█ . . ، ๋💐 CHAPTER 69 𖤐･ ๋࣭ 𓏲 . . █
❛Bueno, puede que no le guste,
ministro... pero no puede negar
que Dumbledore tiene estilo❜

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*Narra Evelyn*
—Tiene que ser un recuerdo poderoso. Lo más feliz que puedas recordar, deja que te llene. Sigue intentándolo, Seamus —dijo Harry caminando por la Sala de Menesteres. Me quedé con Luna tratando de realizar el encantamiento patronus. Ginny fue la primera en poder producir uno, todos los demás estaban cerca.

—Solo recuerda, tu patronus solo puede protegerte mientras mantengas la concentración, así que concéntrate. ¿Luna? —Se acercó a Luna y a mí. Ella se quedó quieta por un segundo con una leve sonrisa en su rostro.

—Expecto Patronum —susurró moviendo su varita. De su varita salió una luz azul brillante que tomó la forma de un conejo. Rebotó a su alrededor y luego deambuló libremente por el cielo.

—¡Luna, que fantástico! —Harry dijo con una sonrisa,— ¿Evelyn? —Se volvió hacia mí esperando que lo intentara. Mi recuerdo más feliz, nunca lo pensé realmente. Definitivamente sería uno de Hogwarts donde realmente me sentí como en casa. Me volví para mirar a Harry y encontrarme con sus hermosos ojos verdes. Los que brillaban más en el aire mientras estábamos montando Buckbeak. Todavía recuerdo la sensación de euforia que se apoderó de mí.

—Expecto Patronum —susurré apuntando mi varita en el aire. Una luz azul brillante salió de mi varita muy lentamente tomando la forma de un Thestral. Llamé la atención de muchos otros estudiantes por lo grande que era mi patronus en comparación con el de ellos.

—Lo sabía, eres muy gentil de corazón —dijo Luna con una sonrisa. El thestral lentamente se abrió camino hacia mí dando vueltas. Era hermoso y muy elegante, incluso si era el símbolo de la muerte.

—Esa es hermoso Evelyn —dijo Harry sin apartar la vista del thestral.

De repente, hubo un ligero golpe en la pared y el candelabro comenzó a temblar un poco. Mi enfoque se movió del patronus hacia la pared haciendo que mi thestral desapareciera. Las luces empezaron a parpadear cuando resonó otro estallido. Todos los estudiantes caminaron hacia la pared con cautela. Con otro golpe, la pared de vidrio se rompió por completo y dejó al descubierto un agujero.

Caminé hacia él junto con Harry y Nigel mirando por el agujero. Al otro lado estaban Umbridge y un par de estudiantes de Slytherin.

—Me aseguraré de que funcione esta vez. Bombarda Maxima —dijo Umbridge apuntando su varita hacia la pared. Rápidamente empujé a Nigel a un lado haciéndolo caer. La pared pronto explotó y Harry me acercó para defenderme de los escombros. Cuando el polvo se asentó, los dos nos volvimos a mirar hacia la pared y Umbridge nos sonrió, habíamos sido atrapados.

Draco vino por un lado tirando de Marietta y Cho mirándolos agresivamente con tanto disgusto. Miró alrededor de la habitación sonriendo, orgulloso de haber atrapado a un grupo de Gryffindors. Su sonrisa se convirtió en un ceño fruncido cuando sus ojos se encontraron con los míos. Le sonreí un poco a lo que él negó con la cabeza.

—Atrapenlos —dijo Umbridge sonriendo a Harry y a mí. Un chico llamado Cassius Warrington me agarró por mi túnica mientras Goyle agarraba la de Harry. No traté de luchar en absoluto y dejé que me sacaran de la sala de menesteres siguiendo a Umbridge hacia la oficina de Dumbledore. Afuera estaban Cornelius Fudge, Kingsley y Percy Weasley.

Percy me miró con tanto disgusto agarrándome a Harry y a mí por la túnica.

—Espero que te guste nuevo trabajo —murmuré.

—No puedo creer que Dumbledore esté dejando que la hija de un mortífago deambule por Hogwarts —Escupió tirándome dentro de la oficina seguido bruscamente por Cho y Marietta. Eché un vistazo de cerca a la cara de Marietta, tenía una enorme marca de quemaduras con las letras 'SOPLÓN. Solté una pequeña risa, tenía puntos de ebullición y erupciones. No me sentí nada mal, se lo merecía. La profesora McGonagall estaría orgullosa. Cho no tenía la palabra "soplón" marcada en su rostro, lo que significa que técnicamente no delató.

—Prueba de lo que le he estado diciendo desde el principio, ministro —dijo Umbridge entregándole el pergamino con todos los nombres del ejército de Dumbledore.

—Vimos tus mentiras, una cortina de humo para que tu parte cese el control del ministerio —murmuró mirando a Dumbledore todavía con una sonrisa.

—Exacto —dijo Dumbledore sin cambios en su expresión facial.

—No profesor. No tuvo nada que ver con eso, fui yo —exclamó Harry a mi lado.

—Muy noble de tu parte para cubrirme Harry, pero como se ha señalado, el pergamino dice claramente el ejército de Dumbledore, no el de Potter. Le di instrucciones a Harry para que formara esta organización, y yo solo soy responsable de estas actividades —dijo Dumbledore con calma. Puse los ojos blanco y miré a Cho, quien rápidamente desvió la mirada. Literalmente advertí que esto pasaría.

—Envía un búho al Diario El Profeta. Por favor, escolta a Dumbledore a Azkaban... para esperar el juicio por conspiración y sedición —ordenó Fudge.

—Pensé que podríamos tener un pequeño inconveniente. Parece estar pensando que voy a... ¿Cuál fue la frase... Ven en silencio? Bueno, puedo decirte esto. No tengo ninguna intención de ir a Azkaban.

—¡Suficiente de esto, tómalo! —Umbridge gritó. Hubo un chillido de un fénix cuando el voló hacia Dumbledore. Se agarró al fénix y estalló en llamas que desaparecieron en el aire enviando una gran cantidad de viento. Harry se acercó y me abrazó con fuerza para protegerme de la ola de viento mientras los demás caían al suelo.

—Bueno, puede que no le guste, ministro... Pero no puede negar que Dumbledore tiene estilo, —dijo Kingsley mientras se levantaba.

—Pieza especial de pergamino Marietta, el maleficio solo desaparecerá una vez que yo lo desee —dije alejándome de Harry y volviéndome hacia ella.

—Por favor, Evelyn, ella tenía sus razones —suplicó Cho al lado de Marietta.

—Tenía mis razones cuando gafe el pergamino —dije saliendo furiosamente de la oficina chocando intencionalmente con el hombro de Percy.

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«DOLORES JANE UMBRIDGE REEMPLAZA A ALBUS DUMBLEDORE COMO DIRECTOR DE LA ESCUELA HOGWARTS DE MAGIA Y HECHICERÍA»

Hermione, Ron Harry y yo nos dirigíamos al Gran Comedor para la detención cuando otra regla colgó en la pared afuera. Se estaban quitando pinturas y Umbridge transmitía nuevas reglas todos los días a través del altavoz.

Los cuatro entramos en el Gran Comedor donde estaban todos los demás miembros del ED, excepto Cho y Marietta. Nos sentamos uno al lado del otro frente a la pluma negra y un papel de pergamino.

—Estoy segura de que todos ustedes saben por qué están aquí. Rompieron las reglas, los niños traviesos deben ser castigados. Me escribirán algunas líneas, no necesitarán tinta. Escriba 'No debo decir mentiras' por el tiempo que sea necesario para que aparezca —Ella nos sonrió a todos.

Respiré hondo mirando el dorso de mi mano antes de empezar a escribir. Ya estaba lleno de palabras que se superponían entre sí, lo que hacía que mi piel fuera extremadamente sensible. Sé que dolería mucho escribir aún más líneas sobre mi piel ya arruinada. Los otros estudiantes ya habían comenzado a escribir y suaves gemidos llenaron el Gran Comedor.

—¿Señorita Clermont? ¿Hay algún problema? —Umbridge preguntó mirándome con una sonrisa. Cogí la pluma y dudé antes de escribir. Cuando hube terminado mi primera línea, las palabras empezaron a grabar en mi piel. Mi cuerpo se tensó cuando apreté las manos con fuerza y respiré hondo. Umbridge me miró bebiendo su té con tanta satisfacción. Estaba escribiendo con extrema ligereza, pero las palabras me cortaron la piel profundamente sin esfuerzo.

—Muy bien todos, estoy segura de que todos lo dejamos asimilar a estas alturas. Ahora están todos excusados —Umbridge sonrió después de una hora más o menos. Todos los estudiantes estaban ansiosos por levantarse e irse al igual que yo,— ...excepto la señorita Clermont

Harry, Hermione y Ron se volvieron a mirarme preocupados. Asentí lentamente y me senté de nuevo en mi asiento mientras los tres vacilaban antes de salir del gran salón.

—Señorita Clermont, supongo que estaba equivocada. Tengo todo el control, —dijo Umbridge caminando hacia mí. Mantuve mi ojo en el escritorio sin mirarla.

—Me gustaría que me escribieras unas líneas más, 'Debo respetar a la directora', —sonrió y puso una mano en mi espalda. Volví a coger la pluma lentamente cuando la puerta del gran salón se abrió de repente y llamó nuestra atención. Al otro lado del Gran Comedor, Draco entró.

—Al profesor Snape le gustaría ver a Evelyn —dijo acercándose a nosotras dos.

—Dile que está ocupada ahora mismo

—Dijo que era una emergencia —dijo Draco agarrándome del brazo, sacándome de mi asiento y saliendo y dejando a Umbridge atrás.

—Draco, ¿qué está pasando? ¿Está todo bien? ¿Por qué Snape quiere verme? —Le pregunté mientras seguía arrastrándome por los pasillos.

—Fue mentira, Snape no quiere verte —dijo mientras dejaba de caminar y levantaba mi mano para examinar las cicatrices.— Sabía que Umbridge estaba usando una forma de tortura como castigo, pero nunca esperé esto.

—Nada fuera de lo común

—Dios, odio a los soplones —escupió tirando mi mano.

—No podría estar más de acuerdo

—¿Quieres ir a Hogsmeade? Hay algo de lo que necesito hablarte.

—Claro —dije dudando por un momento. Draco se había ido a casa por Navidad, así que pensé que esto sería algo sobre tú-sabes-quién.

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