Un día... ¿Normal? (Capítulo 1)
Una mañana resplandeciente se reflejaba en la ciudad de Tokio, todos sus residentes comenzaban su jornada de trabajo, estudios, entre otras cosas. Claro, no todo era perfecto, ya que a kilómetros se percibía aquella molestia por el término del verano, pero también cierta alegría por el nuevo ciclo que se avecinaba. El entusiasmo estaba en la mayoría de los estudiantes de todos los niveles educativos pero ahora solo nos enfocaremos en la preparatoria. Los adolecentes ingresaban a las instalaciones con cierta emoción en especial los de nuevo ingreso ya que se reencontrarán con viejas amistades o haría nuevas que predominarían por años; la tensión se sentía en todos lados, en especial en 3 chicas que recién llegadas al instituto Arituka Azura.
En una casa no muy cerca del centro de la ciudad se encontraba una chica de cabellos cortos color plata, con una tez pálida durmiendo pacientemente en su cama, sus ojos eran un misterio ya que los tenía cerrados hasta que aquel calido sueño se vio perturbando por el ruido de el despertador que resonaba en toda la habitación.
—5 minutos más...— decía la somnolienta joven abriendo sus ojos lentamente para acostumbrarse a la luz, dejando ver aquellos pupilas de diferente color cada una; gris y rojo. —tarde otra vez...—
Casi a la velocidad de la luz se alistó, tomó algo aleatorio para desayunar en el camino y partió hacia sus nuevo instituto.
Narración: ¿?
Demonios, llegaré tarde el primer día. Maldito despertador, lo odio; pero n fin, qué puedo hacer. Seguro se preguntaran quién soy yo, pues muy simple, mi nombre es Shysune Namikase. Acabo de llegar a Tokio gracias a una transferencia de mi antiguo colegio hacia acá. Según los folletos que me dieron sobre este lugar es algo grande, y espero que lo sea sinceramente.
Llegué al instituto aunque casi me cerraban la puerta en la cara, busqué el aula que me asignaron, recibiendo una que otra indicación ya que me perdí, por eso llegué tarde a la primera hora, pero les expliqué que soy una de los estudiantes de intercambio de Noruega (sí, de allá soy :v) y los maestros me dejaron pasar sin decirme nada. Se escuchó un timbre en el patio cívico, supongo que es uno de esos sermones que dan al inicio del ciclo escolar, esos en donde tienen a todos los alumnos parados por más de una hora mientras que el viejo o vieja... digo el director o directora habla de lo que espera de sus estudiantes, aunque creo que siguen soñando con lograr aquella expectativa que se plantean. Al ir hacia allá, ya que no dejaron a nadie quedarse dentro del aula, me encontré con una chica de cabellos hasta un poco abajo de los hombros, como los míos, sólo que su cabello color negro, las puntas del mismo terminando en color verde claro al igual que sus ojos nos diferenciaba. Ella se encontraba sentada bajo un árbol cerca del patio cívico leyendo un libro; decidí acercarme a ella para preguntarle y saber con certeza qué es lo que estaba pasando.
—O-oye... ¿Me puedes decir qué está pasando ahora?— hablé algo nerviosa, ya que no sé si se tome mal o bien el que haya interrumpido su lectura.
—¿Ah...? ¡Hola!— me saludó con un ademán animadamente mientras cerraba su libro y se quitaba sus anteojos, los cuales a lo lejos no los noté.—¿Eres nueva, verdad?—
—Sí, ¿cómo lo sabes?—
—Se ve que no te ubicas aquí— me sonrió y se levantó del suelo.— ¿De qué aula eres?—
—10-B— le respondí.
—¡oh! Al parecer estamos en la misma— volvió a sonreír.
— ¿En serio? Hace un momento no te vi ahí— le miré confundida.
— La razón es que ya sabía que esto iba a pasar, así que ni siquiera me molesto en entrar. Máximo solo habrán unos cinco minutos desde que inició la hora.— me dijo observando la hora en su reloj de muñeca— Perdón por mis modales. Soy Kayra.— hizo una leve reverencia ante mi, lo cual yo correspondí ya que sé que aquí en Japón eso es muy normal.
—Shysune...— ella me sonrió de nuevo.
—Un gusto— dijo para luego guiarme hacia el patio cívico y hacer formación con los demás compañeros de aula.
Prácticamente estuvimos ahí treinta minutos parados escuchando el gran discurso de bienvenida de los directivos. Sinceramente me aburrí. Hasta que por fin nos dieron la indicación de pasar a los salones y así fue. Kayra y yo nos fuimos platicando de cosas triviales, hasta que llegamos al aula. Nos sentamos por separado, ya que al llegar elegí una banca al azar y que al rededor no había ya una libre; esperamos unos minutos entre pláticas en voz baja de los demás hasta que el maestro llegó para dar por iniciada la clase. Los minutos pasaron lentamente hasta que el timbre del descanso sonó. Todos salieron con cierta rapidez mientras que yo... sinceramente me quedé adentro, también vi que Kayra se quedó leyendo nuevamente.
—Hola...—le saludé acercándome a ella.
—Hola Shysune~san— dijo dejando su libro de lado... aunque... espera, eso no es un libro. ¡Es un manga!
—¡¿Eso es un manga?!— le pregunté con cierta emoción en mi rostro.
—Claro. ¿También te gustan?— respondió lo más relajada posible sonriendo.
Yo sólo asentí con alegría.
Estuvimos hablando sobre mangas todo el descanso hasta que éste terminó.
Todo el día estuvimos hablando de ello en los descansos, hasta que terminó el día. Sinceramente al estar con ella me sentí cómoda con ella... Es como si ya la hubiese conocido desde hace mucho tiempo. Me la pasé genial a su lado, es una chica muy diferente a las que he conocido, y me agrada demasiado.
Sentí una clase de conexión extraña con ella...
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