oh mi Dios, es hermosa!

Sienna Redd:

Llegamos de desayunar, no hemos sabido nada de mamá. Tocan el timbre y Daco abre la puerta.

-Necesitamos ver a Sienna- dicen 2 voces.

-¿A mí?- pregunto desde atrás.

Me buscan a mí. ¿Ahora que hice?

-¿Quién es?- pregunta papá

-No sé- responde Daco

Los agentes entran a la casa sin permiso. Empujan la puerta y también a Daco.

-Buenos días, señor Redd- saludan ambos al mismo tiempo.

-¿Quiénes son?

-Somos agentes de la Organización PRSC, venimos por Sienna- habla la chica mostrando unas placas. -Mi nombre es Pía Stevens y él es Luca, mi mellizo- termina de presentarse.

-¿Por qué quieren a mi hija?- pregunta mi mamá, sorprendiéndonos a todos.

-Señora Redd, que bueno que llega. Necesitamos explicarles algo.

Pía y Luca empiezan a narrar una historia de 4 elementos que aparecen cada 100 años. Son poderes que se apoderan de chicos para "salvar el mundo". Dicen que ahora es mi turno con otros 3 chicos más y que yo tengo el poder de agua.

-Con razón lo de la fiesta- dice Andrew.

-Eso lo explica todo- opina Lucas.

Mis padres no dicen nada, solo escuchan y tienen una expresión indescriptible.

-Necesitamos llevarnos a Sienna para poder entrenarla con los demás- dice Pía.

-¿Qué? Eso sí que no- dice mi mamá parándose del sofá.

-Señora aquí corre mucho peligro- le avisa Luca.

-No porque esta es su casa- dice con obviedad. - Corre más peligro allá fuera- termina
-No señora, porque la organización es precisamente diseñada para no ser encontrada por el reino malo- explica Luca.

-Madre, déjame vivir mi vida. Si yo me voy con ellos o no, es mi decisión- le hablo firme a mi madre. Ella baja la cabeza con vergüenza y decepción. Me da una última mirada y sube las escaleras.

-Eso quiere decir, ¿Qué vienes con nosotros?- pregunta Pía.

Miro a mi familia, ellos me ven esperanzados y asienten con la cabeza sonriendo.

-Si es lo mejor, sí, me voy- respondo segura.

-Hija, corre a arreglar tu equipaje- dice mi papá.

Asiento y subo corriendo las escaleras. Preparo todo en una hora y unos minutos más.

Bajo con todo que son pocas maletas. Al llegar abajo veo hablar a mi familia con los agentes. Estos últimos me miran y se ponen de pie.

-Subiremos esto- avisan, ambos salen con el equipaje de la casa para que pueda despedirme.

-Hija no te preocupes por nosotros, ellos nos explicaron que podemos ir a visitarte cada vez que deseemos- habla mi papá.

-Si pequeña, no te preocupes- habla Lucas mientras me abraza, despidiéndose de mí.

-Te extrañaremos mucho- hablan los gemelos al unísono. Se acercan y tenemos un abrazo grupal.

-Prometo ayudarte a limpiar tu cuarto- bromea Daco. También se une al abrazo.

Todos me abrazan y nos despedimos. En ese momento puedo ver a mi mamá en las escaleras.

-Tranquila que esto ya lo sabíamos- dice mi papá al separarse, yo asiento.

-Sienna, es hora de irnos- avisa Luca.

Veo a mi mamá, subo hasta donde esta ella y la abrazo efusivamente para que sepa que la amo.

-Te perdono mamá, sé que solo has querido mi bien, pero es mi hora de salir y conocer por mi cuenta- me separo y le doy un beso en la mejilla. -Te amo.

-Yo también hija- dice ineludiblemente cuando me separo de ella.

Bajo y me acerco a los mellizos, sacudo mi mano en forma de despedida. Todos gritan un "te amamos, pronto te visitaremos". Yo hago un corazón con mis dedos y me volteo.

Subo al auto para dirigirnos a mi nueva vida.