Capitulo 5: Incidente

Narra Angelo:

Fue terriblemente raro. La que solía ser una viejita dulce y amable, se transformó en un hombre adulto que nos estaba mirando fijamente. Comenzó a hacer contacto visual con los demás pasajeros y cómo si fuera un ángel de la muerte, el resto cayó muerto. Ninguno tuvo tiempo de reaccionar.

Azafatas, padres de familia, mujeres solteras, embarazadas, niños.

El monstruo mató a todos.

Sophie y yo eramos los únicos que quedaban, además de los pilotos que ni cuenta se habían dado que detrás suyo había un centenar de cadáveres.

—¡Rápido, Angelo! ¡Sácanos de aquí ahora! —me gritó Sophie. El monstruo se estaba acercando a nosotros y empezó a dañarme con su mirada. Debía aguantar diez segundos para que podamos teletransportarnos.

Uno...

Dos...

Tres...

Cuatro...

Cinco...

Seis...Mi piel comenzaba a arder...

Siete...

Ocho... El dolor aumentaba con cada segundo...

Nueve...

Y diez.

Aparecimos en una colina en el medio de la nada, sanos y salvos. De pronto me di cuenta de lo mal que habíamos hecho, ya que dejamos morir a todos arriba de ese avión.

—¡Cancelaste la anulación de los poderes! ¡Gracias a ti todos murieron en ese avión, Sophie! —le grité enojado.

—¡No estábamos preparados, y él sí! Los humanos habrían muerto de todos modos, y nosotros también —agregó.

—Debimos ser más precavidos...El loco nos estaba esperando —dije tomando una pausa—. Cómo sea, ¿qué haremos?

—Podemos ver si en los noticieros nos dan el paradero del monstruo, quizás tenemos suerte. Lo bueno es que llamó muchísimo la atención, y nosotros no dejamos rastros.

—Qué coincidencia, yo también lo denominé en mi cabeza como monstruo —respondí—. Claro, ¿a dónde quieres ir?

—Ni siquiera sé donde estoy ahora —comentó mirando a lo lejos. Recién me percaté de que seguía teniendo su mochila.

—Me parece que estamos en Tandil —dije con cierta duda.

—¿Tandil? ¿Eso es un país? —me respondió aún más desconcertada.

—¡Se supone que tú eres la genia aquí, Sophie! Es un pueblo en Argentina.

—Excelente. Ahora llévame nuevamente a Minnesota. Ahí encontraremos las últimas noticias —propuso observándome.

—Espera diez segundos —le dije con una sonrisita.


La rubia me caía bien, y a decir verdad, era muy hermosa.

¡Demonios, Angelo! Concéntrate. No lograrás terminar el primer día si sigues pensando en semejantes estupideces.

Reaparecimos en el baño de un bar, salimos discretamente y ahí estaba la noticia en todas los televisores:

"Un avión con doscientos veintidós pasajeros que partió desde Minnesota ha sido secuestrado por quién creemos que es un terrorista. Se ha perdido el contacto con la nave y estamos a la espera de nueva información. Ampliaremos"


La jugada nos salió mal. El monstruo desapareció y será difícil encontrarlo.


—Llamemos a los chicos —me dijo Sophie sacándome del bar. Yo asentí y me senté en un pequeño banco mientras escuchaba la conversación.

—Hola Hallie, mira las noticias, y dime sí ves algo de un secuestro de avión. Bueno, ha sido un Elegido que se transforma en personas y mata con la mirada —decía mientras se escuchaba la respuesta emocionada de la Elegida de Poseidón.

Luego Sophie hizo lo mismo con el resto de nuestros aliados, y al parecer se los notaba muy sorprendidos. El encuentro había sido completamente planeado.

¿Cómo sabía el monstruo qué Sophie iba a estar en ese vuelo a España? Y una pregunta aún más difícil de resolver sería por qué el Asesino no la mató ni bien tuvo la oportunidad...


—Listo. Ya están todos avisados. Gracias por tu ayuda, Angelo —comentó como si ya me estuviera despidiendo.

—Espera, ¿todavía no te diste cuenta de lo que sucedió en ese avión? —pregunté levantándome del banco y llevando a Sophie a un lugar mas silencioso.

—El monstruo recibió ayuda de los Dioses —contestó cómo si estuviera leyéndome la mente.

—Exacto —dije simulando la sorpresa—. Debo hablar con Hermes, ya que Zeus había sido muy claro. ¿Te parece bien?

—Me parece una gran idea. Pero debes irte. Encuentra un lugar tranquilo para invocarlo y dialogar con él —concluyó. Era impresionante como en solamente unos días pasamos a ser las personas encargadas de salvar a la humanidad. Ni yo me lo creo.

—¿Quieres qué te lleve a algún lado antes? —pregunté.

—Yo me las arreglo, quizás Argentina no es tan malo después de todo.

—Nos vemos pronto, hija de Atenea. No hesites en llamarme sí lo necesitas —agregué.


Y así desaparecí de su vista, estando ahora muy lejos de Sophie. Es impresionante como funciona mi poder, simplemente pienso en ello y me teletransporto a algún lugar. Magnífico.

Reaparecí en otra colina, posiblemente en algún pueblo remoto de Francia. Un lugar perfecto para llamar a mi Dios y hacer justicia.

Comencé a llamarlo con mi mente, pidiendo que se acerque.

Un espectro de Hermes apareció delante mío, preguntándome cuál fue la razón de mi llamado.


—Padre, un Dios se interpuso en nuestro camino. Tiene que ser penalizado —comenté intentando imitar las palabras que había dicho Zeus en el Nombramiento.

—Cuéntame que sucedió, hijo —contestó serio.

—Uno de los Asesinos estaba esperando a Sophie en un avión. Sí yo no hubiera estado ahí, estaría muerta. Su Dios le avisó donde se encontraba —agregué intentando explicar bien la situación.

—¿No tienes ninguna prueba?

—El avión capturado por ese supuesto "terrorista" es la prueba. No hace falta más —aseguré.

—Gracias por avisarme, Angelo. Pediré una junta. Cuídate mucho  —concluyó desvaneciéndose sin darme tiempo a contestarle. Me quedé nuevamente solo, sin nada que hacer.


Puedo hacerlo, soy fuerte. Y además, esto recién comienza.

Deberé agudizar mis sentidos, agilizar mis movimientos, estar alerta en todo momento y sobre todas las cosas: encontrar a esos inmundos Asesinos.

Los humanos vivirán por siempre, y mi familia también.

China, que bien te veo para recorrerte.

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