Capítulo 23
Enfrentamiento.
.....
Escuchaba varios ruidos de pasos y voces a mi alrededor. Por el olor a humedad ellos probablemente me habían traído a la misma bodega o una en el mismo sitio ya que percibía el olor a cajas de cartón, humedad y polvillo. Es cierto entonces cuando dicen que al cubrirte los ojos tus sentidos se agudizan, escuchaba mi corazón latir fuertemente y a su vez mi misma respiración que era acelerada y exaltada me taladraba los oídos.
No sé en que momento, en vez de pensar en mi sólo pensaba en mi abuelo y en mi familia, sería esto lo que decía Joe que al estar cerca de la muerte, uno se arrepentía o comenzaba a arrepentir; con razón siempre se confesaban casi para la unción de los enfermos. Quería pedirle perdón a mi tía e inclusive ya no me importaba lo cabron que había sido mi padre.
A fin de cuentas, era mi familia y era lo único que tenía... y no quería que mi final fuera éste.
— Así que la pequeña Eleine ve muchas películas de acción. Pero al parecer no ve muchas películas de mafiosos...— se burló la presencia frente a mi— veamos Eleine ¿ Qué mano quieres perder? ¿ o mejor una oreja?— esa voz gruesa con tono de burla me hacía temblar de rabia, pasando la hoja fría de una navaja en mi piel y subiendo hacía mi cuello. Si, esa voz la reconocía y no había pasado tanto tiempo desde que la había escuchado.
No podía estar pasando esto.
— ¡Alfonso! — ordenó molesto, aquella llamada me sorprendió y mucho mas cuando sentí el agua helada en mi cuerpo. Con los espasmos y tratando de respirar busque recuperarme— ahora si Eleine, hueles mejor— aquél hombre me descubrió la cabeza y salpicando aun aquella agua mezclada con el lodo del pantano lo vi con odio.
Y frente a mi estaban los dos ojos que conocía, esos ojos frios que siempre me reprochaban todo lo que hacía o decía. Ese hombre que se había acercado a mi y me había ilusionado y mas de una vez estuvimos juntos. Ahora solo me quedaba ese sentimiento de resentimiento que no podía explicar por la sorpresa.
— ¿Tú?
Sorprendida él, simplemente sonrió y me apartó el cabello del rostro tomándome de la mejilla.
— ¿No me esperabas?— preguntó con una sonrisa. Tenía la misma ropa de siempre, luciendo planchado y con su cabello peinado. En verdad no lo esperaba.
— Pero si tú eres un contador y...
— No Te equivocas—. Me interrumpió, George, mi antiguo ex novio o mejor dicho ¿Mi secuestrador? — soy contador, estás en lo correcto... pero soy el contador de cada una de las familias famosas de la zona si sabes a lo que me refiero. Trabajo con quien me de una mejor propuesta y yo llevó sus finanzas y declaro los impuestos— antes que hablará — Si Eleine la mafia tienen que pagar impuestos no solo es crimen, es un tema extenso pero luego te explico. Los rusos o los rumanos, incluso las pequeñas familias italianas. Todas ellas tienen mi servicio a un buen precio.
— Pero tú... tu eres un respetable contador ¿Qué coño ganas secuestrándome a mi?— me quejé y él se agachó para apretar mis mejillas.
— El lenguaje mi niña. Veamos... tal vez ¿ganar dinero?..Si, de una deuda.— respondió sonriendo—¿Alfonso... y dónde está el niño?— Pregunto al hombre que nos había subido al automóvil cuando me secuestraron
— Ella dice que murió y se lo llevó la corriente— respondió aquel hombre con un acento marcado.
— ¿ le creen a esta mentirosa? Esta niña es tan mentirosa que ni le creía sus orgasmos.— respondió empujándome hacía atrás y lo vi llena de odio apretando mis labios para evitar quejarme.
— Es temporada de lluvias y con la corriente es posible que ya este en el mar.— se excusó.
— ¡No dejen de buscarlo! Quiero que lo busquen en cada rincón de la ciudad. Lo quiero aquí...incluso si esta muerto— . Sentenció con frialdad y se giró hacia mi.
— ¿Para que lo quieres? Déjalo en paz. — me quejé sacudiendo su mano de mi rostro, y sonrió.
— Veamos, tú muy bien sabes que en este lugar torturamos y luego matamos ¿Y si te vendemos? Estoy dudoso aún pero de que mueres, mueres. Te salvaste una vez y no te perseguimos esa vez fue porque pensamos que podía ser de ayuda, para mas adelanté. Tú papá tenía dinero en ese entonces y podía ser de ayuda. Pero, ya no tiene nada y cuento con que con el dinero del Viejo amortigüe su deuda conmigo.
— ¿Deuda? ¿ cómo que no tiene nada? El maldito te miente, él tiene demasiado dinero.— le reproche molesta.
— Te equivocas; mi linda Eli. Verás, la primera vez te secuestramos porque tenía problemas con la pandilla Rusa de Brooklyn, donde él construyó el primer restaurante y yo lo ayude cómo buen amigo que soy... le dije que desviara las cuentas... pero cierta niña se le ocurrió donar todo ese dinero a la caridad— tomándome de las mejillas me sacudía con fuerza— ese era su "isla caimán", la cuenta de la pequeña niña. Y ahora la pequeña niña se convirtió en una mujer y por lo visto sigue siendo un problema para papito y tú papito es un problema para mi.— me amenazó con frialdad. Yo lo miraba si comprender lo que decía.
— ¿Yo? ¿De qué mierdas hablas?.
— ¿ crees que esos millones que tu papá te depositaba eran para ti? Estaba lavando dinero por medio de tu fideicomiso. Suena complicado pero era fácil. Pero el idiota no era tan inteligente para pensar que su hija lo iba a regalar. Y tu papito me debe tanto dinero que con tu cabeza lo presionara para que lo devuelva.
— ¿ o sea tú te acercaste a mi por interés?— aun no entendía lo que ocurría pero con lo que decía me daba cuenta que mi papá era un gran hijo de puta y éste hombre no se queda atrás.
— Eh... un poco, quería ver quien eras y luego que rechazaras a mi hijo quise presionar de alguna forma. Nada mejor que un hombre mayor para satisfacer las necesidades de niña abonada que tenías. Lo disfrute hasta que me presionaste y con ese carácter... mandarte a la cárcel para asustar a tu padre fue mas fácil.— dijo burlándose y yo estalle a reir por semejante plan tan... ¿era enserio?
— ¿Todo fue un maldito plan?
— Así es, Eli. Tú fuiste más fácil de seducir que mi tercera esposa.— se burló y yo apreté los labios llena de coraje.
— Amor, daddy.. por favor... yo te puedo dar mi herencia. Soy una heredera, te daré mas que mi padre o que venderme. ¿ me vas a matar? Amor, no lo hagas — trate de convencerlo y él simplemente negó con la cabeza y me sonrió.
— Si... sabes cómo termina esto, ese hermoso culo se va a desperdiciar. Pero tranquila mis amigos no van a dejar que te vayas así... no vas a sufrir mucho... te anestesiaremos, no vas a sentir cuando te cortemos ese bracito, ni cuando Alfonso te folle, así que elije... ¿ Izquierda o derecha? ¿Cual le quieres mandar a papi?— preguntó hablándome como si fuera un bebé.
— Eres un maldito. ¡Te odio! Tienes el pene pequeño y coges mal!— Le grite molesta haciendo que me golpeará con la parte gruesa de la pistola y escuche a los hombres reírse, George los fulminó y ordeno silencio.
Volviéndome a golpear yo cerré los ojos llenos de lagrimas. Esta vez si no iba a sobrevivir para contarlo, al menos rogaba que Joe estuviera a salvo y que si mi destino fuera este, ser vendida era la mejor opción a morir.
- ....
*Parte de Dominic *
Entre los hombres de Tony apenas si llegábamos a quince personas. Fue difícil encontrar quiénes estuvieran fuera de prisión. Esta situación no era fácil de llevar. Habia encontrado a mi hijo en una cafetería y él corrió hacia mi lleno de fango aún. Tenía que rescatar Eleine, y ya sabía quién la había secuestrado. De enviar a Joe con Fernando me aliviaba, sabía que él lo iba a proteger con su vida.
Impaciente y ansioso eso era mi estado anímico actual. Ya que sabía que esa gente no se iba con cuentos y el abuelo de Eleine había contactado algunos hombres que le debían favores de la policía. Ambos teníamos el conocimiento que ese hombre era peligroso y tenía muchos contactos en el mundo real debido a su fachada de "buen ciudadano" mientras la supiera lo que ocurría más rápido le avisarían al maldito contador de nuestra presencia y pondría en peligro a mi Eli.
Ese hombre tenía dos vidas y era un respetable empresario.
Y alli estábamos, solamente teníamos que cruzar al otro lado para llegar al galpón. Me sentía impaciente de lo que ocurriría.
Solo fueron minutos que pasaban como si aceleraba la película frente a mis ojos, cada uno de los hombres de Tony luchaban contra dos o mas hombres. Los disparos alertaron al Contador por lo que fueron muchos más los que salieron a proteger la entrada.
Golpeando el oxidado portón, entré y lo mire con sus asquerosas manos sobre Eleine, el hombre se veía igual a como ella siempre me describió y mi pequeña con su frente sangrando.
Estaba empapada y su ropa rasgada, mi cuerpo se lleno de furia y lo primero que se me ocurrió fue dispararle a todos hasta descargar la pistola y buscando la que le había sacado a Fernando.
— ¿Con que tú eras el orgullo del sucio Elliot?—preguntó mientras se giraba frente a mi.
La guerra había empezado
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