¿Qué pasó aquí?... (Capítulo 9)
Narrador omnisciente.
La chica de ojos zafiro salió con toda la serenidad posible de su casa, pero notó algo diferente. Las casas al rededor de la suya estaban totalmente cambiadas, e incluso había unos cuantos edificios cerca. Empezó a caminar extrañada con tantas cosas cambiadas, hasta que en el camino hacia la tienda que ella conocía se encuentra con una gran pantalla, la cual ni en su vida la había visto, (N/A: por si no sabes de qué pantallas escribo, son de aquellas que ponen en las grandes ciudades para anuncios políticos, comerciales y demás. Si entendiste la idea, continuemos :3) en el que un gran noticiero se vio, dando las noticias de espectáculos.
"Buenas tardes damas y caballeros, aquí Jim reportándoles desde la cuidad de Tokio, Japón; donde han surgido muchísimas estrellas de J-pop y sus derivados o subunidades. Hemos estado al tanto de una noticia que ha dejado tanto la los fan's de este grupo como a todos los demás impactados. Vamos con Takashi Yamamoto para que nos informe más sobre el tema."
"Aquí con la nota Jim. Me encuentro en el mismo escenario en el que una integrante, más bien la única integrante femenina de grupo <JFS>o mejor conocidos cómo <Japaneses For Stars>, sufrió su más reciente accidente, en el que al rededor de 1500 de sus fan's presenciaron. Actualmente nos informan que la artista está hospitalizada y sus compañeros de grupo han estado al tanto de su salud, así como también su empresa; en estos momentos hay fanáticos del grupo afuera de las instalaciones del hospital, dándole buenos deseos tanto como a la artista como a los demás chicos. Por ahora estamos esperando sobre más detalles sobre el accidente de la muy conocida Zuomy Park".
A la joven no le interesó mucho aquella noticia, solo que sí se detuvo a ver por qué tantas personas se detenían a ver aquella nota. Algo en aquella chica que mostraban como la artista lesionada le parecía muy familiar, pero no tenía idea de quién o de dónde la reconoce.
Sin más distracción se fue hacia su destino, pero como antes había pasado aquel lugar al que asistía para comprar cualquier cosa que le antojara no estaba, en su lugar se encontraba un pequeño centro comercial que, a simple vista se podía ver que no recibía muchas visitas. Se adentro en el para verificar si algo de lo que le gustaba podría encontrar, pero por más que buscó casi no encontró nada que le llamara la atención, así que salió del lugar un poco decepcionada, dispuesta a ir al posible lugar donde sus amigas y sus sensei estarían.
Recorrió calles enteras, observando que todo a su alrededor estaba totalmente cambiado afortunadamente los nombres de las calles seguían igual. Al llegar se quedó petrificada en su lugar al ver aquel lugar donde había compartido miles de anécdotas que jamás olvidaría con las personas más importantes de su vida estaba totalmente en ruinas, en cenizas, como si alguien hubiese entrado de repente con la sola intención de quemar en un solo momento recuerdos que costaron meses o incluso años en generar. No pudo expresar tanta impotencia, tristeza, rabia, enojo, frustración en su rostro, simplemente salió corriendo a sus hogar sin mirara atrás.
Al llegar cerró la puerta bruscamente, haciendo que el golpe se escuchará por toda la casa seguido por un doloroso llanto, lleno de furia. Pero lo que más la confundía es el por qué de todo; todo el día sin rastro de sus amigas desde que despertó, ese extraño anuncio, los lugares que solía visitar desaparecieron incluyendo la casa de su sensei, donde vivió tantas cosas, tantas anécdotas que alguien se atrevió a tratar de borrarlas materialmente. De pronto una idea pasó por su cabeza, tal vez la tarde anterior pasó algo allí, y esa sea la razón por la cuya sus amigas no estaban con ella horas antes, así que para aclarar esa duda llamó por medio de sus teléfono celular al primer número que vio, Lunar.
Contando las llamadas marcó una y otra vez sin obtener resultado, cambió de número al de Kayra, pero fue el mismo caso. Finalmente optó por llamar a la ojibicolor; afortunadamente contestó la llamada.
—¿Hola?...
—Diga...
—¿Hablo al número de S-shysune Namikase?
—Ah-ah... No, lo siento.
—Por favor, ¿Puede decirme dónde la puedo encontrar?
—No, no tengo idea de quién sea.
—Está bien. Sólo digale que Adrix Could la esta buscando.
—Espera... ¿Dijo “Adrix Could”?
—Si.
—Soy yo Adrix.
—¿Shysune? ...
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