Era de día en Nueva York, Kumi y sus hermanos se encontraban caminando por el parque del Instituto, la híbrido buscaba con la vista algo que sus hermanos desconocían. Pero al ver a la adolescente que comía junto al pelinegro de tez blanquecina y ojos azules, fruncio en ceño y se acercó a ellos siendo aún seguida por sus hermanos.

-¿¡Como te atreves a mentirme!?- Exclamó mientras se le acercaba.

-No se de que hablas niña.- Dijo con total indiferencia mientras seguía comiendo.

Ante la impotencia que sentía la dhampiro, le tiro encima su bandeja con comida, ensuciandole toda la ropa, para después irse.

-¡Kumi! ¿Por que hiciste eso?- Le preguntó el pelirrojo.

-¡Ese idiota me estuvo engañando todo este tiempo! No se como pero.. El es Kuro, lo presiento intensamente. Y ustedes saben que mis presentimientos nunca fallan.

-Si.. Bueno pero. Es em.. Mundialmente imposible que un gato sea una persona y una persona un gato. ¿Segura que el chocolate no te hace mal?- El esbelto le toca la frente a su hermana.

Le corre la mano. -No estoy loca. Me dijo que era una dhampiro, una híbrido de humano y vampiro.

-Escucha Kumi, debe ser que no dormiste suficiente o que la fiebre te afectó, ve a casa y descansa bien. Recuerda darle de comer a Kuro.

-¡Te digo que Kuro es Leonardo!- Insiste.

-¡Ya basta! ¡Kumi vete a casa!

-¡Aagh!

[...]

La puerta de la habitacion se abre y es cerrada fuertemente. Kumi se lanza a ésta, mientras derramaba lágrimas por sus ojos.

-¿¡Como me pueden hacer esto!?

-Mas bien, como tú me puedes hacer esto..

Continuará...