█ . . ، ๋💐 CHAPTER 34 𖤐･ ๋࣭ 𓏲 . . █
❛Nos protegeremos el uno al otro❜

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*Narra Evelyn*
Ya había pasado cerca de 30 minutos desde que estaba en la lectura de un libro y aquí sóla se estaba haciendo muy aburrido.

Fui al baño para cambiarme la ropa. Me miré en el espejo dudando al principio, pero desatándome el cabello lentamente. Vi como caía sobre mis hombros, solo lo dejaba suelto cuado dormía. La mayoría de los estudiantes no estaban en el castillo, así que pensé que usar solo un suéter grande que mi papá me había dado estaría bien.

Salí por los pasillos y seguramente no había nadie allí. Casi todo el mundo estaba en Hogsmeade. Caminé explorando el castillo hasta que vi a dos personas de pie en la entrada del puente de Hogwarts.

Harry se quedó allí hablando con el profesor Lupin sobre algo. Observé a la distancia examinar a Harry. Llevaba una sudadera con capucha negra y unos jeans negros. Se veía tan bien sin su túnica. Los ojos del profesor Lupin se encontraron con los míos sonriendo mientras se alejaba. Harry luego se dio la vuelta y me vio, con una sonrisa formándose en su rostro mientras caminaba hacia mí.

—¡Evelyn! ¿Qué estás haciendo aquí, pensé que estarías en Hogsmeade? —Harry preguntó sonriendo.

—No me firmaron la autorización, ya sabes ... padres ocupados.

—Te ves diferente, en el buen sentido, quiero decir, por supuesto, tu cabello- —Me miró de arriba abajo, a mi atuendo no tan elegante y mi cabello suelto con mi flequillo.

—¿Se ve raro? —Me puse un mechón de cabello detrás de la oreja poniéndome nerviosa.

—No, para nada, te ves hermosa, —dijo haciendo que mi rostro se calentara una vez más y me sentí halagada.

—Solo dices eso porque te sientes solo, —dije riendo.

—Bueno, si estás sola, entonces ven y siéntete sola conmigo, —dijo extendiendo su mano frente a mí caminando lentamente hacia el castillo.

Sonreí caminando hacia él y colocando mis manos en las suyas. Los besó suavemente y me llevó de regreso al castillo directo a la sala común de Gryffindor.

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La sala común estaba vacía, solo éramos Harry y yo. El sutil sonido del fuego crepitante ayudó a crear el ambiente realmente agradable. Acabábamos de terminar la segunda ronda de ajedrez mágico. Harry había ganado una partida y yo gané la otra.

—Oye Harry, ¿de qué te estaba hablando el profesor Lupin? —Pregunté colocando todas las piezas de ajedrez en el lugar que les correspondía mientras se reconstruía.

—Quería darme lecciones privadas antidementores para protegerme.

—Eso es asombroso, ¿dijiste que sí?

—Sí, por supuesto.

—Ahora realmente puedes protegerme en el lugar de que yo te proteja a ti, —me reí.

—Nos protegeremos el uno al otro, —me miró y me puso un mechón de cabello detrás de la oreja.  Nos miramos a los ojos una vez más manteniendo el contacto visual. 

—¿Tienes miedo? —Pregunté rompiendo el silencio.

—¿Acerca de?

—Sirius Black.

Su sonrisa comenzó a desvanecerse mientras miraba al suelo, —No lo sé.

—Bueno, no lo estés, lo hechizaré hasta el olvido si te pone un dedo encima, —dije viendo una pequeña sonrisa formarse en su rostro. Puse mi mano alrededor de su hombro apretándolo ligeramente,— Lo prometo.

Me miró, nuestras caras a centímetros de distancia una vez más. —Evelyn, ¿te apetece alguien por casualidad?

—Esa es una pregunta extraña para hacerla ahora, ¿no es así, Harry?, —Fruncí las cejas. ¿Me gustaba alguien? De ninguna manera me gustaba Harry Potter, de ninguna manera.— No, no creo que me guste nadie en este momento.

Volvió a mirar al suelo, —Ya veo.

—Vamos Harry, es casi la hora de que Hermione y Ron regresen, —dije levantándome para salir de la sala común de Gryffindor. Caminamos de regreso al campo y quedamos allí en silencio, no un silencio cómodo, tal vez algo incómodo. Desde la distancia vimos a un grupo de estudiantes llenos de alegría caminando de regreso siguiendo a mi profesora McGonagall. Hermione vino brincando hacia mí uniendo sus brazos con los míos mientras me arrastraba de regreso al interior del castillo.

—Te compré algo, —dijo con una gran sonrisa.

—Oh Hermione, no tenías que hacerlo, —le dije. Sacó una pequeña caja de su bolsillo y me la entregó. Dentro había un collar de plata con un dije de luna colgando de él.

—Hermione, esto es hermoso, —dije poniendo el collar alrededor de mi cuello.

—Estamos haciendo juego —dijo sacando un collar dorado con un amuleto de sol colgando de él.

—Nunca me voy a quitar esto, —dije mirando el collar. Nunca he recibido un regalo tan significativo de nadie. Fleur, por supuesto, me regaló muchas cosas diferentes que eran especiales para mí, pero esta fue una señal de amistad, algo que nunca antes había recibido. Nos reímos hablando de cosas que había visto en Hogsmeade, Harry y Ron nos siguieron de cerca.

—¿Qué pasa? —Preguntó Harry mientras estábamos parados en la escalera giratoria justo afuera de la sala común de Gryffindor. Miré hacia arriba y vi a un grupo de estudiantes afuera sin entrar.

—Probablemente Neville haya olvidado la contraseña de nuevo, —murmuró Ron detrás de nosotros.

—¡Oye! —Neville le gritó a Ron ofendido. Si Neville no había olvidado la contraseña, ¿por qué no entraba nadie? ¿La contraseña cambió de repente?

—Déjame pasar, por favor- —Una voz molesta resonó por el pasillo mientras un chico pelirrojo se dirigía hacia la puerta de la sala común de Gryffindor.

—Disculpe, soy el premio anual —dijo Percy Weasley empujando a otros estudiantes a un lado. Pero que odioso. Es casi como Lockhart pero menos loco.

—¡La señora gorda, se ha ido! —Ginny exclamó mientras bajaba de la parte superior de las escaleras. Entre los estudiantes vimos el cuadro de la gorda. Estaba rasgado como si alguien lo hubiera atravesado y la Dama Gorda no estuviera por ningún lado.

—Extraño, ella estuvo aquí hace como 10 minutos —Me volví para mirar a Harry, quien abrió los ojos al ver la pintura rasgada. Todas las demás pinturas se estaban volviendo locas y también los estudiantes, era un caos aquí.

—El director está aquí, vamos —gritó Percy. Detrás de nosotros, Dumbledore subió las escaleras. Todos nos separamos mientras él se abría paso mirando la terrible escena junto con Filch.

—Señor Filch, reúna a los fantasmas. Haga que registren cada pintura en el castillo para encontrar a la dama gorda, —ordenó Dumbledore.

—No hay necesidad de fantasmas, director —dijo Filch.— La señora gorda está ahí —Señaló hacia una pintura de un cerdo en el tercer piso. Todo el mundo se apresuró a subir las escaleras ignorando las tonterías de Percy de "soy el premio anual".

—Señora gorda quien hizo esto a usted? —Preguntó Dumbledore cuando la señora gorda apareció detrás del cerdo llorando.

—¡Ojos como el diablo! ¡Y un alma tan oscura como su nombre! ¡Es el director, del que todos hablan! ¡Está aquí, en algún lugar del castillo! ¡SIRIUS BLACK! —Gritó antes de volver a llorar y esconderse detrás del cerdo. 

—Aseguren el castillo. ¡El resto de ustedes, al gran salón! —Ordenó Dumbledore y todos bajaron corriendo las escaleras hacia el gran salón.  Hogwarts estaba encerrado.

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Nos dijeron que pasaríamos la noche dentro del gran salón y nos dieron sacos de dormir. Dormir en el duro suelo de cemento era definitivamente algo a lo que no estaba acostumbrada y luché por conciliar el sueño. Me volví hacia el otro lado para ver que Harry también estaba despierto.

—¿No puedes dormir? —Le pregunté mientras me miraba antes de asentir lentamente. Extendí la mano y puse mi mano sobre su hombro y lo froté.

—No te preocupes, no dejaré que nada te pase, —susurré.

—He registrado la Torre de Astronomía y el señor Owlery dijo que no hay nada allí —Ambos cerramos los ojos cerrados con el sonido de pasos acercándose al gran salón.

—El tercer piso y las mazmorras también han sido revisadas director más que en ningún otro lugar del castillo —escuché la voz fría habitual del profesor Snape.

—No esperaba que se demorara, —escuché la voz de Dumbledore. Los pasos se acercaron hasta detenerse justo encima de la cabeza de Harry.

—Pies notables, ¿no crees? Entrar al castillo de Hogwarts solo y completamente sin ser detectado, —la voz de Snape hizo eco a través del silencioso pasillo.

—Muy notable, —respondió Dumbledore.

—¿Alguna teoría sobre cómo pudo haberlo logrado?

—Muchas, cada una más improbable que el otra.

—Puedo recordarle director, antes del inicio del trimestre nuestra preocupación por contratar a Lupin-

—Ni una sola persona en este castillo ayudaría a Sirius a entrar al castillo, —interrumpió Dumbledore a Snape.— Estoy convencido de que el castillo es seguro y estoy más dispuesto a enviar a los estudiantes de regreso a sus casas.

—¿Qué pasa con Potter, debería ser advertido?

—Quizás, pero por ahora déjalo dormir. Porque en los sueños entramos en un mundo que es completamente nuestro. Déjalo dormir en los océanos más profundos o deslizarse sobre las nubes más altas.

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